De hablar simple y directo, pero no por ello menos profundo, Luciana Passinato Piovesan representa una nueva dirigencia ascendente del movimiento social brasilero (y latinoamericano). Joven campesina, madre de dos niños y con apenas una formación de base de segundo grado, integra hoy la dirección nacional del recientemente fundado Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC). Su […]
De hablar simple y directo, pero no por ello menos profundo, Luciana Passinato Piovesan representa una nueva dirigencia ascendente del movimiento social brasilero (y latinoamericano). Joven campesina, madre de dos niños y con apenas una formación de base de segundo grado, integra hoy la dirección nacional del recientemente fundado Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC). Su congreso, realizado en marzo pasado, reunió 1400 delegadas de todos los rincones del país, aglutinando los más diversos grupos locales, muchos de ellos con más de 20 años de experiencia militante. «Somos feministas y trabajadoras», enfatiza Passinato marcando el tono de una reflexión madura y sin concesiones.
P: Los campesinos brasileros son conocidos, especialmente en el exterior, por el Movimiento de los Trabajadores rurales sin Tierra (MST). ¿Porqué la necesidad que exista un Movimiento de Mujeres Campesinas?
R: Desde el mismo momento que comenzaron a ganar auge los movimientos sociales en Brasil, se sintió la necesidad de un espacio propio de mujeres. Muchas veces nosotras tenemos una percepción diferente de lo social, lo político e incluso lo económico. Nos preocupamos más por cuestiones esenciales de cómo mantener la vida o cómo preservar la naturaleza. Nuestro movimiento es feminista y campesino. Sus integrantes son mujeres, ya sea agricultoras, inquilinas, asalariadas…una amplia diversidad …
DOS IDENTIDADES Y UN COMBATE ÚNICO
P: ¿El hecho de aglutinarse como organización específicamente de mujeres implica que el MMC tiene una estrategia de poder exclusivamente feminista? ¿Qué es lo más importante para ustedes, ser mujeres o ser campesinas?
R: No existe separación entre esas dos identidades. Quienes componen el MMC son trabajadoras. No podría ser un movimiento popular si no tuviera esa dos características: mujeres y trabajadoras. Está claro que tenemos que luchar tanto a favor de la emancipación de la mujer como de la clase trabajadora.
P:¿ Cuáles son las principales potencialidades del MMC?
R: Una, sin duda, la cuestión feminista, todo lo que hace a la participación y la emancipación de las mujeres. Son las mujeres mismas las que impulsan el debate sobre las relaciones humanas y sociales. En la actualidad somos oprimidas en doble sentido: en tanto mujeres y en tanto trabajadoras.
Otra potencialidad es la forma como nos confrontamos, por ejemplo, frente a los grandes desafíos de la producción y del desarrollo del campesinado. El gran desafío actual en Brasil es producir nuestra propia alimentación.
P: En concreto: ¿cómo hace el MMC para fortalecer a las mujeres en su desafíos de la vida cotidiana?
R: Promoviendo los temas de los derechos y la capacitación de las mujeres en los ámbitos de la agricultura, de la política, de la economía, de lo social. Y también a favor de la recuperación de nuestra autoestima y nuestra propia valorización. Para que las mujeres puedan asumir una lucha liberadora deben, sin duda alguna, sentirse fuertes, valorizadas, estimadas.
P:¿Cuáles son los instrumentos del MMC para alcanzar eso?
R: El instrumento principal es el grupo. El movimiento empieza en el grupo de base con las mujeres que se organizan a ese nivel. A partir de ahí, el movimiento desarrolla actividades de formación, encuentros, seminarios, materiales de estudio etc. También impulsa luchas, en tanto movimiento popular. Tenemos como práctica la movilización y el enfrentamiento a un sistema que nos oprime, que es tanto capitalista como machista.
R ¿Y las limitaciones del MMC?
R: El tipo de sociedad en el que vivimos y la carga histórica que arrastramos y que no facilita la participación activa. Por ejemplo: pocas mujeres se involucran en la gestión del dinero surgido de su trabajo en el campo. Otra dificultad es la visión económica predominante en la familia. Además, no podemos dejar de lado la cuestión de la violencia que enfrentan las mujeres y que puede ser moral, física y psicológica. La forma en la cual estamos acostumbradas a servir, discutir y vivir relaciones de igualdad en nuestra cotidianeidad implica también un desafío constante. Prefiero llamar a todo eso desafíos en lugar de limitaciones ya que trabajamos para cambiarlo. Las mujeres tienen que romper con toda una lógica de familia y de sociedad arcaica y atrasada. Y también luchar para conquistar derechos básicos, tal como la salud pública y el crédito.
P: ¿ Cómo se posiciona el MCC con respecto a los otros movimientos sociales rurales y urbanos de Brasil?
R: Hemos establecido alianzas con los movimientos de integran Vía Campesina (MST, MPA, Federación de Agrónomos, Pastoral de la Juventud etc.) con los cuales coincidimos ideológicamente y en la forma de la organización. Además, tenemos alianzas con movimientos urbanos que coinciden con los principios del MMC. Puntualmente, confluimos con otras organizaciones en luchas puntuales concretas.
P: ¿ Cuál es la importancia actual del movimiento en la sociedad brasilera?
R: Estamos presentes en 15 de los 27 Estados (provincias, cantones) y en tres más nos estamos implantando. Alcanzamos muchas personas, por el material, la discusión, la vecina que habla con la vecina. Estimulando la dimensión de intercambio entre las mujeres, informándose mutuamente sobre sus derechos. Tenemos un peso creciente. Hace 10 años, no estábamos ni siquiera reconocidas como agricultoras o trabajadoras rurales. No teníamos acceso a derechos concretos como el salario de maternidad, pensión, – beneficios a los cuales tendríamos derecho todos y todas los que pagamos impuestos. Son cosas que conquistamos nosotras. E impulsamos con fuerza el debate sobre la mujer en la sociedad y en la familia.
