Estados Unidos y las naciones occidentales antes de las elecciones generales que se efectuarán el 28 de julio en Venezuela, han desatado una feroz campaña contra la Revolución Bolivariana, contra su candidato Nicolás Maduro y en apoyo a la oposición de derecha a la que dan como ganadora mediante adulteradas y constantes encuestas.
Infobae, El País, CNN, BBC, France24, Deutsche welle, Bloomberg, EFE, AP y toda la inmensa maquinara de medios hegemónicos occidentales están abocados desde hace meses en destacar que habrá fraude en la elecciones; levantan constantemente la figura de María Corina Machado, resaltan la “segura victoria” de la oposición y a la par tratan de denigrar al “chavismo” con falsas y nocivas noticias.
Dos de los 10 candidatos que compiten para obtener la presidencia, Edmundo González Urrutia de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD, ultraderecha) y Enrique Márquez del Partido Centrados, se negaron a firmar un acuerdo que reconocería los resultados de las elecciones, lo cual abre las puertas para que, si Maduro gana, ellos llamarían a inmediatas manifestaciones contra el gobierno y tratarían de envolver al país en una espiral de violencia.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab expresó: «Casi todos lo firmaron, pero este sector de la extrema derecha no lo hace. ¿Por qué? Porque yo alerto, como fiscal general de la República, que la agenda de ese sector de extrema derecha no es la paz, no es el diálogo, no es el debate, no es la vía electoral».
Agregó que ese sector minoritario no representa la voluntad de justicia democrática de estar en paz y lo demostró cuando participó en los intentos de magnicidio contra el presidente Maduro, en las tentativas de asalto a cuarteles militares, en el fallido golpe de Estado de abril del año 2002 contra Hugo Chávez y en las sangrientas guarimbas ocurridas entre 2014-2017.
En las más de dos docenas de elecciones efectuadas en Venezuela desde 1999 la oposición derechista siempre las ha tildado de “fraude electoral” y sólo en una ocasión cuando obtuvieron la mayoría parlamentaria en 2015 afirmaron que fueron “limpias”.
Caracas cuenta con uno de los sistemas electorales más seguro, rápido y computarizado del mundo, al que acuden numerosas organizaciones internacionales y observadores independientes para comprobar la veracidad del acto por lo cual es muy difícil cometer fraude.
El simulacro electoral celebrado el pasado 30 de junio fue calificado como un éxito por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que expuso la organización, la efectividad del sistema y la diversidad de las identidades políticas del país de cara a las presidenciales del 28 de julio.
Como ha quedado demostrado desde que el líder bolivariano Hugo Chávez Frías ganó las elecciones en 1999, Estados Unidos ha utilizado todo tipo de extorsiones económicas, agresiones, ataques armados y hasta intentos de magnicidio para intentar derrocar al gobierno venezolano que pese a esas condiciones ha mantenido las banderas de soberanía e independencia.
Para las próximas elecciones desde Washington levantan constantemente la figura de María Corina Machado que tiene un largo expediente de actuación contra la República Bolivariana que comenzaron en 2005 cuando se reunió en la Casa Blanca con el presidente George W. Bush a quien le pidió apoyo para derrocar a Chávez.
En 2002 firmó el “decreto Carmona” que convalidaba el intento de golpe de Estado contra Chávez y más tarde fue juzgada por conspiración al recibir 53 000 dólares de una ONG financiada por Estados Unidos. Por ambos cargos fue condenada a 28 años de prisión pero Chávez la amnistió. Más tarde apoyo y aupó las guarimbas y hasta solicitó a la OEA que autorizara una intervención militar en el país.
Por decisión de Washington, Corina Machado ha puesto todo su empeño para que Edmundo González de la Plataforma Unitaria Democrática se alce con una hipotética victoria. Este señor, según ha denunciado el vicepresidente primero del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello posiblemente este colaborando con la CIA desde que estudiaba en una universidad privada de ese país entre 1976-1981.
Desde su página en las redes sociales, González Urrutia respaldó la invasión a Libia por la OTAN y el asesinato del presidente de ese país, Muammar El Kadhafi. Aunque con una pobre carrera política, en su programa de campaña declara la intención de revisar las relaciones con China e Irán aunque esa medida depare consecuencias negativas para la economía de Caracas.
Como es lógico, el candidato ultraderechista cuenta con amplio apoyo de Estados Unidos y de los medios hegemónicos que han impulsado una fuerte campaña a favor de elevar la figura de González y a la par crear el ambiente de que el gobierno de Maduro prepara un fraude electoral.
Recientemente se han cometido en el país bolivariano varios sabotajes contra las infraestructuras (puentes fronterizos y sistemas eléctricos) y hasta la posible comisión de un magnicidio contra el actual presidente y candidato de PSUV con la anuencia de grupos paramilitares colombianos.
Venezuela y América Latina deben estar bien alertas porque las fuerzas de derecha apoyadas por Washington son capaces de cometer cualquier fechoría con tal de adueñarse de las riquezas de la nación bolivariana y a la vez debilitar la integración progresista de los países de la región. El imperio acecha por América Latina.
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