Traducción Ángel Ferrero
El 28 de enero, activistas pertenecientes al PIR ( Parti des Indigènes de la Repúblique ) organizan un juicio a Bernard-Henri Lévy en el viejo bastión del PCF/CGT de Saint Denis. Norman Finkelstein y yo somos los únicos testigos no franceses que aportan pruebas contra BHL. El juicio comenzará a las 18:30 en la Bourse du Travail de St.-Denis, 9-11 Rue Génin, Saint Denis, Metro 13 – Porte de Paris.
Mi propia opinión sobre Bernard-Henri Lévy puede encontrarse más abajo, pero antes que nada, la orden judicial:
«Notificación de juicio a Bernard-Henri Lévy ante el Juzgado de Assize, y para su arresto:
Comunicamos:
que la investigación ha establecido los siguientes hechos concernientes al acusado:
– Su implacable defensa del imperialismo y del sionismo;
– Su impostura intelectual, síntomas de una nulidad filosófica derivadas de la acumulación de capital y poder;
– Su nivelación de las acusaciones falsas y las calumnias contra Irán;
– Su belicismo y defensa del «imperialismo humanitario»;
– Su ayuda en la creación y promoción de SOS Racisme para sofocar los movimientos de inmigración autónomos;
– Su difusión de falsas noticias tendentes a sembrar la discordia social y religiosa entre cristianos y musulmanes;
Por estas razones, fallamos:
que existen las suficientes pruebas contra Bernard-Henri Lévy, que estas pruebas demuestran que cometió los delitos arriba mencionados, castigados por el código penal de acuerdo con los artículos 175, 176, 181, 183 y 184. Es por ello que sentenciamos que Bernard-Henri Lévy ha de comparecer ante el Juzgado de Assizes, en el departamento de Seine-Saint-Denis, para ser juzgado de acuerdo con la ley.
Chambers, 18 de diciembre de 2010.»
Siempre he tenido a BHL por una figura cómica. En las dos ocasiones -en Berlín y en Nueva York- que he compartido mesa de debate con él me ha recordado a un pavo hinchado y recalentado (de ahí, quizás, su camisa permanentemente desabotonada). En Francia, sin embargo, algo más que un simple puñado de ciudadanos lo encuentran más siniestro que cómico. Es el intelectual de la República más presente en los medios de comunicación y más henchido de vanidad. Nos encontramos nada menos que ante verdadero Tintín. Dispuesto a la aventura allí donde se le necesite para marcarse un tanto. Que Kabul cae en manos de la OTAN. Pues para allá que va Tintín y regresa para informarnos que, para ayudar a los afganos, ha lanzado una nueva revista. ¿Su título? Nouvelle Kabul. Por supuesto. Cómo no. Fue en 2002, pero todos y cada uno de los afganos a quienes he preguntado juran sobre el Corán que no existe semejante revista, ni siquiera en la fortificada zona verde de Kabul. ¿Se trató de una fantasía? Es posible. La línea divisoria entre realidad y ficción nunca es clara cuando Tintín anda de por medio. Olí un considerable tufillo de todo esto cuando reseñé su pésimo libro sobre el periodista del Wall Street Journal Daniel Pearl, que era, en gran medida, pura fantasía. En aquella época escribí lo siguiente:
«Ha escrito un extraño híbrido de libro sobre sus aventuras en Pakistán, un país cuyo lenguaje no habla y cuyo pueblo parece odiar, a pesar de la invocación, en la última página, de un «Islam amable», que se remonta desde luego al período medieval y contrapuesto a los «locos de Peshawar»… Mitad ficción, un cuarto de especulación, un octavo de guión de cine (¿con BHL interpretándose a sí mismo?) y otro octavo de artículos de prensa regurgitados, este libro hace que la palabra «narcisismo» se quede pequeña. ¿Hay algo de valor en él? Busqué en vano, esperando que sus «conexiones diplomáticas» pudieran haber ayudado con algunos hechos previamente desconocidos. Nada. Dada la ausencia de un contenido real, el estilo se apodera de todo, y éste no es más que pastiche. A veces «mi querido Sartre» es invocado sin razón aparente, salvo para dejar claro que Lévy es su único e indisputable heredero. En otro punto del libro se acuerda de su antiguo tutor en la École Normale y escribe:
‘Homosexualidad latente. O, si no, puede que ninguna sexualidad en absoluto, el placer es un pecado, el objetivo de las relaciones con una mujer es la procreación. Omar [El asesino de Pearl]… probablemente nunca durmió con una mujer… es un hombre virgen de 29 años. ¿Es ésa es la clave de la psicología de Omar? … ¿Asexualidad, y el deseo de pureza que va con él, como posible fuente de los estándares morales de la religión o del crimen fundamentalista? … Pero recuerdo, no puedo dejar de recordar, que un gran filósofo francés, Louis Althusser, aún virgen a los treinta y quien… No. Eso está precisamente fuera de los límites. Porque es realmente blasfemo. Y demasiado halagador para Omar.'»
No hay nadie como él en los Estados Unidos o en cualquier lugar de Europa. [Christopher] Hitchens, en sus buenos tiempos, puede haberse acercado a su estatus cuando tuvo una columna regular en el New York Times, y un libro muestra una de las redes. CH podría haber tenido mucha ventaja, porque a diferencia de BHL, puede escribir y leer, aunque muy mal por desgracia, y se ha caracterizado a la vez por una imaginación tan confusa que llega hasta a detectar un «núcleo moral» en Tony Blair y elogiar a Ben Ali, el déspota derrocado de Túnez.
Su posición dominante en los medios de comunicación convierte a BHL en un poderoso enemigo de la izquierda, de los chicos de las banlieues, de cualquiera que se atreva a cuestionar la superioridad moral de Israel, pero especialmente sus víctimas. Apoya casi toda la política exterior estadounidense. No es ninguna sorpresa que despierte una enorme cantidad de rabia, odio y desprecio.
El 28 de enero, activistas pertenecientes al PIR (Parti des Indigènes de la Repúblique) organizan un falso juicio en el viejo bastión del PCF/CGT de Saint Denis. Norman Finkelstein y yo somos los únicos testigos no franceses que aportan pruebas contra BHL. Lo pasaremos bien. Nadie está seguro si Tintín estará en París o entreteniendo al rey en su enorme villa en Marruecos… debería estar al quite con Marruecos. Los tiempos están cambiando [1]
Nota del traductor
[1] The times they are a-changing en el original, en referencia a la canción de 1963 de Bob Dylan.