P: Muchos de los principales movimientos sociales latinoamericanos han tenido su origen en organizaciones de la iglesia progresista. ¿Es también ésa la lógica del MMC? ¿Han sido inspiradas en su origen en la Teología de la Liberación?
R: La mayoría de nuestras líderes son el fruto de la formación pastoral y de la Teología de la Liberación. Todos los movimientos de Brasil tienen esa raíz. Desde los años 90 empezamos a tener una relación más directa con mujeres que entraron al movimiento sin haber pasado por ese camino. La iglesia ha tenido siempre un peso grande en Brasil, tanto la progresista como la conservadora, que marcó y condicionó muchas veces la lógica del pensamiento de las mujeres.
TRABAJADORES vs. ELITES
P: Brasil vive hoy un momento político muy particular en el marco de la coyuntura latinoamericana. ¿ Cómo se ubican con respecto al Gobierno de Lula?
R: A pesar de que elegimos un trabajador como presidente tenemos muy claro que una cosa es el papel del gobierno, otro el del partido y otro el del movimiento social. Establecemos acuerdos coyunturales con el Gobierno e impulsamos avances comunes, aunque cada uno tiene tareas diferentes. El gobierno está integrado por personalidades que representan clases en disputa. Por eso se nutre de alianzas. Nosotros, en tanto movimiento social, debemos posicionarnos como trabajadoras.
P: ¿ Ha habido logros concretos en estos dos últimos años?
Tenemos más acceso a los funcionarios y espacios públicos que antes, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Esto es innegable. Y el PT se está esforzando para avanzar en la impulsión de nuevos proyectos. Pero la disputa entre las distintos proyectos sigue siendo muy fuerte. Y muchas veces el gobierno está en el medio. Hay que recordar que el Gobierno fue elegido gracias a una alianza con sectores que históricamente están en disputa con los trabajadores. Y son esa élites las que tienen más peso. Un ejemplo concreto es el debate sobre los transgénicos (organismos genéticamente modificados) El Gobierno liberó la producción y comercialización por dos años más.
P: ¿ Y el MMC está en contra?
R: Estamos convencidas que los transgénicos no solucionan los problemas de los agricultores. No corresponde tampoco con el proyecto de agricultura en el cual nosotras creemos. Nos vuelven esclavos de fábricas que producen semillas, venenos y químicos. Paradójicamente, entramos en una prisión y además tenemos que pagar para quedar dentro de ella. Los agricultores tienen que pagar para plantar esas semillas…
P: ¿ Cómo ven ustedes los cursos de la coyuntura? ¿Hacia dónde va Brasil?
R: Brasil es un continente, ¿no es cierto? Muy grande, muy diverso, con muchos desafíos y potencialidades. Pero percibimos que el capitalismo viene e invierte con todas sus fuerzas para reprimir la organización popular y para volver más fuerte la organización capitalista que no valoriza al pueblo. Para perpetuarlo como la mano de obra barata que siempre fue.
Dentro de los movimientos populares estamos viviendo un momento de redefinición, de puntualizar a dónde queremos centralizar las fuerzas. Esto es importante, porque es un momento de la conyuntura donde se vive una disputa muy fuerte entre la clase trabajadora y la élite de poder sobre la producción y los derechos. Lo más grave es que este sistema dominante , sistemáticamente, se esconde y manipula. Y hace que mucha gente ni siquiera se de cuenta de la magnitud de esta disputa. Incluso los propios trabajadores, muchas veces, no perciben esta problemática de fondo. Sólo intentan sobrevivir dentro del capitalismo que presiona al gobierno, a la gente, a las organizaciones y a toda iniciativa de organización ciudadana.
EL MCC Y EL FORO SOCIAL MUNDIAL
P: Brasil (Porto Alegre) es la cuna del Foro Social Mundial. Uno de los espacios más importantes del movimiento alter-mundialista a nivel planetario…¿ Qué opina el MMC con respecto al FSM que realizara su 5ta edición dentro de muy poco tiempo?
R: El FSM es un encuentro muy amplio que perfila fuerzas y alianzas. Quizás le esté faltando una acción más concreta. Corremos el riesgo que sea un gran evento con muchas reflexiones sobre alternativas pero pocos resultados concretos. Tengo dudas si ese movimiento alter-mundialista tiene totalmente claro que en la sociedad en la cual vivimos existen dos proyectos en disputa. Lo que no se puede negar es la fuerza que tiene,… una fuerza increíble y visible. Nosotras participaremos con delegadas de diferentes Estados. Queremos promover el debate sobre nuestra condición de mujeres, en conjunto con los grupos femeninos de Vía Campesina, y la Marcha Mundial de Mujeres. Es fundamental darle visibilidad. Demostrar que luchamos y nos organizamos.
P: ¿ Cuáles son esos dos proyectos en disputa?
Uno que quiere cambios de hecho en la sociedad y uno que quiere adherir al capitalismo. Son dos proyectos muy claros. El segundo busca reformar algunas cosas, hacer más humano al capitalismo, aunque no existe un capitalismo humano. ¡Explotar nunca puede ser humano!
*Sergio Ferrari en colaboración con Corinne Dobler, (cooperante de la ONG suiza E-CHANGER que trabaja con el MMC) Colaboración E-CHANGER