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Carta abierta de la INTERPOL, la OTAN y la ONU a la empresa multinacional FIFA

Fuentes: Rebelión

Joseph Sepp Blatter Presidente FIFA Zurich Por la presente, los abajo firmantes, presidentes de la INTERPOL, la OTAN y la ONU, actuando en nombre de nuestras instituciones así como en representación del resto de las fuerzas y cuerpos de seguridad de todos los Estados del mundo, nos dirigimos a Usted con todo el respeto que […]

Joseph Sepp Blatter

Presidente

FIFA

Zurich

Por la presente, los abajo firmantes, presidentes de la INTERPOL, la OTAN y la ONU, actuando en nombre de nuestras instituciones así como en representación del resto de las fuerzas y cuerpos de seguridad de todos los Estados del mundo, nos dirigimos a Usted con todo el respeto que nos merece su exitosa multinacional para manifestarle:

1) No nos parece políticamente correcto que, entre nosotros, sólo un puñado conozca el nombre del equipo ganador de la Copa Mundial que Usted está celebrando en Sudáfrica. Le agradecemos la confianza que Usted ha depositado en ese puñado, en especial porque nos contamos en él y, más especialmente, porque ese privilegio nos ha permitido concretar con ventaja jugosas apuestas pero, señor Blatter, sepa Usted que, probablemente por alguna indiscreción de algún minúsculo administrativo, varios de nuestros altos subordinados sospechan que los Jefes sabemos lo que sabemos y, claro, nos presionan para obtener su parte del pastel.

Somos conscientes de que la codicia humana es insondable y que, por esta razón, no debemos hacer público nuestro conocimiento pero, señor Presidente, ¿no sería posible flexibilizar el secreto de tal manera que llegue a castas inferiores, digamos que a nivel de Presidentes de Estados medios, cargos y fortunas equivalentes?

2) Una medida así aplacaría inmediatamente el descontento de varios cientos de personalidades de talla planetaria con lo que mejoraría la seguridad mundial de manera automática. Además, a largo plazo, les permitiría a esos mismos dignatarios seguir justificando -e incluso incrementando- las partidas presupuestarias dedicadas directa y específicamente al control social.

Como su fina inteligencia ya ha captado, «directa y específicamente» alude a que las recibiríamos nosotros, que por algo somos de forma oficial las fuerzas y cuerpos de seguridad estatal. Ahora bien, no piense que nuestra modesta proposición está regida por la avaricia. No la rechace por el hecho -baladí- de que ya nos llevamos la parte del león en todos los presupuestos estatales.

No, lo que nos ha animado a presentarla ante su alta consideración es que muchos de nuestros subordinados -en este caso no sólo cuadros medios-, se creen víctimas de un agravio comparativo. Esto crea un clima poco propicio para el correcto desarrollo de nuestras instituciones; clima que, a corto y a medio plazo, redundará en una relajación de la vigilancia que deben mantener para garantizar su función básica: el control progresivo del control social.

3) El agravio comparativo sobre el que llamamos su atención radica en que los Estados dedican más dinero al mantenimiento de su empresa -la FIFA y sus franquicias o Federaciones nacionales de fútbol-, que a los organismos oficialmente especializados en el control social. A este respecto, las cuentas son muy claras: si sumamos las exenciones fiscales, las aportaciones a fondo perdido, las ayudas de todo tipo y la permisividad ante las más dudosas operaciones especulativas -desde el tráfico inmobiliario hasta el de capitales-, obtendremos una cantidad muy superior a la destinada a nosotros, pobres gendarmes mundiales.

Si en algún párrafo anterior un orgullo muy humano nos llevó a erigirnos en policías eficaces, es comprobable que nunca presumimos de puritanos: ante Usted, ello sería un demérito -por ese motivo no hemos mencionado el tráfico de personas o la idiotización mundial en las que tan exitosamente se ha especializado su FIFA-. Así que, continuando con la misma sinceridad, reconocemos que las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen mala fama mientras que el fútbol goza de todas las bendiciones. Es obvio que esta -equivocada- imagen es la principal causa de que el control social sea más efectivo en las manos de su multinacional que en las nuestras pero, humildemente, creemos que las diferencias entre unas partidas presupuestarias y otras está agrandándose exageradamente.

Resumiendo: nos congratulamos de que, a estas alturas de los partidos, sólo un centenar de personas conozca al ganador de su Copa -las margaritas no son para los puercos- y, aunque nuestros servicios de inteligencia están al corriente de los gigantescos negocios que subyacen a esa designación, por nada del mundo interferiríamos en la buena marcha del mercado libre. Pero, por favor señor Blatter, el populacho empieza a percibir que los Estados gastan demasiado dinero en el mantenimiento del control social a través del fútbol y eso no es bueno ni para Usted ni para nosotros, marginados y empobrecidos especialistas en Seguridad.

Por lo tanto, le invitamos muy respetuosamente a una reunión en la que, entre todos y por el bien de la Paz Mundial, trataríamos de equilibrar la balanza de pagos del Estado, ahora descaradamente vencida del lado de su multinacional.

Hay varias firmas ilegibles

04.julio.2010, en vísperas de las semifinales de la Copa FIFA.

PD. Como miembro prominente de este colectivo, el Estado Vaticano suscribe la anterior Carta Abierta pero emite un voto particular que reza:

«Nos, estamos compungidos ante la degradación moral y la falta de fe que han demostrado esos equipos nacionales que, al vencernos con malas artes en los partidos de la fase preliminar, han impedido a la selección vaticana participar en el magnoevento sudafricano.

Como miembros de pleno derecho que somos de todas las organizaciones y empresas internacionales, nos entristece que nuestro forzado alejamiento deje sin pastores a los rebaños futbolísticos. Nos, denunciamos urbi et orbi que nuestra ausencia acarrea un grave daño espiritual a todos los equipos.

Asimismo, acusamos a nuestros competidores -en especial al equipo norcoreano- de haber utilizado contra nuestra collectio benedictus (holy team) artimañas demoníacas y ateas no permitidas por la FIFA, empresa modelo de fervor cristiano como ha demostrado con su propuesta de que el Niño Jesús de Praga, el que sostiene la bola del mundo cual sacra metáfora del esférico futbulboso, sea entronizado Rey del Mundial».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.