En Ecuador, el 34,5% de niños indígenas menores de cinco años padece desnutrición crónica, según datos de la Encuesta Nacional sobre Desnutrición.
Una lluvia delgada cae sobre Pisambilla, una comunidad indígena ubicada en el páramo de Cayambe, en la sierra norte del Ecuador.
Entre la niebla camina Rosa Lanchimba, junto a sus cuatro hijos. El menor, John, de tres años, recoge espinacas en una pequeña huerta familiar.
“Este es el sustento de mis hijos”, dice la madre, mientras indica -con su mano- las verduras que cultiva desde que supo que su hijo padecía desnutrición crónica infantil (DCI).
A los dos años, John tenía anemia y retraso en la talla. Aunque Rosa lo amamantó durante ocho meses y le dio coladas tradicionales, su cuerpo no absorbía los nutrientes.
“Por fuera parecía estar creciendo bien, pero por dentro no recibía lo necesario”, explica Rosa a Unicef.
78.085 niños indígenas con DCI: un drama estructural
La historia de John refleja una realidad alarmante: en Ecuador, 78.085 niños indígenas menores de cinco años padecen desnutrición crónica, es decir, el 34,5% de 226.331 que la padecen a nivel nacional.
Los pueblos indígenas son los más afectados por esta forma de malnutrición persistente, también conocida como retraso en talla.
Las cifras de la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI) evidencian esa brecha.
La DCI en niños blancos, mestizos y afroecuatorianos fluctúa entre el 9% y el 17%, muy por debajo del indicador indígena.
¿Por qué es tan alto el DCI entre la niñez indígena?
De acuerdo con el nutricionista pediatra, Santiago Proaño, la desnutrición crónica en comunidades indígenas se debe a una combinación de factores estructurales.
Está el acceso limitado a servicios de salud, condiciones precarias de vivienda y falta de agua potable; este último puede provocar enfermedades intestinales que impiden la absorción de nutrientes», agrega.
Además, expone que esta población indígena presenta DCI porque no recibe los nutrientes necesarios, ya que su alimentación se basa únicamente en granos y coladas. “Si bien estos alimentos tienen cierta carga nutricional, no es la suficiente”.
Recomienda que los niños tengan una dieta balanceada que incluya cereales, lácteos, carnes, huevos, frutas y vegetales.
Sin embargo, las comunidades indígenas se encuentran dentro de las estadísticas de pobreza, lo que dificulta su acceso a este tipo de alimentos.
Las estadísticas del INEC, indican que por quintiles de ingreso, los niños (menores de cinco años) del sector más pobre tienen DCI del 21,5%, mientras que en el quintil más alto es de apenas 11,7%.
Desnutrición crónica infantil por quintiles

Además, según ENDI, otro de los factores por lo que esta población padece de DCI, se debe a bajos niveles de educación.
Los niños cuyas madres solo tienen educación básica presentan DC del 23,2%, mientras que cuando la madre tiene instrucción superior, el porcentaje baja a 11,1%.
Los niños indígenas están más expuestos a estos determinantes, lo que explica su vulnerabilidad nutricional.
Mapa de la desnutrición: ¿Dónde golpea más la DCI?
Los territorios con mayor porcentaje de población indígena coinciden con los más golpeados por la DCI.
Según la ENDI 2023-2024, las provincias con mayores tasas de desnutrición crónica infantil en menores de cinco años son:

Todas estas provincias tienen una importante población indígena. En Chimborazo, por ejemplo, más de la mitad de la población es indígena, y su tasa de DCI es la más alta del país.
Además, la ruralidad profundiza el problema: en el área rural, la DCI alcanza el 21,2%, mientras que en la urbana es del 15,4%.
¿Qué se está haciendo?
El Gobierno implementa la Estrategia Nacional Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil, que promueve la atención integral durante los primeros 1.000 días de vida. Sus líneas de acción son:
- Controles prenatales desde el primer trimestre.
- Suplementación con hierro y ácido fólico a mujeres gestantes.
- Controles pediátricos (seis en el primer año y cuatro en el segundo).
- Vacunación completa, incluyendo neumococo y rotavirus.
- Promoción de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses.
También existen programas como:
- Acción Nutrición del MIES, que promueve visitas domiciliarias con seguimiento a madres y niños menores de tres años.
- Creciendo con Nuestros Hijos (CNH), con atención educativa y de salud a la primera infancia.
- Transferencias monetarias condicionadas como el Bono de Desarrollo Humano.
Pese a estos avances, la cobertura aún es limitada en territorios indígenas.
La ENDI revela que solo el 52% de los niños indígenas accedieron a al menos cuatro tipos de juguetes o libros en su entorno, un indicador asociado al desarrollo cognitivo.
Según los datos oficiales, la desnutrición crónica infantil continúa afectando de forma desproporcionada a la niñez indígena en Ecuador.
Aunque existen políticas públicas y programas sociales en marcha, la cobertura sigue siendo limitada en zonas rurales y comunidades históricamente excluidas, lo que mantiene vigente una brecha estructural en el acceso a salud, nutrición y desarrollo integral.