He estado estudiando el libro Los fundamentos de la libertad de Hayek. Para este pensador solo existe el individuo. Las determinaciones sociales solo las concibe como relaciones externas entre los individuos. Es cierto que bajo el punto de vista científico no es nada fácil determinar la existencia objetiva de lo social. Pero las dificultades epistemológicas para aprehender esencias sociales no implican la no existencia de las mismas. De todos modos, Hayek, como todos los liberales, hace uso de los conceptos del socialismo reaccionario para rebatir al socialismo. Parte de la base de que los marxistas conciben las clases sociales como sustancias, como si tuvieran una realidad independiente de los individuos que las constituyen y como si los determinara desde fuera. Pero hay que advertir que este concepto de clase social corresponde al socialismo reaccionario y no al socialismo de Marx. Advirtiendo también que muchos teóricos que se hacen pasar por marxistas, a la hora de la verdad, esto es, a la hora de pensar y concebir el mundo, hacen uso de los conceptos del socialismo reaccionario. Tengo pensado a este respecto la explicación del concepto filosófico fundamental de la filosofía marxista, que no es otro, a mi juicio, que el de sustancia social. Pero esta tarea será para otro día.
Al tiempo he estado disfrutando del libro Lecciones sobre la Estética de Hegel, en particular de la sección titulada Las formas particulares de la casa del templo, de donde extraeré los conceptos analógicos que explican muy bien la naturaleza y existencia de lo social. Tendré que introducir otras categorías previas que son necesarias para entender el curso de los razonamientos de Hegel. Como me sucedió a mí, espero que ustedes disfruten de las excelencias, rigor y precisión del pensamiento de Hegel. Es una oportunidad para aprender el arte del pensamiento dialéctico.
Diferenciación negativa y positiva
Expongo de forma sucinta y ordenada las ideas de Hegel con leves modificaciones. Se trata de diferenciar el poste de la columna. Las diferencias elementales a tener en cuenta son dos: dónde empieza y dónde termina el poste. El poste está inmediatamente plantado en tierra y termina de modo igualmente inmediato donde se coloca una carga sobre él. (Atención al concepto de inmediatez). Por eso su longitud determinada aparece como una delimitación (o diferenciación) negativa. Mientras que en el caso de la columna su inicio y final deben aparecer como momentos de la propia columna. Esta es la razón de que la arquitectura bella le asigne a la columna una basa (el inicio) y un capitel (el final). De esta manera aparece diferenciada en la propia columna su inicio y su final. Su longitud determinada aparece, a diferencia del poste, como una delimitación (o diferenciación) positiva. Así que la columna no empieza de forma inmediata, como lo hace el poste, en algo que no le pertenece, la tierra donde se planta, sino que tiene en sí mismo esa diferenciación: la basa. Por lo tanto, el inicio de la columna se presenta de forma mediata. Y esa mediación es la basa. Lo mismo sucede con el final. La columna no termina de forma inmediata, como lo hace el poste, en la carga que soporta, sino que tiene en sí misma esa diferenciación: el capitel. Por lo tanto, el final de la columna se presenta de forma mediata. Y esa mediación es el capitel. Así que hablaremos de diferenciación negativa de un ente cuando la diferenciación en cuestión es establecida por otro ente, mientras que hablaremos de diferenciación positiva de un ente cuando dicha diferenciación pertenece al propio ente.
Al lector le pido que observe lo siguiente. Hegel atiende a las determinaciones más simples y evidentes, que a la postre son las más difíciles de captar. Y el lector debe observar otro aspecto: el rigor y el escrupuloso orden en la exposición conceptual de la que Hegel es un consumado maestro. De ahí que me disguste enormemente que tantos pensadores superficiales hablen de que Hegel sea un pensador oscuro. Cuando en la realidad es un pensador muy claro. Descartes exigía para la ciencia ideas claras y distintas. Pero donde no hay distinciones precisas, la claridad no es posible. Y a Hegel debemos considerarlo como un pensador que establece las distinciones elementales con una precisión fuera de lo común. De ahí que no deba ser catalogado como un pensador oscuro. Complejidad no implica oscuridad, sino dificultad en la precisión de las definiciones y relaciones de las partes de un todo.
Ser ahí no por sí misma sino por otra
En todo lo que sigue seguiré exponiendo las ideas de Hegel. Aunque la columna está puesta singularizada para sí, tiene sin embargo que mostrar que es ahí, no por sí misma, sino por la masa que debe sustentar (por otro). ¿Por qué dice Marx de la columna que está puesta singularizada para sí? Porque mediante la basa y el capitel, la columna se ha diferenciado (singularizado) frente al mero poste. Hablemos ahora de la sustentación. En arquitectura se distinguen las masas sustentadoras de las masas sustentadas. La columna es una masa sustentadora, sustenta la armadura o techo, mientras que la armadura es la masa sustentada, se sustenta en las columnas.
