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Ante un mundo multipolar capitalista, comunidad socialista y solidaria

Fuentes: Rebelión

No se trata de desmerecer, sino de poner en su justa dimensión todos los esfuerzos que han venido haciendo desde mucho tiempo atrás, las burguesías y los grupos de poder en su afán de buscar y consolidar la integración de América Latina (propugnada por todos los próceres de nuestra primera frustrada independencia del coloniaje europeo) […]

No se trata de desmerecer, sino de poner en su justa dimensión todos los esfuerzos que han venido haciendo desde mucho tiempo atrás, las burguesías y los grupos de poder en su afán de buscar y consolidar la integración de América Latina (propugnada por todos los próceres de nuestra primera frustrada independencia del coloniaje europeo) especialmente en el orden económico, desde el siglo pasado con ya el moribundo «Acuerdo de Cartagena» o Pacto Andino, pasando por el «Mercosur» .

Al lado de estos esquemas de integración está el «Alba» que es otra forma de integración diferente, por que su razón de ser y su conformación así como la acción práctica es fundamentalmente una integración política, por la característica y los principios que sustentan sus componentes, que se basan principalmente en la solidaridad en la complementariedad y la independencia ante las políticas hegemónicas del Imperio, en beneficio de los pueblos que lo integran como un organismo multilateral para la liberación.

Después de la caída del muro de Berlín, por razones ya conocidas y como consecuencia la debacle de la Unión Soviética, que a su tiempo y a su manera era un contrapeso de las políticas hegemónicas del Imperio norteamericano, los Estados Unidos y sus potencias satélites dentro del sistema capitalista, se quedaron como dueños absolutos y regentes del mundo. Hoy Rusia con sus problemas internos con las anteriores Repúblicas que conformaban el bloque soviético, regresa pugnando dentro de la férula del sistema capitalista por ser parte importante en el reparto de influencias de sus clases dominantes en el planeta.

La Unión Europea, como polo de potencia económica y militar con una larga trayectoria de integración, sigue basando su bonanza integracionista, en su mentalidad colonial, en contra de los pueblos del África y América Latina, a través de sus empresas transnacionales, en la práctica sus gobiernos son un aliado natural de las políticas intervencionistas y saqueadora de los EE.UU.

China, una potencia emergente en consolidación, se dedicó a seguir con su nueva política de desarrollo hacia el futuro no importándole como ni a que precio, está creando una clase media propietaria poderosa y un consumismo desmedido, eso si con un crecimiento por encima de la media del mundo y que el futuro dirá hacia que sistema económico se dirige toda esa bonanza del esfuerzo de los trabajadores y pueblo chino, no obstante su nueva clase dirigente, después de la muerte del gran Timonel insiste afirmando de que en la China se rige por un sistema «socialista», pero a la vista de los acontecimientos y opiniones de los entendidos en la materia y observando desde lejos, se vislumbra un socialismo con una alta dosis de capitalismo y en su política internacional aparte de vender desde satélites hasta ollas, prefiere hacerse de la vista gorda sobre problemas o conflictos fuera de sus fronteras y en su caso con posiciones tibias para no comprometerse más de lo necesario, les interesa ampliar sus convenios binacionales, no les importa con quien, se guían por un dicho tradicional chino de que «no importa el color del gato para que cace al ratón».

 El timonel Mao en algún momento refiriéndose a lo que es un revolucionario dijo: «El revolucionario se huele». Para mi lo que pasa hoy día en la China sobre sus perspectivas de una verdadera consolidación de la revolución socialista, me huele muy mal, que este ciudadano se equivoque en esta apreciación sugestiva, no tiene ninguna importancia sólo la práctica dirá y el comportamiento no sólo en el campo internacional, sino en el sistema de acumulación de las riquezas y en la propiedad de los medios de producción y en beneficio de quien , o de una poderosa burguesía naciente o de la mayoría de pobres de ese basto continente. Además será muy importante ver si su solidaridad política futura no es solamente de conveniencias económicas y de hipocresía diplomática, sino de franco apoyo a un gran polo de poder anticapitalista.

Corea del norte junto a Irán son dos casos muy especiales, el primero con sus actitudes de franco enfrentamiento contra la política aislacionista y hostigamiento que le aplica los EE.UU. con sus demostraciones de su fuerza militar, en su legítimo derecho de hacerse respetar en su política de autodeterminación, corre el riesgo de continuar sólo, ante el deseo obsesivo de los gringos por destinarle la receta que aun le aplican a Irak con consecuencias imprevisibles. El caso de Irán con su desarrollo económico y militar creciente y con un gobierno conservador cuestionado por gran parte de su población, en su política internacional se abre a otras naciones en son de cooperación económica, técnico y político, sorteando así en parte el acoso de las demás potencias que como dueños ocasionales del mundo, que no quieren a más socios en su «club atómico». Ambos países son un buen pretexto de las potencias ínter capitalistas para amenazar a quien ose no dejarse pisotear, ambas naciones junto a otras nacientes potencias contestatarias al sistema, seguirán siendo una buena piedra en el zapato de los gendarmes del mundo.

