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Entrevista a Lluís Filella Carballo sobre Manuel Sacristán Luzón

‘Trabajar en un barrio obrero me influyó a favor de la tesis de Sacristán’

Lluís Filella Carballo
Fuentes: Rebelión [Imagen: Lluís Filella Carballo. Créditos: Espai Marx]

En esta nueva entrega del Centenario Manuel Sacristán Salvador López Arnal entrevista a Lluís Filella Carballo, maestro y sindicalista de larga trayectoria en la Federación de Educación de las CC.OO. de Cataluña.


Salvador López Arnal.- ¿Cómo conociste a Manuel Sacristán?

Lluís Filella Carballo.- Conocí a Manuel Sacristán, aunque no llegué a tratarlo personalmente, hacia el año 1977, cuando el conjunto del sector educativo estábamos inmersos en un gran debate sobre las características y el modelo de sindicalismo en la enseñanza.

Coincidí con él en alguna de las numerosas reuniones que se realizaron para argumentar en favor de las diversas propuestas que sobre la sindicación de los «TCP» (Técnicos, Cuadros y Profesionales) teníamos sobre la mesa en aquel momento.

Salvador López Arnal.- ¿El conjunto del sector educativo englobaba a los profesores de primaria, secundaria y Universidad? ¿También a otros trabajadores como conserjes, administrativos y personal de limpieza?

Lluís Filella Carballo.- Sí, evidentemente todas aquellas personas que trabajan en el sector educativo, las que citas y otras de sectores como «El lleure educatiu», como monitoraje, «La enseñanza no reglada», como escuelas de idiomas, y todo el Sector de la «Educación Especial» Escuelas, Talleres ocupacionales o Centros Especiales de trabajo, con convenios propios en el último caso para las personas educadoras y de servicios.

Salvador López Arnal.- ¿Cuáles eran las posiciones en disputa?

Lluís Filella Carballo.- A mediados de los años 70, se constituyó la Coordinadora de maestros estatales en todo el territorio español que organizaba al conjunto de personal docente. Desde los claustros, municipios y provincias llegaba hasta el conjunto del Estado Español.

Fue en ese momento, cuando el 1 de abril de 1977 se publica la Ley 19/1977 de regulación del derecho a la sindicación de trabajadoras y trabajadores, excepto las fuerzas armadas, cuando se produce el gran debate sobre si los TCP deben organizarse en sindicatos de ramo o bien dentro de los Sindicatos de Clase.

Salvador López Arnal.- ¿Qué eran los sindicatos de ramo?

Lluís Filella Carballo.- Se denominaba sindicatos de «ramo» a las organizaciones que agrupaban trabajadores de un sector concreto, como por ejemplo «el STAC», Sindicato del taxi, o el SAP, Sindicato de la Administración Pública. En enseñanza, la USTEC.

Salvador López Arnal.- Te he interrumpido, continúa por favor.

Lluís Filella Carballo.- En el caso de la enseñanza, la experiencia unitaria de la Coordinadora de Maestros Estatales hace que mayoritariamente, tanto entre las personas que trabajan en el sector como en las organizaciones políticas y sindicales cercanas, el debate se decante a favor de un sindicato unitario.

A pesar de esa posición mayoritaria en el partido y en CCOO, voces discordantes manifestaban la necesidad de que las personas que trabajábamos en la enseñanza estuviéramos organizados con el conjunto de la clase trabajadora y aquí es donde entran en juego las reflexiones del intelectual colectivo que se estructuraba en torno a Manuel Sacristán, que jugó un papel clave en el posicionamiento en favor de las CCOO de Enseñanza. De hecho el primer sindicato de CCOO de Enseñanza fue el de Barcelona, en torno a Sacristán, que se constituyó a finales de marzo del 1977 en el Col·legi de Llicenciats.

Salvador López Arnal.- Cuando hablas de partido, ¿a qué partido te refieres?

Lluís Filella Carballo.- En los años 70, cuando hablábamos de partido nos referíamos al PSUC en Cataluña y al PCE en el estado español.

Salvador López Arnal.- El sindicato unitario del que hablas, ¿a quiénes incluía?, ¿qué tenía de unitario ese sindicato unitario?

Lluís Filella Carballo.- En el imaginario colectivo, el Sindicato Unitario en enseñanza tenía que incluir a todos los sectores educativos que he señalado. Pero en realidad, por un lado, solo incluía el profesorado de la pública no universitaria, y, como me he referido antes, había varios sindicatos a nivel general que en sus siglas se autodenominaban unitarios. Por ejemplo, la CSUT (Confederación Unitaria de Sindicatos), impulsado por el PTE, Partido del Trabajo de España, o el SU (Sindicato Unitario), impulsado por la ORT, la Organización Revolucionaria de Trabajadores.

