En la Administración Trump parecen ignorar las reglas de la Organización Mundial de Comercio. En los Acuerdos de Marraquech de 1995 se acordó congelar (consolidar) los aranceles entonces existentes. Si se deseaba aumentar el arancel sobre algún ítem arancelario hay un procedimiento negociador para cambiar lo establecido por las normas de la OMC donde se negocia el alza de arancel con los principales países proveedores del ítem arancelario cuyo arancel se quiere cambiar. El hecho de que Estados Unidos desee imponer una especie de arancel único del 50% a todos los productos europeos sin discriminación es señal de pereza o negligencia del representante de Estados Unidos, porque elaborar una política comercial estudiando el efecto de las importaciones sobre el mercado nacional ítem por ítem es según mi experiencia es una empresa laboriosa y compleja.
La preocupación por una guerra comercial entre EE. UU. y la UE ha aumentado durante el fin de semana, ya que EE. UU. amenazó con imponer un arancel del 50 % a la UE y el bloque se negó a ceder, lo que sacudió los mercados globales.
Las tensiones comerciales entre EE. UU. y la UE añaden más incertidumbre económica al mundo, según un experto chino, añadiendo que existe amplia evidencia que demuestra que el unilateralismo no beneficia a nadie y solo perjudica a todas las partes involucradas, incluido primero que a nadie al propio EE. UU.
La UE, China y los EEUU son los principales protagonistas del comercio global
El comisario de Comercio de la UE, Maroš Šefčovič, adoptó un tono desafiante el viernes después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazara con imponer un arancel del 50 % a todos los productos del bloque, afirmando que cualquier posible acuerdo comercial entre Bruselas y Washington debe basarse en «el respeto mutuo y no en las amenazas», informó The Guardian el sábado pasado.
Tras una llamada con el representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, el responsable comercial de la UE publicó en X: «La UE está plenamente comprometida con lograr un acuerdo que beneficie a ambas partes».
En declaraciones a Truth Social el viernes, el presidente estadounidense afirmó que «la UE, que se creó con el objetivo principal de aprovecharse de EE. UU. en materia de comercio, ha sido muy difícil tratar con ellos», citando las medidas correspondientes de la UE contra las empresas estadounidenses y el déficit comercial con EE. UU.
«¡Nuestras conversaciones con ellos no están dando resultados! Por lo tanto, recomiendo un arancel directo del 50 % para la UE a partir del 1 de junio de 2025», declaró. Trump olvida que mediante el 5% del respectivo PIB que los socios europeos de la OTAN deberán gastar ahora en armamento de procedencia norteamericana la balanza comercial entre la UE y EEUU va a estar muy equilibrada.
Pero el viernes pasado, durante la firma de una orden ejecutiva en el Despacho Oval, el presidente estadounidense intensificó su mensaje a la UE: «No busco un acuerdo», afirmó, «Hemos establecido el acuerdo: es un monto arancelario del 50 %», informó CNN.
La amenaza arancelaria se produjo en medio de unas negociaciones estancadas, con Washington exigiendo concesiones unilaterales de Bruselas para abrir su mercado a las empresas estadounidenses, mientras que la UE ha estado buscando un acuerdo que ofrezca beneficios mutuos, informó Reuters, citando a personas familiarizadas con las conversaciones comerciales entre la UE y EE. UU.
Las últimas declaraciones del presidente estadounidense se producen tras su anuncio, el 2 de abril, con motivo de su retórico «Día de la Liberación», de un arancel del 39 % sobre los productos europeos de cualquier tipo que sean provenientes de las industria o de la agricultura. Algo que demuestra que es un ignorante total de como está estructurado el arancel de Bruselas. Esta idea de la que posteriormente se retractó, antes de volver a cambiar de postura el viernes con una postura aún más firme, según informó NBC News el sábado pasado. Está muy claro que ni Trump ni sus asesores entienden algo de la complejidad técnica de elaborar una política comercial.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, declaró el viernes que espera que una nueva amenaza arancelaria del presidente acelere las negociaciones con la UE sobre un nuevo acuerdo comercial, según informó The Hill. Las amenazas unilaterales a lo Trump no aceleran los acuerdos que debieran ser técnicos sino que los complican y demoran más aún. En Washington debieran tener en cuenta que China es cada vez más importante como mercado para exportaciones europeas. Esas disparatadas políticas arancelarias contra Europa solo aumentan la influencia de China en la economía mundial.
