Identidad. Anarquismo. Socialismo. Libertad. Palabras que resuenan en la mente y en la vida de Osvaldo Bayer. “’El deber no es otra cosa que pelear por la verdad, nombrar la realidad. Nunca simularla y nunca callar’, nos enseñará el historiador durante una de esas cálidas mañanas de mates y encuentro”, afirma Mariana Dufour, autora del libro Revolución es la Palabra, del cual hoy Revista Haroldo publica un fragmento.
Aunque pocos lo sepan, el periodista fue, antes que nada, poeta. «De adolescente solamente quería ser poeta. No quería escribir prosa. Cuando empecé a escribir poemas, mi inspiración eran los sentimientos que me atravesaban. El amor, por ejemplo. La poesía es la inspiradora de mi vida. No hay dudas. A veces interpreto todo como una gran poesía. La poesía y el periodismo me ayudan a interpretar la vida». Como el Che, Osvaldo se descubre a la poesía en los tiempos del adolecer. El primer trabajo lo escribió entre los 15 y 21 años: “Los cantos de la sed”, reeditado en 2015, reúne poemas redactados en tiempos en que Osvaldo solamente quería ser poeta. «De ninguna manera, escribir prosa».
Como causales de la vida, Javier Corcuera se topó con un ejemplar de Los Cantos de la sed en una de esas tradicionales librerías de la calle Corrientes. Primera edición con dibujos de Ana Bayer; regalo que Osvaldo recibió feliz. El libro lo llevó a un tiempo compartido junto a su hija, que nunca olvidaría. “Poseo anteojos de sabio, / cerebro de ignorante, / sexo de hombre, / alma de mujer, / impulsos de mercader, / bolsillo de poeta. / De todos los que conozco / soy el único libre, / el único poeta, / el único artista”. (III Geminis – Mignani Editore, Treviso 1997).
El tiempo de la poesía continúa para Osvaldo con sus poemas tangueros. Tangos libertarios. «Cantar a la madre pobre y soltera del barrio, al niño con hambre, al obrero preso. El canto y el baile como protesta. La palabra. La música. La poesía para cantar el derecho al trabajo (…) La caricia del arte contra la explotación del hombre por el hombre. Tangos anarquistas. La voz del pueblo. Los mártires de la lucha cantados por las obreritas. La protesta en las calles. El dolor de la derrota. Pero los ideales, poner el pecho por los demás, por un pan digno para todos y flores para el futuro». Así definió Osvaldo esa obra y ese tiempo.
El amor por la literatura nació con su padre. «Él me enseñó mucha poesía. Mi padre era un gran lector. Rubén Darío, Goethe, Schiller, los alemanes. Leía en alemán yo. Mi hermano me llevaba a la biblioteca popular que está en Belgrano, sobre la calle Pampa. ¡Para mí era un paraíso! La poesía me acompañó siempre. Le escribía al amor. La poesía es la inspiradora de mi vida. Suelo ver todo en formato de poesía. Me gusta ver la vida de ese modo».
Bayer con la cantautora Teresa Parodi
«Estoy muy contento de mi vida. De haber luchado. De haber sufrido por esa lucha en los años de exilio. Del éxito de mis obras, finalmente. Pero tengo un dolor muy grande. Mi gran dolor es que mis amigos Rodolfo Walsh, Paco Urondo y Haroldo Conti, que dieron su vida, torturados bestialmente, no pueden ver el triunfo de sus obras. Cuando me aplauden, pienso en ellos. Son ellos los que merecen esos aplausos». -Osvaldo Bayer
Y es este libro su homenaje a ellos. A ellos y a tantos más que unieron sus vidas y sus muertes a un mismo ideal.
Entre mate y mate, recuerdos y medialunas, los encuentros en El Tugurio recorrieron los senderos del arte y la protesta. Como antes, los tiempos de la Argentina son difíciles. Las batallas ganadas no lo fueron tanto. Los gritos aplacados vuelven a escucharse. Los pañuelos blancos insisten en las plazas. El arte es otra vez indispensable. Pero «siempre se puede hacer la revolución. Y el arte es la mejor arma», esperancea Osvaldo. Es que «el arte es lo más hermoso que hay. Para eso vivimos».
Bayer con el jurista Eugenio Zaffaroni, Mariana Dufour (autora del libro) y otros compañeros
Con su modo de hablar pausado, su escucha paciente y respetuosa, las reflexiones del viejo nacen de la profundidad. Tranquilo, sin apresuramientos, él va desplegando sus recuerdos con tono serio y sosegado. Como adentrándose en un tiempo que cuesta asir. Cuando parece que ya terminó de hablar, y uno se siente compelido a cubrir el silencio que queda flotando en el aire, él vuelve a tomar la palabra: «Yo me pregunto –y trato de definirlo y no puedo– qué es el arte. Qué es lo que busca del hombre el ser humano en el arte. Qué busca expresarse en qué. Es una especie de religión. Y a veces, cuando no podemos interpretarlo, nos deja desalmados. Porque hay muchos que se dicen artistas, pero hacen negocio con el arte. Entonces, es difícil todo esto, pero lo lindo es el debate. Lo lindo es meterse en el debate. Y participar. El arte. Participar. Crear arte. Volar. Sentirse que hay que crear otro mundo. Este mundo es falso. ¿Para qué vivimos? Preguntate para qué vivimos… y así empieza a surgir la palabra arte».
Bayer, la autora del libro y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en «El Tugurio»
Osvaldo calla por unos segundos y agrega: «Esto es poesía. Cada uno de estos encuentros es poesía. ¡Salud!».
El tiempo se ha ido, sabor a naranjas, ¿recuerdas?
Recuerdo, el tiempo se ha ido…
La lluvia mojó el umbral del estío
Con el adiós eterno a la sed de ansias.
Osvaldo Bayer
Bayer con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
*“Revolución es la Palabra” es un libro que surgió de encuentros, que se organizaron entre 2016 y 2017, en el «Tugurio», como era conocida la casa de Bayer en el barrio porteño de Belgrano, con Raúl Zaffaroni, Cristina Banegas, Stella Calloni, Miguel Ángel Estrella, Teresa Parodi y Víctor Heredia, Pablo Llonto y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, entre otros.
Mariana Dufour: Es comunicadora social, gestora cultural y educadora intercultural. Ejerció el periodismo de investigación en Pinamar, desnudando los enquistados negociados del poder, lo que la obligó a dejar su lugar elegido en el mundo, su casa y sus amigxs. Es responsable del Programa Pedagógico Intercultural Araí Rugûay / Rabo de Nube implementado por más de 10 años en las Escuelas Públicas de Pinamar. Publicó los libros “Rabo de Nube, un puente entre culturas” y “Diversidad, una herramienta pedagógica privilegiada. Educación intercultural para una Escuela multicultural”.