¡Aclárate papa, papa, papageno, que si suena la flauta mágica es para espantar a las fieras del bosque, no como reclamo neoliberal para la venta de pajarillos!¡Aclárate papa, papa, papageno, que a la juventud no se la colma llenando su cabeza de pájaros!¡Aclárate papa, papa, papageno,que no se lanzan palabras al aire por si la […]
¡Aclárate papa, papa, papageno, que si suena la flauta mágica es para espantar a las fieras del bosque, no como reclamo neoliberal para la venta de pajarillos!¡Aclárate papa, papa, papageno, que a la juventud no se la colma llenando su cabeza de pájaros!¡Aclárate papa, papa, papageno,que no se lanzan palabras al aire por si la flauta suena!
Leyendo el texto íntegro de Benedicto XVI http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37808 «Texto íntegro del discurso de Benedicto XVI, titulado «Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones», generador de la polémica con el mundo musulmán «. (Lo que a continuación se encuentra entrecomillado proviene literalmente de este artículo, aunque no se diga explícitamente. Cuando no es así se aclara con una referencia.)
«»No actuar razonablemente (con ‘logos’) es contrario a la naturaleza de Dios» dijo Manuel II, de acuerdo con el entendimiento cristiano de Dios, en respuesta a su interlocutor persa. En el diálogo de las culturas invitamos a nuestros interlocutores a encontrar este gran ‘logos’, esta amplitud de la razón. Es la gran tarea de la universidad redescubrirlo constantemente. «
Aquí queda patente que el Papa se pone del lado de Manuel II, ya que éste habla » de acuerdo con el entendimiento cristiano de Dios».
1. Oriente y Occidente. La modernidad según el Papa.
«Occidente ha estado en peligro durante mucho tiempo a causa de esta aversión, en la que se basa su racionalidad, y por lo tanto sólo puede sufrir grandemente.»
¡Ah, se trata de Occidente! Vaya, creí que se trataba de la Cristiandad… Resulta que en Occidente hay cristianos, musulamanes, judíos, budistas y tantos otros.
¿No se trata realmente de defender a la cristiandad, utilizando a la ciencia como el producto más vendible, diciendo que la ciencia deriva de la esencia del cristianismo, mientras que la guerra de la esencia del islamismo? ¿No es acaso su intervención una yihad cristiana, es decir un esfuerzo por defender el cristianismo, conservando esa teoría del sujeto pasivo frente al sujeto activo del islamismo y de la teología de la liberación? ¿No se trata también de oponerse a cualquier materialismo y en especial a los que dicen que el desarrollo de la sociedad es un proceso sin sujeto, como dice Althusser que defiende Marx, de oponerse a su materialismo del encuentro, y a todas las teorías de la emancipación?
Ratzinger dijo en otra ocasión:»La construcción social del Islam es teocrática, por tanto, monista y no dualista. El dualismo, que es la condición previa de la libertad, presupone a su vez la lógica cristiana. Desde el punto de vista práctico, ello significa que sólo donde se preserva el dualismo de Iglesia y Estado, de instancia sagrada y política, se asientan las condiciones fundamentales para la libertad. Allí donde la Iglesia se convierte a sí misma en Estado, la libertad se pierde. Pero también donde la Iglesia es suprimida como instancia pública y públicamente relevante, decae la libertad, porque el Estado reclama de nuevo para sí el fundamento de la ética.» (sacado de http://www.conoze.com/doc.php?doc=1512 ,página cristiana cuya sección «Ciencia y Fe» comienza así: «Poupard, que durante diez años fue rector de una universidad católica de París, dijo en Murcia que las universidades son «como el laboratorio donde se lleva a cabo el diálogo entre la fe y la cultura, entre la ciencia y la fe.». Básicamente es así como termina el discurso actual del Papa en Ratisbona.)
