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Banco del Sur, marco internacional y alternativas

Fuentes: cadtm.org

1. Dos grandes tendencias opuestas están en acción a escala internacional La tendencia actualmente dominante, que opera desde hace 25-30 años, es la continuación de la ofensiva capitalista neoliberal e imperialista. En los últimos años, esta tendencia se manifiesta en el recurso cada vez más frecuente a la guerra imperialista, el aumento del armamento de […]

1. Dos grandes tendencias opuestas están en acción a escala internacional

La tendencia actualmente dominante, que opera desde hace 25-30 años, es la continuación de la ofensiva capitalista neoliberal e imperialista. En los últimos años, esta tendencia se manifiesta en el recurso cada vez más frecuente a la guerra imperialista, el aumento del armamento de las grandes potencias, el refuerzo continuado de la apertura comercial de los países dominados, la generalización de las privatizaciones, el ataque sistemático al salario y a los mecanismos de solidaridad colectiva conquistados por los trabajadores. Todo ello es parte del Consenso de Washington. Una tendencia opuesta se viene desarrollando desde fines de los años 90, manifestándose su forma más avanzada (casi) únicamente en Latinoamérica: la elección de presidentes que propugnan la ruptura con el neoliberalismo -ciclo que comenzó con la elección de Hugo Chávez en 1998- o al menos la contención de éste: suspensión del pago de la deuda pública externa a los acreedores privados por Argentina, de diciembre de 2001 a marzo de 2005; comienzo de la recuperación del control estatal de las grandes empresas públicas (PDVSA) y de los recursos naturales (gas natural en Bolivia); fracaso del ALCA; reducción del aislamiento de Cuba… Esta contratendencia sería impensable sin las poderosas movilizaciones populares contra la ofensiva neoliberal, desarrolladas desde los años 80 (febrero de 1989 en Caracas) en diferentes rincones del planeta y que vienen estallando periódicamente. La resistencia que el imperialismo ha encontrado en Iraq, en Palestina, en Afganistán desempeña así mismo un papel fundamental.

2. Marco económico internacional en el período 2003-2006

La crisis que azotó a Estados Unidos en los años 2000-2001 se superó con una política anticíclica voluntarista de la Reserva Federal que redujo drásticamente el tipo director llevándo la tasa de interès casi al nivel cero. El objetivo buscado: evitar que la quiebra de Enron y de Worldcom se extendiera a otras grandes empresas privadas muy endeudadas. La brusca reducción del tipo de interés permitió a las empresas refinanciar su deuda a un coste menor. También a los hogares estadounidenses, cuyo endeudamiento había alcanzado un nivel histórico (130 % de la renta anual). En conjunto, las deudas pública y privada de Estados Unidos supera los 37.000 millardos de dólares. Estados Unidos pudo superar la crisis y recuperó un nivel de crecimiento apoyado en el consumo interno, alimentado y financiado por el exterior. Su recuperación económica tenía lugar mientras el crecimiento de Europa y Japón era muy débil, y desempeñó entonces el papel de locomotora económica mundial en los años 2002-2003. El consumo interno implicaba un fuerte recurso a las importaciones, en particular de productos chinos. China, arrastrada por la locomotora estadounidense en su estela, pudo mantener así una tasa de crecimiento cercana al 10 %. Las necesidades chinas de combustible y materias primas han estimulado el precio de estos productos en el mercado mundial. Según el Banco de Pagos Internacionales (BIS [1]), en el año 2005 «China representó más del 57 % de la demanda suplementaria de aluminio, 60 % de la de cobre y más del 30 % de la de petróleo» [2]. A partir del año 2003, asistimos a un fuerte aumento del precio real del petróleo, de otras materias primas y de ciertos productos agrícolas. Al mismo tiempo, el precio de los productos manufacturados experimentó un alza modesta. Es por esto por lo que vivimos una coyuntura internacional caracterizada por una mejora de los términos de intercambio a favor de los países en desarrollo exportadores de materias primas, de combustibles y de ciertos productos del agro. Esto puso fin a más de veinte años de degradación de los términos de intercambio [3] en detrimento de los PED. En el caso de Latinoamérica, a partir del año 2003 Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela se benefician de un fuerte alza de los precios de sus exportaciones [4].

Esta mejora de los términos de intercambio ha provocado un aumento enorme de las reservas de divisas de los PED. Más de 130 de ellos (sobre 165) han aumentado sus reservas. Entre el año 2000 y abril del 2006, las reservas del conjunto de los PED (incluidos los países del ex bloque soviético) se multiplicaron casi por 3, pasando de 973 a 2.679 millardos de dólares [5]. Las reservas de los PED exportadores de petróleo se multiplicaron por 4, pasando de 110 a 443 millardos de dólares. Las de China se multiplicaron por más de 5, pasando de 166 a 875 millardos. Latinoamérica, más modestamente, aumentó sus reservas un 40 % en el mismo período.

