Recomiendo:
0

Bebés abandonados, hijos del desamor

Fuentes: IPS

Una historia materna de ausencia de afecto, maltratos y hasta violencia suele anteceder el abandono de bebés, un fenómeno numeroso en Brasil, donde algunos casos trágicos tuvieron amplia divulgación en las últimas semanas. Contra la creencia generalizada de que la pobreza conduce a ese gesto, un estudio de la Universidad Federal de Paraná apuntó que […]

Una historia materna de ausencia de afecto, maltratos y hasta violencia suele anteceder el abandono de bebés, un fenómeno numeroso en Brasil, donde algunos casos trágicos tuvieron amplia divulgación en las últimas semanas.

Contra la creencia generalizada de que la pobreza conduce a ese gesto, un estudio de la Universidad Federal de Paraná apuntó que las madres que abandonan a sus hijos lo hacen principalmente por «haber desarrollado otros valores en un pasado de negligencia familiar», dijo a IPS Lidia Dobrianskij Weber, profesora de psicología que coordinó la investigación.

El problema ganó repercusión desde el 28 de enero, cuando fue rescatada de la laguna Pampulha, en Belo Horizonte, capital del sudoccidental estado de Minas Gerais, una niña de dos meses, arrojada al agua dentro de un saco plástico. Un pedazo de madera que estaba atado al saco le permitió flotar hasta que algunas personas la salvaron, al oír sus quejidos inicialmente confundidos con maullidos de gato.

La sorpresa fue registrada en un vídeo por uno de los salvadores, ampliando el impacto de la noticia por la televisión, con una ola de indignación nacional contra la madre, detenida por intento de asesinato, y centenares de personas manifestando el deseo de adoptar a la niña.

En los días siguientes, como una epidemia, surgieron otros casos de bebés abandonados o muertos. Una niña recién nacida dejada a la puerta de una residencia de clase media en la misma Belo Horizonte, y otra que apareció muerta en un pantano en las afueras de la meridional ciudad de Porto Alegre siguieron sacudiendo al país.

Otros dejados en variadas ciudades o muertos, como el caso de una niña de un año y medio que fue llevada a una clínica con marcas visibles de violencia, también en Belo Horizonte, alimentaron los noticieros escandalosos en las últimas semanas.

En Sao Paulo, también en el sur, 67 niños y niñas abandonadas fueron acogidos en abrigos oficiales de la Secretaría Municipal de Asistencia Social entre noviembre y enero.

Pero los abandonos en maternidades, calles o iglesias son mucho más numerosos de lo que informa la prensa, que solo se interesa por «los casos más dramáticos» o singularmente impactantes como el de Pampulha, sostuvo la profesora Weber, que hace muchos años se dedica a la niñez abandonada y la adopción en este país de más de 184 millones de habitantes.

Como ejemplo mencionó que en un orfanato de Curitiba, la capital del sureño estado de Paraná donde ella vive, descubrió que eran abandonados 24 de los 28 niños acogidos durante el año. Además, muchos casos se ocultan en la adopción ilegal, en general registrando los bebés como hijos biológicos de la pareja adoptante.

La investigación hecha por Carolina dos Santos, para su tesis de maestría, bajo orientación de Weber, se basó en diálogos y exhaustivos cuestionarios de 70 preguntas a 21 mujeres que abandonaron a sus hijos y a otras 21 que los criaban, todas pobres y pobladoras de barrios marginados, las «favelas», de Curitiba. «Las condiciones socioeconómicas eran idénticas», aseguró la psicóloga.

Resultó evidente la diferencia de tratamiento que los dos grupos de madres recibieron de sus familias cuando eran niñas o adolescentes. Las primeras crecieron sin cuidados, sin atención, «nunca elogiadas», sino despreciadas y muchas veces golpeadas, al contrario de las que mantuvieron a sus hijos, pese a sus dificultades económicas, señaló la profesora.

«Nosotros aprendemos a tratar a nuestros hijos como fuimos tratados, amamos si tuvimos amor en la vida», pues es un rasgo cultural que se reproduce y que «se perpetuará si un apoyo, una intervención familiar no interrumpe ese ciclo», sostuvo.

Valores distintos de los reconocidos por la opinión pública orientan la conducta del grupo de mujeres que renunciaron a sus hijos. No se negaron a responder abiertamente a las preguntas, admitieron el abandono sin culpas, justificándolo por el deseo de «ir a fiestas» o la molestia de criar hijos, resumió Weber.

En dos de los casos, los hijos abandonados eran cinco, y una madre relató que simplemente que olvidó a su bebé en una mesa de billar, acotó.

«Pero no se puede juzgarlas por nuestros valores, nuestras referencias», sino comprender la situación y tratar de actuar para evitar la repetición del ciclo, recomendó.

Tantos abandonos llenan los orfanatos y otras instituciones para niños sin familia, creando una paradoja. En Brasil hay colas de personas buscando hijos adoptivos, aunque haya centenares de miles de menores privados de la convivencia familiar.

La mayoría no pueden ser adoptados, porque sus padres y madres mantienen la patria potestad, aunque estén totalmente ausentes y dejen a sus hijos biológicos internados durante años sin siquiera visitarlos.

Está en discusión una legislación para definir el abandono, que suspenda el derecho de los padres después de un cierto tiempo sin asumir sus responsabilidades, para liberar a esos niños a la adopción. Con algunas excepciones, las instituciones de acogida no ofrecen el tratamiento adecuado para que no se reproduzca la falta de afecto.

Pero lo que falta es sobre todo información, destacó Weber. Esas madres de embarazos indeseados no necesitan deshacerse de sus hijos clandestinamente, dejándolos en las calles o huyendo de maternidades en las que dejaron datos y direcciones falsas. Pueden entregarlos al juzgado de la niñez, y de esa manera no impedirán la adopción, pidió la psicóloga.
 
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36641