Salvador López Arnal.- Hablas de intelectual colectivo. ¿Quiénes formabais parte de ese intelectual colectivo?

Lluís Filella Carballo.- La idea de Intelectual colectivo, también llamado intelectual orgánico, se refiere al conjunto de ideas y propuestas que nacen de un debate participativo que a partir de una reflexión conjunta lanza las líneas de actuación de una organización.

La participación en ese debate y en la elaboración de propuestas incluye a todas aquellas personas que se sienten interpeladas, y se incluyen y se adhieren a un proyecto u organización, política o sindical.

Salvador López Arnal.- ¿Y por qué en torno a Manuel Sacristán? ¿Qué representaba Sacristán en aquellos años?

Lluís Filella Carballo.- Alejándonos de personalismos, Manuel Sacristán, por su formación y capacidad intelectual, articulaba los debates y la participación colectiva a la que me he referido antes.

Salvador López Arnal.- ¿Qué posición mantuvo Sacristán en aquella discusión? ¿Cuáles eran sus principales argumentos?

Lluís Filella Carballo.- En torno a él, una serie de profesores de universidad, trabajadoras de la enseñanza privada y algunas de la escuela «estatal» nos posicionamos claramente a favor del sindicato de clase.

Luchar por una educación de calidad y por la mejora de las condiciones laborales de quien trabajábamos en ella, eran las dos caras de una misma moneda. Es decir, que el conjunto de la sociedad, las familias y los y las trabajadoras de la enseñanza debíamos luchar conjuntamente por alcanzar el objetivo de una escuela pública catalana, laica, gratuita, democrática y coeducativa, evitando corporativismos que en nada favorecen avanzar para conseguir esos objetivos.

Salvador López Arnal.- ¿Recuerdas nombres de esas personas a las que haces referencia? ¿Tal vez Paco Fernández Buey, Giulia Adinolfi, Jordi Olivares, Joaquín Miras…?

Lluís Filella Carballo.- No quisiera citar nombres para no dejarme a nadie. Pero sí, los que mencionas y muchos más, que o bien a finales de los 70 o a lo largo de los 80 fueron personas decisivas en la creación y consolidación de la Federación de Enseñanza de CCOO.

A riesgo de olvidos importantes yo añadiría a Faustino Miguelez, Albert Recio, Miguel Candel, Eduardo Butragueño, Guillermo Lusa, Albert Coromines de Universidad. Joana Agudo, Cinta Llorens, Eugènia Sánchez Carreté, Pilar Sabaté, Biel Dalmau, educadoras del Ayuntamiento de Barcelona. Carola Ribaudi, Núria Bergé, Javier Camacho, Mercè Vidal, Lidia Tua, Fernando Lezcano, Joan Carles Gallego, Xesús González, Carles Sánchez, Joan Fradera, de la enseñanza pública no universitaria. Jordi Olivares, Michelle Lefalchier, Pilar Fuster, Dolors Porcel, Zacarías Henar, de Privada. Enriqueta Guardiola, Patro Butron, Josefina Pujol del Personal Laboral del Departament de Educación.

Salvador López Arnal.- Dices que también os apoyaban trabajadores de la enseñanza privada. ¿Cómo contactasteis con ellas? No sería fácil.

Lluís Filella Carballo.- No es que el profesorado de la privada nos apoyara. El hecho es que la proximidad de la patronal, del empresariado, favorecía una mayor conciencia de clase y, por tanto, argumentos para decantarse hacia la posición de crear la Federación de enseñanza dentro de CCOO.

Salvador López Arnal.- Cuando hablas de escuela laica y democrática, ¿a qué te estás refiriendo?

Lluís Filella Carballo.- En julio de1975, hace ahora 50 años, en la «X Escola d’Estiu de Rosa Sensat» se aprobó en asamblea el primer manifiesto por la escuela pública catalana y en ese manifiesto, se reivindica la escuela laica, es decir no confesional, frente a las escuelas católicas que dominaban ampliamente la educación de la época. La Escola Pública debe ser laica y, por tanto, dejar fuera de las aulas el adoctrinamiento religioso.

El apelativo de «democrática» se refiere a la necesidad de la participación de todos los miembros de la comunidad educativa, en la gestión de los centros, a través de «Consell Escolar», donde deben estar representadas las familias, el alumnado, el profesorado, el personal de soporte a la enseñanza y el personal de administración y servicios.