El total mundial de las reservas de cambio llegaba en diciembre de 2005, según el BIS, al equivalente de 4.174 millardos de dólares (dos tercios en dólares USA, y el otro tercio en euros, yenes, libras esterlinas y francos suizos), de los cuales, sólo 1.292 millardos estaban en poder de los países más industrializados. Japón atesora 829 millardos [6]. Los PED jamás se han visto en tal situación: disponen de una suma equivalente a más del doble de las reservas de cambio de los países más industrializados (60 % en dólares USA, 29 % en euros y el resto en yenes, libras esterlinas y francos suizos).

El FMI, oficialmente encargado desde su fundación, en 1944, de acudir en ayuda de los países con problemas de balanza de pagos, no dispone más que del equivalente de unos 9 millardos de dólares directamente movilizables. El total de las cuotas representa unos 300 millardos de dólares, pero los 184 miembros aún tienen que poner a disposición del FMI esta suma. Su cartera de préstamos sólo llega a 35 millardos. Es como un enano frente a una veintena de PED. Por otra parte, su situación se agrava debido a que su cartera de préstamos ha disminuido (y en consecuencia, sus ingresos) tras el reembolso anticipado de la deuda de varios países asiáticos, de Brasil y de Argentina, a los que se sumarán pronto México y Uruguay.

Tanto en sentido literal como en sentido figurado, los PED son prestamistas netos con respecto a los países más industrializados. Tanto es así que prestan dinero al Tesoro de Estados Unidos y a los países de Europa occidental comprando sus bonos del Tesoro. Los PED tienen en sus cajas bonos del Tesoro estadounidense por valor de varios centenares de millardos de dólares.

Nota bene: El Banco Mundial también reconoce que los PED son prestamistas netos con respecto a los países más industrializados. En el informe anual del año 2003 del Banco, titulado Global Development Finance, podemos leer: «Los países en desarrollo, tomados en conjunto, son prestamistas netos respecto de los países desarrollados.» [7] En la edición 2005 del Global Development Finance, página 56, el Banco dice: «Los países en desarrollo son ahora exportadores netos de capitales hacia el resto del mundo.» En la edición de 2006, vuelve sobre el tema: «Los países en desarrollo exportan capitales al resto del mundo, en particular a Estados Unidos.» [8].

Nada demuestra mejor la futilidad de la teoría dominante en el tema del desarrollo que este reconocimiento. En efecto, según esta teoría, uno de los principales obstáculos al desarrollo en el Sur [9] es la insuficiencia de capitales. Y para poder desarrollarse, los PED deben buscar en otra parte los capitales suplementarios que necesitan. Tienen que endeudarse para atraer capitales extranjeros.

La política actual en materia de reservas de cambio es, en muchos aspectos, absurda, debido a que se adapta a la ortodoxia de las instituciones financieras internacionales. En lugar de utilizar una parte importante de sus reservas de divisas en gastos de inversión y en gastos corrientes (en los ámbitos de la educación y la salud, por ejemplo), los gobiernos de los PED las emplean para reembolsar su deuda o las prestan al Tesoro estadounidense o a los de los países de Europa occidental. Pero esto no es todo, los gobiernos de los PED usan las reservas de divisas como garantía de pago futuro y contraen nuevas deudas con bancos privados extranjeros o en los mercados financieros. Es absurdo desde el punto de vista del interés general. Otra política igualmente absurda desde el punto de vista de la nación: para prevenir un efecto inflacionista relacionado con el alto nivel de reservas de divisas, el Tesoro público de los PED se endeuda con bancos locales a fin de retirar de circulación el exceso de moneda.

Volvamos a la diferentes acciones antes mencionadas.

2.a. Pago anticipado al FMI A finales del año 2005-principios del 2006, Argentina saldó de forma anticipada su deuda con el FMI, utilizando una parte de sus reservas de cambio. Perfectamente, ajustada a derecho, podría haber cuestionado las sumas adeudadas al FMI, pues éste es responsable de una serie de acciones que perjudicaron a los ciudadanos argentinos y a la economía del país. El FMI apoyó activamente la dictadura argentina de 1976 a 1983, que cometió de forma sistemática crímenes contra la humanidad y que endeudó profundamente al país aplicando un modelo económico contrario a los intereses de la nación. Después, el FMI exigió al régimen constitucional que sucedió a la dictadura militar el pago de la deuda odiosa contraída por la junta militar. A continuación, le dictó al país unas políticas económicas que causaron nuevos perjuicios a la nación, que aún perduran. Argentina tenía todo el derecho de rechazar la continuidad de los pagos de la deuda al FMI. Lo mismo se podría decir del pago anticipado de la deuda al FMI efectuado por Brasil. Utilizando una parte de sus reservas para reembolsar al FMI, Argentina y Brasil han malgastado una parte de sus recursos, que se podrían haber empleado con fines más útiles y más honorables. Una de las razones expuestas por estos gobiernos para el pago anticipado al FMI fue la voluntad de recuperar su libertad de acción. Pero hay que destacar que después del reembolso mantienen una orientación económica que es apoyada por el FMI. Por ejemplo, no restablecieron el control sobre los movimientos de capitales ni el control de cambios.