Reflexionemos ahora sobre la lógica filosófica de esta relación y su analogía con el socialismo. La columna no es ahí por sí misma, sino por otro o para otro. En la vida social no hay persona que sea en su trabajo o función por sí misma, siempre es para otra. El trabajo lo es para el capital y el capital lo es para el trabajo. El partido político o la organización empresarial son ahí, en el espacio público, no por sí mismos, sino por otros, por las clases y sectores sociales que representan. Cualquier grupo de personas que produce un bien o un servicio, lo hacen no para sí mismo sino para otros. La división del trabajo, que es lo que determina la naturaleza mercantil de los bienes y servicios y la necesidad del mercado, no es más que la expresión de que todos existimos para los demás, y los demás existen para nosotros. Concebir las personas como seres que son ahí por sí mismos, esto es, solo con la determinación de un ser individual, es una ilusión liberal. Por lo tanto, como en la realidad todos somos ahí por otros y para otros, es evidente que lo social, el ser ahí para el otro y por el otro, es una determinación plenamente objetiva del individuo. El ser ahí por otro no es una relación externa que dependa de la libre voluntad, sino una determinación social del individuo, una propiedad inmanente suya, sin la cual no existiría lo que los liberales más veneran: el mercado. Por otro lado, que el individuo es un ser social, que la determinación de lo social es inmanente y no una pura determinación externa, se ve claro en su condición de consumidor. Solo tenemos que enumerar los bienes y servicios que hacen posible nuestra vida física y espiritual, para demostrar que el noventa y ocho por ciento de esa vida es mediante el trabajo de los demás y no gracias a nuestro propio trabajo.
Lo individual debe multiplicarse en una serie
En la medida en que la casa precisa de una delimitación por todos los lados, la columna singular no basta, sino que pone otra junto así, por lo que se convierte en una determinación esencial que la columna se multiplique en una serie. Es fácil ver aquí la analogía con el socialismo. No hay tarea que pueda realizarse solo por un individuo singular. De ahí que sea una determinación esencial que en la realización de las tareas junto al individuo singular existan otros individuos. Hasta el pintor más genial que lo vemos solo con su paleta y pinturas haciendo un cuadro maravilloso, necesita de los otros: del lugar donde vive, que disponga de luz y alimentos, de la cultura de la época en la que vive, de los productores de las pinturas que usa, y de un sinfín de cosas más. No hay tarea ni idea que pueda atribuirse a un solo individuo, siempre estará mediado por un sinfín de trabajos de individuos más.
Ahora bien, cuando varias columnas sustentan lo mismo, esta sustentación común es al mismo tiempo lo que determina su igual altura común y las ensambla entre sí, la viga. Más adelante Hegel añade lo siguiente: “Sobre las columnas de igual altura, yuxtapuestas en línea recta, se apoya inmediatamente el arquitrabe, la viga maestra, que conecta entre sí las columnas y gravita sobre ellas colectivamente”. El liberal solo ve al individuo columna y al individuo arquitrabe, y presenta las cosas como si cada individuo pudiera hacer lo que quiera y pretende que el Estado asegure esa posibilidad, como si ser columna o arquitrabe fuera obra de su libre voluntad. Concibe la libertad de forma abstracta e idealista. Cada individuo columna necesita de otros individuos columnas para poder cumplir con su función: sustentar el arquitrabe. Y es el arquitrabe quien obliga a los individuos columnas a tener la misma altura, esto es, y hablamos de la analogía con el socialismo: la organización social de la vida obliga a los individuos a compartir determinaciones comunes e iguales. Pero hay más: el arquitrabe conecta entre sí a los individuos columnas. En términos analógico: las organizaciones sociales conectan entre sí los individuos, y no hay individuo que pueda ejercer su libertad sin la conexión con los demás individuos. Y, por último: el arquitrabe gravita colectivamente sobre los individuos columnas. En términos analógicos: todas las institucione sociales, y el mercado es una de esas instituciones, gravita colectivamente sobre todos los agentes económicos que operan en dichas instituciones sociales.
La totalidad o el imperio del socialismo
Del arquitrabe o viga maestra Hegel habla de su doble condición, por una parte, es una masa sustentada sobre las columnas, y, por otra parte, como el resto de la armadura descansa sobre el arquitrabe, ésta funciona como masa sustentadora. Y la arquitectura subraya (singulariza) esta doble condición, al indicar el soporte en la parte superior mediante filetes salientes. Sobre el arquitrabe se apoya el friso. Y el friso consiste por una parte en las cabezas de las vigas del tejado que seapoyan en la viga maestra, y, por otra parte, en los espacios intermedios. A su vez estas partes se diferencian, se singularizan, mediante los triglifos y las metopas. Con esto nos basta para mostrar lo siguiente: la casa del templo se va constituyendo con partes, individuos, con mayor o menor grado de singularización, hasta constituir un todo. Cada parte tiene su sentido, su papel y su diferenciación en la totalidad. Ninguna parte o individuo puede decir que él es el todo, como tampoco puede decir que el todo solo es posible gracias a él. Cada individuo o parte al estar ensamblado en el todo, solo es lo que es gracias al todo. La columna solo es masa sustentadora por medio del otro: el arquitrabe en tanto masa sustentada. Y el arquitrabe solo es masa sustentada por medio del otro: la columna que funciona como masa sustentadora. Cada parte es por medio de las otras partes y su ser individual queda determinado por su papel en la totalidad. Y su singularización solo cobra sentido por su posición y papel en la totalidad.
