Recomiendo:
0

Brasil, patria armada

Fuentes: Alainet

Hubo gritería general en los medios de comunicación cuando, hace poco, Rusia le vendió a Venezuela casi US$ 4 mil millones en armas. Y rápido saltaron interrogantes llenos de desconfianza: ¿qué pretende Cháves?, ¿declararle la guerra a Colombia?, ¿dar un golpe de estado y gobernar como dictador? En setiembre del 2010 el Congreso de los […]

Hubo gritería general en los medios de comunicación cuando, hace poco, Rusia le vendió a Venezuela casi US$ 4 mil millones en armas. Y rápido saltaron interrogantes llenos de desconfianza: ¿qué pretende Cháves?, ¿declararle la guerra a Colombia?, ¿dar un golpe de estado y gobernar como dictador?

En setiembre del 2010 el Congreso de los EE.UU. divulgó un informe sobre los países en desarrollo que, en el 2009, habían comprado más armas. El Brasil encabeza dicha lista. Gastó US$ 7.200 millones en armamento. Ponga atención: el presupuesto del programa Bolsa Familia fue, este año 2010, de 5 mil millones.

En gastos bélicos siguen por detrás del Brasil Venezuela (US$ 6.400 millones), Arabia Saudita (4.200 millones) y Taiwan (3.800 millones). En el período entre el 2002 y 2009 Brasil y Venezuela aparecen entre los 10 primeros compradores de armas en el mundo en desarrollo.

Entre el 2006 y el 2009 América Latina cuadriplicó sus gastos en armamento, pasando de US$ 5.763 millones a 23.726 millones.

Otra novedad es que Rusia suplantó a los EE.UU. como principal vendedor de armas a América Latina. Entre el 2002 y 2005 Moscú vendió solamente US$ 600 millones, en tanto que el Tío Sam facturó US$ 1.362 millones. Pero entre el 2006 y 2009 Rusia vendió US$ 11.100 millones -casi el 50% del mercado latinoamericano- y los EE.UU. apenas 2.426 millones, o sea poco más del 10% del mercado continental.

El segundo lugar pertenece ahora a Francia. Hasta el 2005 este país surtía apenas al 5% del mercado latinoamericano, con ventas que no superaban los US$ 300 millones. Pero entre el 2006 y 2009 pasó a vender US$ 6.300 millones, o sea cerca del 25% total, superando incluso a los EE.UU.

Según el Ministerio de Defensa de Francia, el Brasil es hoy el mayor importador de armas fabricadas en aquel país. Los contratos firmados entre los gobiernos de Lula y de Sarkozy, entre el 2005 y 2009, suman unos US$ 10.000 millones. Las importaciones brasileñas de armas de Francia pasaron de US$ 101 millones en el 2005 hasta US$ 3.800 millones en el 2009, o sea un salto del 3.700%.

El informe francés revela que el predominio brasileño se dio gracias, sobre todo, a la adquisición de submarinos del tipo Scopèrne. En Brasilia el Ministerio de Desarrollo no divulga los valores de importación de armas estratégicas. Las compras de armas corrientes (fusiles, bombas y artillería) hechas por el Brasil a distintos proveedores subieron de US$ 3.000 millones en el 2005 hasta los 19.000 millones en el 2009, o sea un aumento del 440%. La cuenta excluye equipamientos pesados, así como submarinos y aviones.

En diciembre del 2002, cuando Bush le pidió a Lula el apoyo del Brasil para la invasión de Iraq, el presidente elegido respondió: «Nuestra guerra no es para segar vidas sino para salvarlas. ¡Vamos a combatir el hambre!» ¿Por qué, en lugar de volver al CPMF, no se destina igual cantidad que el presupuesto militar para mejorar la salud, la educación, el cuidado ambiental y la calidad de vida de nuestra población?

El informe también muestra que Francia exportó en el 2009 un 7.2% de las armas del mundo. Quedó por detrás de los EE.UU., responsables del 52% de las exportaciones mundiales; del Reino Unido, con el 13.4%; y de Rusia, con el 8.4%.

El lobby bélico es mundialmente poderoso, pues la industria de la muerte asegura la vida confortable de quienes obtienen, gracias a ella, abundantes ganancias. Sin embargo ya no multiplica los empleos, tal como lo comprueba la actual coyuntura de los EE.UU. Las nuevas tecnologías prescinden de una mano de obra numerosa.

Lamento que los obispos se indignen con la propuesta de discriminalización del aborto y no digan una palabra cuando se trata de la producción y del comercio de armas.

Según el Tribunal Supremo Electoral, en el Brasil los fabricantes de armas destinaron, en las últimas elecciones, US$ 600 mil a los candidatos. Es la «bancada de la bala», empeñada en evitar cualquier restricción legal al sector. Y quienes más lo agradecen son los narcotraficantes que, refugiados en lo alto de las favelas, poseen armas de última generación, con capacidad para derribar los helicópteros de la policía.

Cerca de 40 mil personas mueren asesinadas cada año en el Brasil, víctimas de las armas de fuego.

Nunca vendrá la paz por el equilibrio de fuerzas. Como profetizaba Isaías hace 25 siglos, la paz será resultado de la promoción de la justicia, lo que supone el desarme de los espíritus y el fin de los arsenales. (Traducción de J.L.Burguet)

Fuente original: www.alainet.org