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Ensayos en el Hotel Bauen, el 5 de marzo de 2014. Editorial Metrópolis. (Segunda parte)

Chávez ha construido un punto de partida para que nosotros tratemos de desarrollarlo

Fuentes: Editorial Metrópolis

Presentación de «Hugo Chávez y la revolución Bolivariana»

Chávez ha construido un punto de partida para que nosotros tratemos de desarrollarlo

Hugo Calello (HC): De alguna manera el ensayo de mi autoría que está publicado en el libro, en realidad contradice la mayoría de lo que se ha planteado en esta mesa y, en general, es bastante confrontativo con todo lo que podríamos denominar el imaginario de la izquierda política argentina y latinoamericana.

Yo voy a plantear algunas hipótesis muy generales. Primero sobre un tema que me parece muy importante que fue el título del artículo que se compiló en el libro, el tema original hablaba fundamentalmente del fantasma de Chávez de cuerpo presente. Creo que esta concepción utilizando el concepto de fantasmagoría positiva de Benjamin es un hecho que sacude la historia política de América Latina y del siglo XX. En realidad, el ensayo es una fusión de dos trabajos que fueron escritos a partir de unos materiales muy interesantes que me envió mi amigo Modesto Guerrero. El primero se llamaba «La perduración de Chávez: Gramsci y la guerra permanente» y el segundo «Los territorios políticamente contrahegemónicos y las Comunas como expresión de la guerra interminable». Voy a intentar resumir lo que contiene, sobre todo porque me parece importante generar la discusión.

Yo estoy en desacuerdo de que se califique a Chávez en el mismo nivel de continuidad que ha habido en los asaltos revolucionarios al poder que en nombre del socialismo se han dado en la historia de la humanidad. Creo que aun la Revolución Rusa fue un asalto al poder que duró sesenta años, pero como dice Gramsci, cuando ese asalto al poder es suturado fundamentalmente por los enemigos la regresión es fenomenal, y si ustedes ven la actual Rusia gobernada por Putin, ex KGB fundamentalmente, se van a dar cuenta que lo que empezó como un proceso revolucionario terminó en la restitución de un modelo de poder fundamentalmente autocrático. Ahí no hay hombre nuevo, no hay trabajadores en el poder, hay una mafia gobernando.

Estoy planteando esto porque respeto los movimientos revolucionarios que se han dado en América Latina, creo que han sido importantes y como dice Benjamin: «La historia real, es la historia de los vencidos» y creo que lo que queda de ellos fundamentalmente es ese aliento mesiánico que recogemos en cada intento de rebeldía, cada intento de confrontación contra el imperialismo y la clase dominante. Creo que es imposible hablar del imperialismo si no se habla en términos de clases y de lucha de clases, para mí este es un punto fundamental.

¿Para qué estoy planteando esta idea de que Chávez y el chavismo o la parte del chavismo que hoy permanece como una instancia política de construcción desde la clase oprimida es un salto cualitativo en el continuo de los movimientos revolucionarios? Es una hipótesis fundamentalmente, pero yo creo que Chávez entendió a pesar de su poca ilustración política, es cierto que posiblemente no haya sido erudito en nada, pero también es cierto que tenía una fenomenal captación de lo político y una inteligencia espectacular para ubicarse en el momento histórico y dar batalla.

Creo que hay que rescatar fundamentalmente lo que Gramsci define como «Guerra de posición», que a mi parecer es una guerra interminable. Es decir, en realidad es evidente que la única posibilidad de construir un proceso socialista es asumir que estamos en guerra. ¿Qué quiero decir con esto? Estamos en guerra fundamentalmente porque existe una situación en el mundo y en América Latina en la cual el capitalismo es hegemónico, ustedes saben que el concepto de hegemonía fundamentalmente pasa por el dominio de la subjetividad, por el dominio mediático, por la construcción de un imaginario democrático, de un progresismo que como dice Benjamin, es una mentira. El mismo Chávez asumió equivocarse con la Tercera Vía, en realidad no hay alternativa en la Tercera Vía, es otra alternativa que presenta el imperialismo, es una mentira, un engaño de Blair. Chávez era muy honesto en estos cambios de frente que hacía.

Yo quisiera rescatar esto fundamentalmente, la idea del socialismo en el siglo XXI tiene como eje fundamental, la idea de entender dónde estamos parados en el curso de la historia, entender y entendernos a nosotros frente al capitalismo, frente al imperialismo, frente al imaginario cultural que nos domina. Si nosotros no entendemos eso, no podemos entender en qué medida estamos enfrentados y pertenecemos a un mundo, y sobre todo el mundo latinoamericano que es muy especial, que sostiene al otro mundo en función de la explotación, la miseria y la catástrofe permanente. Entonces, todos los que se proponen ser progresistas, lo que están haciendo es extender y convalidar una idea del progreso que no es otra cosa, como dice Benjamin, que un tiempo vacío, homogéneo, un tiempo en el cual los avances que se hacen a lo mejor sean representativos pero son falsos, porque dentro de la globalización somos la gran clase explotada.

Tenemos que retomar algunos conceptos gramscianos, por ejemplo, el concepto de «clase trabajadora» al concepto de «clase oprimida» y «clase explotada», es decir, en realidad todos aquéllos que somos trabajadores, intelectual o manualmente, que estamos fuera del poder y se nos extrae la plusvalía, como decía un famoso autor venezolano, ideológica y/o físicamente, se nos extrae la imaginación, se nos vacía de ideas, de afectos porque se nos ha usurpado la relación con el otro. Creo que esto es muy importante y que el capitalismo tiene una función profundamente antiética, hay que desterrar todo lo ético, todo compromiso con el que está a mi lado, hay que desterrar toda idea del ser humano como ser social. Es la tesis de Marx, fundamentalmente, Marx irrumpe revolucionariamente en el campo de la filosofía porque opone al ser social, al hombre que trabaja, a la filosofía del ser ontológico, de la abstracción de un ser no realizado en el trabajo, que está ocultando y ofreciendo un pensamiento creyendo que está pensando, eso es lo que reivindica Gramsci como elemento fundamental, la posibilidad de pensar críticamente es condición humana, el capitalismo nos la ha usurpado, otro piensa por nosotros.