Es curioso constatar cómo el discurso del Papa sobre la libertad coincide con el de la derecha, recayendo en la cuestión mítica del dualismo, y cómo nuevamente se nos recuerda a la izquierda lo importante que es defender un monismo, un materialismo, un ateísmo o como cada cual quiera ver el anti-dualismo, el anti-idealismo. El atrevimiento de este Papa no tiene límites. Es patético observar cómo cada fracaso de la Iglesia Católica (la Revolución Francesa) se convierte por obra y gracia de una reinterpretación del cristianismo en éxito. Está claro que a pesar de lograr con malas artes que Mussollini les regalara el territorio del Vaticano, queda claro que para el Papa no es un estado, sino posiblemente El Estado que está por encima de los estados-nación, y en consecuencia ya no se practica una teocracia, sino una división de poderes garante de la libertad dualista: Cuerpo en cada estado-nación y Alma en el Vaticano. Naturalmente las universidades, los colegios que haya en el Cuerpo no deben olvidar que hay un Alma, y así razón y fe correrán paralelos, juntos pero no revueltos, hacia un futuro de concordia universal. Parece lógico que se oponga a cualquier intento de que el Cuerpo sea laico, y se enseñe a los niños cómo ser un buen ciudadano en vez de enseñarles cómo ser un buen cristiano. Lo que se contradice en este dualismo es que ser bueno no es una cuestión de salud del Cuerpo, sino de sumisión y dependencia del Cuerpo frente al Alma. Que la salud del Cuerpo dependa del Alma es un atentado a la biología, la psicología y a las ciencias sociales. Es un atentado a la racionalidad científica.
«Este es un estado peligroso para los asuntos de la humanidad, como podemos ver en las distintas patologías de la religión y la razón que necesariamente emergen cuando la razón es tan reducida que las preguntas de la religión y la ética ya no interesan. Intentos de construir la ética a partir de las reglas de la evolución o la psicología terminan siendo simplemente inadecuados.»
¿Inadecuados para qué, para quiénes? Rajoy se sabe las respuestas al dedillo.
2. El yihad.
«En el séptimo coloquio (controversia) editado por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la «yihad» (guerra santa).»
Puede observarse que yihad es traducido como guerra santa, lo cual no deja de sorprenderme al oirlo en boca de un teólogo, que ejerce de Obispo de Roma y Papa de la Iglesia Católica.
(En http://es.wikipedia.org/wiki/Yihad se leee: «yihad cuya traducción literal es esfuerzo… Es importante entender que el Islam, al contrario que otras religiones, no predica la pasividad ni la mansedumbre sino la acción como vía para lograr los valores a los que aspira. Por eso el yihad es considerado por muchos como el sexto pilar del Islam… Ahora bien, decir que se trata de «defender el Islam» es, naturalmente, muy ambiguo tanto en lo referente a los fines como a los medios…»)
3. La Intencionalidad.
Dadas las implicaciones sociales de las palabras de este Papa no es de extrañar que surja la pregunta de su intencionalidad en cuanto a sus consecuencias.
El Papa se retracta de su discurso de Ratisbona y muestra un «gran pesar» (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37768) es un artículo informativo, donde se lee: «El primer ministro del Gobierno palestino de Hamas condenó la quema de iglesias.».
¿Era este el objetivo del Papa, provocar, como dicen algunos sectores de la derecha católica, a los clérigos musulmanes (aunque el primer ministro no sea un clérigo musulman) a que condenen la violencia fundamentalista islámica? Si así fuese, se estaría admitiendo que la actual violencia es islamista, y por otro se estaría utilizando el recurso de un discurso del que se pueden prever las consecuencias para un fin contrario. Quiero decir que si ahora el Papa simplemente se siente rammaricato, apesadumbrado, habiendo provocado la ira de algunos, o es un cínico o considera un mal menor estas consecuencias. Es posible que haya también que leer que previendo las consecuencias se corrobora su afirmación de que el islamismo es en sí mismo violento. ¿Este Papa es maquiavélico? ¿El fin justifica los medios para el actual jefe del estado vaticano? Puede que haya que ver este asunto como una cuestión del nuevo estilo catolicista, que en términos de Maquiavelo sería: el Príncipe ha de ser profundamente malo, pero debe parecer claramente bueno.
