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Sobre democracia y Estado de Derecho

Carta abierta a Manuel Saco

Fuentes: Rebelión

Al leer el fuego amigo que aparece hoy (5/11/07) en PUBLICO, «Las injerencias judiciales en la verdad revelada», me sentí necesitado de realizarte el siguiente comentario: Considerar que lo que existe en Usalandia es un «Estado de Derecho», es tanto como decir que el Sr. Botín y tu tocayo Manolo, de familia currante, vivimos en […]

Al leer el fuego amigo que aparece hoy (5/11/07) en PUBLICO, «Las injerencias judiciales en la verdad revelada», me sentí necesitado de realizarte el siguiente comentario:

Considerar que lo que existe en Usalandia es un «Estado de Derecho», es tanto como decir que el Sr. Botín y tu tocayo Manolo, de familia currante, vivimos en un Estado con igualdad de derechos y deberes. Decir que ese Estado estorba a su presidente Bush, democráticamente elegido gracias a su hermano de Florida, y que unos votos valen más que otros (por cierto, en eso nos parecemos, el voto de Madrid tiene menos valor que el voto de Soria), se me antoja que es un tanto contradictorio; es como si los Estados de Derecho estuvieran colgados de ese cielo con su dios en el que dices no creer.

El denostado Vladimiro Ilich Ulianov, al referirse a los estados, los descolgaba del limbo celestial, los veía como algo muy real, muy próximo a la realidad del mundo en que se vive. Siempre los adjetivaba. El Estado era burgués o era proletario, según el uso del término en aquella época que ahora repele tanto, pero que sigue siendo muy real, por lo dicho al referirme al Sr. Botín y a tu tocayo currante. Los estados con distinto adjetivo siempre responden a la clase social que de hecho ostenta el poder material-espiritual.

Es fácil comprobar cuál es uno y otro, aquel donde el poder económico se encuentra en manos burguesas muy minoritarias, a más precisar, oligárquicas, donde todo se compra y se vende es muy real, lo vivimos cada día. No en vano, la base en que se asientan sus leyes están supeditadas a las leyes divinas del mercado, a su real creencia de que todo es mercancía, incluidos los humanos, lo mismo que se compra un trabajador, un peine o el derecho a comprar un nombre con el que bautizar a una estrella del universo. Sí, los seres humanos somos considerados mercancía que se compra, se usa y se tira cuando ya no responde a las necesidades del comprador. No podemos dejar de olvidar cómo se expresan los políticos, con qué naturalidad, cuando hablan del Mercado Laboral, con la misma simpleza con el que se refieren al Mercado Financiero, Petrolífero, tan en boga, y que no dejan de cubrir con grandes titulares las páginas periodísticas y televisivas cuando esos mercados suben o bajan.

El Sr. Musharraf detiene a todo el Tribunal Constitucional, lo mismo que hizo Franco cuando detenía y asesinaba a todos aquellos ingenuos seres humanos de la II República que, desde aquel Estado burgués, pretendían ir más allá, defender los intereses de la mayoría social trabajadora.

Todos los Estados burgueses perpetúan sus intereses de clase desde su Estado de Derecho, que es al mismo tiempo dictadura «democrática» para la clase explotada y alienada. Hacen creer que son democráticos porque dicen que hay división de poderes: Legislativo, Judicial, Ejecutivo y el llamado cuarto poder democrático, que deberíamos preguntarnos, ¿quiénes lo financian? Que esos poderes son independientes, que no se interfieren y actúan cada uno «democráticamente», defendiendo por igual a explotados y a explotadores, pero hay esos peros musharrianos y bushianos. Bush y Musharraf, en la fase imperialista del capitalismo, donde las contradicciones sociales cada día son más agudas (incluso económicas y políticas entre los imperialistas del nuevo y viejo mundo) necesitan actuar con toda la claridad democrática del fondo material que anima y defiende a los Estados de Derecho. Y no solo Usalandia, el Estado considerado más democrático del mundo porque tiene la mayor capacidad armamentística, basta el fijarse con qué benevolencia condenatoria de los demás países democráticos de la Europa capitalista han acogido el golpe. Bush dice que tomará medidas, pero que el 90% de las medidas económicas que concede a Musharraf las seguirá manteniendo para así poder seguir contribuyendo a la «lucha antiterrorista».

Conviene recordar a los ingenuos defensores de los llamados Estados de Derecho, lo que Vladimir dijo ya hace tanto tiempo, «las principales características del Estado capitalista son la burocracia y el ejercito permanente». Y qué razón tiene, cuando a los oligarcas burgueses les falla algún eslabón de su Estado, el Judicial como ahora, o el Ejecutivo como sucedió en la II República, el último eslabón, el mejor dotado para defender sus intereses, el ejercito toma el poder ejecutivo y lo mantiene todo el tiempo que sea necesario, hasta que desaparezca el peligro, y entonces, sí, como la reciente historia de Chile, Argentina, España nos enseña, la dictadura capitalista se transforma en dictadura democrática, retorna al esplendoroso Estado de Derecho.