Hay un dicho que dice: «El que vive de ilusiones, muere de desengaños». Esto tiene aplicación en Brasil. Todo indica que el PT apostó a la segunda vuelta electoral, partiendo del supuesto de que la mayor parte del electorado rechazaba a Bolsonaro. La realidad sorprendió. El que era un pequeño partido es hoy una de […]
Hay un dicho que dice: «El que vive de ilusiones, muere de desengaños».
Esto tiene aplicación en Brasil. Todo indica que el PT apostó a la segunda vuelta electoral, partiendo del supuesto de que la mayor parte del electorado rechazaba a Bolsonaro.
La realidad sorprendió. El que era un pequeño partido es hoy una de las principales fuerzas electorales y su candidato estuvo a punto de ganar en la primera vuelta electoral. Siendo este la gran esperanza del imperialismo y el gran capital brasileño para domeñar definitivamente a las fuerzas populares en ese país.
Se han producido valiosos análisis para explicar los factores del ascenso de Bolsonaro y lo que él significa, son análisis post facto y no es nuestra intención hacer uno más.
La cuestión decisiva hoy es si el PT, que va a disputarle a Bolsonaro la presidencia, es capaz de remontar la caída, si las fuerzas democráticas y progresistas han tomado conciencia de lo que se avecina y están dispuestas a superar prejuicios, enconos del pasado y formar un gran frente antifascista. La respuesta a este problema urge, porque hay fuerzas políticas que no se han definido.
La otra cuestión es el papel que han jugado las redes sociales en esta campaña: este es un frente importante, porque ellas han sido ampliamente utilizadas contra al PT y sus candidatos. No se puede ser inocente y no ver detrás de ello la mano de los servicios de inteligencia de EE.UU. , la realidad exige accionar en ellas con fuerza para intentar neutralizar el efecto de los mensajes al servicio de Bolsonaro.
Por último, la movilización de la calle: junto a la campaña tradicional electoral de mítines y recorridos, hay que acudir a las masas; las movilizaciones de la calle pueden aterrar a algunos moderados, pero sin ellas es darse por derrotados en la coyuntura actual.
Las líneas anteriores constituyen la modesta opinión de un científico social que siente que en Brasil se define un posible futuro para América Latina.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.