Entiendo que pueda ser una exageración, pero en una oportunidad en la que estuve con el comandante Chávez, invitado en Maturín, él habló de un libro mío que había sido importante para él y, por supuesto, todos mis viejos amigos de la Universidad de Venezuela se me vinieron encima, y yo les dije: «ustedes no se dan cuenta, que Chávez cambió la historia de Venezuela y está cambiando la historia de América latina».

Uno tiene que entender más allá de la estrategia táctica de Chávez, los objetivos. Que intenta enfrentarse por un lado a un capitalismo vigente, por otro lado con una clase dominante que es la oligarquía venezolana fundamentalmente rentista pero que, al mismo tiempo, al proclamar su necesidad de construir el Socialismo del siglo XXI se coloca en confrontación con el resto de la oligarquía de América Latina y, fundamentalmente, con el capitalismo. Lo importante es que cuando Chávez asume el poder, más del 80% de la población venezolana estaba en condición de marginalidad y pobreza críticas. Las estadísticas hoy muestran que Venezuela es uno de los países con distribución más justa en América Latina, quizás el país donde la distribución de ingresos se ajusta más a las necesidades de la población.

Se le acusa al gobierno de Chávez y a su continuidad, a Maduro, que no es lo mismo, rescato algunas de las críticas que se han hecho, creo que el talento político, la imaginación y el genio de Chávez no se transmiten. Entonces, esta conducción tiene todos los errores que puede tener una conducción que no tiene esa cualidad. Pero lo que me parece que tenemos que rescatar es esta idea que planteo como la ruptura de la historia de un país donde el 80% de la población había naturalizado la condición de la pobreza, donde solo el 30% iba a votar, eso, me pregunto ¿es una revolución? Eso para mí, es un camino al socialismo, lo que pasa es que ese camino es interminable, entendámonos, ningún movimiento particular en América Latina va a alcanzar el poder y se va a poder proclamar como el socialismo, la historia la marca desde 1952 Bolivia, por ejemplo. Tenemos que colocarnos en posición de guerreros, no estoy hablando solamente de la guerra por las armas, lo que sería una locura, porque no tenemos la mínima posibilidad de triunfar.

Les voy a contar algo que recogimos en nuestro último viaje a Venezuela. Estamos organizando un proyecto con Susana Neuhaus, un proyecto que se llama Cátedra Libertadores, y hace ya un buen tiempo que vincula universidades venezolanas, por supuesto chavistas, y universidades argentinas en el objetivo de crear una escuela de formadores donde lo que predomine sea el pensamiento crítico y la conciencia latinoamericana, un proyecto a largo plazo, que está dando tumbos pero que tiene algunos visos de encaminarse. En el mes de octubre tuvimos una entrevista con el Consejo Rectoral de la UNEFA, la Universidad de las Fuerzas Armadas. Aclaro que yo fui profesor del curso de Estado Mayor en las Fuerzas Armadas en Venezuela, durante los setenta, y en aquel momento a mí me habían echado de la Universidad por marxista, y estaba trabajando en un organismo de la OEA, paradojalmente, como formador de gerentes de la empresa pública en el campo político y metodológico, propuesto por el gobierno venezolano. Aclaro también que tenemos nacionalidad venezolana y que vivimos 27 años en Venezuela, para que se entienda cual es nuestra vinculación.

A lo que me quería referir, es que en esta dimensión de lo que Chávez intentó hacer, lo que se ha gestado es lo que uno podría denominar incipientes territorios políticos contrahegemónicos. Porque está bien, podemos impugnar al PSUV porque ha caído en una situación burocrática, yo lo reconozco pero no se olviden que el PSUV se formó después de un año de discusiones entre 500.000 personas en toda Venezuela, algo está funcionando de eso, porque no todo el PSUV está sometido a una condición burocrática y funciona como una maquinaria. Por otra parte, existen en Venezuela algo que Modesto denominó en un texto «vanguardias», que yo hoy llamo «territorios políticos contrahegemónicos» que tienen eje en las Comunas. Es decir, no es la Comuna de París, hemos tenido contacto directo con Comunas muy cerca de Caracas y hemos visto cosas sorprendentes, Comunas de 3.000 personas con un Consejo Comunal que habían logrado establecer una red de comunicación administrada por las propias Comunas, construyendo un nivel de hegemonía política que de alguna manera se impone a los dos poderes, al poder comunal electo y al nacional.

Lo importante es que en Venezuela hay un ejercicio de aprendizaje en el campo de la participación, de la democracia, en muchos sectores, a través de múltiples organizaciones que se reúnen por motivos puntuales de defensa. La gente está aprendiendo fundamentalmente a desarrollar una relación de vinculación distinta con el otro, que en principio sirve para resolver problemas regionales o locales pero que, evidentemente, poco a poco va avanzando hacia una comprensión de que hay una cuestión de poder, y ese empoderamiento desde la Comuna, que sería de alguna manera la base de la sociedad, de esa sociedad civil que esta fuera de la política, es un potencial político enorme.

Repito, porque no quiero caer en exageraciones y no estoy planteando que la Comuna de París sea la solución, sino que están pasando cosas en Venezuela que no pasan en otros lugares de América Latina, hay que entender que de veinte años para acá los movimientos sociales en América Latina son una traba para el imperialismo. Pero hay que entender también que no han logrado desarrollar una estatura política que los convierta en movimientos contrahegemónicos. Yo entiendo que el objetivo que se está llevando a cabo en Venezuela es ése, y entiendo que éste colocar a Venezuela en llamas es una propuesta de guerra permanente que nos están haciendo y que nos van a seguir haciendo.

