Las historias que siguen son reales, se trata de breves conversaciones que ha mantenido quien firma estas líneas recientemente con personas de su entorno. La primera: un colega y amigo, profesor de una universidad pública, abre un debate en clase (alumnos de políticas/sociología) y pregunta: ¿alguien me puede dar una definición de «partido antisistema»? De […]
Las historias que siguen son reales, se trata de breves conversaciones que ha mantenido quien firma estas líneas recientemente con personas de su entorno. La primera: un colega y amigo, profesor de una universidad pública, abre un debate en clase (alumnos de políticas/sociología) y pregunta: ¿alguien me puede dar una definición de «partido antisistema»? De inmediato se levanta una mano, y el estudiante dice: «¿Ha dicho ‘partido’? Entonces es sistema». Este joven lo tenía clarísimo. Segundo caso: no hace ni dos semanas se ha sabido que la cúpula directiva de una de estas famosas «agencias de calificación financiera» se ha aumentado el sueldo un 69% en relación al año anterior. Y alguno cobrará por ello nueve millones y medio de dólares (este año 2011). Mi interlocutor (periodista de un medio público) me dice: ah, pues a nosotros nos dijeron ayer que «deberíamos aceptar una rebaja adicional del 5% del sueldo -voluntariamente, claro- para evitar ‘otras medidas'». ¿Cuáles? ERE. Tercera conversación: me dice un amigo médico «en los próximos meses, sobre todo en verano, procura no caer gravemente enfermo, no digamos ya tener un infarto», y al ver la lista de medidas que -al menos en Catalunya- se van a tomar en la sanidad pública (con cierres de plantas, de quirófanos, incluso de UCI), tiendo a creérmelo. Eso sí, se recomienda hacerlo «con criterios médicos», no vaya a pensar alguien que se hace con criterios «gerenciales».
Mientras, los eurodiputados rechazan viajar en clase turista «para viajes de menos de cuatro horas» (el matiz es importante, no es como volar de Bruselas a Ciudad del Cabo sin escalas), así como «congelar» (no ya rebajar) las dietas que percibirán en 2011. En nombre de la dignidad del cargo, y merced a la «autonomía presupuestaria» del Parlamento Europeo. O Portugal: ¿qué prometerán los partidos portugueses en la ya inminente campaña electoral, con el país naufragado financieramente, y no por culpa de sus ciudadanos?
En estas condiciones, ¿cómo puede un profesor explicar los fundamentos del Estado de Derecho, la naturaleza del Parlamento como expresión de la voluntad general, el principio de igualdad ante la ley, o recomendar la lectura del preámbulo de la Constitución? Se admiten sugerencias.
Fuente: http://blogs.publico.es/delconsejoeditorial/1326/blade-runner-era-esto/