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A Yasunizar el área devastada por la refinería

Fuentes: Acción Ecológica

El Colectivo Yasunidos acaba de darnos un nuevo ejemplo de coherencia al plantear la recuperación del terreno donde se pretendería construir la Refinería del Pacífico e impulsar en ese sitio un parque agroecológico. Esta propuesta gana ahora mayor relevancia: Primero, porque el terremoto que afectó principalmente a la provincia de Manabí, demostró la inviabilidad de […]

El Colectivo Yasunidos acaba de darnos un nuevo ejemplo de coherencia al plantear la recuperación del terreno donde se pretendería construir la Refinería del Pacífico e impulsar en ese sitio un parque agroecológico.

Esta propuesta gana ahora mayor relevancia:

Primero, porque el terremoto que afectó principalmente a la provincia de Manabí, demostró la inviabilidad de construir una Refinería en una zona con elevada actividad sísmica, como consta en el Informe para el Análisis de Línea Base del Medio Geofísico (Estudios realizados para la RDP por SK E&C Constructores Ecuador S.A., 2009). Aunque la Refinería dejó de construirse principalmente por falta de financiamiento, es un alivio para todos los ecuatorianos si pensamos en los impactos que el terremoto habría causado, principalmente explosiones de gran magnitud, en una industria que manipula sustancias muy inflamables y tóxicas, a temperaturas muy altas que llegan a más de 800 grados centígrados. Esta situación habría agravado aún más los impactos sociales, económicos y ambientales causados por este fenómeno en la zona. De hecho, el terremoto ocurrido en Japón en 2011 que provocó daños en la central nuclear de Fukushima también dio lugar a un inmenso incendio en la refinería Ichihara.

Segundo, porque los Yasunidos, armados de una verdad incuestionable como es la importancia de dejar el crudo bajo el suelo en el Yasuní, nos recuerdan que la Refinería del Pacífico procesaría el crudo pesado que se pretende explotar en ese parque nacional amazónico. Además, nos revelan que esa señal clara para frenar el cambio climático ha logrado inspirar a mucha gente en otros países, y juntos dieron impulso a las jornadas internacionales Break Free Fossil Fuels, para cuestionar la industria extractivista y los combustibles fósiles, por ser la causa principal del calentamiento global.

Al ingresar al terreno en donde se construiría la Refinería del Pacífico, los Yasunidos se encontraron con una gran extensión de tierra seca, 500 hectáreas deforestadas por la empresa brasileña Odebrecht, que fue contratada para preparar el terreno -y que provocó explosiones con dinamita, entre otras tecnologías de punta …-.

Break Free Fossil Fuels se realizó en los seis continentes, con manifestaciones de protesta pacíficas en países como Australia, Alemania, Brasil, Reino Unido, Turquía y Estados Unidos; todas ellas en rechazo a la explotación de carbón o en contra de las refinerías petroleras. Estas y muchas otras acciones han sido recogidas por agencias de noticias como Associated Press, Le Monde, Reuters, All Africa, The Guardian, Spiegel, The Nation, Deutsche Welle, lo que indica el reconocimiento mundial a esta iniciativa, cada vez más arraigada en la sociedad, en favor del cuidado y defensa de la humanidad, tan gravemente vulnerada por la explotación, refinamiento, transporte y consumo de los combustibles fósiles y la necesidad apremiante de dar paso a alternativas energéticas distintas.

Antes de la devastación, en este sector se encontraban remanentes de bosque tropical seco que en otras zonas ha desparecido casi por completo. Y existían cultivos de subsistencia manejados por comunas ancestrales de la zona.

Jóvenes del Colectivo Yasunidos, de manera alegre y no violenta, ingresaron aquí a sembrar árboles, como un símbolo que representa la propuesta de restaurar ecológicamente esta zona -hoy devastada para la Refinería- para transformarla en un Parque Agroecológico en beneficio de la comunidad.

Un lugar donde la recuperación del bosque tropical, el impulso de iniciativas agroecológicas manejadas por las mismas comunas que fueron despojadas de estas tierras, la utilización de energías alternativas, el fomento del ecoturismo comunitario, el surgimiento de áreas de recreación y educación ambiental donde se valore la belleza de la naturaleza, sean un mensaje claro a las futuras generaciones de que aquí se desafió a la civilización petrolera.

Se trata de una invitación para recuperar ecológica y democráticamente esta zona devastada de Manabí.

Fuente: http://www.accionecologica.org/editoriales/1937-2016-05-18-20-19-03