En este artículo el autor sostiene que Lula acertó en su alianza con una coalición de centro, ya que gracias a eso logró cerrarle el paso a la derecha autoritaria.
Las recientes elecciones de Brasil mostraron una fuerte polarización entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro. En la primera vuelta, el 2 de octubre, la coalición Brasil de la Esperanza encabezada por Lula obtuvo 57.259.504 votos contra 51.072.345 alcanzados por la coalición Por el Bien de Brasil, liderada por el actual Presidente. En tercer lugar se ubicó otra coalición denominada Brasil para Todos, encabezada por Simone Tebet, que alcanzó 4.915.423 sufragios. Mientras que el Partido Democrático de los Trabajadores, con Ciro Gomes a la cabeza, cosechó 3.599.287 votos. Los partidos restantes tuvieron guarismos prácticamente insignificantes.
La diferencia entre las estructuras de los dos principales candidatos fue de 6.187.504 votos y Lula no alcanzó por muy poco margen el 50% más uno de los votos, que lo hubiera llevado directamente a la presidencia. Debió entonces librarse una segunda vuelta, que se realizó el 30 de octubre y terminó con guarismos todavía más estrechos: Lula alcanzó 60.345.999 sufragios y Bolsonaro 58.206.354. Pese a que se esperaba que el actual Presidente pegara una embestida contra los resultados del ballotage, eso no ocurrió. Sus seguidores tomaron carreteras y ocuparon plazas en diversos estados del país en señal de protesta y enarbolaron el fantasma del fraude, pero estas acciones duraron poco. El propio Bolsonaro encuadró a sus seguidores y la agitación fue menguando.
Las elecciones parlamentarias, por su parte, arrojaron los siguientes resultados. En el Senado se renovaban 27 bancas (un tercio del total). De ellas, 18 respondieron a Por el Bien de Brasil (Bolsonaro); cinco a Brasil de la Esperanza (Lula), tres a Brasil para Todos (Tenet) y una al Partido Social Cristiano. Con estos resultados, sumados a los dos tercios que mantuvieron sus cargos, la Cámara Alta quedó compuesta de la siguiente manera:
- Por el bien de Brasil 33 (P. Liberal 14; P. Unión Brasil 10; P. Progresista 6, P. Republicano 3).
- Brasil para Todos 27 (P. Socialdemócrata 11; Mov. Democrático Brasileño 9; P. Pode 6; P. Ciudadanos 1).
- Brasil de la Esperanza 16 (P. de los Trabajadores 9; P. Socialdemócrata Brasileño 4; P. Socialista Brasileño, P. Rede y P. Republicano de Orden Social, uno cada uno).
- Partido Democrático de los Trabajadores 3 (Ciro Gomes).
- Partido Social Cristiano 2
- Total: 81
La Cámara de Diputados, por su parte, se renovó en su totalidad: 513 representantes. De ellos, las tres coaliciones sumaron 475. Veamos:
- Por el Bien de Brasil 250 (P. Liberal 99; P. Unidad Brasileña 59; P. Progresista 47; P. Republicano 41; P. Novo 1).
- Brasil de la Esperanza 124 (P. de los Trabajadores 68; P. Socialista Brasileño 14; P. Social Demócrata Brasileño 13; P. Socialismo y Libertad 12; P. Comunista do Brasil 6; P. Verde 6; P. Republicano de Orden Social 3; P. Rede 2).
- Brasil para Todos 101 (Mov. Dem. Brasileño 42; P. Social Demócrata 42; P. Pode 12; P. Ciudadanos 5).
- Partido Democrático de los Trabajadores 17 (Ciro Gomes).
- Partido Social Cristiano 6.
- Otros 15.
- Total: 513
Diversos medios han batido el parche, aquí en la Argentina, sobre el predominio parlamentario de Bolsonaro no obstante haber perdido la elección presidencial. Han hecho una apreciación insuficiente, pues han prestado atención exclusivamente al comportamiento y desempeño de los partidos y/o de los candidatos. Es decir, sin tomar en consideración que se han constituido tres coaliciones interpartidarias. Incurren, como quien no quiere la cosa, en una “avivada” mediante la cual se procura acrecentar la performance del oscuro ex capitán, hoy todavía Presidente. Por añadidura, omiten reconocer que inmediatamente después de la elección de primera vuelta, Simone Tebet materializó el acercamiento del conglomerado Brasil para Todos que encabeza a su semejante Brasil de la Esperanza. Fue recibida por este, claro, con aprecio y cordialidad.
