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A propósito del 68, crítica de la crítica conservadora

Fuentes: Rebelión

Los años sesenta y setenta del siglo pasado han marcado una serie de luchas, resistencias y confrontaciones contra las formas de vida capitalista, contra la intervención imperialista y por la transformación de la vida por fuera de las jerarquizaciones y relaciones opresivas. Este tipo de antagonismo cruzó los diferentes continentes, desde el histórico, y por […]

Los años sesenta y setenta del siglo pasado han marcado una serie de luchas, resistencias y confrontaciones contra las formas de vida capitalista, contra la intervención imperialista y por la transformación de la vida por fuera de las jerarquizaciones y relaciones opresivas. Este tipo de antagonismo cruzó los diferentes continentes, desde el histórico, y por tanto, mítico Mayo Francés, hasta las revueltas de México y Argentina, sumando a la lucha contra la intervención norteamericana en Vietnam, y las confrontaciones al régimen burocrático de la URSS en Yugoslavia, teniendo como antecesor el proceso de Hungría del año 56. Estos años han marcado una época de movilización de los oprimidos contra las formas de opresión de la sociedad capitalista, en sus variantes formas, así como también contra la supuesta sociedad alternativa al capitalismo, el socialismo soviético que oprimía las libertades democráticas de la clase trabajadora que no estaba en el poder, producto de la estalinización del régimen que en tiempos de la Revolución Rusa se había constituido sobre la democracia obrera expresada en los organismos de autogobierno de las masas.

Esta época de alzamiento y movilización de los oprimidos desencantó en la ofensiva imperialista y patronal que construyó un proyecto propio de razón del mundo, el neoliberalismo, modelo de acumulación que desborda las intenciones de ser un mero proyecto de desregularización del trabajo para devenir en una gubernamentalidad de los cuerpos acentuada en la excitación de conductas de auto-responsabilización y de precarización. El gran problema que nos enfrentamos quienes tenemos la intención de dilucidar las causas de la derrota de ese amplio movimiento y la decantación en una razón de gobierno que ha acrecentado la extracción de plusvalía, recae en la recuperación de un pensamiento estratégico, es decir, en la recuperación de una teoría crítica (el marxismo) con voluntad de transformación del orden social, basado en el norte de la toma del poder político por la clase obrera en alianza con los sectores oprimidos de la sociedad capitalista, para destruir el Estado burgués y suplantarlo por instituciones propias de los subalternos que expresen el poder de los oprimidos.

Si este es uno de los ejes necesarios sobre los que debe descansar las intenciones intelectuales, y por tanto militante, en tiempos de crisis económica mundial, sucede que dichas intenciones se encuentran en minoría frente a una serie de teorías que son desarrolladas desde otra dirección, en claro sentido anti-estratégico, operando desde la peligrosa conciliación entre reclamos de mayores libertades democráticas y desregularización de la vida social llevada a cabo por el proyecto neoliberal. Estos teóricos, entre ellos Žižek, Bifo, y una cantera de militantes y ex militantes que convergen en partidos no necesariamente estalinistas. La principal conclusión a la que llegan estos teóricos anti-estratégicos es considerar que el neoliberalismo ha subsumido los reclamos de mayores libertades democráticas y de autonomía, constituyendo una prolongación de las tesis obreristas italianas que consideraban que el capital tiende a reconstituir su hegemonía mediante la subsunción de las formas de lucha y resistencia obrera.

El problema de tal conclusión no es que el neoliberalismo subsuma las formas de resistencia y antagonismo de la clase obrera, como es el caso del reclamo de mayor autonomía, de robar mayor tiempo libre al trabajo asalariado, sino que el problema recae en que estos teóricos anulan y deslegitiman las formas de antagonismo en el plano sexual y cultural, desprestigiando dichas luchas por no abarcar el horizonte capitalista. Žižek llega a la conclusión de que dichas luchas (feministas, anti-racistas, descolonizadoras) no hacen más que reproducir el sistema capitalista, ya que reducen a la subjetividad a los modos de subjetivación históricos, explorando aspectos ónticos, por lo que dejan de lado la cuestión ontológica del sujeto, el cual sería un sujeto incompleto, trayendo como conclusión la inactividad del militante comunista que debe esperar el acontecimiento disruptor. En el otro extremo, Bifo, al caracterizar al neoliberalismo como producto de los reclamos de autonomía, dicha derrota imposibilita una transformación global de un sistema que globaliza los mecanismos de exclusión.

En otra línea, estos pensadores conservadores terminan concluyendo que nuestras sociedades son posmodernas y celebran la diferencia abstrayéndose de la jerarquía de las clases sociales, donde la pequeña burguesía que se alzó en los la segunda mitad del siglo XX terminó haciendo una alianza con el capital para poder escapar del aburrimiento que provocaba una sociedad moralizada en lo sexual y estrecha en lo cultura, a costa de la explotación de miles de millones de cuerpos que son sometidos a la precarización y la incertidumbre. Esta línea de pensamiento no es más que una concepción conservadora de las pulsiones libertarias que conlleva poner en entredicho el régimen político heterosexual, en cuestionar las jerarquías. Estos conservadores se quieren disfrazar de Lacan para manifestar que los cuerpos rebeldes sólo están buscando un nuevo amo, cuestión que esconde en el fondo las verdaderas concepciones sobre cómo deben constituirse los cuerpos luego del proceso revolucionario, como cuerpos dóciles que puedan acatar las órdenes del comité central, que acepten las jerarquías que no desean transformar porque pondrían en jaque sus propias concepciones patriarcales y conservadoras.

Daniel Sicerone, Filósofo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.