Todo se ha escrito sobre Chávez. Todo se ha dicho. Poco se puede añadir sobre este personaje de época que rechazó al neoliberalismo mucho antes de que el mundo tuviera conciencia de sus efectos adversos para las mayorías. Es una persona que se jugó su vida por el pueblo el 4 de Febrero de 1992, […]
Todo se ha escrito sobre Chávez. Todo se ha dicho. Poco se puede añadir sobre este personaje de época que rechazó al neoliberalismo mucho antes de que el mundo tuviera conciencia de sus efectos adversos para las mayorías. Es una persona que se jugó su vida por el pueblo el 4 de Febrero de 1992, entendiendo que la rebelión popular del Caracazo no podía quedarse en el olvido. A Chávez no le importaron los dos años de cárcel por defender sus ideales. Chávez ganó las elecciones en Venezuela cuando aún la región estaba bajo el decálogo de Washington. Se atrevió a juramentar desafiando a los poderes constituidos, el 2 de Febrero de 1999, manifestando: «Juro ante Dios, ante la Patria, y ante mi Pueblo, sobre esta moribunda Constitución, que haré cumplir e impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República tenga una Carta Magna adecuada a los tiempos».
Este hombre tuvo el coraje y la destreza para sortear un golpe de Estado seguido de un paro petrolero en 2002. Chávez siguió ganando elecciones al mismo tiempo que hablaba del socialismo del siglo XXI. Popularizó el «¡exprópiese!» como mejor mecanismo para que el pueblo se apropiara de sus recursos naturales. Diseñó una nueva integración regional que contribuyó a modificar el orden político internacional. Desafió a Bush y a la política exterior de los Estados Unidos. Se opuso al proyecto ALCA, que pretendía liberar el comercio a favor del capital esclavizando a los humanos. Favoreció que América Latina cambiara, que se emancipara.
Chávez ganó muchas elecciones y hasta supo asumir la derrota electoral en el referendo sobre una reforma constitucional. Ante las últimas elecciones, sabiendo que su cáncer le impedía seguir batallando, le regaló la vida al pueblo revolucionario para volver a ganar el 7 de Octubre del 2012 por una amplia mayoría. Para despedirse, Chávez volvió a mostrar que era honesto y demócrata: «Si algo ocurriera, que a mi me inhabilite, para continuar al frente de la presidencia (…) mi opinión firme y plena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente». Y para poner fin a una vida llena de compromiso con su pueblo, Chávez siempre pidió que se informara sobre la evolución de su enfermedad hasta el momento culminar de regreso a su Venezuela para morir en paz.
Chávez es todo esto y mucho más. Chávez es Pueblo. Es reducción de la pobreza; reparto de riqueza. Es distribución del acceso a los servicios básicos, respeto a los derechos sociales e inclusión de las mayorías. Chávez es democracia viva. Chávez son elecciones. Chávez es soberanía, emancipación e independencia de los poderes de siempre. Chávez es Bolívar, revolución y cambio. Chávez es épica y emotividad. Es religión; es teología de la liberación. Chávez es el símbolo del sentir nacional-popular. Chávez es -como dice la canción de su última campaña electoral- Corazón del Pueblo.
Los próximos días serán de llanto, de desconsuelo, de momentos muy espinosos, pero será justamente, desde ahora en adelante, cuando el chavismo sea más hegemonía que nunca, más identidad política que siempre, será semilla y legado. La política, en Venezuela, ya no es la misma. La vida cotidiana de las clases populares tampoco. El chavismo resignificó lo público desprivatizando al Estado corporativo. Distribuyó el poder popular y lo dignificó. Y por ello, ahora el chavismo vuelve a confiar en el pueblo. Que nadie lo dude; se convocarán enseguida elecciones cumpliendo a rajatabla lo que marca la Constitución y respetando todos los cauces institucionales. En Venezuela, no hay transición, lo que habrá es una nueva cita en las urnas, donde la oposición sigue dividida a pesar de la pretendida Mesa de Unidad, y el chavismo más unido que nunca volverá a ganar. Chávez no se va. El chavismo no se irá. Ahora más que nunca, Chávez es historia viva. Como canta Ali Primera, «los que mueren por la vida, no pueden llamarse muerto».
Fuente: http://www.publico.es/internacional/451710/chavez-corazon-del-pueblo