En las elecciones anteriores hubo sabotajes, intentos de penetrar en los sistemas de las computadoras, hubo violencia, hubo muertos y así va a seguir, porque es evidente que Estados Unidos pudo tolerar una Cuba durante un largo tiempo, pero ojo, porque Venezuela es otra cosa, es un país asentado sobre un trillón trescientos mil metros cúbicos de petróleo y eso por un lado es un objeto de deseo tremendo para el imperialismo pero, por otro lado, le da un poder del que se establece su vigencia internacional.

Me acaba de decir Guerrero que hoy en 130 actos en países árabes están homenajeando a Chávez. Es evidente que la expansión política del fenómeno Chávez no es una casualidad, no hay una expansión mediática inflada, sino que Chávez ha construido un punto de partida para que nosotros tratemos de desarrollarnos. Ese punto puede diluirse históricamente, aunque yo creo que no, que la última victoria electoral, con el 75% de las Comunas son un indicador fundamental de que es evidente que muchos sectores de la clase sometida venezolana han entendido lo que Chávez ha querido construir políticamente.

 

 

Hubo que esperar 50 años para que apareciera una nueva figura de la izquierda

 

 

Mario Hernandez (MH): Antes de darle la palabra a Modesto Guerrero, viendo la dinámica que tomó la presentación, no vamos a hacer a tiempo de leer los saludos que nos enviaron, pero no quiero dejar de agradecer a Valentina por el trabajo de traducción y a Jesús por el trabajo de la tapa del libro. Ahora sí, Modesto Guerrero.

 

Modesto Guerrero (MG): Fuimos convocados para presentar un libro colectivo, de autores diversos en edad, en formación, en corrientes de origen y en conformación personal, eso de por sí es polémico, pero si un libro no es polémico es una Biblia, entonces es natural que el libro contenga lo que explicaron los autores, y si acá estuvieran Mészáros o Petras, que tiene una particular manera de debatir, esto sería un aquelarre. Mucha agua ha corrido bajo los puentes de la izquierda latinoamericana y mundial y de la cultura o las culturas de nuestras corrientes de izquierda, marxistas o no, para que hoy no sea necesario llamarnos sectarios, contrarrevolucionarios, oportunistas o diletantes por haber hecho cierto comentario. Nos comprendemos más porque la realidad nos ha pateado la cabeza muchas veces y este proceso Bolivariano es una pateada de cabeza como lo fue en su mejor momento el proceso boliviano y como lo fueron todos los procesos revolucionarios.

Una revolución llega a deshora cuando a una buena parte de la sociedad ya no le queda otra, o sea, se hacen grandes procesos radicales cuando ya quedan pocas fuerzas. Esa es una contradicción de la historia y no vamos a acusar a la historia de ser contradictoria, así llegan, así son, uno las asume o no y se aparta a escribir en sus diarios de manual o en sus cafés de opinión y reflexión lo que le da la gana y el proceso sigue por otro lado.

En ese contexto es que yo respeto mucho lo que han dicho los compañeros, camaradas y amigos que están sentados en la mesa pero no por un acto demagógico, entonces pasaríamos de las acusaciones sectarias al compadrazgo fútil, tonto y escuálido. Es porque creo que por muchas o pocas diferencias en información, en contextualizaciones, en dinámicas no siempre completas, en la visión que se dio en los casos más críticos que ellos aportaron, o incluso en algunos conceptos sueltos, podamos tener diferencias, lo maravilloso es que las tenemos y podemos abordar un proceso revolucionario homenajeando al que fue su líder. Y podemos hacerlo como nuestro, no como ajeno, de la manera que muchos lo han asumido, lamentablemente, grupos o partidos de la izquierda que son honestos luchadores en su campo pero no comprenden revoluciones que no sean las de bolsillo y cuando aparece una que no coincide con la que llevan en el bolsillo entonces se apartan buscando la clásica que encaje en la letra chiquita del modelo que aprendieron y del que no se apartarán porque entran en crisis moral o existencial.

Esa es la ventaja de discutir con revolucionarios a los que considero mis hermanos mayores en muchas cosas y sin la contradicción esencial de estar en contra u opuestos. Yo no soy el defensor de la revolución bolivariana, no estoy acá pagado como abogado político ni del gobierno ni de la revolución bolivariana, porque «revolución bolivariana» es el nombre periodístico de un proceso que a veces fue radical y a veces no, y al gobierno bolivariano si hay algo que no le gusta es lo que yo escribo todos los días en la prensa.

Ayer me dice Hugo que reprodujeron lo que dije en una entrevista por CNN en Telesur, yo me alegro, no voy a acusar a Telesur de que estén capitulando a mí, me alegro de que puedan reproducir una opinión que no es de acomodamiento, porque no entiendo las revoluciones y los procesos y la participación militante en ellos desde el uso de la palabra, a la acción y la organización, si no es con la única manera de hacer avanzar a un proceso orgánico vivo, sea una revolución u otra cosa como la familia, que es con la crítica permanente. Sesenta o setenta años de instalación cultural de un fenómeno del Siglo XX que fue el autoritarismo dentro de la izquierda, importado de otras culturas extrañas, convirtió la crítica en pecado y el cuestionamiento en sospechoso y si en algún país uno es sospechoso hasta que se demuestre lo contrario es en éste. He militado en cuatro países y he vivido en siete, siempre hice lo mismo y jamás se me acusó de ser agente de la CIA o sospechoso de agente de fuerzas internacionales oscuras como en este país, pero nadie me mandó a meterme en estas cosas así que punto, me las aguanto y asumo mis responsabilidades.

Dentro de cincuenta o cien años cuando los historiadores o estudiosos sociales se pregunten qué es América Latina, tendrán que volver cincuenta o cien años en la historia de este continente o del mundo y evaluar que aquí cambiaron muchas cosas, en algunos casos demasiado, para que Estados Unidos esté tan preocupado por esos cambios y que se haya conformado luego de cincuenta años de la Revolución Cubana y de la formación de figuras y líderes importantes, sobre todo el connotado Fidel que es una figura transhistórica, una nueva figura de la izquierda.

