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Entrevista a Julio Gambina, economista argentino

Al no estar, EE. UU. ya no impone la agenda en la discusión de la Unasur

Fuentes: FM La Boca (90.1)

MH: La idea de entrevistarte tiene que ver con la reunión de ministros de Economía y Finanzas que integran la Unasur, que se hizo el pasado 12 de agosto en Buenos Aires. En ese marco se creó el Consejo Económico y Financiero de este organismo. ¿Qué significado tuvo este encuentro? JG: En principio se agiganta […]

MH: La idea de entrevistarte tiene que ver con la reunión de ministros de Economía y Finanzas que integran la Unasur, que se hizo el pasado 12 de agosto en Buenos Aires. En ese marco se creó el Consejo Económico y Financiero de este organismo. ¿Qué significado tuvo este encuentro?


JG: En principio se agiganta el significado de la reunión por lo que aconteció ayer (18.8) en todas las Bolsas del mundo. La caída de las Bolsas está expresando una situación de crisis de la economía mundial que viene desde hace mucho tiempo. El diagnóstico de los ministros en el comunicado oficial dice: «No se ha resuelto la crisis del 2008». La previsión es que va a continuar. Nadie sabe cuán profunda va a ser, hasta dónde va a llegar, pero está claro que hay una situación muy delicada, incluso para países con distinta orientación política, ideológica y económica como pueden ser Colombia y Venezuela. El primero con una orientación de libre mercado, muy favorable a la asociación con EE. UU. y Venezuela que comulga un acercamiento con la estrategia económica de Cuba. Sin embargo, esos 2 países que integran la Unasur coinciden en intentar algunas medidas para alejar lo más posible el impulso de la crisis de la economía mundial en nuestros países.

MH: De hecho fue el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el que propuso este tema en la última cumbre de presidentes de la Unasur en Lima.

JG:
Incluso el tema se agiganta porque él estuvo reunido con la presidenta argentina ayer en nuestro país. Han firmado una cantidad de acuerdos y en general no había una buena relación entre la Colombia de Uribe y la Argentina gobernada por los Kirchner.

MH:
¿Leíste el artículo del sociólogo norteamericano James Petras donde plantea la conveniencia para el gobierno colombiano de alejarse de los EE. UU. y acercarse a América Latina para poder sortear esta situación de crisis mundial?

JG:
Creo que los países se están manejando con realismo. La misma presidenta argentina en el discurso de celebración de su triunfo en las internas abiertas dijo: «nos genera mejores condiciones para enfrentar la situación de crisis mundial».

MH:
O sea que no estamos blindados.

JG:
Ese es el tema. No está blindada Colombia ni Argentina ni Venezuela ni Cuba. Este último país que no tiene nada que ver con el mercado financiero mundial, que es un país bloqueado, no tiene empresas que coticen en la Bolsa, lo más alejado del mercado mundial, no porque quiera sino porque lo bloquean y, sin embargo, el crecimiento de los precios de los alimentos a un país netamente importador como es Cuba, lo afecta. La factura de alimentos de Cuba crece muchísimo. Lo que quiero señalar es que todos los países que te mencioné están afectados porque es una crisis de la economía mundial. Tendrías que ser un marciano para no estar involucrado.

Volviendo atu pregunta inicial, la constitución del Consejo Económico y Financiero de la Unasur tiene 2 o 3 puntos importantes.
Primero, constituirse en medio del recrudecimiento de la crisis. Las noticias son que se está desacelerando la economía mundial y puede venir una recesión. La última fue en 2009 y la Argentina creció menos de lo que venía haciéndolo hasta ese momento y hay muchas sospechas que hasta hubo decrecimiento. Todos los países latinoamericanos y del mundo tuvieron impactos muy serios durante 2009 y si se repite en 2012 nos esperan meses de penurias, de dificultades, cuando en la mayoría de nuestros países subsisten problemas estructurales como desempleo, pobreza, inflación y, por lo tanto, carestía de la vida.

La segunda cuestión es que se consolida la Unasur ya no solo como foro político sino como un ámbito para discutir problemas económicos que excluye por primera vez a EE. UU. No es un pequeño detalle. Es cierto que hay países alineados con EE. UU. en la Unasur, pero no es lo mismo que reunirse a discutir economía en el seno de la OEA, donde hasta 2005 se discutía el ALCA. No estando EE. UU. en la discusión ya no impone la agenda, en todo caso, algún país amigo intentará colar algún tema de interés para la estrategia estadounidense.

MH: También perdió a otro aliado incondicional con la salida de Alan García de la presidencia de Perú.

