El 9 de noviembre se reportaron 31 presos asesinados en
la cárcel de Machala. También hubo varias víctimas de sicariato en Manabí, Pichincha, Guayas y otras provincias. Todo esto en solo dos días.
Vivimos en un Estado fallido o al menos esa es la percepción que tenemos cuando cada semana debemos contar por montones los asesinatos, los secuestros, los robos, las balaceras y las masacres carcelarias.
El día de ayer, 9 de noviembre, se reportaron 31 reos asesinados en la cárcel de Machala, en la provincia de El Oro, y en condiciones que aún no están tan claras.
También se registraron varios casos de sicariato en Manabí, Pichincha, Guayas y otras provincias. Y, por si fuera poco, también se reportó un atentado en Esmeraldas. Todo esto, en solo dos días.
Por eso, aunque nos cueste, es importante entender algo: esta situación no es NORMAL y debería escandalizarnos.
Entonces, quisiéramos entender algo: primero dijeron que las cárceles estaban bajo control porque con la captura de Fito (que ya fue deportado hace varios meses) se retomaba el control penitenciario, incluso sacaron a los militares del control externo, pero, con lo que se evidenció este fin de semana, esto no habría sido cierto.
¿Y también se olvidaron que quienes mueren dentro de las cárceles son de responsabilidad estatal? Parecería que nos enfrentamos a una desidia generalizada porque se tratan de reos, pero no olvidemos que muchos de los asesinados ni siquiera han sido condenados para calificarlos de delincuentes. Es que este país va de mal en peor y el discurso oficial va por la fantasía o la distorsión de la realidad.
Por eso, no podemos malacostumbrarnos a vivir en un país en el que la violencia y la inseguridad estén institucionalizadas y que a las autoridades poco o nada les importa lo que vivimos a diario, ya que, parecería que solo cuentan con un fuerte contingente de policías y militares para reprimir protestas y movilizaciones, pero no para enfrentar verdaderamente a las estructuras criminales que mantienen en zozobra a todo el Ecuador.
Ahora se entiende por qué estamos viviendo el año más violento en la historia, pues nadie vive en paz, promediamos 25 muertes violentas por día; es decir, un asesinato cada 50 minutos.
Y las “brillantes estrategias de seguridad” solo quedaron en una promesa vacía, o ya olvidamos lo que alguna vez llamaron “Plan Fénix” y que prometía recobrar la tranquilidad en nuestro territorio, pero que solo quedó como una masiva estrategia de marketing y propaganda, que, claro, sirvió para ganar unos cuantos votos, pero no para solucionar ninguno de estos problemas.
Por eso y más, es inaceptable que se sigan lavando las manos y mirando para otro lado, mientras el país se cae a pedazos; ya que, si continuamos contando masacres en lugar de soluciones concretas, Ecuador se quedará atrapado en un ciclo de muerte y desesperanza.
Fuente: https://www.radiopichincha.com/otro-fin-de-semana-de-terror-en-el-nuevo-ecuador/


