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BRICS+ 2024

Acercamiento entre China e India conveniente para el Sur global

Fuentes: Rebelión

Ese acercamiento es un resultado importante de la cumbre de los BRICS+ en Kazán. China es la primera economía del mundo e India la tercera y ambas son las de mayor crecimiento entre las economías del mundo. Ese crecimiento imparable amenaza con desplazar a la tradicional jerarquía de potencias económicas mundiales simbolizada por el G-7, que supuestamente incluye a las siete economías mundiales más importantes, cuya lista encabeza Estados Unidos.

Por ese y otros motivos la  diplomacia del viejo orden mundial colonialista viene intrigando desde hace una década para confrontar a la India con China, lo que no es más que continuar la vieja política anglosionista de “divide y vencerás”, que los países que amenazan la supremacía angolsionista se destruyan mutuamente o por lo menos se confronten.

Como entre China y la India existen algunos viejos problemas fronterizos que en ocasiones han provocado escaramuzas entre tropas chinas e hindúes, el Secretario de Estado estadounidense-israelí Antony Blinken ha visitado Nueva Delhi para ofrecer apoyo y armamento estadounidense a la India buscando que escale esos roces con China en una confrontación verdadera. Pero el Primer Ministro Modi se ha hecho el sordo.

 El ambiente de la Cumbre del BRICS+ fue de distensión y colaboración entre los socios para avanzar hacia un  mundo multipolar. La presencia de Vladimir Putin como presidente de la Cumbre obtuvo un resultado notable de la diplomacia rusa en el acercamiento entre China y la India, porque  ambos países tienen buenas relaciones con  Rusia y son clientes  de la energía y el armamento de Rusia. El buen ambiente  de la Cumbre del BRICS favoreció una reconciliación entre China y la India que disipa la conspiración anglosionista para enfrentar a esas dos grandes potencias  del mundo actual y del mundo futuro.

En cuanto a las cuestiones relacionadas con la zona fronteriza entre China y la India, los medios de comunicación indios informaron de que ambas partes completarán la retirada de tropas en dos puntos del llamado Ladakh Oriental entre el lunes y el martes.

Esto ha atrajo una atención significativa de la comunidad internacional, algo que destaca sus importantes implicaciones prácticas para que las relaciones bilaterales  en Asia vuelvan pronto a la senda del desarrollo estable e inyecten factores positivos para  la estabilidad regional y mundial.

En junio de 2020 estallaron enfrentamientos en el valle de Galwan,  lo que  culminó problemas de larga data y nuevos conflictos entre China y la India, un estallido estrechamente vinculado a  intrigas  en el panorama internacional y regional que complicaron la situación fronteriza y dañaron  la confianza política de la opinión pública  en ambos países con los anglosionistas soplando para  avivar el fuego.

 En los últimos cuatro años los dos países y sus ejércitos han participado en docenas de rondas de consultas para estabilizar la situación fronteriza y han logrado reducir continuamente las diferencias, ampliando el consenso y consolidando los resultados de las negociaciones. Poco a poco han llegado a la etapa actual, que es un proceso natural  bien ganado entre países que han sido víctimas de quienes ahora  rigen el presente orden mundial.

Esto refleja un entendimiento compartido entre China y la India sobre la necesidad de estabilidad y desarrollo en la relación bilateral, mostrar el compromiso de ambas para resolver las diferencias a través de consultas pacíficas. Ha creado una imagen  de racionalidad, moderación y paciencia entre  esos dos grandes países vecinos en la resolución de problemas fronterizos a través de negociaciones y consultas pragmáticas, un progreso  que ayuda a romper el estancamiento de larga data en las relaciones bilaterales entre China y la India, sentando la base para  normalizar la cooperación en  los muchos campos en que resulta mutuamente conveniente, algo que corresponde  a las sinceras esperanzas de la comunidad internacional, un desarrollo estable de las relaciones entre ambos países.

Tanto en China como en la India aprecian las valiosas soluciones, que han pasado por cuatro años de giros y vueltas. El mecanismo de Representantes Especiales sobre la cuestión fronteriza entre China y la India, que anteriormente funcionaba bien, seguirá desempeñando su papel como un canal importante para la comunicación sobre asuntos estratégicos entre las dos naciones. Varios medios de comunicación indios  expresaron expectativas positivas,  porque una cooperación entre China y la India en áreas como vuelos directos de pasajeros, fabricación de productos electrónicos, productos farmacéuticos, vehículos eléctricos, inversión, interacciones diplomáticas  en el escenario internacional. También señalaron que «el interés nacional de la India exige mejores relaciones con China».

Voces cautelosas en la opinión pública que sugieren que los últimos acontecimientos son solo «un primer paso para una colaboración más amplia que una vez superado el punto muerto en que habían quedado se anticipa un retorno benefactor a la normalidad que supere las brechas y reconstruya confianza  con el tiempo y paciencia oriental  propiciará relaciones que pueden ser muy provechosas entre los dos países más poblados del mundo”.

El mundo turbulento  que  crea el Gobierno de Washington para favorecer su industria de armamento será más tranquilo si está interconectado  y eso ejerce un impacto  favorable en las relaciones entre China y la India más allá del ámbito bilateral, sino que  agrega certidumbre externa al desarrollo estable de las relaciones entre China y la India.  Este acercamiento en Kazán es una  muestra de mayor sabiduría de ambas partes para  colaborar en resolver los problemas que ya presenta el remplazo de la presente jerarquía mundial.

Para reducir las  fluctuaciones en las relaciones entre China y la India y minimizar las perturbaciones geopolíticas de terceros con intenciones maliciosas ocultas, ambas partes deben respetar y adherirse a la serie de acuerdos fronterizos, protocolos y tratados establecidos anteriormente. China y la India deben resumir las prácticas y experiencias efectivas en la gestión de conflictos anteriores, aclarar los requisitos para manejar las emergencias fronterizas y definir el alcance y los mecanismos de cooperación en las zonas fronterizas.

Todo eso ayudará a mantener una atmósfera adecuada para mejorar y desarrollar las relaciones bilaterales hasta que los problemas se resuelvan de manera justa y razonable. Las resoluciones actuales no deben considerarse una mera «desescalada táctica»  que conviene a ambos en vista del nuevo orden mundial que se perfila, una moneda de cambio con terceros o un espacio para la «interpretación unilateral» del futuro, ya que esto podría conducir a  aciertos de juicio estratégico.

Al mismo tiempo, las experiencias y lecciones de las fluctuaciones pasadas en las relaciones entre China y la India deben servir como una nueva base para que ambas partes se entiendan mutuamente con precisión dentro de los contextos nacionales e internacionales actuales. Las relaciones entre China y la India nunca han sido unidimensionales ni están limitadas por una narrativa de rivalidad de «dragón contra elefante». La cuestión fronteriza no es la totalidad de la relación bilateral, y la cooperación mutuamente beneficiosa se alinea con los intereses compartidos de ambos países.

En términos de la búsqueda de la modernización, China y la India pueden y deben ser socios que se apoyan mutuamente. Es más probable que el «período de oportunidad estratégica» de la India surja de la solidaridad asiática y de la conciencia colectiva del «Sur global», más que de una suposición de «fragilidad».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.