Salvador López Arnal.- Hablas de evitar corporativismos, ¿existían esos corporativismos entre el profesorado de la época?

Lluís Filella Carballo.- Existían y por desgracia aún existen, de ahí la necesidad de estar organizados con el conjunto de la clase trabajadora para luchar conjuntamente por una enseñanza de calidad y por la mejora de las condiciones laborales de quienes trabajan. Es una lucha que no se puede separar y que el corporativismo dificulta enormemente.

Salvador López Arnal.- Coincidiste con las posiciones que defendía Sacristán. ¿Te influyó, si fue el caso, su figura, su relevante papel en la lucha antifranquista?

Lluís Filella Carballo.- Evidentemente. Yo en ese momento estaba trabajando de maestro de EGB en la Escuela «Font dels Eucaliptus» de Torre Baró, Barcelona y el conjunto de padres y madres estaban afiliadas a CCOO, como lo estaba Manolo Vital, presidente de la AA.VV., de la Asociación de Vecinos de Torre Baró y miembro del Comité de Empresa de Transportes de Barcelona, cabeza visible de la lucha por conseguir un autobús para el barrio.

El hecho de estar trabajando en un barrio obrero me influyó directamente para posicionarme a favor de la tesis defendida por Manuel Sacristán, de afiliarme y empezar a organizarme en CCOO, sindicato nacional y de hombres y mujeres y de clase.

Salvador López Arnal.- ¿Manolo Vital no es el de El 47? ¿Le conociste personalmente? ¿También estuvo implicado en vuestra lucha?

Lluís Filella Carballo.- Sí, Manolo Vital, extremeño como mi familia por parte de madre, era trabajador y delegado por CCOO de Transportes de Barcelona y Presidente de la AAVV de Torre Baró, como decía, protagonizó con centenares de vecinas y vecinos del barrio, el secuestro del autobús 47, para demostrar que sí podía circular por el barrio a pesar de sus características geográficas.

Manolo no tenía a su hijo en la Escuela donde yo trabajaba, pero como vecino del barrio colaboraba en las luchas de la enseñanza de la época y evidentemente, como afiliado de CCOO, influyó en mí para decantarme por participar en la creación de la Federación de Enseñanza de CCOO.

Salvador López Arnal.- Me salgo del guion. ¿Qué te ha parecido la película?

Lluís Filella Carballo.- Me gustó, pero, como dices, es una película, no es un documental. Por eso se permite un montón de licencias poéticas, como son que Manolo tenía un hijo, no una hija, y sí una nieta Joana, maestra de escuela pública en Mataró.

También en un momento de la película se hace referencia a la falta de escuela y la utilización de tranvías en desuso como aulas. Eso fue verdad, pero 10 años antes de los hechos del «47» el 8 de mayo de 1978. La escuela Font dels Eucaliptus estaba construida y en funcionamiento desde 1969; las aulas-tranvía funcionaron desde 1966 a 1969.

También la película muestra a Manolo Vital como un héroe solitario, cosa que no es así, ya que él estaba organizado sindicalmente y en el barrio. La lucha fue colectiva.

Estas licencias poéticas dulcifican la película y hacen que pueda gustar a sectores muy amplios de la sociedad.

Algo a destacar es que «El 47» ha situado Torre Baró en el mapa de Barcelona. Hace un año, cuando decía que yo había empezado a trabajar de maestro con 21 años en Torre Baró, la gente me decía: «Torre, ¿qué?». Ahora todas las personas saben dónde está Torre Baró.

Salvador López Arnal.- Cojo el hilo de nuevo. ¿Habías leído en aquel año de 1977 algunos de los artículos o trabajos de Sacristán?

Lluís Filella Carballo.- No, la verdad que como maestro de escuela mis lecturas estaban más relacionadas con la pedagogía: Rosa Sensat, Freinet, Montessori, Makárenko. Es a partir del modelo sindical en enseñanza cuando empiezo a oír hablar de Sacristán y de las personas que le rodean.

Salvador López Arnal.- ¿A qué personas te refieres?

Lluís Filella Carballo.- Bien, en contra de mi intención inicial, en una pregunta anterior he citado una lista bastante amplia. Básicamente el entorno más directo de las personas de universidad.

Salvador López Arnal.- ¿Cómo reaccionó la dirección del sindicato (y del partido tal vez) ante la «revuelta» que estabais protagonizando?

