Lector habitual de «El País», hijo de combatiente republicano y guerrillero en Francia, profesor en la Universidad de Pau (Francia), quiero expresarles mi malestar. Aunque algo desgastados, hay mitos históricos que perduran en el tiempo. En lo que se refiere a la posGuerra de España, es el caso de la «reconciliación entre hermanos», el «abrazo […]
Lector habitual de «El País», hijo de combatiente republicano y guerrillero en Francia, profesor en la Universidad de Pau (Francia), quiero expresarles mi malestar.
Aunque algo desgastados, hay mitos históricos que perduran en el tiempo. En lo que se refiere a la posGuerra de España, es el caso de la «reconciliación entre hermanos», el «abrazo entre españoles», después del de la «guerra fratricida», como si los españoles tuvieran el gen del fratricidio…
La foto que publica «El País» del 17 de julio, en primera plana del «dossier» dedicado al 75 aniversario de «la sublevación del 18 de julio de 1936», y el reportaje que le sigue, han provocado en mí, hijo del exilio, de represaliados… una profunda desazón.
Tras las buenas intenciones, tras el encuentro de dos soldados de «bandos contrarios» (como si la República hubiese sido un «bando») puede colarse el terrible «pasemos página», «olvidemos el pasado»… ¿Es posible pasar página sin que se haya hecho totalmente justicia, verdad y reparación? El trabajo repite varias veces que los dos protagonistas «se abrazan», «sellan su encuentro con un abrazo». El franquista es presentado como combatiente «nacional» (otra vez la semántica es fuente de revisionismo).
El cliché de dos abuelos que caminan tomados del brazo es suma y ambiguamente conmovedor. Aunque fuese involuntariamente, equipara República y fascismo y no da la razón a ninguna parte. La cita resultó «entrañable»; hasta se dieron el brazo para caminar… No se trata aquí de atacar personalmente a nadie, sino de criticar lo que puede incidir, suscitar, una foto tan «consensual» y «desmemoriada», que evacua la responsabilidad de la guerra, los antagonismos de clase, una «transición» sin verdadera y definitiva ruptura con el franquismo… Me parece esta foto aún más peligrosa en un momento donde la derecha, agresiva, trata de «reescribir» la historia y queda inacabada la «desfranquización»
El ecumenismo, en ese contexto, acarrea despolitización, desideologización. Me recuerda aquel 12 de octubre del 2004 cuando el ministro socialista de Defensa, José Bono, hizo que desfilasen, al lado uno de otro, un combatiente republicano de «La Nueve» y un veterano de la fascista «División Azul». En nombre de un supuesto «equilibrio de la memoria», se contribuye a desequilibrar aún más la historia. La «desmemoria» ha tenido y sigue teniendo, para los Españoles, para la democracia, para la necesidad de una nueva República, un coste político elevado.
Felizmente, los trabajos de los historiadores publicados más adelante contribuyen al necesario pensamiento crítico.
*Jean Ortizes Profesor en la Universidad de Pau. Autor de varios documentales y trabajos sobre los guerrilleros y los maquis, las fosas, los niños robados…