Murió la primera mujer Premio Nobel de Economía (2009) por «su análisis de la gobernanza económica, especialmente de los recursos compartidos», es decir, por su trabajo sobre los bienes comunes (procomún).
En 1968 Garrett Hardin publicó La tragedia de los bienes comunes, donde afirmaba que si todos tenemos acceso a un pastizal común, cada uno intentará llevar el mayor número de animales posible. La maximización del beneficio de cada individuo era para Hardin la tragedia del pastizal. Decía que si todos hacemos lo mismo, todos perdemos, nadie gana. La propiedad privada era, según Hardin, la solución al abandono y la falta de gestión del bien común. La tesis se repitió hasta el cansancio sin una sólida controversia hasta 1990, cuando Elinor Ostrom publicó El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones de acción colectiva.
Ostrom evidenció que hay una ruta diferente relacionada con la administración. Mostró que muchas veces los individuos usan colectivamente normas sociales e instituciones, incluso informales, para gestionar recursos comunes con mejores resultados; sugirió que en condiciones de escasez las estructuras colaborativas pueden ser más eficientes que el individualismo propietario.
Sus conclusiones, basadas en recursos como pesquerías y agua, son especialmente pertinentes para entornos de nuevas tecnologías, explicando Wikipedia o el software libre, y fueron concretas para el caso de la investigación científica y las publicaciones académicas mediadas por internet, que sí llegó a analizar. En ese campo, dijo que la tragedia de los comunes no aplicaba, porque el incentivo de producción y la colaboración entre investigadores se relaciona con necesidades como tener información al día, disminuir costos de acceso a información indexada por privados o difundir resultados a través de repositorios de acceso abierto. Que descanse en paz Elinor Ostrom.
Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/columna-353226-bienes-comunes-ostrom