El Papa y el Islam (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37798) «De haber sido intencional esa lanzada significaría un violento retroceso en la estrategia de aproximación que lleva varias décadas de implantación en el catolicismo romano, lo cual no es probable.»
Lisandro Otero no nos convence aunque sea el Presidente de la Academia de la Lengua de Cuba, y aunque deje la cuestión en manos de la probabilidad. Sí convence el adjetivo de «violento» y queda abierta la sugerencia de que la probabilidad recaiga en la palabra «aproximación» y no en la de «retroceso». Ordenando la frase así, convence un poquito más.
Dice el Papa en el texto en cuestión: «Sólo así podemos lograr ese diálogo genuino de culturas y religiones que necesitamos con urgencia hoy. En el mundo occidental se sostiene ampliamente que sólo la razón positivista y las formas de la filosofía basadas en ella son universalmente válidas. Incluso las culturas profundamente religiosas ven esta exclusión de lo divino de la universalidad de la razón como un ataque a sus más profundas convicciones. Una razón que es sorda a lo divino y que relega la religión al espectro de las subculturas es incapaz de entrar al diálogo con las culturas.»
Busca el Papa, según él mismo dice, el diálogo genuino. Nuevamente los adjetivos propios de que hay exclusiones: «genuino». ¿A quiénes se está aproximando? Es el artículo de Otero una lectura pobre sobre la estrategia de aproximación del catolicismo romano, puesto que no atiende a lo que excluye por mucho que Otero diga que «La actual tribulación del mundo árabe ha sido precipitada por la acción conjunta de Estados Unidos e Israel que han impuesto mutilación de territorios, guerras locales, desmembramiento de estados y una economía permanente de guerra para controlar sus recursos energéticos.». Creo recordar que el marxismo hace suya esa famosa frase de que la religión es el opio del pueblo. Y confundir cultura con religión es una barbaridad interesada, que carece de legitimidad académica.
Los insultos papales. Una Provocación bávara (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37820) «Elegir una cita de Manuel II Paleólogos, que no fue el más inteligente de los emperadores bizantinos, fue algo inapropiado, especialmente en vísperas de su visita a Turquía. Hubiera podido encontrar citas más efectivas y mucho más próximas a él pero, quizás, fue su tributo especial a Oriana Fallaci. Quizás.»
Tariq Ali, lanza este quizás, porque Oriana Fallaci «desde que rompió su silencio con La rabia y el orgullo, ha dedicado sus obras «a defender la civilización occidental, no frente a la musulmana, sino frente al fundamentalismo islámico». En opinión de la escritora, existe un alarmante proceso de islamización de Occidente, al que denomina Eurabia, proceso que, en su opinión, habría contado con la complicidad de la izquierda europea.» (http://es.wikipedia.org/wiki/Oriana_Fallaci ).
Tariq Ali deja abierta la interpretación del encuentro de religiones, pero no se engaña en lo que parece más razonable admitir: «El mundo islámico, con dos de sus países- Iraq y Afganistán- ocupados directamente por tropas occidentales, no necesita que le recuerden el lenguaje de las Cruzadas. En un mundo neo-liberal que sufre degradación medioambiental, pobreza, hambre y represión, convertido en un ‘planeta de suburbios’ (en la expresiva frase de Mike Davis), el Papa elige insultar al fundador de una religión rival.».
Posiblemente el Papa elige insultar porque se niega a reconocer el fondo de los problemas o porque simplemente comparte la idea iluminada de Bush de que robar al pueblo musulmán no es robar a nadie sino coger lo que Dios nos ha prometido. Pero esto último no es probable ya que el Papa no acepta la guerra preventiva. Probablemente sea la primera hipótesis la que más se acerque a la verdad, quizás en consonancia con esa sumisión cristiana de dar al césar lo que es del césar y a dios lo que es de dios. En consecuencia, nada más lejos de la posibilidad de alimentar los deseos de emancipación de los pueblos, nada más lejos de interpretar la figura de Jesús como la de un rebelde o un revolucionario, como defiende Hugo Chávez. Una consecuencia obvia es que no podemos esperar que el Papa actual se ponga del lado de los pobres. Creo que le basta y le sobra con imaginarse que es el Príncipe de Occidente, que junto con el Emperador pueden poner un poco de orden en este mundo, o como dice Tariq Ali «»Para estar seguros de tener la razón siempre», dijo el fundador de los jesuitas, Ignacio de Loyola, «deberíamos cumplir con el principio de que lo que veo como blanco debería creer que es negro si la jerarquía de la iglesia así lo indica.» Hoy la mayoría de los obispos católicos en occidente (incluido el bávaro del Vaticano) y los políticos de centro izquierda y centro derecha adoran al verdadero Papa que vive en la Casa Blanca y les dice cuándo lo negro es blanco.».