JG:
En América Latina siguen pasando cosas. Incluso este «realismo» colombiano le permite a nuestro común amigo James Petras sugerirle que se reoriente hacia América Latina. El propio EE. UU., aunque es parte de la economía mundial, está en una situación de defender su propia economía en problemas. En EE. UU. crece el desempleo, hay dificultades para recuperar la economía que crece menos de lo esperado. A pesar de la gigantesca inyección de dinero estatal no logran tener resultados. Este es un momento donde los países buscan soluciones nacionales cuando los problemas son mundiales. Por eso que la región piense en términos más globales me parece interesante.

Ahora, yo señalo que la Unasur viene muy atrasada, por ejemplo, hace falta un Banco del Sur rápido y ampliado. No solo con los 7 países originarios sino con toda la Unasur. Esta formulación viene desde diciembre 2007; estamos casi a 4 años. Son los años del despliegue de la crisis, desde agosto 2007 cuando se presentó como crisis hipotecaria en EE. UU., en 2008 con la caída de Lehman Brothers, una banca de inversión muy poderosa, 2009 con la recesión. Mirá todo el tiempo que se ha perdido. Las explicaciones son diversas pero en realidad ha faltado voluntad política y esto siempre es responsabilidad de los países hegemónicos que en el sur de la región son Brasil y Argentina, son los 2 países que más tendrían que haber empujado para que el Banco del Sur estuviera funcionando. Lo mismo pasa con el uso de la reservas internacionales que es un tema muy serio. Solo Brasil tiene U$S 350.000 millones.

MH: Y la Argentina otros U$S 50.000 millones.

JG:
Es mucho. Entre los dos países suman U$S 400.000 millones. ¿Dónde están invertidos esos recursos? Gran parte en bonos del Tesoro de EE. UU. que puede seguir siendo deficitario porque tiene quien le preste en el mundo.

MH:
Sobre todo China.

JG:
Es el primer prestamista mundial, pero junto a China todos los países que tienen reservas internacionales.

MH:
Vos escribiste una nota importante el pasado 13 de agosto y allí señalás centralmente 2 temas: el debate sobre el modelo productivo y de desarrollo constituye una asignatura pendiente y más adelante: «La demanda apunta a considerar la opinión de los pueblos, más allá de la discusión entre los representantes de los gobiernos».

JG:
La demanda se refiere a un conjunto de organizaciones que presentaron una nota a los presidentes de la Unasur pidiendo, entre otros puntos, una auditoría de la deuda externa.

MH:
Adolfo Pérez Esquivel fue uno de los firmantes.

JG: Así es, él lideraba el manifiesto. Pero el primer tema que mencionaste es el fundamental, porque por más que hayan medidas financieras, aunque se funde el Banco del Sur o se utilicen reservas compartidas, sino se cambia el modelo productivo de ofrecer los recursos naturales al mundo que está condicionando fuertemente el modelo de desarrollo. Pensá en Argentina gran productor de soja. La extensión de la frontera agrícola ha deteriorado el stock ganadero, ha destruido la agricultura familiar, ha limitado la diversidad de producción agraria y ha transformado la cultura de la población rural argentina.

El viejo pequeño productor, propietario de una pequeña extensión de tierra, hoy prefiere alquilarla al pool de siembra y se transforma en un rentista. Esto cambia la cultura. No es lo mismo levantarte a las 4:00 para ordeñar las vacas o ir a ver cómo están las tareas de laboreo en el campo, organizar las tareas con los trabajadores para la siembra o la cosecha, todo el trabajo productivo que supone un productor trabajando su tierra, a levantarte para ver TV o escuchar la radio o leer por Internet los informes de evolución de los preciso de los granos.

Más que económico o político el problema es cultural, de allí que el reclamo sea: hay que cambiar el modelo productivo. Pensar en términos de soberanía alimentaria.

MH:
También está el tema de la minería extractiva.

JG:
Hay que ver que San Juan, La Rioja o Catamarca pueden ser «prósperas» desde el punto de vista macroeconómico por la explotación minera, pero en 25 años va a quedar un cráter donde antes había una montaña y ya va a ser tarde. Mientras tanto la coyuntura de dólares que vienen desde Canadá u otros países inversores, alimenta este crecimiento económico de la Argentina o de cualquier otro país latinoamericano, al 5, 7, 10% anual. Pero es un crecimiento que nos permite brindar en la coyuntura pero nos genera problemas a futuro. Ojalá que la Unasur, y esa sería la expectativa, escuche el reclamo de los movimientos sociales referido a un modelo productivo que atienda las necesidades sociales más extendidas.

MH:
¿Cómo ves la campaña «Argentina al Alba» que se ha iniciado recientemente en nuestro país?

JG: Sería maravilloso. Por ahora es más un reclamo de movimientos populares que una estrategia de gobierno, no es lo que prima en las relaciones económicas internacionales de nuestro país. Si realmente hay una voluntad de modificar las relaciones económicas, productivas y comerciales, no hay nada mejor que el ALBA como experiencia de integración alternativa en la región.
 

* Julio es Doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Es Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del Comité Directivo del consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.