Los africanos y árabes también tienen sus procesos de integración, pero con las mismas carencias de las nuestras, no son pocos los gobiernos «democráticos», con pueblos sometidos a reinados familiares y castas burocráticas, en condiciones iguales o peores a nuestros pueblos, que usan la integración sólo a favor de los intereses de la clases dominante y muchos de ellos son obsecuentes aliados de los EE.UU.

Hay otras potencias nucleares como Pakistán, la India e Israel, gobernadas por las burguesías de esas naciones, que también son parte del poder mundial capitalista.

Volviendo a nuestra zona, nadie puede negar que todos los esfuerzos del Pacto Andino fueron casi negativos para las mayorías de nuestros pueblos, si hablamos de beneficios tangibles para los pueblos, veremos que todo lo hecho por la «misión milagros» el plan de alfabetización «yo si puedo», los acuerdos de «Petro Caribe»,»Petro andina» y otros acuerdos bilaterales del «ALBA» con las naciones que la conforman, demuestran que en el poco tiempo de sus actividades h an hecho mucho más que lo que hizo el Pacto Andino, llamado ahora Comunidad Andina, en su dilatada historia, que se dedicó a beneficiar a los grupos de poder como no podía ser de otra manera, pues esa es la esencia del capitalismo como dueño y señor de las decisiones de dicho «acuerdo andino».

No otra cosa es lo que sucede con el «Mercosur» buen negocio para los grupos dominantes de la zona y a los pueblos migajas, y cuando Venezuela, Bolivia y otros países con gobernantes diferentes a la línea capitalista de Mercosur, piden su entrada comienzan las clases dominantes a sabotear el ingreso de quienes planean formatear a dicho organismo de integración, para que deje de ser negocio de privados, como lo fue el Pacto andino con penas y glorias, glorias para los sectores capitalista y penas para los pobres.

Unasur aun es un organismo un poco joven, su futuro dependerá del accionar de nuestros pueblos en su afán de consolidar y ampliar los procesos de liberación de la zona, para que así, como es la concepción y el accionar del Alba, el día de mañana sea el núcleo que dinamice a Unasur y junto a los pueblos del África, el ASA y junto a otros países de cualquier parte de la geografía se consoliden como una potencia anticapitalista mundial, no como los polos de poder actual que lo que buscan únicamente en definitiva es reciclar el capitalismo, no obstante que el mundo somos testigos de que como sistema es un fracaso, todos los intentos por remozarlo sólo aumentaran la agonía del paciente, los pueblos ya no quieren mas capitalismo.

Es verdad, no se pueden desdeñar las contradicciones no fundamentales actuales entre potencias y fuerzas ínter burguesas, pero fueron esas contradicciones entre ellos, las que llevaron a diferentes guerras a los pueblos sólo en su lucha por sus intereses privados y sus egoísmos hegemónicos.

Los pueblos son conscientes que el culpable de los problemas del mundo, desde el hambre, la miseria, los problemas medioambientales hasta los desastres naturales es el decadente sistema capitalista, sólo las clases dominantes tercamente persisten en metamorfosear el capitalismo no importándoles si el precio de su desbocadas ambiciones sea un desastre nuclear.

La esperanza sigue estando en todos los pueblos del mundo en sus partidos políticos, organizaciones y corrientes revolucionarias y con los métodos de luchas que den mejores resultados en los momentos concretos en cada uno de nuestros países, logren imponer con la fuerzas de sus acciones a gobiernos que sean la verdadera expresión de los intereses de sus pueblos, para que estos cumplan el mandato popular de conformar verdaderos entes de integración principalmente político como El Alba, y avanzar hacia la conformación y consolidación de un gran polo de poder mundial, bajo la premisa de construcción de un mundo comunitario socialista, solidario y en libertad para contraponerse al poder pluripolar actual del sistema capitalista mundial en sus diferentes matices, pero con su objetivo final, seguir dominado el mundo al servicio de intereses minoritarios de clase.

De poco le sirve a la humanidad, si los diferentes polos de poder que se van conformando en el planeta en definitiva responden al sistema capitalista, en sus variantes de capitalismo salvaje o capitalismo con rostro humano, pero al fin capitalismo. Ya llegó el tiempo de hablar de un mundo pluripolar, multipolar, multinuclear, etc., al que decimos si, pero socialista, no tener ningún temor de proseguir la rebelión y la lucha denodada en nuestro cotidiano, por la conformación, consolidación y defensa permanente de polos de poder mundial de un sistema socialista y comunitario en libertad, como la única salvación del hombre y su entorno natural, grandes sectores y pueblos se mueven hacía esa meta con la consigna que deben unificar nuestras luchas en todo el mundo, somos anticapitalistas, lo demás vendrá.

 * El autor es ex dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.