Recomiendo:
0

La indignación continúa en Praga

Breve crónica del 15O en la capital checa

Fuentes: Rebelión

Vuelvo unos días a Chequia por razones de trabajo varios meses después de que se produjeran las primeras manifestaciones de apoyo al 15M , a partir de las cuales el movimiento empezó a andar por sí mismo en Praga 1 . Entonces la gente se propuso dos objetivos específicos, además de amplificar los ecos que […]

Vuelvo unos días a Chequia por razones de trabajo varios meses después de que se produjeran las primeras manifestaciones de apoyo al 15M , a partir de las cuales el movimiento empezó a andar por sí mismo en Praga 1 . Entonces la gente se propuso dos objetivos específicos, además de amplificar los ecos que llegaban de Sol y de contribuir al debate en las comisiones que se crearon a pie de la estatua a Jan Hus. Se trataba, por una parte, de incorporar al discurso del movimiento la situación de los miles de jóvenes que conforman la diáspora de los españoles repartidos por el mundo, ese precariado ambulante que cada vez resulta más difícil de justificar con la retórica de la prometedora formación en el extranjero o de disfrazar con los ropajes más vistosos del espíritu cosmopolita. Se trataba, sobre todo, de conectar el 15M con las luchas sociales que se estaban librando en Chequia, de establecer puentes con sus colectivos alternativos, de darle a la indignación un aire global. Entonces la mayoría de la gente eran españoles en República Checa, residentes más o menos estables o trabajadores y estudiantes de paso. A pesar de su garra y naturalidad y de que poco a poco se fueron sumando algunos checos, el movimiento no dejó de ser algo impostado en la cotidianidad de Praga. La falla que suele abrirse entre los que se manifiestan y los que miran distantes desde la acera era en este caso más profunda: cánticos y pancartas mayoritariamente en español entre algunas miradas de curiosidad o extrañamiento.

La situación ha cambiado. La convocatoria del 15 de Octubre ha partido de colectivos checos , que aportan el grueso de los asistentes: unas cuatrocientas personas mayoritariamente jóvenes entre las que también pueden verse algunos veteranos curtidos en la convulsa historia del país. En cierto momento uno de ellos se dirige a nosotros exclamando el «no pasarán», una consigna universal en el lenguaje de la resistencia. La jornada de protesta se inicia con una concentración en la Plaza de la República, justo enfrente del macrocentro comercial Palladium, medio taponando por unos momentos el acceso a ese agujero negro del consumismo que no para de devorar transeúntes. Se lee una declaración en Checo y en Español y la manifestación arranca serpenteando a paso rápido por las calles de Josefov, hasta hacer su primera parada en el edificio de la Bolsa. Ahí se lee otra declaración, sube el tono de la protesta y los ánimos se calientan con consignas anticapitalistas. De la sede del poder financiero la manifestación se dirige a la sede del gobierno, revelando con este trazado el hilo siniestro que une a los titiriteros con sus títeres en esta ciudad que tanto sabe del teatro de marionetas. El despliegue policial es amplio, mucho más que hace unos meses y denota el miedo del poder a la expansión por toda Europa de la revuelta. A pie de la sede del gobierno se lee otro texto y se entonan de nuevo otras consignas. Unos amigos traducen sobre la marcha. Están arremetiendo contra las bajadas salariales, los recortes sociales y la vuelta de tuerca al proceso de privatizaciones que en las últimas décadas ha puesto al país en almoneda y con el que unos pocos han hecho auténticas fortunas. Las mismas recetas del Golpe de Estado financiero que vivimos a nivel mundial, aquí todavía justificadas con el discurso de la modernización del país y la apelación tramposa al miedo a que vuelva el burocratismo del mal llamado Socialismo Real. Pero la gente no se cree ese cuento y sin complejos también ha exorcizado esos viejos fantasmas. El nombre que le han puesto a tales engaños se llama corrupción y figura en la pancarta más grande de la marcha.

La manifestac ión continúa por la ladera que sube al Castillo, en dirección a una explanada donde se celebrará una asamblea y varios talleres. Comentan los compañeros que allí los antidisturbios han bloqueado el itinerario legalizado, en una muestra más de que esta gente no tiene palabra. Pero al final la asamblea se ha celebrado y la palabra se ha impuesto. Yo me he tenido que marchar antes para organizar la vuelta a Londres. No hay problema: acabo de recibir un mensaje que dice que allí la revuelta también ha tomado las calles.

 

 

1 Juan Andrade Blanco, La indignación llega a Praga. Crónica de las protestas en la capital checa. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=128945

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.