2.b. Préstamos al gobierno de Estados Unidos vía la compra de bonos del Tesoro La mayor parte de los PED compra bonos del Tesoro estadounidense. No conocemos las suma exactas, pero éstas representan varios centenares de millardos de dólares prestados al gobierno de Estados Unidos. El argumento más común es que estos bonos tienen mucha liquidez, es decir, que se los puede vender fácil y rápidamente. Se agrega, por lo general, que no tienen riesgo, pues es inimaginable que el Tesoro estadounidense caiga en default a corto o a largo término. Lo cierto es que los PED contribuyen así a sostener la potencia del imperio americano. Los PED ponen en manos del amo el garrote que emplea para apalearlos y expoliarlos. En efecto, Estados Unidos tiene una necesidad vital de financiación externa para cubrir sus enormes déficit y mantener su poderío militar, comercial y financiero. Si se vieran privados de una parte significativa de los préstamos de los PED, su predominio se debilitaría. Digamos también que los que apoyan la compra de bonos del Tesoro USA omiten casi siempre reconocer que la cotización del dólar evoluciona a la baja. Los bonos son remunerados con dólares devaluados. Anotemos así mismo que la compra de bonos del Tesoro de los países europeos, si bien constituyen un mal menor, no representa de ninguna manera una alternativa. Es mucho mejor gastar productivamente los excedentes de reserva o bien depositarlos en común en un banco del Sur.

2.c. La continuidad del endeudamiento público El depósito de las reservas como bonos del Tesoro estadounidense (o de cualquier otro Tesoro) generalmente tiene como contrapartida nuevos préstamos. Esto puede parecer paradójico, pero en realidad las cosas son así. Por una parte, las reservas de divisas se colocan en parte como bonos del Tesoro; por otra, los poderes públicos toman préstamos en el mercado interno o en el mercado internacional a fin de reembolsar la deuda pública. En todos los casos, la remuneración de las reservas colocadas en bonos del Tesoro extranjeros es inferior al interés pagado por estos préstamos. O sea, una pérdida para el Tesoro del país en cuestión. ¡Un monto importante de reservas en las cajas del Banco Central a menudo lleva a éste a endeudarse! Explicación: Los capitales extranjeros que ingresan masivamente en forma de divisas se encuentran a menudo en manos de agentes residentes, que los cambiarán en sus bancos por moneda nacional (MN), lo que se traduce así en un aumento acrecentado de la cantidad de MN en circulación, lo cual es una fuente potencial de inflación. Para evitar esto, las autoridades monetarias (el Banco Central, BC) realizan operaciones de esterilización de estas reservas a fin de evitar que el flujo de divisas se convierta en MN. En grandes líneas, hay dos posibilidades: 1. El BC decide aumentar la tasa de reservas obligatoria (reserve assets) del sistema bancario, lo que ocasiona un coste suplementario a los bancos, que por supuesto repercutirán sobre las tasa de interés de sus créditos. Esto encarece el crédito y debería reducir el ritmo de creación de moneda (pues cada vez que hay un crédito, hay creación de moneda, lo mismo que cada vez que hay un reembolso de crédito, hay «destrucción» de moneda). 2. El BC realiza operaciones de open-market, es decir, emite títulos cuya venta deberá permitirle recuperar MN, que de este modo sale de circulación y con ello se limita el riesgo de inflación. El problema de esta esterilización es que el BC tiene por un lado reservas de cambio que coloca en el mercado nacional de capitales (que le reportan un interés t1) y por otro lado paga por los título que emite una remuneración t2, que es mayor que t1, pues la prima de riesgo es mayor en el mercado interno de un PED que en el mercado internacional. Por eso, para controlar la inflación, así como su tipo de cambio (que depende también del régimen de cambio, tipo fijo, currency board o flexible), el BC, y por ende el Estado, se ve obligado a endeudarse para financiar esta diferencia de tasas. Es el resultado combinado de una política monetaria cuyo objetivo principal es la lucha contra la inflación (según una perspectiva liberal bien conocida) y de una política económica general, que limita la intervención del Estado en la actividad productiva y que considera que los gastos sociales son improductivos (y generadores de inflación). Una aplastante mayoría de gobiernos da prioridad a esta política, y se asiste a un aumento de las deudas públicas internas como contrapeso de un nivel alto de las reservas de cambio. [10] Esto es así para China y también para los países de Latinoamérica.