Ahora hablemos de la analogía con la sociedad. La sociedad en su conjunto puede ser considerada una obra de arquitectura social formada por muchos elementos: El Estado, el mercado, las empresas y el resto de las instituciones. Cada persona es tal persona, en su trabajo y en su libertad, en la totalidad de las instituciones sociales y por medio de las instituciones sociales. Cada persona está determinada, en su papel y en el ejercicio de la libertad, por las demás personas. Y su singularización, el hecho de que haya personas que desempeñan un papel más destacado en la arquitectura social, la obtiene por su pertenencia a la totalidad. El liberal cuando defiende la individualidad de las personas oponiéndola a las determinaciones sociales, y su sacrosanta libertad oponiéndola a la coacción del Estado, no es más que un medio ideológico para legitimar el enriquecimiento desproporcionado de las minorías, el imperio de la propiedad privada, y presentar como ineludibles las injusticias y desigualdades sociales. Los liberales presentan las cosas como si el mundo y sus progresos fuera gracias a la labor de las personas más singularizadas, esto es, gracias a las personas más ricas, gracias a las minorías. Cuando la realidad es que la singularización de esas personas y su enriquecimiento desproporcionado e irracional solo es posible gracias a la totalidad de la arquitectura social. Igual que el ente verdadero y pleno es la casa del templo y no ninguna de sus partes individuales, del mismo modo el ente verdadero y pleno es la sociedad en su conjunto y no ninguna de sus personalidades singularizadas.
Hoy mismo, 14 de mayo del año en curso, Daniel Lacalle hacía la siguiente afirmación: “Desregular no es la ley de la selva, sino quitar la soga que impide al talento que hay en España crear otro Inditex”. En esta afirmación están contenidas las ilusiones, las falsedades y el idealismo de los liberales. Se trata, por una parte, de los intereses de la totalidad de la arquitectura social, y, por otra parte, de los intereses de las personas más singularizadas. Lo que pretenden los liberales es debilitar los intereses de la totalidad de la arquitectura social, esto es, sacrificar los intereses de los muchos a favor de los intereses de los pocos. El socialismo no niega la necesidad y el interés social que hay en promocionar la singularización de las personas, lo que no quiere es que esa singularización lleve aparejado que esas personas se enriquezcan de modo desproporcionado e irracional. Es bueno que haya talentos que creen Inditex, pero Lacalle no debe mentir: Inditex no es obra del genio de una sola persona, sino del genio de decenas de miles de personas y de los frutos de todas las generaciones anteriores. Lo que al socialismo no le gusta es la propiedad privada sobre Inditex, que no significa otra cosa que el hecho de que sus propietarios se apropien de una enorme cantidad de trabajo ajeno. La posición de Lacalle, hablando en términos metafóricos, consiste en que la columna individual puede en régimen de libertad absoluta seguir sosteniendo al arquitrabe o abandonarla e irse donde le paguen más o saque más intereses, sin preocuparle el debilitamiento de la totalidad. Así que la desregularización no busca liberar el talento para hacer posible más riqueza, sino permitir que el talento se enriquezca sin control, esto es, que el talento individual pueda apropiarse de cuanto trabajo ajeno le permita un mercado desregulado. Y si la totalidad de la arquitectura social se debilita y causa grandes males sociales, no les importa; para los liberales lo principal es asegurar la libertad individual de las personas singularizadas por encima de los intereses de la totalidad.
No quisiera dar por acabado este trabajo sin antes transcribirles unas palabras de Hegel contenidas en la introducción a Lecciones sobre la Historia de la Filosofía. Después de hablar de la libertad de pensamiento como condición inicial de la Filosofía, Hegel dice lo siguiente: “Desde el punto de vista práctico, esto exige también que en ese pueblo florezca la verdadera libertad, la libertad política; esta solo comienza allí donde el individuo por sí mismo, como tal individuo, se reconoce como general y esencial, donde tiene un valor infinito o donde el sujeto ha adquirido la conciencia de la personalidad, es decir, donde pretende valer exclusivamente por sí mismo”. El liberal solo capta el por sí mismo del individuo y su valor infinito, pero se olvida del reconocimiento que exige ese ser por sí mismo del individuo: su generalidad y esencialidad. ¿Qué significa que el individuo se reconozca como esencial? No significa otra cosa que se reconozca como miembro de determinadas clases y grupos sociales. ¿Y qué significa que el individuo se reconozca como general? Lo general no significa otra cosa que los individuos expresan su igualdad en algo simple y común. No otra cosa significa el dinero, sino que todas las mercancías, esto es, todos los trabajos, comparten algo simple y común: el trabajo abstracto o el gasto de la fuerza de trabajo sin tener en cuenta la forma de su gasto. El socialismo, como imperio de lo esencial y lo general sobre las particularidades y las singularidades individuales, lo encontramos en el pensamiento de Marx. Pero cuando escarbamos en el pensamiento de Marx, encontramos el rico y caudaloso pensamiento de Hegel.
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