El césar y dios juegan a las cartas y a la cábala del neolenguaje orweliano poniendo cara jesuítica.
4. La conversión.
El contexto de sus palabras más polémicas gira alrededor de su oposición a «la coversión mediante la violencia». Resulta curioso este contexto cuando se enlaza con el contexto social actual. Si se habla de terrorismo islámico, ¿debemos entender que lo que pretenden los musulmanes es convertir a los occidentales-cristianos al Islam? Hace falta ser retorcido para imaginar siquiera que este es el objetivo de las matanzas de Atocha y de Manhattan. No obstante el mismo Aznar al salir del gobierno se puso a bramar esta tesis en una universidad usamericana, añadiendo que lo que buscan es, poco menos, que tomar al asalto la alhambra de Granada.
La forma del texto del Papa es, hablando con propiedad, la de un estudiante de bachillerato que cita de corrido una historia de la filosofía completamente sesgada y aprendida como una narración lineal, cuyo orden parece lógico y autocontenido. Lo insoportable de este texto es que desatiende los hechos históricos, escoge las citas que más le interesan para defender una curisosa tesis en defensa de la modernidad, y saca alegremente conclusiones que ni el más elemental sentido común podría aceptar. Es en este último sentido que el escrito del Papa debe inscribirse entre los Escritos Esotéricos de la Posmodernidad Reaccionaria.
5. Razón y fe.
Dice: «En el fondo, se trata del encuentro entre fe y razón, entre auténtica ilustración y religión.»
Hay que resaltar el adjetivo «auténtica» para poder seguir leyendo, y posiblemente para comprender que si de un plumazo elimina a tantos ilustrados, es porque no merecen ser incluidos entre los auténticos. Para saber quiénes son los auténticos habrá que remitirse al Santo Oficio (ahora llamado Congregación para la Doctrina de la Fe), cuya función se definió en 1988: «»la tarea propia de la Congregación para la Doctrina de la Fe es promover y tutelar la doctrina de la fe y la moral en todo el mundo católico. Por esta razón, todo aquello que, de alguna manera toca este tema, cae bajo su competencia»». La Congregación se dedica a «difundir la sólida doctrina y defender aquellos puntos de la tradición cristiana que parecen estar en peligro, como consecuencia de doctrinas nuevas no aceptables.» Y recuérdese que Ratzinger fue su Prefecto durante el papado anterior. Es de suponer que los criterios que haya seguido el Santo Oficio en el 2004 sean los mismos que deban aplicarse en la actualidad, lo que quiere decir que los adjetivos que se van encontrando en el texto analizado, como los de «auténtico», «genuino» sean claramente los de la Congregación de marras. Así el feminismo, por poner un simple pero llamativo ejemplo, no entraría entre los auténticos (el Cuerpo de la mujer no cabe en el Alma). La libertad de elección al aborto tampoco sería una genuina libertad, y así sucesivamente.
«En contraposición, la fe de la Iglesia se ha atenido siempre a la convicción de que entre Dios y nosotros, entre su eterno Espíritu creador y nuestra razón creada, existe una verdadera analogía, en la que ciertamente las desemejanzas son infinitamente más grandes que las semejanzas –como dice el Concilio Lateranense IV en 1215–, pero que no por ello se llegan a abolir la analogía y su lenguaje.»