En vez de acumular montañas de reservas de cambio, especialmente para protegerse de los ataques especulativos, los gobiernos de los PED deberían: 1 tomar medidas de control de los movimientos de capitales y de divisas (mucho más eficaces como protección contra un ataque especulativo y para combatir la fuga de capitales); 2 dedicar una parte importante de las reservas a las inversiones productivas en la industria, la agricultura (reforma agraria y desarrollo de la soberanía alimentaria), en las infraestructuras, en la protección ambiental, en la renovación urbana (reforma urbana, construcción/renovación de viviendas), en servicios de salud, y de educación, en cultura, en la seguridad social…; 3 poner en común una parte de las reservas para constituir uno o más organismos financieros internacionales (Banco del Sur, Fondo Monetario del Sur) ; 4 constituir un frente de los países endeudados en favor del no pago; 5 constituir o reforzar carteles de países productores de bienes básicos; 6 desarrollar los acuerdos de intercambio compensado puestos en práctica entre Venezuela, Cuba y Bolivia.

Es lo que vamos a desarrollar en las dos partes siguientes.

3. Alternativas potenciales

Volvamos a la coyuntura favorable a los PED en el año 2006. Como ya hemos visto, la situación es favorable por varias razones:

– Un número significativo de estos países dispone de un nivel de reservas internacionales nunca alcanzado hasta hoy, mientras Estados Unidos y Europa occidental se encuentran en un nivel históricamente bajo de reservas;

– los términos de intercambio les son favorables;

– la mayor parte de los PED tienen un saldo positivo de cuenta corriente;

– el FMI se encuentra momentáneamente debilitado. Podemos agregar que la tasa de crecimiento medio de los PED ha sido el doble de la tasa de crecimiento medio de los países más industrializados. En cuanto a las primas de riesgo país pagadas por los PED, éstas han alcanzado un nivel históricamente bajo.

En el plano político, en muchos países la izquierda ha progresado: victoria de Evo Morales en las presidenciales del año 2005 en Bolivia, avance importante de la izquierda en las elecciones de la India y de México. En el plano militar, Washington y sus aliados están empantanados en Iraq y en Afganistán, lo que les dificulta una intervención terrestre directa contra otro país. En el plano de los acuerdos multilaterales favorables a las grandes potencias, el ALCA ha sido abandonado en el año 2005 y las negociaciones en el seno de OMC sobre la agenda de Doha están bloqueadas (al menos por el momento).

En tal panorama, potencialmente es posible poner en práctica una estrategia alternativa: Si los gobiernos de los PED quisieran cuestionar el pago de la deuda pública, estarían en la mejor posición para hacerlo, porque tienen con qué afrontar las amenazas de represalias de los acreedores multilaterales, bilaterales o privados. El nivel de sus reservas les asegura un enorme margen de maniobra. Si Argentina pudo hacer frente, ella sola, a los acreedores privados (que reclamaban la continuación del pago de una deuda de unos 100 millardos de euros) entre finales del año 2001 y principios del 2005 y obtener unas concesiones significativas, podemos imaginar fácilmente la fuerza que tendría un frente de varios países. Es el momento de poner en marcha auditorías de la deuda. Un frente de países que digan no al pago de la deuda también podría llevar adelante la exigencia del pago de la deuda histórica y de la deuda ecológica contraídas por los países más industrializados. La opinión pública mundial y los movimientos sociales estarían en gran medida de acuerdo con la adopción de una actitud legítima y digna por los gobiernos del Sur. Así mismo, los gobiernos del Sur podrían tomar la iniciativa de crear un Banco del Sur y un Fondo Monetario del Sur (ver más adelante). Podrían retirarse del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, organismos totalmente dominados por unas pocas grandes potencias muy industrializadas. Podrían poner en marcha una estrategia de estabilización de los precios de las materias primas y de los productos agrícolas básicos fundando carteles de países productores y reforzando la OPEP. Podrían crear o reforzar grupos regionales del Sur y, por qué no, dotarse de una moneda común. Podrían reintroducir un control de los movimientos de capitales y del cambio. Podrían retomar el control de los recursos naturales de cada país. Podrían desarrollar, en el plano de la educación, de la cultura, de la investigación (en especial en materia de salud) unas políticas públicas audaces con medios financieros suficientes. Inspirándose en los acuerdos de intercambio de Venezuela, Cuba y Bolivia, podrían generalizar las nuevas formas de «intercambio compensado» (petróleo a cambio de servicios de salud y de educación, por ejemplo), Una estrategia como ésta implicaría dar la prioridad a una redistribución radical de la riqueza, tanto en el seno de los PED como entre el Norte y el Sur del planeta. El contenido social de una estrategia alternativa es fundamental. Es necesario darle un contenido socialista so pena de caer en una caricatura de alternativa. El contenido socialista no tiene nada que ver con una mera política de reducción de la pobreza, el desarrollo de medidas de asistencia pública y una vaga humanización del capitalismo. El contenido socialista implica reformas estructurales profundas, comenzando por un replanteo de la propiedad privada de los grandes medios de producción, de los recursos naturales y de todos los bienes comunes. Parafraseando al Che [11]: Alternativa socialista o caricatura de alternativa. La alternativa debe tener también una dimensión esencial de emancipación de la mujer por la realización de una verdadera igualdad entre los sexos.

