El 9 de Mayo, en 1945, el mariscal Keitel firmó la rendición del ejército nazi alemán, luego que las tropas soviéticas entraron en Berlín, izando la bandera roja sobre el Reichstag. Los delirios de superioridad de Adolfo Hitler y otros desquiciados fueron usados por los banqueros e industriales en la idea de construir un imperio […]
El 9 de Mayo, en 1945, el mariscal Keitel firmó la rendición del ejército nazi alemán, luego que las tropas soviéticas entraron en Berlín, izando la bandera roja sobre el Reichstag.
Los delirios de superioridad de Adolfo Hitler y otros desquiciados fueron usados por los banqueros e industriales en la idea de construir un imperio mundial para mil años.
Con la invasión de Polonia, el 1º de septiembre en 1939, iniciaron la segunda guerra mundial. Luego con diferentes pretextos invadieron: Francia, Holanda, Hungría, Bélgica, etc., a veces con la complicidad de los gobernantes que temían les ocurriera lo que a los Zares de Rusia, que la revolución los privó de los privilegio que habían implantado durante siglos, mediante el obscurantismo y el terror.
Los pueblos invadidos sufrieron la barbarie de los campos de concentración y el saqueo de sus riquezas, que pasaban a financiar la industria de la guerra montada por la camarilla de Hitler, preparando la invasión de los vastos y ricos territorios del Estado obrero y campesino conformado por la Unión Soviética.
El 21 de Junio de 1941, las tropas nazis atacaron a la Unión Soviética, territorio donde se libraron las mayores y más decisivas batallas de la segunda guerra mundial.
El triunfo del Ejército Rojo en las cruentas batallas de Stalingrado y Kursk, en 1943, comandado por los Mariscales Zhukov y Kóniev demostraron que los soviéticos y los guerrilleros de los países ocupados tenían la capacidad y el apoyo de los pueblos sometidos para liberar Europa.
Sólo entonces, el 6 Junio de 1944, pasados 5 años del inicio de la invasión nazi a Europa entraron en combate tropas inglesas y de EE.UU. El alto mando de EE.UU. e Inglaterra, cegados por el anticomunismo no les conmovía el horror de los campos de concentración, el bombardeo de las ciudades, esperaban que los nazis fascistas vencieran al Ejército Soviético.
La tragedia de la ll guerra mundial pudo ser contenida, de haberse efectuado antes el desembarco en Normandía, evitando las millones de víctimas en las cámaras de gases, los hornos crematorios, los campos de concentración, los trabajos forzados hasta la muerte, y se destruyera gran parte de Europa.
La guerra costo más de 50 millones de vidas, 27 millones del valeroso pueblo ruso, 6 millones de judíos, y otros tantos de otras nacionalidades, además de las incalculables pérdidas materiales y atraso al desarrollo de la humanidad.
Ahora, las invasiones de Afganistán, Libia e Irak, las guerras locales en países árabes, el bombardeo a Palestina por parte Israel, la situación de Ucrania, e intenversiones militares empujadas por los dueños de las transnacionales de EE.UU y de la Unión Europea en diferentes países, amenazan con otra guerra mundial por la posesión del petróleo, el agua y los minerales estratégicos.
En Chile, la base militar de EE.UU instalada en Concón, próximo a Valparaíso, en abril de 2012, durante el gobierno de Sebastián Piñera, cuando Andrés Allamand era Ministro de Defensa, por las experiencias históricas, es una amenaza a la soberanía nacional.
En la 6ta. Cumbre de las Américas, realizada en Panamá, abril de 2015, los presidentes de 35 países latinoamericanos, incluida Cuba, acordaron declarar zona de Paz nuestro continente. Y que toda controversia se resuelva mediante diálogos, exigiendo a EE.UU no intervenga en los asuntos internos de los países, y que la CIA no promueva golpes de Estado, como ahora en Venezuela.
Éstas líneas del Partido de Recabarren, Neruda y Gladys Marín en homenaje y reconocimiento a quienes entregaron sus vidas, y a quienes sufrieron lo indecible en la lucha por liberar a la humanidad del nazi-fascismo.
Comité Comunal Gladys Marín del Partido Comunista de Chile.
La Florida, Santiago, Mayo de 2015
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