En primer lugar nos suelta como si fuese una evidencia, «la razón creada», un creacionismo de la razón, que subyacentemente no niega la teoría de la evolución, excepto en el punto decisivo en que Dios asigna, concede, racionalidad al ser humano. Habría que concluir que de ser éste un salvaje evolucionado pasa, por acción divina, a ser un ser racional, y que esta racionalidad recibe algo de la racionalidad divina, y ambas son análogas pero infinitamente disímiles. (Este párrafo tiene mucha miga, pero está claro que apunta a conceptos como perfección/imperfección, sabiduría/ignorancia, etc. y no cabe duda de que prepara el camino para un cierto modelo de Dios…)
Esto se dice en el contexto de una crítica al voluntarismo de la fe (y como se señala en el texto colateralmente es contra el «intelectualismo agustiniano y tomista, [que] con Juan Duns Escoto comenzó un planteamiento voluntarista…»): «Dios no se hace más divino por el hecho de que lo alejemos en un voluntarismo puro e impenetrable, sino que el Dios verdaderamente divino es ese Dios que se ha mostrado como el «logos»».
«El sujeto decide entonces, basándose en su experiencia, lo que considera que es materia de la religión, y la conciencia subjetiva se convierte en el único árbitro de lo que es ético. De esta manera, sin embargo, la ética y la religión pierden su poder de crear una comunidad y se convierten en un asunto completamente personal. Este es un estado peligroso para los asuntos de la humanidad…»
Aquí responde a uno de los criterios de la laicicidad en cuanto a que la religión es una cuestión de fe personal. Ve un peligro para la humanidad. Confunde sistemáticamente religión y ética, por lo que se contradice con la defensa de la modernidad, y si no es así es porque dogmáticamente subyacen los adjetivos del Santo Oficio.
«Sólo lo lograremos si la razón y la fe avanzan juntas de un modo nuevo, si superamos la limitación impuesta por la razón misma a lo que es empíricamente verificable, y si una vez más generamos nuevos horizontes.»
Esta proclama Razón-Fe, Cuerpo-Alma, Estados-Vaticano, etc. está en peligro, lo que debiera constituir para la mayoría un regocijo, más que una paranoia apocalíptica. Una de las actuales tareas más urgentes para la filosofía es el desarrollo de una ética sin religión, sin dioses creadores, una ética que nos permita vivir en colectividad sin necesidad de recurrir a un sentido trascendente de la vida. Esto sólo puede lograrse erradicando el capitalismo y sobre la base de un socialismo. Hay que lograr que la comunidad no dependa de la ética sino la ética de la comunidad. Actuar al revés, que es justamente lo que nos trata de imponer Ratzinger, es actuar de mala fe. Por lo que estoy viendo en este discurso, a la Iglesia y sus acólitos, sólo les quedan sus propiedades y el uso de la violencia (como señala Otero), porque ya han perdido toda clase de argumentos, ya sólo les queda refugiarse en el cinismo. Demos la enhorabuena y que mis ojos que ven el declive vean también su extinción.
6. La razón científica.
«Al mismo tiempo, como he tratado de demostrar, la razón científica moderna con sus elementos intrínsecamente platónicos genera una pregunta que va más allá de sí misma, de sus posibilidades y de su metodología. La razón científica moderna tiene que aceptar la estructura racional de la materia y su correspondencia entre nuestro espíritu y las estructuras racionales que actúan en la naturaleza como un dato de hecho, en el que se basa su metodología.»
Aquí queda claro que Ratzinger trataba de demostrar algo: los científicos tienen que reconocer que no se puede ser materialista sino espiritualista (o idealista) sin contradecirse, ya que su propia metodología así lo contempla.
Recuerdo que el anterior Papa tuvo una reunión con Hawking para que le explicase cuestiones de cosmología. El científico, que es ateo y un positivista recalcitrante aceptó. En su libro «la historia del tiempo» nos cuenta la anécdota de que el Papa tras oir la teoría de Big-Bang le dijo: antes del Big-Bang nosotros y después vosotros. Supongo que el Papa no hablaba en serio, dada su predisposición a rechazar la teoría de la evolución de Darwin, la teoría economico-política de Marx, la teoría del subconsciente de Freud, y todas aquellas teorías científicas (o cuasi-científicas) que andan por el mundo dando la tabarra a los fundamentos de las religiones.
