Hoy he leído tres artículos escritos desde diferentes lugares y posiciones pero que plantean una reflexión igualmente interesante y, en cierto sentido, en la misma dirección. El último es de mi amigo Joaquin Miras en esta página de Rebelión y los inmediatamente anteriores el de Jordi Borja en El País y el de Aberto Recio […]
Hoy he leído tres artículos escritos desde diferentes lugares y posiciones pero que plantean una reflexión igualmente interesante y, en cierto sentido, en la misma dirección. El último es de mi amigo Joaquin Miras en esta página de Rebelión y los inmediatamente anteriores el de Jordi Borja en El País y el de Aberto Recio en la revista digital de Mientras Tanto. Los tres autores provienen de la izquierda antifanquista, los dos primeros del PSUC y el tercero de la izquierda radical. Pero creo que hay unos elementos comunes en sus textos que me han llevado a plantear estas cuestiones :
1) La crisis que viene será dura y la pagaremos las clases subalternas.
2)Los partidos institucionales no tienen nada que plantear porque son simples gestores del sistema, que quieren conservar sin reformar.
3)La supuesta izquierda alternativa no existe. No hay que plantear un » si peor, mejor» porque la crisis la pagaremos nosotros ( paro, recortes del Estado del Bienestar, pérdida del poder adquisitivo). Las clases dominantes por supuesto la pueden aguantar.
4)La única forma de que de la crisis salga un movimiento transformador es a partir del movimiento social que puede generar y es partir de él que hay que organizar alternativas.
Pero no hay que olvidar que las alternativas no pasan únicamente por manifestaciones en la calle porque el sistema se va deteriorando y somos nosotros los que tenemos que ir construyendo para apuntalar lo que vale la pena salvar. Hemos de luchar por mantener los servicios públicos ( sanidad, educación) de la manera más digna y firme posible. Hemos de buscar formas democráticas directas de organización, como dice Joaquín. Pero también construir un tejido productivo que no siga la lógica del neoliberalismo, que es la del capitalismo, y que pueden pasar, por ejemplo, por formas cooperativas. Pero formas cooperativas que produzcan algo que tenga sentido, ya que hay que aprender el ejemplo de los trabajadores de la empresa Numax al decidir cerrar una empresa que ellos habían aprendido a autogestionar democráticamente al abandonarla el capital . Como muy bien explicaron en la película Numax : 20 años después «no encontraban sentido a lo que producían, que eran ventiladores..
El poder lo tenemos nosotros, los trabajadores, pero hemos de ir haciéndolo efectivo a través de la democracia y la autogestión: no hay otra manera. Dejemos que los partidos no renazcan de sus cenizas porque ya sabemos que no tienen nada que ofrecer y con la paciencia que recomienda certeramente Joaquín, participemos para que vaya surgiendo algo nuevo. Y abandonemos a los que sí tienen algo que perder, que son los privilegios de los burócratas que están en los partidos o en los sindicatos que se reclaman de la izquierda. Y no olvidemos que hay una alternativa real esperando y contra la que nos tendremos que enfrentar, que es la derecha populista.
Bueno, son también cuatro apuntes para apoyar lo que ya se está planteando en diferentes textos y hay que elaborar y madurar.