Lluís Filella Carballo.- Tras un posicionamiento inicial en favor del Sindicato Unitario de Enseñanza, desde la Secretaria General y de Organización de la CONC, a la vista que UGT estaba por impulsar la reorganización de la FETE (Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza), no hubo resistencia en que algunas personas heterodoxas con la dirección, tanto del partido como del sindicato, optáramos por empezar a constituirnos en sindicatos locales. Ya a finales de marzo del 77, como he dicho antes, se constituyó el Sindicato de Barcelona de CCOO de Enseñanza, que más tarde, en junio de 1978, se unió en la Federación de Enseñanza de CCOO.

Con el paso de tiempo la razón se posicionó al lado del sindicalismo de clase básicamente por dos motivos.

Salvador López Arnal.- ¿Qué motivos son esos?

Lluís Filella Carballo.- La pretendida unidad del Sindicato Unitario se vio desquebrajada cuando diversas opciones irrumpieron en el sector de la enseñanza. La FETE-UGT reapareció de la mano del PSOE, la CNT organizó si sector de enseñanza, el PTE creó la CSUT, la ORT creó el SU. Aparecieron también sindicatos corporativos de derechas como ANPE o CSIF… Por tanto, la división estaba servida.

El pretendido sindicato unitario era un sindicato más y para colmo corporativo, aunque ellos lo negaran. Con el tiempo, se ha demostrado que lo era al fin y al cabo.

Salvador López Arnal.- ¿Te estás refiriendo a la USTEC?

Lluís Filella Carballo.- Sí, sí, la Unión Sindical de Trabajadores de la Enseñanza de Catalunya, que con una pátina progresista, en realidad tienen un comportamiento básicamente corporativo.

Salvador López Arnal.- Has comentado que no hubo oposición por parte de la dirección del partido y del sindicato, pero tengo entendido que no os lo pusieron fácil, que ellos no estaban por un sindicato de enseñanza de CC.OO.

Lluís Filella Carballo.- De entrada fácil, fácil, no, ya que desde la dirección del partido se apostaba por constituir un Sindicato solo de enseñanza, con debates bastante duros y con parte de la dirección del partido perteneciente al sector de enseñanza afiliándose a la USTEC. Cuando a mediados de 1977 un grupo considerable de trabajadores de la enseñanza decidimos crear los Sindicatos de Enseñanza de CCOO y posteriormente la Federación de Enseñanza de CCOO no hubo oposición alguna por parte de la dirección del sindicato.

La verdad es que yo nunca me sentí coaccionado o apartado por la dirección por optar por la Federación de enseñanza de CCOO, en lugar de afiliarme a la USTEC como era la directriz de la dirección, tanto del PSUC como de CCOO.

Salvador López Arnal.- ¿Recuerdas alguna intervención relevante de Sacristán en aquellos meses?

Lluís Filella Carballo.- Ninguna en especial. Simplemente las que se iban produciendo en los debates que del 1 de marzo al 1 de julio de 1977 se iban produciendo en el seno de CCOO.

Salvador López Arnal.- ¿Fue Sacristán el redactor de las líneas programáticas de la federación de enseñanza?

Lluís Filella Carballo.- Siempre se ha dicho que el documento fundacional de la Federación de Enseñanza «Líneas programáticas» de la FECCOO fue redactado por él. Pero, aunque así fuera, la realidad es que el contenido es fruto del debate realizado por muchas personas durante esos tres meses de 1977, haciendo realidad lo que hemos dado en llamar un intelectual orgánico o colectivo.

Ahora, a punto de cumplir 50 años de aquel debate, podemos afirmar que a largo plazo el pensamiento ha dado la razón a las personas que apostamos por CCOO, por un sindicato de clase, del cual me he sentido y me siento orgulloso después de todo este tiempo.

Salvador López Arnal.- ¿Y jugó algún papel Sacristán en la difusión de vuestros acuerdos, de esas líneas programáticas de las que me has hablado? En mis recuerdos está la presentación de la federación en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona.

Lluís Filella Carballo.- Efectivamente, el documento programático, que aún conservamos en el archivo de la FECCOO, tuvo multitud de actos de presentación en centros de trabajo, territorios y, por supuesto, en la universidad, presentaciones en la que en más de una ocasión participaba directamente Sacristán.

Salvador López Arnal.- ¿Se conserva el material de todas aquellas discusiones?

Lluís Filella Carballo.- Tenemos algún documento previo a la constitución de la Federación de Enseñanza de CCOO, pero la documentación básica es a partir del 1 de julio de 1977.

Salvador López Arnal.- ¿Quieres añadir algo más?

Lluís Filella Carballo.- Básicamente agradecerte poder expresar en esta entrevista experiencias vividas por mí hace 50 años y de las que tengo un gran recuerdo. Tanto de aquel momento como ahora me siento muy orgulloso de mi Federació d’Educació de CCOO.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.