Así las cosas y sin olvidar que estas coaliciones integradas por numerosos partidos participantes pueden sufrir bajas y retiradas, cabe echar un vistazo a la situación, como llamaba Antonio Gramsci al examen de las relaciones de fuerza.
En el Senado, la suma de Brasil de la Esperanza y Brasil para Todos alcanza a 43 senadores contra 33 que responden a Bolsonaro. Sobrepasan la mayoría de esa cámara cuyo total, como se ha visto más arriba, es de 81 miembros. Restan los tres representantes del PDT (Ciro Gomes) y los dos del Partido Social Cristiano, que habrá que ver cómo se comportan y/o se alinean.
En lo que respecta a Cámara de Diputados, la situación es un poco diferente. Por el Bien de Brasil cuenta con 250 diputados propios; no alcanza a sobrepasar la mitad de esos representantes pero está cerca: necesita 13 voluntades más, lo que no es mucho. Brasil de la Esperanza y Brasil para Todos reúnen 225 diputados propios. Quedan 17 que responden a Gomes, 6 al Partido Social Cristiano y 15 a otros; habrá que ver cómo se ganan voluntades u oscilan esos 38 diputados.
Gobernadores y militares
En lo que respecta a los gobernadores se ha producido la siguiente distribución: Brasil de la Esperanza ha alcanzado 11 gobernaciones; Por el Bien de Brasil también 11; Brasil para Todos 4, y otros: 1. Se desprende de esto que la alianza de Lula y Tebet suma 15 gobernadores, que son ya una mayoría sobre el total de 27.
La entente de Bolsonaro obtuvo la gobernación de tres Estados muy importantes: Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais. Las huestes de Lula: Bahía, Pernambuco y Rio Grande do Sul, y las de Tebet el Distrito Federal (Brasilia); todos ellos son, también, Estados significativos. Hay entonces una paridad relativa, que balancea relevancia y cantidad.
Los militares, por su parte, no han abierto la boca; hubo un rígido silencio de radio. Es de esperar que con la asunción del nuevo Presidente se releve por lo menos a una parte de la cúpula actual.
Final
Conviene consignar que existe en la Cámara de Diputados brasileña un grupo de partidos al que se denomina Centrão en portugués (Centrón o Gran Centro en español), que se caracterizan por ser más bien pragmáticos, que suelen buscar cercanía con el Poder Ejecutivo con el objeto de conseguir beneficios prácticos, ventajas y/o privilegios. No es una instancia formal estructurada y fija sino informal, al punto que sus integrantes pueden entrar y salir conforme les convenga. Durante la presidencia de Bolsonaro, los partidos Liberal, Progresista, Republicano y Solidaridad, entre otros, fueron algunos de los que se movieron en ese grupo. Para estas elecciones, la mayoría de ellos ha integrado la coalición Por el Bien de Brasil. Habrá que ver cómo se comportan ahora frente al nuevo oficialismo.
Las recientes elecciones han parido un nuevo escenario político en Brasil. No sólo porque Lula reemplazará a Bolsonaro en la Presidencia sino también porque fue novedosa –y diríase que hasta audaz– la apertura del PT, un partido predominantemente de izquierda, a una asociación con partidos de centro, que terminó conformando la coalición Brasil de la Esperanza. A la que inmediatamente después de la primera vuelta se asoció el conglomerado Brasil para Todos, que incrementó la posibilidad ganar las elecciones en la segunda vuelta.
Debe repararse con beneplácito que esas convergencias permitieron cerrarle el paso a una derecha cerril y peligrosamente autoritaria. Enhorabuena. La dispersión le hubiera abierto las puertas a la reelección de Bolsonaro.
El desafío es enorme y la cohabitación y cogestión de la izquierda y el centro, una experiencia novedosa que debe ser acompañada y apoyada. Se optó no por lo que hubiera querido cada parte sino por lo que se podía y era beneficioso en función del contexto internacional y las correlaciones de fuerza internas. Ojalá avance positivamente y se convierta en un espejo en el que los sudamericanos democráticos y progresistas podamos mirarnos con provecho.
Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/audacia-y-pragmatismo/