El sistema capitalista durante su dilatada existencia y en sus épocas de bonanzas así como en sus etapas o ciclos de crisis, ha tenido la capacidad de buscarles sobrenombres a dichas crisis, y al tratar de escapar de dichas crisis y de las criticas, recurriendo a sus ideólogos de turno, no ha cambiado en nada […]
El sistema capitalista durante su dilatada existencia y en sus épocas de bonanzas así como en sus etapas o ciclos de crisis, ha tenido la capacidad de buscarles sobrenombres a dichas crisis, y al tratar de escapar de dichas crisis y de las criticas, recurriendo a sus ideólogos de turno, no ha cambiado en nada absolutamente el sistema, sino que siempre trata de acomodarse a las circunstancias y acude a diferentes modelos económicos para seguir sobreviviendo. Así recurrió en su oportunidad al capitalismo de estado y fracasa este modelo y después al fascismo, instaurando dictaduras militares, con sus respectivos baños de sangre y cuando los pueblos con sus luchas rechazan y derrotan el oprobio fascista, inmediatamente por conveniencia como algo novedoso apelan al viejo liberalismo a través de gobiernos seudo democráticos, es decir al neoliberalismo como una nueva panacea y forma de paliar y solucionar sus crisis de un sistema incapaz de dar respuestas válidas a la humanidad y al planeta y que cada día se agota más y más.
Esta actitud del sistema capitalista la hemos estado viviendo los pueblos y continua ahora con más vehemencia fascista al ver desesperadamente que ya no le queda modelo por experimentar, sino lo que estamos viendo, el atraco y el asalto a los pueblos de forma descarada cometiendo genocidios con la más temible frialdad de pretender imponer y hacer su voluntad por encima de gobiernos y opinión publica mundial que rechazan vehementemente todas sus fechorías a nombre de su cacareada Libertad y democracia que ellos no practican.
Ante este panorama se impone la necesidad del esclarecimiento ideológico para tipificar las actitudes del imperio y evitar todos sus vaivenes por camuflar sus carencias en esta hora decisiva en que los pueblos están en lucha en las calles, no en contra de modelos, sino en contra del sistema capitalista.
Es tarea ineludibles de nuestros lideres, responsables de partidos y organizaciones revolucionarias en general, jefes de gobiernos liberadores, académicos e intelectuales verdaderamente de izquierda y no vergonzantes, de expresar y luchar por la verdad revolucionaria, el de insistir por todos los medios al alcance, la necesidad de que solamente plantearse una lucha antineoliberal en estos momentos, no es otra que sino una buena trampa que le conviene al imperialismo. Es el momento de llamarle a las cosas por su verdadero nombre y esencia, de lo contrario puede parecer una estafa.
Es preciso aclarar que el neoliberalismo es un modelo económico de acumulación o saqueo capitalista dentro de los marcos del sistema capitalista, existen varios modelos, pero solo un sistema, el capitalista. No se puede estar comedidamente en contra del neoliberalismo por que no es el fundamento del capitalismo, derrotando el neoliberalismo no se derrota la explotación de la clase obrera ni mucho menos la pobreza y la miseria de los pueblos, por que cualquier modelo que venga después del neoliberalismo, en los marcos del sistema, vendrá a imponer y a reforzar las relaciones de producción capitalistas, llámese ese modelo capitalismo de estado, estado del bienestar, modelo hibrido, socialismo democrático, socialismo de mercado, etc.
Nuestra lucha es y debe ser, por encima de los espejismos momentáneos, derrotar el sistema capitalista, es decir la esencia del sistema, las relaciones de producción capitalistas y su carácter privado, estas relaciones sociales de producción no desaparecen al desaparecer el neoliberalismo, sino que continúan bajo formas cualitativamente distintas, pero que surten el mismo efecto: acumulación, concentración de la riqueza, superexplotación, hambre, miseria y descomposición social.
El único responsable de todo lo que paso, pasa y pasara es el capitalismo. Todas estas situaciones de crisis económicas de los pueblos, invasiones y saqueos de naciones, amenazas, bloqueos, genocidios, depredación del medio ambiente y peligro de una catástrofe nuclear, es responsabilidad única y exclusivamente del sistema capitalista a la cabeza de los Estados Unidos y todos sus satélites y de todos aquellos que no se opongan al sistema y no propugnen y luchen por la consolidación de un nuevo sistema económico y político donde el nombre no sea relevante, pero que imponga una sociedad de iguales, donde todo sea de y para todos ,en paz y en armonía con la naturaleza.
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