¿Hace cuánto no se conformaba una figura de izquierda que reivindicara en su medida y con las limitaciones de su caso, a la izquierda, el socialismo, el antiimperialismo, la rebeldía y todo lo asociado a eso? Hace cincuenta años, ¿y saben cuántas corrientes revolucionarias, cuántos actos revolucionarios y cambios hubo en este último medio siglo hasta que surgiera ese caballero y el proceso Bolivariano más el Ecuatoriano más el Boliviano?

Basta recordar la maravillosa revolución Sandinista, que demolió una dictadura de medio siglo, si no reconocemos eso, si no tiene valor, estamos locos. Pero allí no brotó un personaje del estilo de Chávez, que no hizo una cosa a la escala de los Sandinistas, paradojas de la historia, a veces resulta y a veces no resulta en el personaje elegido por la historia, para que represente ese corto trozo del proceso de transformación o de radicalización que Venezuela comienza, como bien recordaba Almeyra, en 1989 con el Caracazo y tiene un punto álgido, extraño en el golpe de Estado con expresión y proyección popular en 1992, luego se asume como institución gubernamental y se desata la contrarrevolución y su derrota en 2002. Un proceso maravilloso, versátil, múltiple, dinámico como tantos en la historia pasada, pero original como pocos en lo que aportó para la historia presente.

Por ejemplo, pocos saben que en Venezuela, o se sabe pero no se ha sistematizado lo suficiente, el diario más leído del país no es ni de la derecha comercial o burguesa, ni del gobierno, es un diario electrónico que tiene la extrañísima formulación y récord periodístico de ser el más leído del país. Es chavista y a la vez crítico del chavismo, o sea, es profundamente democrático. Se llama Aporrea.org y no hubo, salvo «L´Ordine Nuovo» para su momento en las tomas de Turín y algún que otro caso en la historia, los bolcheviques pero cuando ya habían tomado el poder, quizás algún caso anterior, no son muchos los casos que puedan mostrar un fenómeno de ésos. Ese solo hecho, sin tomar el fenómeno de las Comunas o Consejos vecinales que ya en Chile y en otros lugares como en Bolivia se produjeron, con menor fortuna en su expansión y desarrollo que en Venezuela.

Un fenómeno como Aporrea, no es un fenómeno periodístico, no tiene explicación sin la profundidad de la transformación social, política y cultural que se vivió en el país a partir de 1989/92, sin grandes cortes tectónicos, sobre todo la derrota física de un golpe de Estado, no se produce ese fenómeno de 530 medios comunitarios y un diario electrónico que es el más leído del país. La derecha tiene que reconocerlo, tiene que citarlo como un medio tradicional y ubicar las fuentes porque a veces Aporrea da primicias que la prensa del gobierno o de la derecha no puede dar por tener raíces sociales, eso no es fácil de conseguir y es parte de una transformación histórica.

El comandante Chávez es lo mismo en otro terreno, en la corporización individual de un profundo proceso que se ha ido quedando en el camino y con esto voy cerrando, porque la Revolución Bolivariana ha entrado en la fase de mayor peligro en sus quince años. Siempre estuvo en peligro, porque no hay proceso de rebeldía antiimperialista o pro socialista, según el caso, que no esté en peligro, porque sino ni el imperialismo sería malo ni el contexto mundial estaría en contra, así que es natural, esa no es la noticia, que está en peligro permanente.

Pero no todos los peligros son iguales y lo que estamos presenciando en este momento es una nueva fase de definiciones, cuyos tiempos los marcará la relación de fuerzas, las clases, la presión imperialista, la reacción dentro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, y lo que ocurra o deje de ocurrir en el contexto institucional latinoamericano, esa fase que se ha abierto en Venezuela no puede durar mucho y ahí está el problema. Quienes crean, dentro del gobierno o fuera, propagandistas amigos del proceso Bolivariano en Argentina y en muchos lugares del mundo, que hay suficiente resto para soportar y sobrellevarlo, están apostando a una ilusión que no tiene cierre asegurado. Y los que, por el contrario, crean que eso está derrotado inexorablemente porque lo dirigió un nacionalista burgués y es un proceso que se negociará porque tiene boliburgueses adentro y está lleno de perversiones, como buena parte de la izquierda cree y algunos en América Latina por la misma lógica, también están equivocados. No hay manera, porque la historia es abierta y no está predestinada, sino sería muy sencillo, no hagamos revoluciones, no hagamos ese gigantesco esfuerzo humano, esperemos a que ocurran y el final estará cantado, para bien o para mal y si es malo nos escondemos y huimos y si es bueno nos quedamos y disfrutamos.

Es la historia simple de la telenovela en la política. Eso no existe y en Venezuela hubo una derrota del Chavismo en el 2002 y por 47 horas fue desalojado el poder Chavista en ese país y en 47 horas un fenómeno absolutamente inesperado para uno y otro bando demolió al gobierno endeble que antes había demolido al Chavismo, y eso no estaba previsto en ningún manual ni en ningún calendario.

En este momento la aventura o la rebelión de derecha, combinación de palabras un poco antiestética porque la rebelión la asociamos siempre a la rebeldía anti opresora, me refiero a la rebelión de derecha que ha generado Leopoldo López, que falló porque sus intelectuales orientadores, algunos conversos del marxismo pasados a la derecha y otros como Ramón Piñango desde la academia neoliberal instalada en Venezuela hace 35 años con una gran relación directa con el Departamento de Estado y una poderosa inteligencia para analizar los procesos desde su lado, dicen que le dijeron a Capriles, el 10 de febrero, dos días antes de la rebelión, que no acompañe al «loco» Leopoldo porque iba a fracasar, porque no estaban evaluando las condiciones para hacer esta asonada, la fuerza de resistencia del Chavismo. Que no salió toda, que no salió de la manera que lo hizo en el 2002, porque ellos tampoco salieron como lo hicieron entonces.