4. El Banco del Sur y el Fondo Monetario del Sur

Se ha de adoptar una primera opción: crear una institución o dos. Si se crean dos, se tendrá una banco, cuya función será financiar el desarrollo, y un fondo monetario cuya finalidad será esencialmente proteger a los países contra los ataques especulativos y ayudarlos cuando tengan problemas de liquidez para realizar sus intercambios. También se puede poner en manos de una única institución estas grandes funciones.

El Banco del Sur tendrá como objetivos, en particular, romper la dependencia de los países periféricos del mercado financiero internacional, canalizar la capacidad propia de ahorro, detener la fuga de capitales, canalizar los recursos centrales a las prioridades de un desarrollo económico y social independiente, cambiar las prioridades de inversión, etc.

Se trata de un banco público alternativo al BID y al Banco Mundial.

El Banco del Sur podrá otorgar créditos con o sin interés, así como proporcionar ayuda no reintegrable a través de donaciones. Estará financiado principalmente por los aportes de sus países miembros en forma de cuotas y de donaciones. También se puede imaginar ingresos fiscales mediante impuestos regionales/internacionales.

Los destinatarios prioritarios de los créditos y donaciones deben ser entes públicos (Estado, provincia, municipio, empresas públicas de producción o de servicios). Hay que definir con claridad los agentes privados que pueden recibir créditos y donaciones del Banco, a fin de excluir aquellos cuya actividad sirva para reforzar al gran capital. La historia de los últimos dos siglos está llena de bancos públicos y populares que en esencia han servido para apoyar la acumulación capitalista, sin ningún beneficio real para el pueblo.

El Banco del Sur no puede estar disociado del problema de la deuda. Hay que evitar que su actividad sirva para mantener la gestión de la deuda pública en beneficio del capital financiero.

Otro aspecto importante es la necesidad de un control popular y democrático, en línea también con lo reclamado para las auditorías de la deuda. La participación activa de los parlamentos en el control de la actividad del Banco debe ser estimulada.

Las líneas precedentes no constituyen más que algunas pistas, que requieren una elaboración colectiva y rigurosa.

5. Perspectivas futuras de la economía

Mejorar los términos de intercambio para los países exportadores de productos básicos no es del agrado de los países más industrializados, por razones tanto económicas como políticas, porque esta situación estimula las iniciativas de los países del Sur. Por las mismas razones, el nivel de reservas acumuladas por los países del Sur produce inquietud en las capitales de los países más industrializados, así como en los consejos de administración de las grandes transnacionales. La decisiones tomadas por los gobiernos de los países más industrializados se dirigen a la modificación de la situación a su favor. Por otra parte, el ciclo económico sigue su propia lógica (ver más adelante). La falta de voluntad de los gobiernos de la Periferia hace correr el riesgo de hacerles perder una oportunidad histórica.

Los Bancos Centrales de los tres grandes polos de la economía de los países más industrializados aumentan su tipo director en términos de tasas de interés. Es el caso de la Reserva Federal estadounidense y del Banco Central Europeo desde el año 2004. Es también el caso de Japón desde principios del año 2006. Una parte importante de los capitales flotantes que habían migrado hacia los países del Sur entre los años 2002 y 2006, en búsqueda de rendimientos superiores a los que ofrecían los países del Norte, toma el camino de regreso. La caída de las Bolsas de los países emergentes en mayo del 2006 es posiblemente un signo premonitorio. Para la Reserva Federal es vital atraer más capitales hacia Estados Unidos para intentar cubrir su enorme déficit comercial. Un flujo continuo de capitales es una necesidad de primer orden, por lo cual aumenta el tipo de interés, a fin de ofrecer a los inversores extranjeros un rendimiento satisfactorio. Esto es tanto más necesario cuando la cotización del dólar baja, sobre todo frente al euro y el yen, y los tipos de interés suben en la zona euro, en Ingletera y en Japón. Es posible que el aumento en curso de los tipos de interés alcance un techo y se mantenga en ese valor. En efecto, las autoridades estadounidenses saben muy bien que si aumentan demasiado el tipo de interés corren el riesgo de provocar el estallido de la burbuja de la especulación inmobiliaria y una drástica caída del consumo de las familias, dado que éstas están muy endeudadas. Un aumento excesivo del coste del dinero también tiene el peligro de poner en serias dificultades a las grandes empresas estadounidenses, comenzando por las automotrices y la aviación. De todos modos, aun si los tipos de interés en el Norte no aumentan con tanta fuerza en el último trimestre del año 2006, ya han alcanzado un nivel suficientemente alto para atraer una parte de los capitales que habían emigrado al Sur en el curso de los últimos años.

