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Entrevista a Ricardo Antunes, profesor de la Universidad de Campinas (SP)

Bolsonaro es incapaz de desarrollar la actividad más elemental como la administración de un departamento

Fuentes: Rebelión / La Maza

Mario Hernandez.- Bolsonaro ha visitado al Presidente de los EE UU, Donald Trump, y ha planteado que la base de Alcántara será utilizada para el lanzamiento de cohetes estadounidenses. ¿Esto significa un cambio en la política exterior brasileña? Ricardo Antunes.- Completa. Porque el ministro de Relaciones Exteriores de Bolsonaro es una figura ultra reaccionaria y […]

Mario Hernandez.- Bolsonaro ha visitado al Presidente de los EE UU, Donald Trump, y ha planteado que la base de Alcántara será utilizada para el lanzamiento de cohetes estadounidenses. ¿Esto significa un cambio en la política exterior brasileña?

Ricardo Antunes.- Completa. Porque el ministro de Relaciones Exteriores de Bolsonaro es una figura ultra reaccionaria y conservadora que para que comprendan, piensa que la globalización es resultado de una acción del marxismo cultural. Basándose en esto, la política de Bolsonaro es de completa sumisión a Trump. Y Trump siempre fue una especie de inspiración para Bolsonaro. Este cambio significa que Brasil abandona la política más progresista, por decirlo así, de relación con todos los países e inicia una política al servicio de los intereses de los EE UU en todas las dimensiones. Es un retroceso que ni en la dictadura militar fue posible. El sector militar dentro del gobierno Bolsonaro hoy tiene una política menos reaccionaria que los bolsonaristas que solo piensan en una política externa con países de ultraderecha. Es una desgracia para la política externa brasileña.

Mario Hernandez.- Ha habido un inicio del proceso de privatizaciones con 12 aeropuertos, pero indudablemente la reforma clave es la de las jubilaciones. ¿Qué nos podés comentar al respecto?

Ricardo Antunes.- La situación es muy complicada, porque la reforma jubilatoria que propone el gobierno de Bolsonaro es una tragedia social profunda; creará la capitalización al modelo chileno. Lo que significa que es buena para la banca y una tragedia para la población pobre. Por otro lado aumenta la edad mínima para la jubilación a 65 años para los hombres y 62 para las mujeres y también el tiempo de contribución, un mínimo de 30 años hasta 40 años para la jubilación integral. Es un proyecto nefasto.

Hay sectores del Congreso que dudan de apoyar esta reforma, y más aún, Bolsonaro muestra una completa incapacidad de establecer una negociación con el Parlamento. Esa es la nueva política, autocrática, de imposición. Hasta el propio partido de Bolsonaro, el PSL (Partido Social Liberal), tiene sectores que están en contra de esta reforma. Porque hay un problema, esa reforma jubilatoria es una verdadera tragedia social, y en 3 o 4 años, cuando termine el mandato de esos parlamentarios, la población estará sufriendo las consecuencias más brutales de la reforma de la jubilación y muchos parlamentarios temen no ser reelectos a consecuencia de esto. Entonces en este momento es imprevisible lo que va a pasar.

Desde la oposición este escenario es bueno, porque la situación de Bolsonaro empeora día a día. Es una incapacidad completa, es un Presidente completamente incapaz para desarrollar la actividad más elemental como la administración de un departamento. Imaginate que alguien así no puede tener a su cargo la administración de un país con la complejidad del Brasil. Ante la opinión pública el gobierno de Bolsonaro ya tiene la peor evaluación desde el Presidente Collor de Mello, en los primeros 3 meses de desempeño.

Yo dije que el gobierno de Bolsonaro era imprevisible, continúa de la misma manera pero en un contexto distinto que se traduce en un creciente descontento popular. En carnaval se vieron manifestaciones de profundo descontento popular en relación al gobierno de Bolsonaro.

Mario Hernandez.-  Hoy en nuestro país la noticia internacional más importante ha sido el encarcelamiento y la posterior liberación de Temer. ¿Qué nos podés comentar?

Ricardo Antunes.- Acá hay dos puntos, primero que Temer está involucrado en un proceso complejo de corrupción hace más de 40 años, es un hombre de la corrupción brasileña. Por otro lado después de que su gobierno finalizó era de esperarse que hubiera una posibilidad de prisión. El tercer punto es que no hay una acusación ni un juicio que haya decidido que Temer es culpable. Hay hipótesis de corrupción pero no hay un juicio.

Mario Hernandez.- Esto es muy común en Brasil en estos tiempos. Porque también es una hipótesis el motivo para el encarcelamiento de Lula.

Ricardo Antunes.- Exacto, hay un enfrentamiento entre el Supremo Tribunal Federal, que es el órgano máximo de la justicia en Brasil y la operación Lavajato que es fundamentalmente en San Pablo y también es fuerte en Río de Janeiro que tiene una lectura muy liberal de las leyes porque hace la lectura que quiere.

No está permitida la prisión en Brasil sin que se encuentre culpable al acusado ni sin un juicio. Entonces, la prisión de Temer es ilegal. Por eso salió después de estar tres días preso. Probablemente se va a profundizar su judicialización y su situación se complique en un futuro. Por el momento hay una puja para ver quién es más fuerte, la instancia del Lavajato o el Tribunal federal nacional. Esta es la disputa más grave del sistema judicial brasileño.

Mario Hernandez.- ¿Cómo está el tema de las relaciones brasileñas con Venezuela?

Ricardo Antunes.- La relación es muy tensa porque los militares del gobierno están en contra de la propuesta de la invasión. Pero Bolsonaro y los civiles bolsonaristas de extrema derecha no excluyen ninguna posibilidad. Bolsonaro dice que para Trump todas las posibilidades están abiertas. Pero los militares son categóricos, están en contra del gobierno de Maduro pero no aceptan una actitud que no sea diplomática. No aceptan acciones que tengan que ver con una guerra porque tendría consecuencias imprevisibles tanto para Venezuela como para Brasil.

Nosotros sabemos que Venezuela tiene un armamento muy fuerte que se consiguió durante el período chavista con el apoyo de Rusia. Y los militares brasileños no tienen una política belicista. La última guerra en la que participó el Brasil fue la del Paraguay junto con Argentina y Uruguay en el siglo XIX. Una guerra que como sabemos fue nefasta porque el Paraguay solo intentaba ser autónomo y libre. Esa fue la última guerra en la que participó Brasil en territorio americano. Por eso no existe la voluntad de los militares de hacer una guerra, por el contrario. Pero Bolsonaro es una irracionalidad completa, es un individuo completamente incapacitado, incontrolable y, por lo tanto, es un poco imprevisible lo que suceda en el Brasil.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.