Con el objetivo de generar espacios de recreación y de inclusión social, se lanzó en Argentina un plan piloto para proyectar cine en las prisiones, seguido de un debate de las personas encarceladas con los realizadores y otros profesionales de distintas áreas. «Las compañeras estaban agradecidas, fue muy emotivo», contó a IPS Clara Sajnovsky, ex […]
«Las compañeras estaban agradecidas, fue muy emotivo», contó a IPS Clara Sajnovsky, ex detenida y coordinadora del proyecto, luego de la proyección del primer filme este mes en el Instituto Correccional de Mujeres de Ezeiza, una localidad de la oriental provincia de Buenos Aires ubicada a 35 kilómetros de la capital del país.
Unas 300 mujeres, más de la mitad de las recluidas en la unidad de Ezeiza, se reunieron para ver «TV Service», un largometraje de Mariano Cohen y Gastón Duprat en el que actúan vecinos de un asentamiento precario de Buenos Aires, la llamada «Villa 20». Los directores dialogaron luego con las detenidas.
Las presas consultaron a los directores sobre todo acerca de su forma de trabajar con actores no profesionales, tras lo cual se generó un gran entusiasmo por replicar la experiencia en la prisión. «Muchas internas creen que podrían ellas también contar sus historias en un filme», comentó Sajnovsky.
La idea es que el primer martes de cada mes durante un año se proyecten películas seleccionadas por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y las productoras del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, explicó Sasnovsky.
Para ello el INCAA y los responsables del festival, que se realiza anualmente en el meridional balneario marplatense, aportarán en cada encuentro un cine móvil con cañón, pantalla, parlantes, películas a proyectar y un vehículo para los traslados.
El INCAA anticipó en el lanzamiento que, si la evaluación es positiva, se reproducirá el ciclo en todas las unidades penitenciarias federales existentes en distintas partes del país. Para ello se cuenta con el apoyo de la Dirección Nacional de Readaptación Social de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios, del Ministerio de Justicia de la Nación.
Sajnovsky, de 55 años, era abogada penalista, pero abandonó la profesión para dedicarse a las finanzas hasta 1996, cuando fue encarcelada por estafa y permaneció en la unidad de Ezeiza por nueve años. «Nadie sale igual, se pierde familia, afectos, todo», asegura la mujer, en libertad desde 2004.
Tras sufrir en carne propia la falta de incentivos para la reinserción social, Sajnovsky comenzó a trabajar desde la prisión para crear una asociación civil que finalmente cristalizó con el nombre de «Por la Vuelta Clara», integrada por ella y otros profesionales del área del derecho y las ciencias sociales.
«El objetivo de la asociación es trabajar para la reinserción social de las mujeres que fueron condenadas por la justicia, empezando por las que todavía están adentro, ofreciéndoles posibilidades de participar en proyectos de capacitación laboral, pero también educativos, culturales y artísticos», remarcó la ex detenida.
En este sentido, el INCAA consideró que la propuesta de «Cine en las Cárceles» «parece un material óptimo para crear nuevas actividades, en las que toda la comunidad carcelaria pueda incluirse», según destacó el organismo en el comunicado de presentación del proyecto.
«La posibilidad de formar parte de proyectos culturales que devuelvan a los internos un lugar activo y de producción de saber dentro de la sociedad es muy positivo, a la vez que promueve momentos en los que el afuera y el adentro puedan convivir en el mismo espacio para conocerse y acercarse», añadió.
Por otra parte, uno de los aspectos que más entusiasmó al Ministerio de Justicia fue la posibilidad del debate posterior entre directores, actores e internas. Ese diálogo genera un vínculo de inserción social. Pero también está el intercambio con especialistas en los temas que aborden las películas. «No vamos a pasar filmes conflictivos, que muestren por ejemplo como escapar de la cárcel, pero sí queremos que se genere debate», explicó Sajnovsky. Para la contención de las espectadoras y para enriquecer el debate intervendrán en ese espacio especialistas en psicología, abogacía, medicina y en adicciones, entre otras materias.
Sajnovsky cree que no será fácil, pero confía en que podrán replicar el proyecto en otras cárceles y lograr sus objetivos de reinserción integral.
«Nadie puede reinsertarse en una sociedad que decidió apartarte y recluirte en un lugar donde estarás hacinado, sin acceso a las cosas más elementales de la vida», reflexionó la ex reclusa.