Cuba ha sido y es hoy una obsesión enfermiza sin remedios para el secretario de estado de EE.UU., Marco Rubio, quien no pone freno a sus ataques hacia la isla del Caribe porque sigue siendo su peor pesadilla.
Desde que asumió el puesto de jefe de la diplomacia de la Casa Blanca, en enero pasado, Rubio ha anunciado siete medidas contra la mayor de las Antillas dirigidas a arreciar las hostilidades y el frustrado bloqueo que Washington impone a La Habana desde hace 65 años.
La agresión más reciente tuvo como blanco la prestigiosa cooperación médica cubana, reconocida por su alta calificación científico-técnica y por sus valores humanistas en el mundo entero, y en especial por los países del Sur global, además de por numerosas organizaciones internacionales.
Tal nueva embestida incluye la suspensión de visados asociados a los profesionales de la medicina, alegando falsedades sobre el afamado Ejército Pacífico de Batas Blanca de la nación caribeña.
Como era de esperar, las reacciones de los trabajadores de la salud y de las autoridades del decano archipiélago antillano no se hicieron esperar refutando con contundencia las mentiras del secretario de estado norteamericano.
El ministro de relaciones exteriores Bruno Rodríguez Parrilla respondió a su homólogo estadounidense asegurando que Cuba seguirá llevando su solidaridad al mundo, en particular a los hermanos de los países más pobres, y enfatizó que el imperialismo y sus medidas fraudulentas no podrán impedirlo jamás.
Por su parte, los colaboradores que prestan sus servicios en diversas naciones ratificaron que continuarán curando y salvando vidas en cualquier rincón del planeta, como les enseñó el líder histórico de su Revolución, Fidel Castro.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de los cooperantes, quienes resaltaron que “Médicos y No bombas” ha sido siempre la práctica de Cuba, y en ese sentido destacaron que más de medio millón de sus colegas han enfrentado el Ébola, la Covid-19, desastres naturales, y derrotado la muerte en los cinco continentes.
En sus textos enfatizaron que el Ejército Pacífico de Batas Blancas de la mayor de las Antillas se integra de manera voluntaria y desinteresada, y su único propósito es llevar la esperanza a millones de seres humanos.
No cabe la menor duda que la pesadilla endémica de Rubio es el ejemplo que representa Cuba y su pueblo para la humanidad, y por esa razón sus constantes ataques.
Pero olvida el ex senador devenido en mediocre diplomático que cada nueva agresión de Washington aísla más del mundo a EE.UU., e intensifica la solidaridad internacional con la isla.
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