En cuanto a la evolución de los productos básicos, ésta depende, evidentemente, del nivel de la actividad económica. Hay que ser prudente con las previsiones de crecimiento para los años 2007-2008. No hay que excluir una reducción del crecimiento en Estados Unidos. Si esto ocurre, habrá que prever cómo se comportará el crecimiento en Europa occidental y en Japón. Si también se reduce en estas dos regiones, hay que prever una disminución de las ventas de materias primas y de sus precios, a menos que la actividad de China se mantenga durante un período prolongado, lo que sería asombroso.

Manifiestamente, China pasa por un período de sobreinversión. La tasa de rentabilidad es por lo general bastante baja. Su actividad depende en gran medida de sus exportaciones. El consumo de las familias chinas aumenta, pero sobre todo es una pequeña minoría la que se beneficia. En resumen, el mercado interno difícilmente puede reemplazar al mercado exterior como salida de la producción del país, a menos que las autoridades chinas den un giro radical en cuanto al modelo de desarrollo (aumento de salarios, refuerzo substancial del mercado interno, búsqueda de una verdadera cooperación constructiva con otros países del Sur). Todo esto parece poco probable. Lamentablemente. Las luchas emprendidas por los trabajadores chinos, que quieren mejoras de los salarios, de las condiciones de trabajo y el derecho a la organización colectiva, objetivamente van en la dirección de un cambio radical del modelo de desarrollo, pero no se ve cómo podrían lograrlo a corto plazo.

También existe el riesgo de que la evolución vaya en sentido contrario. Me explico: si la actividad económica disminuye en Estados Unidos, sin ser compensada por un crecimiento suficientemente fuerte de Europa y Japón, la actividad de China con seguridad decaerá. Dado que la tasa de rentabilidad es baja y que el nivel de endeudamiento de las empresas es bastante elevado, es probable que una caída de la actividad provoque reducciones importantes de personal así como la quiebra de empresas. Semejante situación no será por cierto favorable al desarrollo de las luchas de los trabajadores chinos.

Lo que acabo de describir es en gran medida hipotético, y no he precisado el factor tiempo: la evolución se puede extender durante varios años. Las variables que entran en juego son numerosas.

Citemos, por ejemplo: ¿Qué pasará con los precios del gas y del petróleo? ¿Qué hará la OPEP? Mi impresión es que el precio seguirá siendo alto, lo cual está bien.

¿Qué pasará con los otros productos básicos? El precio de algunos de ellos es tal que asistimos a un fenómeno clásico en el plano de la evolución de la economía capitalista: unas minas que ya no eran rentables vuelven a ser explotadas. Algunas al precio de unas inversiones bastante altas. Hay sobreinversión. Esto acarreará un aumento importante de la oferta, que superará la demanda, lo que causará una caída de los precios y quiebras empresariales. ¿Qué es lo que puede impedirlo? 1. Bien la aceleración del crecimiento económico, 2. o bien la organización de un cartel de países productores, que planifique la producción y limite su aumento, de tal manera que se estabilicen los precios en un nivel adecuado. Esto nos lleva a la urgencia de una alternativa. Si los gobiernos de los países del Sur no se ponen en conjunto a la altura del desafío, la situación evolucionará desfavorablemente. Es de temer que esto se produzca.

Esto que acabamos de ver puede ocurrir igualmente con el precio del petróleo y del gas. Si alguna vez se produce una caída, sería un desastre para muchos países del Sur.

