El bloqueo financiero contra Venezuela se inició con la orden ejecutiva del 9 de marzo de 2015, firmada por el entonces presidente Barack Obama (cuyo vicepresidente era Joe Biden) y que ha sido prorrogada en los siguientes años por su sucesor republicano, Donald Trump.
El gobierno venezolano espera que la administración del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, quien asumirá su cargo el miércoles 20 de enero, “tenga atisbos de decencia y contemplación y también que cumpla el derecho internacional y establezca canales diplomáticos de diálogo respetuoso, aquí no hay superiores ni inferiores», señaló la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, este sábado en La Habana, Cuba.
Venezuela estuvo 13 meses sin vender «una sola gota de petróleo», denunció el presidente Nicolás Maduro frente a los diputados de la Asamblea Nacional durante su mensaje anual a la nación. La razón, las medidas coercitivas que aplica Estados Unidos contra la nación, principalmente contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
¿Se puede aspirar aún a un modelo de bienestar tradicionalmente unido con la estatal petrolera? ¿Es posible aún apalancar crecimiento con petróleo en Venezuela?, se pregunta el portal venezolano Hinterlaces.
El bloqueo financiero contra Venezuela inició con la orden ejecutiva del 9 de marzo de 2015, firmada por el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama (cuyo vicepresidente era Joe Biden) y que ha sido prorrogada en los siguientes años por su sucesor republicano, Donald Trump.
Hoy, el operativo estrangulamiento económico sigue vigente con varias acciones simultáneas: persecución financiera, bloqueo al comercio internacional de petróleo, sabotaje y corrupción interna. Estados Unidos y sus aliados no sólo aplican un feroz bloqueo de activos financieros, capital, filiales y empresas asociadas a estatales venezolanas sino que hacen foco en Pdvsa y sus filiales, como CITGO, con sus refinerías, una red de oleoductos y más de 5.000 gasolineras.
Atacar Pdvsa es apuntar al corazón de los programas sociales y al desarrollo económico del país. Estados Unidos rapiña con una estrategia que, según Maduro, alcanzó su clímax en 2019, con la confiscación y el saqueo a Citgo, la operación de despojo más bochornosa que se haya cometido en la historia reciente a una nación del mundo. Las pérdidas que sólo por caída de producción petrolera, sin considerar factores como la guerra de precios, se ubican ene 102 mil millones de dólares desde el 2015.
Las órdenes ejecutivas del gobierno de Donald Trump impidieron que Pdvsa lograra financiarse en mercados internacionales. Es más, en febrero de 2020 EEUU apretó su asfixia económica al imponer sanciones a Rosneft Trading, la filial de la estatal rusa Rosneft, para obligar a un tercer gobierno a someterse a sus órdenes hegemónicas, sin importarles en lo más mínimo lo que ahora dicen voces extraoficiales, que Biden estaría considerando: el sufrimiento de los millones de venezolanos.
Maduro, Guaidó y el nuevo gobierno
Si bien la atención en Venezuela en el arranque del 2021 se trasladó a la nueva Asamblea Nacional, donde su nuevo presidente, Jorge Rodríguez, un hombre central en el entramado de poder del presidente Nicolás Maduro, brindó su primera entrevista, a la agencia estadounidense AP, donde dejó claro que esperan un acercamiento con la nueva administración de Joe Biden.
Todos los puntos están sobre la mesa, dijo a AP, en referencia a los temas que se podrían incluir en un eventual acercamiento con la administración Biden: la situación de los seis ejecutivos de Citgo, filial de la empresa estatal petrolera venezolana Citgo arrestados y condenados por corrupción el año pasado, los dos mercenarios estadounidenses detenidos durante la fracasada operación Gedeón, que contó con la anuencia suficientemente documentada del “presidente encargado” Juan Guaidó.
Maduro sigue siendo presidente de Venezuela dos años después de que Estados Unidos lo declarara ‘ilegítimo”, tituló Fox News, mientras la administración saliente de Estados Unidos está duplicando su apoyo a Guyana en la disputa limítrofe con Guyana por el territorio del Esequibo, exponiendo otro flanco en su campaña para sacar del poder al presidente venezolano Nicolás Maduro.
Canadá se sumó a la posición de EEUU contra Venezuela en la controversia del Esequibo. La reciente afirmación de Venezuela de que tiene soberanía sobre el área adyacente a la costa del Esequibo de Guyana es preocupante”. dijo el viceministro adjunto de Canadá para las Américas, Michael Grant.
