Traducido del francés para Rebelión por Susana Merino
Con ocasión del 70 aniversario del desembarco de Normandía, todos los medios han coincidido en destacar el heroísmo de nuestros soldados en la última guerra mundial, es sorprendente que a nadie le haya parecido oportuno hablar de los verdaderos beneficiarios de ese conflicto.
Pues bien, como lo precisa el historiados Jacques Pauwels en sus obras (El mito de la buena guerra y Grandes Negocios con Hitler), los archivos desclasificados de la última guerra mundial muestran que muchas sociedades estadounidenses, luego de haber realizado amplias inversiones en Alemania en los años 30, colaboraron directamente con Hitler. Nos hemos enterado así que el conflicto permitió a las grandes empresas como DuPont, Union Carbide, Westinghouse, Ganeral Electric, Goodrich, Singer, ITT, Kodak y la Banca Morgan ¡acumular enormes beneficios! Y lo que es peor que sin la ayuda estadounidense Hitler no hubiera podido contar con dos elementos indispensables para llevar adelante su «guerra relámpago: camiones y combustible. Como Alemania no tenía ni unos ni otro fue ESSO quien le proveía el combustible mientras que los camiones procedían de las fábricas alemanas Ford y General Motors. Por otra parte sin Hitler las empresas estadounidenses no hubieran podido ganar tanto dinero como en Alemania en los años 30 y en los comienzos de la guerra! Los grandes hombres de negocios estadounidense adoraban entonces a Hitler y en junio de 1940 estaban todos presentes, encantados y orgullosos cuando el cónsul alemán en Nueva York festejó las victorias de su país durante una comida en el hotel Waldorf-Astoria.
Henry Ford, rico industrial condecorado por Hitler en 1938 con la «Gran Cruz del Aguila alemana» la más alta condecoración nazi para los extranjeros declaraba: «Ni el Eje ni los Aliados deberían ganar la guerra. Los EEUU deberían proveer a ambos campos los medios necesarios para continuar combatiendo hasta que ambos se derrumben». Harry Truman futuro presidente de los EEUU declaraba igualmente en 1941: «Si gana Alemania, debemos ayudar a Rusia y si gana Rusia debemos ayudar a Alemania de modo que en ambos bandos muera el máximo posible»
En síntesis hoy como ayer los industriales y los banqueros, muy influyentes y hasta dominantes en los grandes países industrializados, consideran que las guerras – ya fueren defensivas u ofensivas, qué importancia tiene! Deben servir para conquistar y mantener los mercados, las posibilidades, las fuentes de materias primas importantes y muchas veces escasas como el petróleo y también como acceso a un reservorio de mano de obra barata…
Hoy mismo leyendo un valiente relato de un soldado que regresaba de Irak, no he podido dejar de pensar que la formación de los combatientes carece peligrosamente de visión política. La mayor parte de las veces son convencidos de que van en ayuda de los pueblos oprimidos, mientras que cualquier balance de esas guerras permite comprobar que son millones las personas que mueren, son heridas o desplazadas, que se destruyen las infraestructuras y que la multinacionales se encuentran ofreciendo sus servicios e iniciando la reconstrucción apenas termina la guerra … a costa de la población desde luego. En suma los verdaderos beneficiarios de esas carnicerías son las empresas que proveen armas, equipamiento y alimentos…y que participan inmediatamente en la reconstrucción, asegurando que su único objetivo es derrocar dictaduras y reimplantar la democracia!
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