Volvamos a la variable «reembolso de la deuda». Desde 2003-2004, la mayor parte de los PED de ingresos medios ya no tienen dificultades para pagar la deuda. Es la consecuencia de diversos factores coyunturales: Aumento de la entrada de divisas gracias al alto precio de los productos básicos que exportan y al ingreso de capitales flotantes en búsqueda de rentabilidad a corto término, especialmente en las Bolsas de los países emergentes; tasas de interés relativamente bajas; primas de riesgo país extremadamente bajas en los años 2004, 2005, 2006. Todo esto puede cambiar en un año o en unos pocos años. Los ingresos de divisas pueden diminuir y el nivel de las reservas puede bajar, los tipos de interés al alza en el Norte pueden aumentar el servicio de la deuda de préstamos contratados a interés variable, el coste de los nuevos préstamos para refinanciar deudas anteriores aumentará pues se aplicará un tipo de interés más alto, las primas de riesgo país pueden volver a subir. Un número significativo de PED corre el riesgo de encontrarse en la situación de la cigarra de la fábula de Lafontaine. Al final del verano, cuando el ambiente económico se deteriore, podrían encontrarse en dificultades de pago y sus reservas de cambio podrían fundirse como la nieve bajo el sol. Es un argumento suplementario para poner en marcha una política alternativa, formando un frente de países endeudados para no pagar la deuda (ver puntos 3 y 4). Antes de llegar a las conclusiones, quiero presentar aún algunas impresiones e informaciones adicionales:

5.1. Desde hace una veintena de años, Estados Unidos ha logrado superar cada vez su crisis aplicando una política muy intervencionista y haciendo pagar a las otras economías una parte del precio de la salida de la crisis. No olvidemos que la clase obrera estadounidense también ha pagado los gastos (por ejemplo, con despidos masivos en los años 2001-2002, con una fuerte precarización laboral y el crecimiento del número de working poors, con la reducción del salario real y de su parte en la renta nacional). De todos modos, la economía de Estados Unidos no está saneada, desde el punto de vista capitalista (tasa de crecimiento relativamente débil, tasa de beneficios relativamente baja…): tendrá que aplicarse una purga más profunda, lo que significará una desvalorización/destrucción del capital (un número importante de quiebras) ¿Cuándo le tocará la purga? Nadie puede predecir razonablemente una fecha, pero será muy difícil evitarla, desde el punto de vista de la propia lógica capitalista. Aclaro que una purga no es sinónimo de derrumbe. Al contrario, es quizás el mejor mecanismo que el capitalismo tiene a su disposición para recuperar una tasa duradera de beneficios elevados y un fuerte crecimiento.

5.2. La deuda pública interna de los PED experimentó un gran aumentó en estos últimos tres años, en cifras absolutas. Este aumento es particularmente fuerte e inquietante en un gran número de países de renta media. Según el Banco Mundial, la deuda pública interna de los PED pasó de 1.300 millardos de dólares en 1997 a 3.500 millardos de dólares en septiembre de 2005. [12]

5.3. Los bancos privados del Norte, después de haber cortado los préstamos a los PED en los años 2001-2002, los reanudaron progresivamente a partir del 2003. En el 2005, los préstamos aumentaron un 74 % con respecto al 2004. Así, se firmaron 1.261 contratos de préstamos, principalmente en el sector del petróleo y el gas.

5.4. En el año 2005, unos cuarenta PED emitieron nuevos títulos de la deuda pública en los mercados financieros internacionales. Los títulos emitidos por diez de ellos (Brasil, China, Hungría, India, Indonesia, México, Polonia, Rusia, Turquía y Venezuela) representan el 69 % del total emitido por los cuarenta. Dicho sea de paso, la emisión de títulos extendidos en euros ha tenido un fuerte aumento en el nivel mundial en estos últimos años. En el año 2000, los títulos emitidos en euros representaban el 29,8 % del stock de títulos, mientras que en el 2005 representaban el 45,4 %. Los títulos en dólares, que en el 2000 representaban el 51,9 %, en el 2005 sólo llegaban al 38,9 %. [13]

5.5. Una gran parte de la inversión directa en el extranjero, en el año 2005 estuvo relacionada con privatizaciones/adquisiciones/fusiones, que no crearon ningún empleo suplementario. Y en ciertos casos hubo destrucción de valor y de empleo.

5.6. En los últimos años, se lanzó al mercado un nuevo tipo de productos derivados. Se trata de los Credit Default Swaps. El comprador de bonos emitidos por empresas o por Estados paga un seguro contra el riesgo de no pago. Este mercado, que literalmente ha eclosionado en estos años a escala mundial, representa un valor nocional o virtual de 7.300 millardos de dólares, de los cuales menos del 5 % concierne a los PED. Según el Banco Mundial y la prensa financiera especializada, es difícil medir la solidez de este tipo de producto derivado. En caso de generalización de las dificultades de pago de la deuda, les resultará difícil a los aseguradores mantener su compromiso sin peligro de quiebra. [14]

5.7. Los inversores institucionales, en particular los fondos de pensiones de los países más industrializados, realizan inversiones financieras por una suma de 46.000 millardos de dólares (o sea, una cantidad muy superior a la suma de todo el producto anual bruto del planeta), de los cuales, 20.700 millardos son controlados por sociedades de Estados Unidos. [15] Basta con que dediquen una fracción ínfima de estas inversiones a la compra de acciones en las Bolsa de los países emergentes o de divisas para hacer aumentar su valor (es lo que pasó en el año 2005). Basta que esta misma fracción ínfima sea retirada para provocar una caída de la Bolsa, en São Paulo o en Mumbai (es lo que pasó en mayo del 2005) o de la moneda de Tailandia o Argentina. Si los gobiernos no toman medidas para controlar las entradas y salidas de capitales, así como los cambios de moneda, se encuentra a merced de ataques especulativos de una amplitud similar a los de la segunda mitad de los años 90.

