Dos circunstancias me llevan a redactar este artículo, sobre la situación vital que nos invade, en forma de aforismos: a) la cantidad de meras opiniones sin fundamento que circulan por los medios cuya finalidad, cuando son emanadas por quienes tienen algún tipo de poder, está cargada de malicia e intencionalidad, cuando no de ignorancia o […]
Dos circunstancias me llevan a redactar este artículo, sobre la situación vital que nos invade, en forma de aforismos: a) la cantidad de meras opiniones sin fundamento que circulan por los medios cuya finalidad, cuando son emanadas por quienes tienen algún tipo de poder, está cargada de malicia e intencionalidad, cuando no de ignorancia o interés personal; b) la idea de presentar de forma condensada el pensamiento ante una sociedad abrumada por la enorme cantidad de información que recibe, en la mayor parte de las ocasiones manipulada o confusa.
Del sistema y sus crisis
1. Las crisis no son iguales para todos. Aquellos que determinan cuándo hay crisis, y las enuncian, son los que nunca las sufren; sin embargo, los verdaderos afectados no tienen ninguna posibilidad de intervenir en su inicio, duración o final.
2. Los anuncios periódicos de crisis económica, como en la que supuestamente estamos ahora inmersos, sólo sirven para reajustar los beneficios de los más poderosos, generar nuevas bolsas de pobreza, pánico en las masas, sometimiento y merma en los procesos de lucha. Las desigualdades aumentan entre todos los estratos sociales y aquellos que tienen algún poder lo utilizan de forma sectaria para hacer más gruesa esa línea que separa a ricos de pobres.
3. Las crisis económicas o las «burbujas» son, y serán, cada vez más frecuentes en el tiempo, o de más larga duración hasta llegar a una crisis sin retorno.
4. Ahora, cuando lo que de verdad está en crisis es el propio sistema en su totalidad, la vida se ha convertido en una farsa, y está montada sobre el absurdo y la provisionalidad.
5. La vida se nos ofrece hoy día como un gran casino en cuyas mesas de juego se participa a través del engaño y de la ilusoria creencia de hacer fortuna, olvidándose de que los verdaderos ganadores son los dueños del negocio.
6. Aquellos que ostentan el poder real se han empeñado en eliminar lo que conocemos como estado de bienestar y en reducir a la mínima expresión a los Estados porque a su condición antisocial, irracional y egoísta les estorba todo aquello que tienda hacia la igualdad. Detrás de todo esto hay un problema de origen patológico.
7. El sistema en su conjunto está en crisis porque se ha roto su propia dinámica, porque los sectores productivos (pilar de la economía capitalista) ya no generan el enriquecimiento deseado, teniendo que recurrir a oscuras fórmulas tales lo que se conoce ahora como economía financiera (eufemismo de economía especulativa), a la corrupción que se va instalando en los ámbitos de poder sin que nadie pueda remediarlo o a la evasión de capitales a paraísos fiscales para eludir tributar.
Del sistema y la política
8. Los gobiernos de lo que conocemos como democracias representativas son los gestores públicos de los intereses privados de los ricos.
9. El término «democracia» se ha convertido ahora en el parapeto político de un sistema injusto tras el cual toda actuación de poder se legitima por una sencilla cuestión nominal del modelo, aunque, en realidad, no es otra cosa que una mera fachada para mantener la mansedumbre de las masas y para contener cualquier intento de rebeldía.
10. En estos momentos, neoliberalismo y socialdemocracia son las dos caras de la misma moneda.
11. La izquierda política de nuestro país, atomizada y desarticulada, parece estar diseñada por la derecha más reaccionaria, es decir, por el PP. Los grupúsculos que concurrirán en las elecciones generales (algunos forman parte del 15M) sólo conseguirán que esa derecha alcance la mayoría absoluta con la que jamás habría soñado. Luego vendrá el llanto y el crujir de dientes.
12. El binomio política oficial-medios de comunicación se ha constituido en un instrumento de engaño y manipulación, arrastrando a una sociedad, cada vez más enajenada, hacia la destrucción total de la conciencia e, incluso, de su propia identidad como seres humanos.
De la sociedad y las clases sociales
13. Hoy en día se reproduce el esquema social del feudalismo formado por clases privilegiadas y no privilegiadas. El poder económico de las clases privilegiadas les otorga el carácter de clases dominantes.
14. Clase dominante es una abstracción a la que tienden quienes están embargados por un conjunto de contravalores que les hace menos racionales y menos humanos.
15. El poder y la sumisión son la cara y la cruz en sociedades como la nuestra, empapadas en una locura colectiva que camina de forma convulsa y sin rumbo.
16. El binomio medios de comunicación-deportes cumple a la perfección la tarea de alienación o embelesamiento de las masas y, en consecuencia, alimenta una pérdida, cada vez mayor, de la conciencia social.
17. La codicia, como signo de insatisfacción y como contrapartida de valores, se generaliza y se extiende a todas las clases y capas sociales, a ella le acompañan la ambición, la envidia, la admiración hacia los que más tienen y el egoísmo, estableciéndose de esta manera una taxonomía de vicios o defectos que eclipsan valores tales como la solidaridad, la igualdad y la justicia, valores que corresponden al ser superior, a la razón humana libre de todo tipo de ataduras alienantes.
18. Las ideas avanzadas y las acciones revolucionarias de personas o grupos de vanguardia de nada han servido frente a la inmadurez intelectual de las masas que han sucumbido antes o después bajo el miedo, el acomodo y las presiones de quiénes siempre han pretendido subyugar, y mantener las relaciones de poder que a ellos les han beneficiado.
19. Las únicas veces que, a lo largo de historia, el poder dominante se ha visto más «acosado» y debilitado ha sido cuando se han llevado a cabo procesos de lucha organizados y coordinados, con participación masiva de los ciudadanos y ciudadanas, por lo general trabajadores y trabajadoras, aunque jamás se ha conseguido dar un giro definitivo hacia otra manera de vida.
20. En estos momentos de la historia no se vislumbra ningún tipo de agente transformador que pudiera abandonar el sistema capitalista e instalarse en otras formas de producción o de organización económica y social.
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