La aventura de Leopoldo no fue acompañada por la burguesía en su conjunto por las razones que decían Almeyra y Calello, porque no hay manera de que ellos puedan motivar a masas de derecha si las tienen aterrorizadas quemando tres ciudades y no hay manera de que la burguesía, dueña de una parte del poder económico privado pueda ser llevada a la calle como en el año 2002, a través de sus organizaciones, si están ganando plata como nunca a través del negocio del dólar, la importación, la especulación y todo lo que se va para Colombia como migración ilegal de productos. Se calculan 140.000 toneladas migradas en los últimos 7 meses a Colombia.

¿Por qué voy a hacer una contrarrevolución? Después de que gane la plata me meteré en una contrarrevolución. ¡Son malos, no estúpidos! Entonces, el problema a resolver, por eso yo valoro tanto las advertencias de Napurí, sobre su experiencia y sistematización intelectual después de décadas de lucha, los cuestionamientos y el uso de la duda que hizo Almeyra, que agarra filones delicadísimos de la estructura social y de la política que si no las tenemos en cuenta seremos asaltados por ellas, porque se sabe desde hace algunas décadas en que alguno lo dijo de otra manera: «el que le huye a la dialéctica, la dialéctica lo termina agarrando por el cuello». Como los planteamientos conceptuales que hace desde otro ángulo Hugo Calello, porque los tres permiten dudar y el que no duda está derrotado, así gane cualquier cosa que gane, poder, un premio, si no duda está derrotado, especialmente en una actividad tan compleja como la política aplicada a la vida social. Si no dudas estás muerto, en la ciencia como en el arte, ese es el punto dilemático en el que está el proceso bolivariano.

En las próximas semanas, como se ha manifestado el 12, el 4 y el 6 y después del 12 hasta el 19 y luego en forma molecular pero insistente, sin parar, es una derecha que milita todos los días, en las próximas semanas y meses van a haber en el escenario venezolano cosas peores que las que estamos viendo ahora, y es lo que nos obliga a reflexionar cómo hacer, para sin dejar de dudar, cuestionar y criticar lo que tiene que ser cuestionado y criticado, buscar los canales que nos permitan juntar todo lo que sea posible para que ese proceso, y aquí no importa un carajo si yo nací en ese país o si me parieron en una playa del Caribe, lo que importa es un proceso que como bien dijeron los tres, si se cae, es derrotado o retrocede sobre sus propios pasos y se gangrena, no es Venezuela la que va a caer, son Bolivia, Ecuador, Cuba se hundirá en el Caribe y luego los efectos serán también depredadores sobre Argentina, estando muy lejos del proyecto Bolivariano y la propia Brasil que se cree inmune a todo peligro humano, político y social.

Ese detalle es el que está en marcha en este momento, ellos han decidido desmadrar la gobernabilidad en Venezuela aplicando recursos de guerra de baja intensidad, recursos de guerra civil. Cuando un grupo de 14 estudiantes agarra un guardia nacional armado, lo desarman y lo liquidan en el acto, estamos en presencia de otra cosa, es el signo de otra cosa. Y Venezuela que no tuvo como otros países del Río de la Plata o de América del Sur tradición de corrientes fascistas, le ha brotado una, podemos llamarla pinochetista y da lo mismo, le ha brotado al gran capital norteamericano y venezolano una vanguardia muy dura, de acción directa, y como no hay acción directa sin intervención e ideología de grupos, detrás de esa acción directa, de esa vanguardia que son más o menos entre 2000 y 3000 personas, jóvenes que por quince años de gobierno chavista fueron amamantados con mamaderas de odio, solo abrevaron odio a todo lo que signifique chavismo, Cuba, Barrio Adentro, rojo o rojo rojito o cualquier asunto relacionado con esos sustantivos o adjetivos.

Es un problema grave porque son muchos y están recomponiéndose, pero es más grave aún porque ha surgido una vanguardia de corte fascista y eso le da un cambio cualitativo a todo. Como dijo un cuadro revolucionario argentino en la década del 70: «Al fascismo no se le discute, se le combate». No puedes discutir con un fascista, no lo puedes invitar a una mesa de paz. Luego, es contradictoria como mínimo, la política de nuestro gobierno de convocar a una conferencia de paz a los que define como fascistas, si son fascistas, y en eso es muy bueno lo que dijo Almeyra, todos no pueden ser fascistas, no pueden haber cuatro millones de fascistas en Venezuela que es el 36% duro de su votación, porque si es así nos jodimos.

Hay grupos, hay corrientes, hay 40.000 estudiantes de universidades privadas llenos de dos cosas: odio y Miami en sus cabezas. ¿De ahí qué puede surgir? Un grupo o corriente de esas características que quemaron el país en los últimos 14 días. La revolución Bolivariana se salvará dependiendo de lo que haga, no haga o haga bien el gobierno Bolivariano, pero en relación con lo que haga o deje de hacer el gobierno de Estados Unidos. Porque ahora ya se develó la información de que solo un sector del Departamento de Estado apoyó la asonada de Leopoldo, no todo está de acuerdo, por eso surge Piñango que advierte sobre el peligro de quedar otra vez como en 2002 derrotados por diez años más.

Entonces, ahora no depende ya solo o sobre todo de lo que haga la derecha porque la acumulación de fuerzas del chavismo relatada en buena medida por Hugo Calello, esas moléculas de poder acumulado son suficientes, han demostrado ya en quince años que son suficientemente poderosas para detener una asonada de este tipo que es menor que la del 2002, porque no hay corporación militar incluida en esta rebelión, entonces ellos tiene un problema, pero el gobierno Bolivariano tiene otro. Siendo correcta la política de paz no se puede formular de esa manera porque desmoraliza a la tropa chavista y envalentona a la tropa antichavista porque afloja por un lado lo que debería endurecer.