En una entrevista con Fox News el viernes, Bessent acusó a la UE de no entablar negociaciones comerciales de buena fe con la Casa Blanca. Es como querer que se negocie sin reparos con un niño malcriado que es el papel que de hace cada día más evidente en la nueva política comercial de Washington, que cada vez muestra más no ser una política sino una cadena de pataletas de un niño malcriado que llegó a la Casa Blanca que parece casi aceptable después de ver el servilismo de Biden con Netanyahu.
Al comentar sobre la situación actual entre EE. UU. y la UE por la disputa arancelaria, Zhou Mi, investigador principal de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica, declaró al Global Times el domingo que EE. UU. parece estar dispuesto a aumentar la presión sobre la UE, posiblemente debido a la creciente preocupación por su economía nacional. «Podría esperar cambiar la dinámica impulsando un progreso más rápido en las negociaciones con el bloque», afirmó.
Sin embargo, Zhou afirmó que tal presión es imprudente. El Gobierno estadounidense pudo haber confiado en obtener concesiones de la UE, pero la historia ha demostrado que los aumentos arancelarios han tenido importantes efectos negativos para ambas partes. Especialmente dada la situación económica actual, si el Gobierno estadounidense decide ejercer más presión sobre Europa ahora, solo podría provocar un mayor resentimiento en la UE y también podría aumentar la presión sobre las empresas estadounidenses, afirmó el experto.
Respuesta del mercado
La actual disputa comercial entre EE. UU. y la UE ha atraído la atención mundial con la natural preocupación del mercado por las tensiones de un insensato enfrentamiento salvaje del tipo ojo por ojo entre las dos potencias económicas mundiales y su posible impacto en los mercados globales.
Las acciones en las bolsas cayeron después de que el Gobierno estadounidense amenazara con imponer aranceles del 50 % a la UE, que podrían entrar en vigor en poco más de una semana.
El S&P500 perdió un 0,7 % el viernes y tuvo su peor semana de las últimas siete, según informó AP News. El Promedio Industrial Dow Jones cayó un 0,6 % y el Nasdaq Composite se desplomó un 1 %.
También afectó a los tres principales índices bursátiles europeos que cayeron el viernes. El índice de referencia STOXX 600 bajó un 0,93 %. El DAX alemán cayó un 1,54 % y el CAC francés un 1,65 %.
Estados Unidos fue el principal socio de las exportaciones de bienes de la UE en 2024, representando el 20,6 % de las exportaciones, según Eurostat, la oficina de estadística de la UE. Conviene recordar que los aranceles solo afectan al comercio de los bienes y que EEUU tiene un saldo favorable en su comercio de servicios con la UE Las principales exportaciones de la UE a UUEE el año pasado fueron los productos medicinales y farmacéuticos. Los aranceles del 50% encarecerían la atención médica y el cuidado de la salud de los norteamericanos. ¿Es que Trump cree que ese es un modo de hacer a América más grande de nuevo?
Dada la magnitud del comercio entre Estados Unidos y la UE, las tensiones arancelarias podrían añadir más incertidumbre al comercio mundial, según todos los expertos.
Si bien es difícil predecir el resultado de las futuras negociaciones arancelarias entre Estados Unidos y la UE, Zhou afirmó que es indudable que la actual imprevisibilidad, impulsada por la retórica de ojo por ojo, está generando presión sobre las empresas de ambas partes, incluidas las estadounidenses. «Esta incertidumbre dificulta que las empresas estadounidenses tomen decisiones», dijo Zhou, señalando que, como resultado, muchas empresas pueden verse obligadas a pausar operaciones y reducir el empleo
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