a.- Días atrás Albert Sánchez Piñol se volvió a quedar de nuevo sin su artículo quincenal en el periódico La Vanguardia. El diario del grupo Godo le cerró la puerta porque en su artículo titulado «Zarzalejos, lejos, lejos» afirmaba que «no puede haber nada más gravoso, más fastidiando y más digno de animadversión que los […]
a.-
Días atrás Albert Sánchez Piñol se volvió a quedar de nuevo sin su artículo quincenal en el periódico La Vanguardia. El diario del grupo Godo le cerró la puerta porque en su artículo titulado «Zarzalejos, lejos, lejos» afirmaba que «no puede haber nada más gravoso, más fastidiando y más digno de animadversión que los artículos del señor José Antonio Zarzalejos. Pase lo que pase en el mundo, el señor Zarzalejos dedicará todas y cada una de sus piezas periodísticas a atacar, denostar y vituperar el proceso soberanista«.
Albert Sánchez recordaba al monotemático periodista Zarzalejos aquello que se cuenta de Churchill: «Dicen del joven Churchill que la primera vez que ocupó un escaño, sentado junto a un viejo parlamentario de su mismo partido, miró las filas rivales y exclamó: ‘Ajajá! De modo que estos son nuestros enemigos! (recordemos que el parlamento inglés no es un hemiciclo, es un rectángulo: los grupos opuestos se sientan cara a cara). Y el veterano diputado le contesta: ‘No, joven, no; los de aquí delante son nuestros adversarios. El enemigo detrás nuestro'». O, como dice el escritor Ramón J. Sender en su excelente novela del oeste «El bandido adolescente» hablando de dos de sus personajes centrales, los forajidos Billy y Jesse, «si no eran enemigos mortales, eran amigos mortales, que suele ser peor»
El periodista Albert Sánchez Piñol constata que al pobre José Antonio Zarzalejos le pasa lo mismo. «Decir que su gente lo apaleó sería quedarse corto. Fue triturado, descuartizado, aniquilado en varias pugnas de estas de gabinete, tan madrileñas, que las moléculas no entienden. (Y que les importan un rábano, además). ¿Cómo nos puede resultar odioso un hombre que ha sufrido el ataque cavernario desde todos sus frentes? Yo no sabía que la cosa fuera tan salvaje hasta que leí una sentencia en la que el juez condenaba a Jiménez Losantos por haber difamado a Zarzalejos. Durante más de un año, al parecer, Losantos había usado su micrófono para dedicarle los epítetos siguientes: calvorotas (sic), mentiroso, traidor, sicario, embustero, bobo, analfabeto funcional, inútil, zote, zoquete, fracasada, pobre diablo, pobre enfermo, nulidad, ruindad, pésimo director, director incompetente, ignorante, escobilla para los restos, Zanzalejos (sic), Carcalejos (sic) y, para acabarlo de rematar, Despojo intelectual y detritus humano. Amén».
b.-
El periodista Iñaki González, el 21 de Marzo de 2015 en el periódico Deia, en su artículo ¿De quién es el ‘bilduismo’? venía a sostener parecida tesis: «A medida que el potro de EH Bildu coja velocidad hacia algo más que la coalición que es, quienes lo montan pueden estar más preocupados de no descabalgar que de dirigirlo».
Conocí al Sr. José Luis Robles del PNV en la alcaldía de Bilbao. El Sr. Robles era alcalde y yo concejal de Herri Batasuna. Y los dos participábamos en la Comisión de Gobierno donde se trataban, afrontaban y maceraban los grandes problemas de Bilbao. Había discusiones duras, enfrentadas y también acuerdos fáciles y solidarios. Un día, luego de una reunión tensa, nos confesó el señor José Luis Robles a los dos concejales de Herri Batasuna, que formábamos parte de esa comisión: «Me ha dicho el Presidente de mi partido, el Sr. Xabier Arzallus, que si os echo de la Comisión de Gobierno seré el candidato por el PNV a Diputado General de Bizkaia. Y yo le he respondido que el alcalde soy yo y que no os echo, nuestras discusiones son algunas veces muy duras por ambas partes, pero siempre hablamos claro. Y vosotros, aunque a veces un tanto descarados, sois trabajadores y leales. Espero que sigamos así». Y José Luis Robles no fue designado por su partido al puesto de Diputado General pero su sabia lección de hombría, personalidad y reconocimiento leal del otro lo sigo guardando como oro en paño. Fue lección vital para mí. Luego, como Alcalde de la Villa, le sucedió otro del PNV, el Sr. José María Gorordo, quien, por discrepancias con el partido, fue cesado antes de tiempo y nombrado en su lugar el Sr. Beti Duñabeitia. Y todo esto pasó en el Ayuntamiento de Bilbao siendo el PNV todo él, PNV.
c.-
Hace un tiempo nos recordaba la monja benedictina Teresa Forcades, mujer analítica y razonable, que a menudo y con frecuencia se dice que la libertad de uno termina allí donde comienza la de los demás, que mi libertad se contrapone a la de los demás, que los demás son los enemigos, quienes restringen mi libertad. Que mi libertad se abre paso a codazos con los demás.
Y ella misma anotaba a continuación que los anarquistas nos dejaron ya otra definición y práctica de la libertad más sugerente, aquella tan suya de que «yo no seré libre hasta que no sean libres todos los demás». Aquí mi libertad es cooperación con el otro, participación de su libertad. Aquí mi libertad no se abre paso a codazos sino de la mano del otro.
Pero ella misma añadía que hay otras definiciones de libertad, que existen otros talantes, otras concepciones más humanas y enjundiosas. Rosa de Luxemburgo estaba harta de una libertad solamente para seguidores sumisos del gobierno o para miembros de su partido y sostenía que «la libertad siempre es libertad de quienes piensan distinto y no es cuando se convierte en un privilegio».
La discrepancia es siempre saludable y más en nuestra sociedad tan variopinta y de tantos padres y lugares, refleja pensamiento y talante diverso. Lo difícil es con tal diversidad formar un grupo de trabajo coherente, luchar por objetivos y programas comunes. EH-Bildu, conformado por fuerzas distintas, es prueba de ello, un buen ejemplo de artesa y amasado de pan para esta sociedad tan multicultural, sobre todo si siguen amalgamándose en los grandes objetivos para dar una respuesta de marca propia, fresca y distinta, a los problemas que nos aquejan.
El que surjan roces en algún pueblo o por algún puesto no debiera hacernos perder la perspectiva de la grandeza de una coalición como EH-Bildu, formada por fuerzas distintas porque, Sr. Iñaki González, de acuerdo con su tesis sus verdaderos enemigos se encuentran precisamente entre sus amigos. ¡Así que cuídese! Yo me quedo con la lección del Sr. José Luis Robles.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.