Por cierto, el devaluado Guaidó ya no aparece públicamente, y a diferencia del inicio del año parlamentario 2019, cuando se trepó a una reja e intentó mantener la ilusión funcional de su Asamblea Nacional, ahora aparece comandando una supuesta “comisión delegada” de esa Asamblea, compuesta por un puñado de diputados con sus períodos concluidos, recuerda Marcos Salgado..
Pero héte aquí que esa comisión virtual “sesionó” y designó un nuevo presidente de la junta directiva de Citgo, la empresa de refinación, distribución y venta de gasolina de Petróleos de Venezula (Pdvsa) en los Estados Unidos, con capacidad para refinar 750 mil barriles de crudo al día. Citgo quedó bajo control de Guaidó, a quien la Casa Blanca reconoció como “autoridad” de Venezuela.
Desde ese momento se redobló la presión para quedarse con el botín de esa mina de oro que es Citgo: aparecieron los tenedores de bonos de Pdvsa y la empresa minera canadiense Crystallex, que viene desde hace tiempo intentando pescar activos venezolanos para cobrarse una indemnización de 1.400 millones de dólares por la nacionalización del yacimiento de oro Las Cristinas en Venezuela, en 2008.
Esta semana un juez de Delaware en Estados Unidos dio el primer paso para que Crystallex se quede con parte de Citgo. Pero esto no sucederá todavía, porque antes la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos tiene que levantar restricciones que en principio están vigentes hasta junio de este año. En el juicio, promovido por Crystallex, el Estado venezolano no ha podido ejercer el derecho a la defensa, por la estrategia de poder dual adelantada por la administración Trump.
Para la vicepresidenta Delcy Rodríguez, «robarle Citgo a los venezolanos» y «robar los barcos de gasolina que compró Venezuela» son «actos de piratería
Lo cierto es que Joe Biden invitó al representante de Guaidó, Carlos Vecchio, a la toma de posesión. Para la agencia estadounidense AP, esta invitación pudiera ser una señal de que “no hay prisa por cambiar de rumbo”, lo que para analistas venezolanos sintetiza lo que sucederá en el primer semestre de la administración demócrata. Varios de ellos señalan que en ese lapso, el nuevo gobierno intentará una aproximación a través de Cuba y Rusia para el inicio de un diálogo amplio de forma de llamar a elecciones presidenciales en 2022.
Si esta “solución” para Venezuela es a través de Cuba y Rusia, el departamento de Estado y su titular Tony Blinken tendrán al menos un semestre de conversaciones y presiones. Los analistas dudan que esa «triangulación» dé resultado, en el sentido que ambos países acogerán la línea de Nicolás Maduro y simplemente ofrecerán su apoyo como «buenos oficiantes».
Mientras Maduro abre la economía y redimensiona el rol y el peso del Estado en la misma (no solo por viraje ideológico sino por necesidad agobiante), si la previsión del Credit Swiss de un 3,5% de crecimiento del PIB para 2021 empieza a cumplirse, lo que significa que el gobierno lentamente va recuperando cierto margen de maniobra, las manecillas del reloj pueden empezar a correr al revés…
Lo cierto es que la corrupción y los abusos de poder en todas las instancias, incluso en las municipales a cargo de gobernantes de la oposición, no afecta a los rusos ni a los chinos, sino a los ministerios productivos, a las economía comunal y al ciudadano de a pie, a la espera de un depuración y reformateo del poder judicial.
Los ministerios saben que no hay ni habrá recursos, por lo menos hasta el 2024 incluido. Apenas los habrá para pagar los servicios básicos que debe prestar un Estado y devolver paulatinamente a los salarios del sector público algún poder de compra.
El cuadro de situación nos muestra a Guaidó y su combo intentando tener un control sobre Citgo y su desmembramiento; al gobierno de Venezuela dispuesto a dialogar con Biden; mientras el dizque embajador de Guaidó en Washington fue invitado a la toma de posesión de Biden, lo que puede llegar a indicar que en la nueva administración de Estados Unidos no hay apuro para cambiar la política hacia Venezuela.
Quizás algunos prefieren olvidar que fue Obama y su vice Biden quienes comenzaron a aplicar sanciones contra Venezuela.
*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
http://estrategia.la/2021/01/17/biden-y-venezuela-un-semestre-de-tanteo-aprietes-y-sin-cambios/