Dicen algunos europeos que ellos han sido germen de revuelta y alzamiento en el África de Egipto, Túnez, Yemen y Libia. Tienen más dudas al hablar de Bahrein, Palestina, Afganistan o Irán. «Mirando a Europa con sus parabólicas los africanos quisieron ser como ellos», es su razonamiento. La técnica del Facebook y el Twitter habrían […]
Dicen algunos europeos que ellos han sido germen de revuelta y alzamiento en el África de Egipto, Túnez, Yemen y Libia. Tienen más dudas al hablar de Bahrein, Palestina, Afganistan o Irán. «Mirando a Europa con sus parabólicas los africanos quisieron ser como ellos», es su razonamiento. La técnica del Facebook y el Twitter habrían completado la tarea.
El profesor Viçens Navarro, con un par de datos, desvela la falacia:
1.- En Túnez tres hechos merecen resaltarse en la revuelta:
a.- Una fue la movilización de grandes sectores de la clase trabajadora exigiendo la dimisión del gobierno, habiendo sido las bases de los sindicatos (infiltrados por los partidos clandestinos de izquierda) los que se constituyeron el centro de los movimientos sociales de rechazo a aquella dictadura. Tal como ha ocurrido en la cobertura mediática de Egipto, este elemento de gran importancia apenas ha tenido visibilidad en los medios.
b.- Recientemente el Director General del FMI, el «socialista» Dominique Strauss-Kahn, candidato preferente entre los socialistas para competir con Sarkozy en las próximas elecciones (mostrando la confusión de los Socialistas franceses) visitó recientemente a su presidente Ben Ali y alabó sus políticas de austeridad de gasto público social, mostrándolo como un ejemplo a seguir, declarándose amigo y consejero de Ben Ali.
c.- El gobierno estadounidense ha sido uno de los mayores defensores de Ben Ali, debido a su respaldo incondicional a EEUU en su política de apoyo a Israel. Han sido el gobierno estadounidense y sus aliados en la OTAN los que armaron y apoyaron a Ben Ali, tal como subrayó Fulvio Martini, antiguo director de los servicios secretos militares SISMI, en declaraciones al parlamento italiano, «en 1985-1987, la OTAN organizó el golpe militar en Túnez que destruyó a Burguiba y mostró a Ben Ali como su sustituto». A partir de entonces el gobierno federal de EEUU fue el máximo proveedor de armas en aquel sistema dictatorial, incluyendo 282 millones de dólares en armamento durante la Administración Obama.
Y el profesor Viçens con su reflexión desnuda a los europeos de mierda:
«El gobierno del Presidente Ben Ali había recibido el apoyo de todos los países de la OTAN y del Fondo Monetario Internacional (FMI), como el eje de estabilidad del Norte de África.
Diez días después de que un joven parado de 26 años se intentara suicidar, como protesta frente a la crueldad y dureza existente, Ben Ali tuvo que huir del país, formándose un gobierno títere que duraría solo unos días. Miles y miles de ciudadanos salieron a la calle y forzaron la salida de la camarilla que rodeaba a Ben Ali en Túnez.
Lo interesante es ver el cambio fulminante de los gobiernos que le habían apoyado. Ben Ali tuvo que cambiar el rumbo de su avión durante su huída ya que cuando estaba volando hacia París, el gobierno Sarkozy le comunicó que no podía aterrizar en Francia y tuvo que irse a Arabia Saudí, el régimen dictatorial que ha ido recogiendo a los dictadores más impresentables de África y Asia, tales como Idi Amin de Uganda y Pervez Musharraf de Pakistán.
El Presidente Sarkozy por cierto, había señalado al gobierno Ben Ali como uno de los regímenes más adelantados del mundo árabe y en los primeros días de la rebelión popular la Ministra de Asuntos Exteriores francesa Michele Alliot-Marie indicó a la Asamblea Nacional que Francia estaba dispuesta a enviar tropas para ayudar al gobierno Ben Ali como parte del convenio de colaboración entre ambos países. Y el Ministro de Cultura del mismo gobierno Sarkozy, Frederic Mitterrand, había indicado que definir al régimen liderado por Ben Ali como una dictadura era claramente «una exageración».
Semanas más tarde, el Presidente Sarkozy le negaba el permiso de exiliarse en Francia».
Sí, cabe la esperanza si aprendemos de los africanos cómo arrojar con valentía de los gobiernos a nuestros políticos corruptos y mentirosos. Los gobiernos europeos son terminal de intereses de explotación y no de bienestar de sus ciudadanos, son los amigos de sus explotadores en África. Y no es verdad lo que dicen algunos europeos y sus voceras: Nosotros tenemos parabólicas, Facebook y Twister y Zapatero y Aznar y recorte de pensiones y Sarkozi y Berlusconi y Merkel y atracos bancarios y explotación… pero nos falta la garra rebelde y solidaria de los trabajadores egipcios y tunecinos.