Finalizo con esto. Hoy me manda una carta por correo electrónico un dirigente obrero venezolano que fue sindicalista durante 20 años, que ya no lo es, pero sigue siendo dirigente en la base, lo llamamos «Pelo» porque es flaquito como un pelo, lo sacamos de una fábrica miserable, estaba desnutrido y era analfabeto. Lo alfabetizamos, lo nutrimos, se convirtió en dirigente sindical y engordó cinco kilos. Hoy Pelo me manda una carta desesperado, es una de esas expresiones o signos que han aparecido durante estos últimos días del peligro que nos amenaza, inadvertido o incomprendido salvo en la formalidad o en la superficie por la columna central del gobierno, pero es clave lo que dice Pelo. En las paredes de Valencia, que es una ciudad industrial vieja donde hay mucha cultura goda, mucha derecha tradicional, una ciudad muy grande donde mataron al guardia nacional hace 5 días, escribieron esta consigna en muchos lugares: «La lucha en la calle, la paz en los cementerios. Voluntad popular». El que no entienda que eso es exactamente lo mismo que «Yakarta viene» de 1972 en Chile y que «Corpus Christi» en 1955 acá y todos los alertas que siempre hubo en los procesos de preparación de una contrarrevolución o un desmantelamiento, ya fracasó antes de terminar el capítulo.

Esa es la duda que tenemos obligación de hacernos, de elevarla en forma política, periodística y de organización para saber que si el gobierno no comprende ese fenómeno que tiene en las narices, o lo comprende a medias, facilitará dialécticamente la fuerza del enemigo porque esas consignas hoy son aisladas, mañana serán miles en la calle apoyados por centenares de miles de mirones desde la televisión, allí nace el peligro y terminará un gobierno. Y esperamos que no suceda porque militamos contra eso.

 

MH: Nos quedan alrededor de 20 minutos para realizar alguna pregunta o intervención del público, o si alguno de los que me acompañan en la mesa desea hacer alguna aclaración o plantear algo en relación a lo que se ha dicho.

 

P1: Quedó un tema que para mí es importante y creo que Almeyra lo planteó. Más allá de las lecciones del proceso y de todas las dudas sobre el Chavismo, ¿qué es el poder popular? Porque para mí dentro de un proceso revolucionario la clase trabajadora es la que tiene la hegemonía y en Venezuela, por lo que yo conozco, no hay una clase trabajadora que tenga una fuerza sindical para poder disputar con los patrones. ¿Entonces a qué nos referimos con poder popular?

 

Ricardo Napurí (RN): Las Misiones, las Comunas, los intentos de organización barrial por diversos motivos, los grupos de autodefensa, los grupos que están surgiendo en algunos barrios y colonias, todas las expresiones de auto organización, que son gérmenes. También hay fábricas ocupadas, pero que son esto mismo, gérmenes de autoorganización, incluso de autogestión.

 

MH: ¿Querías agregar algo Hugo?

 

HC: Sí, sobre la idea de poder popular, que es todo intento de poder orgánico que intenta confrontarse, tanto en la lucha en la calle como en la lucha política global con la derecha. Quería hacer una aclaración de la cuestión militar. Cuando nos reunimos con el tándem rectoral de la Universidad de las Fuerzas Armadas, en octubre, dos vice decanos, que por un lado fueron los que comprendieron con más claridad el objetivo del Proyecto Libertador, por otro lado, me explicaron cómo están operando las Universidades militares en Venezuela. Están formando tres tipos de graduados: el graduado civil, de las carreras habituales con obviamente una instrucción militar básica, el segundo es el militar profesional que se forma a nivel universitario para tener función de altos mandos, es decir, oficial de mandos y tercero hay un híbrido que es el miliciano, un graduado que tiene formación militar profesional y formación de lo que ellos llaman integración latinoamericana en pensamiento crítico, con una visión política de la defensa de la sociedad y de la guerra contra el imperialismo.

Yo creo que esto es muy importante, porque es la Universidad más grande de Venezuela, tiene 80 sedes en todo el país y en este momento tiene 300.000 estudiantes. Quería decir esto como dato importante sobre el tema de los militares venezolanos, que es complejo, estoy hablando de la Universidad de las Fuerzas Armadas.

 

P2: Quería agregar que la idea de la formación en defensa integral, o sea una ampliación del concepto de defensa que normalmente está limitado a la defensa militar combatiente en las fronteras, es una concepción que incluye la seguridad urbana, el cumplimiento de las reglas mínimas de cotidianeidad, de vecindad, etc. El miliciano no es combatiente, no es militar de profesión.

 

HC: Pero puede ser combatiente.

 

RN: Yo quiero agregar algo que representa un peligro latente. Venezuela es un país petrolero con enormes reservas y que abastece a Estados Unidos, pero en dos o tres años, Estados Unidos con elfracking podría alcanzar la autonomía, el autoabastecimiento petrolero y prescindir de Venezuela y de los países del Medio Oriente. Por otra parte la situación internacional, las provocaciones que están haciendo en Ucrania, por ejemplo, han llevado a una nueva caída en la crisis de Europa en particular, y eso podría llevar en no demasiado tiempo a una caída de los precios del gas y del petróleo, sobre los cuales en Venezuela como país rentista pasa todo, el presupuesto, las ayudas populares, las importaciones, etc. Quiere decir que la política extractivista es insostenible, sea en el caso de Venezuela, sea en el caso de Argentina con los granos y la soja. Es necesario que la renta petrolera que es real y muy importante, sea aplicada a un desarrollo humano en primer lugar y en segundo lugar a un proceso de industrialización real productiva de Venezuela para no depender de la venta de petróleo, que de repente nadie se lo va a comprar, por lo menos al precio actual, arriba de U$S 100 el barril y de las importaciones, porque también se las pueden cerrar. Ahora Brasil va a dar un apoyo importante en alimentos para el gobierno de Maduro, aunque no creo que pueda estar alimentando a Venezuela, además la generosidad de Brasil es muy «peluda».