¿Que la ciencia tiene elementos intrínsecamente platónicos? Si acaso podríamos decir esto de muchos científicos cuando tratan de filosofar la ciencia, precisamente cuando la entienden como lo hace el mismo Papa, es decir cuando la tesis se convierte en hipótesis, cuando se cae en el círculo vicioso platónico, cuando ya se da como verdadero que hay modelos ideales a los cuales se acomodan nuestros descubrimientos científicos. De ninguna manera la ciencia es platónica. Lo que es platónico es adoptar el punto de vista epistemológico de Platón.
El desarrollo de las ciencias en cuanto a la elaboración de leyes de la naturaleza, alimenta nuestra perplejidad y no cabe duda de que nos traslada al terreno propio de la filosofía, al terreno de las interrogaciones, a la sospecha de que el orden descubierto podría responder a un orden superior, divino y premeditado. Cuando se desatiende el sentimiento de sospecha, o dicho de otra manera, cuando ya no se sospecha sino que se afirma como una verdad lo que racionalmente debería ser una duda, es cuando la filosofía cae en la mayor de las trampas de la historia: el Cogito cartesiano de lo claro y distinto, ese pienso luego soy que ya ha sido desmontado por tantísimos filósofos.La metodología científica no es la del método cartesiano, se encuentra más cerca del método inductivo de Bacon, y en cualquier caso no sigue ningún método especial. Tan sólo tiene ciertas premisas como la de no dar por completamente cierto o válido ninguna de sus conclusiones. Ni tan siquiera puede decirse que sea de carácter hipotético puesto que esto supondría que subyace una verdad por descubrir (platonismo) o una tendencia hacia la verdad (Popper). El afan de describir la naturaleza con una sóla palabra, una sóla fórmula (la unificación de las fuerzas, la teoría de las supercuerdas, etc.), sólo se compromete, en todo caso, con la filosofía de que hay una sóla sustancia, y en definitiva con un panteísmo filosófico a la manera de Spinoza y de Einstein. Se compromete con un monismo, pero no con el dualismo cartesiano. No se compromete con ninguna racionalidad subyacente, salvo cuando ya se impone desde afuera, cuando ya se introduce subrepticiamente en la misma filosofía. Llamar Dios a esa sustancia es irrelevante, y desde luego no es el dios judeo-cristiano-musulmán.
Si fuese cierto lo que dice el Papa sobre el Islam, la religión del futuro será el islamismo, y no el cristianismo, precisamente porque la batalla en el terreno de las ideas la tienen perdida quienes buscan una razón trascendente. Bastaría con que los cristianos reflexionasen sobre la relación «razón y fe» para que se convirtiesen en masa al islamismo. Pero ya se ha encargado el Papa de decirles a estos cristianos que si así lo hacen no habrá paz sobre la Tierra. En consecuencia, según el Papa el cristiano debe elegir, entre la guerra permanente pero sin contradicciones, a una paz con una lucha interior entre razón y fe. Es lógico sospechar que vistas así las cosas se esté alimentando una guerra de religiones.
7. Programa teológico del Papa.
«Hace falta valentía para comprometer toda la amplitud de la razón y no la negación de su grandeza: este es el programa con el que la teología anclada en la fe bíblica ingresa en el debate de nuestro tiempo.»
Y la lectura que yo hago: el racionalismo está caduco como motor de transformación social, y en consecuencia la Iglesia ya puede incorporarlo en su letanía reinterpretando nuevamente el cristianismo. La Historia de la Iglesia ha seguido tradicionalmente estos derroteros, y ahora no piensa cambiar, aunque para ello deba cambiar la misma historia de la modernidad ocultando el profundo sentido de los conceptos emancipatorios como paz, justicia, democracia y libertad.
¿Será este discurso una prueba más de que entramos en la posmodernidad?