Traducido para Rebelión por Susana Merino.
Esta es la amenaza…
Después de la consagración de «Disparada» en el festival Record 1966, Geraldo Vandré (1) intentó repetir la receta al año siguiente: en la misma línea épica del boyero, intentó otra variante épica…la del chofer de camión. La estructura era la misma, había una introducción (Señor mío, señora mía/voy a hablar con precisión/no me niegue en esta hora/su calor, su atención») en la misma línea que la anterior («Prepare su corazón/ para las cosas que voy a contarle/vengo de allá, del desierto/y puedo no gustarle» un largo párrafo describiendo la jornada del imbécil hasta la comprensión, etc.
Y como obtuviera buena divulgación, usando previamente una quijada de burro como instrumento musical, aportó una rara atracción al escenario: una potente bocina en la que sonaron los acordes iniciales de » De cómo un hombre perdió su caballo y siguió andando» (o simplemente «Ventania») (2).
La repetición de la fórmula no pegó, pero no era una composición descartable. Me sigue gustando esta estrofa:
«Anduve por el mundo además
Queriendo encontrar
Un lugar para estar contento
Donde pudiera quedarme
Pero la vida no cambiaba
Con solo cambiar de lugar»
Y también mi sentimiento en relación al dar vuelta la paginita.
La vida no cambia cambiando solo de año, aunque queramos siempre creer que el siguiente será mejor… solo porque ya no soportábamos más el otro.
…estos, los principales amenazados…
Sé que existen razones bien concretas para que nuestros años sean miserables. Es posible encerrarlas en una única palabra: capitalismo. De modo que, por ejemplo, existen dos bombas de relojería en nuestro futuro, por cortesía de esa entidad que ya ha muerto, pero que dejamos que nos siga desgraciando, en lugar de clavarle el puñal que la reduzca a polvo.
La primera es la gran depresión que días más, días menos se desencadenará sobre nosotros como consecuencia de la reiteración de las crisis cíclicas capitalistas – que anteriormente eran periódicas y relativamente más débiles, ahora el sistema consigue postergarlas, empujándolas cada vez más hacia adelante, lo que no impedirá que el elástico se termine rompiendo.. Y entonces la crisis iniciada con el crack de 1929 parecerá probablemente un juego de niños. ¿Será en el 2012 el apocalipsis now? ¿O continuaremos en esa lenta agonía que ya devoró a Grecia, España, Italia? Las fichas del dominó ¿continuarán cayendo una a una o caerán todas de golpe?
La otra incógnita son las consecuencias del calentamiento global. Hemos visto en Fukushima el tráiler de lo que está por venir: la conjugación del seísmo y del tsunami con la inseguridad nuclear que casi completó la obra estadounidense de agosto de 1945, transformando casi a Japón en una isla aún más desnuda que la del filme de Kaneto Shindó (3). Las catástrofes naturales seguirán produciendo aunque tomemos las medidas necesarias para que la industria automovilística y otros focos de contaminación atmosférica extingan la especie humana. Ya no se trata solo de evitarlas pero sí de aminorar su intensidad y su duración (nuestro período de prueba). Y en tal sentido qué estamos haciendo realmente. Parece que las cosas tendrán aún que empeorar, antes de comenzar a mejorar.
…y este, el motivo de la amenaza.
Es cierto que la furia de la naturaleza va aumentar este año como ha venido haciéndolo últimamente. Pero es imposible prever si habrá situaciones extremadamente graves en el 2012 o si nos van a ser ahorradas. Están siendo incubadas y los huevos van a eclosionar, tarde o temprano. ¿Qué hacer?
¿Ilusionarse con la charlatanería de los pistoleros de alquiler académicos y mediáticos del capitalismo? ¿Dejarse ganar por el pesimismo arrancándose los pelos? ¿Resignarse a la voluntad divina? ¿Aprovechar los últimos días de Pompeya y que el mundo sucumba?
En el fondo es cuestión de temperamento – además del deber de legar vida a quién le damos la vida. Pero como dicen los budistas-zen el deber solo obliga a quién cree que lo tiene Y el capitalismo insufla al máximo el egoísmo y la indiferencia por la suerte de los demás -cualesquiera fueren, hasta los hijos y nietos, salvo en lo referente a lo que se gasta con ellos para tranquilizar la conciencia culpable por no darles la atención que merecen…
Hablo por mí y sé que mis lectores están de acuerdo: lucharé con todas mis fuerzas, en los años que me quedan, para que mis hijos y mis nietos no vivan en un planeta devastado. Y también porque luchar ha sido siempre mi primera reacción frente a los poderosos, sus injusticias sin perdón y sus crímenes sin castigo. Esa fue la gran motivación que tuve para iniciarme en las luchas políticas sociales a los 16 años; y continúa siendo un poderoso motivo a los 61.
Somos lo que somos, trazando nuestros caminos por el mundo a partir de lo que somos – o sea de cómo nos construimos mediante la vivencia personal del eterno conflicto entre el cosmos sangriento y la pureza del alma (¡grande Mario Faustino!) (4).
Nada tiene que ver con esto el calendario.
Notas:
(1) Gerardo Vandré, músico brasileño autor de numerosos éxitos populares: «Disparada» entre otros.
(2) Ventania: otro éxito musical con el nombre de una pequeña población del Estado de Paraná (Brasil).
(3) Kaneto Shindó, cineasta japonés, nacido en Hisroshima sobre cuya destrucción ha realizado un conocido filme.
(4) Mario Faustino, poeta brasileño.
Celso Lungaretti es periodista y escritor.
Fuente: http://naufrago-da-utopia.blogspot.com/2012/01/apocalipse-quando.html