Con profundo dolor, pena y hasta rabia, las organizaciones que nos reconocemos en la Alianza Biodiversidad (organizaciones que trabajamos por la soberanía alimentaria y los derechos de los pueblos desde Paraguay, Uruguay, Brasil, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Honduras y México) constatamos la sordera y la ceguera, la enorme insensibilidad que muestra el Estado ecuatoriano […]
Con profundo dolor, pena y hasta rabia, las organizaciones que nos reconocemos en la Alianza Biodiversidad (organizaciones que trabajamos por la soberanía alimentaria y los derechos de los pueblos desde Paraguay, Uruguay, Brasil, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Honduras y México) constatamos la sordera y la ceguera, la enorme insensibilidad que muestra el Estado ecuatoriano al decidir ir a fondo con la represión hacia la gente que protesta contra las medidas que pretende imponer.
Cuando vemos la saña de las fuerzas llamadas del “orden”, cuando el Ministro del Interior, Patricio Carrillo, dictamina unilateralmente que el Estado no enfrenta a “protestantes por una demanda social sino a un grupo de delincuentes”. Lo único que demuestra con esto es que dicho Estado busca doblegar a las y los manifestantes, a la vez que dice instar a que la gente se siente a dialogar (y aunque hace repetidos llamados al diálogo en todas las veces acompaña el llamado recrudeciendo sus medidas represivas, las cacerías de las dirigencias, la amenaza con atacar los enclaves donde se refugian mujeres y niños, personas heridas. Esto además de agredir a operadores de salud y periodistas populares, y realizar detenciones arbitrarias, entre otras acciones.
Mientras el movimiento social ecuatoriano busca proponer demandas concretas que ofrecen salidas de la crisis que ahoga a la población en su conjunto, la gran propuesta del Estado ecuatoriano es plantear medidas administrativas que van desmantelando las condiciones más mínimas para la convivencia, la subsistencia, la continuidad de la vida y la posibilidad de una paz que el gobierno no parece querer propiciar.
Por eso, conminamos al Estado ecuatoriano y al presidente Lasso a que pongan fin a la violencia de su gobierno hacia la población, pongan fin a la represión desatada indiscriminadamente contra jóvenes, mujeres, hombres, niños, niñas y gente mayor y haga suyas las normativas internacionales y la Constitución Ecuatoriana, que amparan la protesta como un derecho legítimo que se justifica ante la cerrazón de los gobiernos y las fuerzas policiales y militares.
Demandamos respeto a la vida e integridad de quienes hoy se manifiestan por un Ecuador diferente, con justicia y dignidad. Exigimos que pare la represión. Exigimos que sus llamados al diálogo sean verdaderos.
Alianza Biodiversidad:
Acción por la Biodiversidad (Argentina); REDES-Amigos de la Tierra (Uruguay); Centro Ecológico Ipé (Brasil); Base-Is (Paraguay); Anamuri (Chile; Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC); Acción Ecológica (Ecuador); Grupo Semillas (Colombia); Red de Coordinación en Biodiversidad (Costa Rica); ANAFAE (Honduras), Colectivo por la Autonomía (México); Grupo ETC; GRAIN.
Fuente: https://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/Alto-a-la-represion-al-pueblo-ecuatoriano