 

P3: Quería decir dos cosas, primero que soy venezolano y quería hablar de la Universidad, yo soy egresado de la UNEFA, estudié cuando era un instituto privado universitario que en el año 2004 pasó a ser público, es una de las grandes garantías que tiene el proceso revolucionario que ha convertido algunas Universidades que antes eran privadas en públicas, defendiendo el derecho a la educación. Eso es un avance de la revolución bolivariana que muy poco se ha tocado. La mayoría de los que se reciben en esa Universidad son ingenieros, esa es otra cosa importante, porque quiere decir que tienen la capacidad técnica para resolver los problemas que puedan ocurrir en una empresa.

Sabemos que uno de los problemas que tenemos es el abastecimiento y se debe a que la industria venezolana no ha podido resolver los problemas que tiene internamente, tanto con el dólar como sus niveles en materia prima, pero sí tenemos la capacidad a nivel técnico, porque de estos chicos que son aproximadamente 300.000 que están estudiando, un 20% están capacitados para la labor técnica, esto quiere decir que ese problema lo podemos resolver. Posiblemente podamos garantizar la resolución de una de las grandes falencias que tiene el Estado venezolano, que es el autoabastecimiento, en conocimiento lo podemos hacer pero faltaría la garantía de que eso pueda funcionar, porque sin infraestructura es imposible.

Por otro lado, yo sí voy a ser defensor de la Revolución Bolivariana, porque una de las grandes cosas que hemos tenido los jóvenes que hemos escuchado a Chávez, es que nos ha permitido participar en política, y eso es también algo importante porque además de ser ingeniero nos dio la capacidad de disentir en cualquier discusión, y eso es un avance mayor, porque podemos resolver problemas técnicos pero también discutir filosóficamente lo que estamos haciendo, o sea que podemos resolver problemas diferentes, los técnicos y los de la sociedad, por eso yo digo que podemos ser defensores de la revolución y probablemente tengamos la posibilidad de resolver este problema que tenemos ahora, porque esto ya ha ocurrido en varios momentos, por eso gracias a que los puedo escuchar, podemos saber qué ha ocurrido y cuales han sido las capitulaciones que han sucedido y nosotros no vamos a capitular, Venezuela no va a capitular.

Se los puedo decir porque justamente yo debería haberme ido en enero para Venezuela porque ya cumplí mi estadía aquí y un amigo me dijo: «no, quédate, porque nosotros aquí estamos haciendo patria, y cuando termines de hacer tu tesis te regresas». Así que venezolanos dispuestos a la lucha están allá, lo único que nos falta es orientación política, por eso estamos atentos a escuchar todo lo que ustedes necesiten decirnos.

 

P4: Quería preguntar, hace aproximadamente unos seis años atrás, Chávez había lanzado un plan de industrialización del país, justamente a partir de la conciencia de salir de la dependencia exclusiva de la renta petrolera en Venezuela, había lanzado un plan de fábricas socialistas. Quería saber si tienen idea qué avances ha tenido ese proyecto.

 

MG: No hay mucha información estadística porque en Venezuela es una maldición, la burguesía toda la vida estuvo peleada con la estadística y el Chavismo no lo ha podido resolver, salvo para algunos sectores militares que son más serios y más sistemáticos que los civiles. Se crearon 240 fábricas entre el 2007 y 2012, se crearon y se importaron de 7 países del mundo, la que más exportó fábricas cero kilómetro fue Irán, pero los iraníes son muy vivos, mandaban las fábricas con códigos alterados y una pieza no encajaba con la otra, como los europeos y algunos argentinos también. De las 10.000 vaquillonas que mandaron, se murieron 2.000 porque se les olvidó que el pasto del Caribe no lo comen las vacas de la pampa.

Es una cosa elemental, pero más grave que eso, un industrial de Santa Fe que fabrica maravillosos aparatos de oncología infantil impactó en Chávez que se enamoraba de todo lo que fuera aplicable al desarrollo social, y ordenó comprarle todo, y el hombre hizo el negocio del año, pero resulta que la norma no es compatible con la venezolana y empezaron a explotar los aparatos. Ese es un vivo estúpido, porque pudo haber hecho un negocio por veinte años y lo hizo una sola vez y se ganó una demanda de U$S 300.000 por daños y perjuicios.

Esa es apenas una parte de las razones, porque 240 fábricas nuevas no pueden modificar la estructura del PBI, primero porque no son suficientes, segundo no hubo una planificación, a pesar de que el comandante Chávez en el programa que era el Primer Plan de la Nación, exigió que se modificaran los segmentos, sectores, paquetes tecnológicos, etc. Algunos lo asesoraron para saber cómo tenía que ser, pero cuando lo aplicaron a las fábricas el que hacía el negocio con los países corrompía y traía paquetes, maquinarias, fábricas no revisadas y terminaban en containers.

De las iraníes 23 de las 70 no se pudieron armar, están allá en el oriente del país. Locuras de vivos que están metidos en el proceso y que a veces se estructuran en el poder, y esa es la segunda razón, en Venezuela como en todo el siglo XX, el fenómeno de la burocracia surgió o se desarrolló y secuestró el poder, y burocracia no es solo un fenómeno administrativo del aparato de Estado, sino una expresión adelantada [… ]

 

HC: [..]se da cuenta de que toda esa izquierda que se formó era abstracta o etérea, a pesar de que tenían buenas intenciones. En Venezuela, siendo la UCV la universidad pública, entraba un 5 o 6% de postulantes, nada más, el resto se quedaba afuera, porque había examen de ingreso, etc. Es decir, las universidades públicas que hoy realmente resisten al chavismo, algunas tienen una militancia dura en ese fascismo duro, otras tienen una militancia que yo llamaría blanda, antichavista, pero como conglomerado se oponen al gobierno, como son estudiantes de clase alta fundamentalmente, esto es muy importante marcarlo, o de clase acomodada, responden a su condición de clase. Por eso yo hablo de lucha de clases.