5.8. Los capitalistas del Sur aumentaron la salida de capitales en el año 2005. Mientras que las salidas representaban 172 millardos de dólares en el año 2004, han trepado a 318 millardos en el 2005. [16]

5.9. En el curso de los últimos años, los flujos Sur-Sur los desarrollaron principalmente firmas capitalistas del Sur. Por ejemplo, los flujos de inversiones extranjeras entre países del Sur pasaron de 14 millardos de dólares en 1995 a 47 millardos en el 2003. En ese año, los flujos de inversiones Sur-Sur representaron el 36,6 % del flujo total de inversiones extranjeras que tomaron rumbo al Sur. Los préstamos de los bancos privados del Sur a otros países y empresas del Sur pasaron de 0,7 millardos de dólares en 1985 a 6,2 millardos en el 2005. Por primera vez en su historia, el Banco Mundial dedicó en 2006 un capítulo entero del informe anual Global Development Finance a los flujos de capitales Sur-Sur. [17] Este punto merecería una contribución específica. Los flujos Sur-Sur (con algunas excepciones relacionadas con iniciativas tomadas por Venezuela) siguen al pie de la letra la lógica de la mundialización capitalista. Unas firmas chinas hacen grandes inversiones en África y en Latinoamérica para asegurarse el control de las fuentes de materia prima. Es también lo que hace Petrobras en Bolivia, en Nigeria y en Angola. Otro tanto las firmas rusas. El Banco Mundial propone a los gobiernos del Sur que reciclen una parte de sus enormes reservas de cambio prestando a inversores privados locales. O sea, el propio Banco Mundial está a la ofensiva en el tema del Banco del Sur dándole un contenido conforme al refuerzo del capitalismo a escala planetaria. En vez de proponer a los poderes públicos del Sur que se doten de instrumentos públicos Sur-Sur para financiar sus necesidades (y las de su pueblo, prioritarias), el Banco Mundial les propone que confíen sus reservas al gran capital privado del Sur. Esto no necesita comentario, pero nos lleva al contenido del proyecto de Banco del Sur tal como se ha desarrollado en la parte 4 de este texto.

6. Conclusiones

Una nueva ocasión histórica se presenta a los pueblos y a los gobiernos de los llamados países en desarrollo de tomar una iniciativa emancipadora de alcance internacional. La coyuntura económica favorable a unos cambios profundos no se prolongará. La inacción o los errores de estrategia conducirán a una situación desfavorable. Si no se aprovecha la ocasión (y es muy probable que no se haga), la historia proseguirá su curso y los pueblos lucharán en condiciones aún más difíciles que las actuales. El combate continuará y frente a la política cínica de sus gobiernos, tendrán que radicalizarse y ponerse a la cabeza de la emancipación, sin Dios ni Supremo Salvador. Esto se llama revolución.

Notas:

[1] Bank for Internacional Settlements, http://www.bis.org

[2] BIS, Informe anual 2006, p. 45

[3] Hubo degradación de los términos de intercambio de los países en desarrollo en el curso de los años 50 y 60. Siguió una mejora en los años 70. A partir del contrachoque petrolero de 1981 hasta el 2003, se ha asistido a una nueva degradación de los términos de intercambio.

[4] BIS, 2006, p. 44

[5] 1 millardo = 1.000.000.000

[6] BIS, 2006, p. 88

[7] «Developping countries, in aggregate, were net lenders to developed countries», World Bank, Global Development Finance 2003, p. 13.

[8] World Bank, GDF 2006, p. 139

[9] Para una crítica, ver Eric Toussaint, «Las ideas del Banco en materia de desarrollo», Banco Mundial, el golpe de Estado permanente, cap. 10.

[10] World Bank, Global Development Finance 2006, p. 154

[11] Revolución socialista o caricatura de revolución.

[12] World Bank, Global Development Finance 2006, p. 44.

[13] World Bank, Ibid, p. 59.

[14] World Bank, Ibid, p. 62.

[15] World Bank, Ibid, p. 53.

[16] World Bank, Ibid, p. 151.

[17] World Bank, Ibid, cap. 4, pp. 107-136

Documento preliminar preparado para el seminario de l’Observatorio Internacional de la Deuda, Caracas, 22-24 de septiembre de 2006.