El gobierno creó universidades en base al modelo cubano que formaron aldeas universitarias, las dos más importantes son la Universidad Bolivariana y la UNEFA que tienen múltiples sedes en distintas regiones venezolanas. En esas universidades hay ingreso irrestricto, puede ingresar cualquiera. Ahí se está gestando el nuevo estudiantado. En la UNEFA solamente hay 300.000, imagínense que si esa gente sale a la calle las cosas cambian cualitativamente. Por eso digo que es un proceso a largo plazo, porque se están formando estudiantes con conciencia revolucionaria al menos en lo que es la defensa de la revolución bolivariana, ese es el panorama universitario, de hecho lo que ellos llaman «Universitarios» son, además de la UCV, las universidades privadas de clase alta venezolana que evidentemente están políticamente implicadas desde hace ya bastante tiempo por el Departamento de Estado norteamericano, con vanguardias agresivas y violentas, entrenadas, inclusive Leopoldo López es un tipo formado en una universidad que depende de la CIA de Estados Unidos, con personajes formados para este tipo de violencia política que evidentemente, como decía Modesto, es una ofensiva que se va repetir constantemente.

 

MH: Como en la radio, dos minutos y termina el programa

 

RN: Yo intenté decirles con los ejemplos que hay una memoria colectiva en América Latina, que lo peor que nos puede ocurrir es que pensemos que el problema es sólo de Venezuela o de Argentina o de Bolivia, no, es el problema común de todos los países de Latinoamérica. Es decir, si los de abajo van a tener una expresión propia o no, si tienen las posibilidades algún día de cambiar este mundo podrido por otro que no sabemos cómo es, le llamamos socialismo, pero puede ser otra cosa.

Quiero decirles algunas cosas que tienen que meterse en la cabeza, todos estos movimientos tratan de reformar al capitalismo, se le dice «humanizado», «desarrollista», es decir, que el capitalismo puede ser diferente a esta basura que hoy es la barbarie capitalista, y eso no es posible por los ejemplos que hemos dado. Los que fracasan son aquéllos que tienen la dirección de la sociedad actual, pero los que no fracasan y combaten siempre y son derrotados porque los otros los llevan por ese camino, son los de abajo. Los de abajo luchan, yo no voy a decir en qué terrenos, pero por lo que han señalado acá es en todos lados. Perú se llenó de asambleas populares antes que en cualquier lado, en Ecuador y en Colombia lo mismo, no es que surgieron recién ahora. Los organismos de doble poder han existido siempre. Los de abajo tratan de construir su propio mundo a través de sus resistencias y combates, el problema es ¿nosotros con quién estamos?

Es una barbaridad, por ejemplo, que el proceso revolucionario se ilusione con elecciones, ¿acaso la Chamorro no le ganó a Ortega en Nicaragua? ¿Acaso el chavismo no puede perder las elecciones cualquier día? ¿Todo los que se construyó, lo que decimos, se va a resolver a través de la mafia que sirve al liberalismo? Por eso el Estado tiene que ser cambiado, si no se cambian las instituciones eso se vuelve en contra incluso de todos aquéllos que quieren reformar, entonces los peligros que existen son esos. Mi advertencia a través de los ejemplos, que son muchos más, pero hablé desde mi propia experiencia, es que hay muchas cosas que aprender de la realidad de los países latinoamericanos que han combatido anteriormente y de lo que va a enseñar el proceso de Venezuela.

¿Cómo vamos a querer que eso caiga? Estamos para comprender cuál es la salida, y no basta citar los problemas que existen, hay que intentar ver cómo se puede resistir al imperialismo con una política ofensiva, cómo se puede hacer en Venezuela, porque Venezuela no tiene aliados francos. Brasil hizo todo lo posible para que Chávez no avanzara en sus objetivos, porque ellos tienen su propio proyecto, porque el PT se puso al servicio de la burguesía nacional. Acá toda la vida se pasaron diciendo que lo contenían a Chávez. No tiene aliados revolucionarios, los únicos aliados son los de abajo, son los que se pueden organizar, los que comprenden y piensan, los que al comprender están dispuestos a mover molecularmente todo lo posible porque es cierto, América Latina jugó su destino en varias situaciones, primero Cuba, luego lo juega a través de Venezuela, ellos dicen que quieren recolonizar América Latina y es cierto. Si se mete la derecha se mete el imperialismo norteamericano, ya tienen el Pacífico, tienen sus aliados burgueses y patronales y a los políticos que no son capaces de dar saltos cualitativos en el sentido de convertir en hechos revolucionarios lo que predican.

Ese es el sentido de mi mensaje, a partir de mi experiencia, me duele, yo sufriría eternamente si Venezuela cayera, pero no solamente por Venezuela, sino porque va a caer América Latina, métanselo en la cabeza. De tal manera que la primera instancia acá es comprender nuestra propia realidad, ejemplos múltiples y totales hay en América Latina y a partir de eso tenemos que hacer de propagandistas a activistas sociales. Lo de Venezuela tiene que servir para que nos pongamos en movimiento para decir que no podemos ser colonizados, y que para eso tenemos que combatir, combatir a partir de comprender las ideas que motorizan y si nosotros formamos legiones y ejércitos de gente que comprendan la situación, mucho más fácil va a ser ayudar a los de abajo que luchan semiconscientemente para producir resistencias activas y después veremos qué da el proceso, porque el proceso no espera ni perdona, no nos va a perdonar si nosotros dejamos caer cada proceso, como el de Venezuela, contemplativamente, no, hay que impedir que caigan para que nosotros podamos tener algún tipo de alternativa, ya que como dicen los compañeros, el capitalismo es la barbarie, y si es bárbaro tenemos que luchar contra él, todo lo demás hay que descubrirlo a través de la acción instantánea y consciente de las masas, después ya veremos qué sale, dejemos que la lucha de clases nos dé la posibilidad de conseguir elementos conscientes al andar, sepamos que estamos en una etapa que no es la anterior donde creíamos que era fácil la llegada de un mundo mejor, ahora tenemos que construir la posibilidad de una alternativa al sistema capitalista desde el vamos, a partir de la realidad concreta.

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