Nací en 1968. Entonces España estaba gobernada por una dictadura enfermiza y obsesiva. En octubre del año anterior habían asesinado al Che en Bolivia, pero esas eran historias que aquí no se contaban, como mucho se susurraban en muy pocos entornos. Llegó mi adolescencia con los primeros aires de una democracia aún maniatada y apareció […]
Nací en 1968. Entonces España estaba gobernada por una dictadura enfermiza y obsesiva. En octubre del año anterior habían asesinado al Che en Bolivia, pero esas eran historias que aquí no se contaban, como mucho se susurraban en muy pocos entornos. Llegó mi adolescencia con los primeros aires de una democracia aún maniatada y apareció ante mis ojos el mito del Che Guevara al que me fui acercando a través de varias lecturas. Ahora Benicio del Toro, moldeado por al visión de Steven Soderbergh, lo retrata a la perfección, sin dejarse un ápice de humanidad. A mí me sirve para comparar y profundizar más en su pensamiento, pero para las nuevas generaciones es un acercamiento impagable por el esfuerzo que les ahorra. Éste es el Che mirando de frente como lo hizo siempre, contando su historia.
«Che Guerrilla» es una película milimetrada, en el sentido de que nada en ella se ha consentido al puro azar. Al contrario, todo en ella funciona con el objetivo principal de que el espectador presienta con cada escena filmada que se va acercando al Che hasta llegar a tocarle. Conseguir que le roan a uno por dentro las mismas dudas que el héroe tuvo es sin duda el mayor acierto del director.
De ritmo pausado y constante, nos va abriendo quirúrgicamente a las sensaciones que experimenta el Che. Unas veces nos muestra su soledad, otras la angustia e impotencia con su asma, pero siempre cada una de las preguntas que se va haciendo ante la incomprensión y la desesperanza que le producen la circunstancia boliviana. Filmado con sencillez extrema y a través de la expresiva mirada de Benicio del Toro surge entonces el cansancio, la fatiga, la imposibilidad de avanzar que le arrinconan en un callejón sin salida. La película va más allá del icono, pues son las personas humanas, de carne y hueso, las que sienten y hablan.
Sin embargo, puede resultar en algunos momentos un tanto ecléctica, por lo que es aconsejable conocer «el diario del Che en Bolivia» lo que sin duda facilitará el seguir tanto a los personajes como las situaciones y profundizar en algún que otro transfondo ligeramente tratado. Con este conocimiento
Excelente el elenco y excepcional Benicio del que me resulta difícil explicar su interpretación, pues se ha mimetizado tan profundamente con el personaje que se me hace imposible separarlos. Además de él, el filme se encuentra repleto de grandes actores interpretando personajes que van desfilando por la pantalla en cortos papeles. Lo que nos permite un juego paralelo, el de poder identificarles camuflados entres barbas, suciedad o sombreros. Muchos son españoles, otros tantos latinoamericanos, alguno estadounidense y hasta los hay canadienses. El abundante número de figuras secundarias hacen difícil seguirles a todos a lo largo de la historia en la de que van siendo diezmados por la acción de la película.
Otra curiosidad es que el filme se rodó en España, en tierras de Castilla-La Mancha, Andalucía y Madrid, así como en Puerto Rico y México.
Tras «Che El Argentino» y «Che Guerrilla» el director ha sabido plasmar de una forma sencilla una semblanza verídica del Che, lo que permite de una manera natural, instructiva y cómoda acercarse a tan mítica persona. Motivo por el que se echa en falta la parte intermedia, donde se cuenten sus experiencias en el Congo. Soderbergh ha dicho que está abierto a realizarla, pero solamente si «Che Guerrilla» recauda 100 millones de dólares.
Entre los supervivientes de Bolivia están los cubanos Pombo y Urbano, a los que tuve el gusto de conocer y escuchar embelesado en Cuba a principios de enero de 2009 en una charla organizada por personas de CC.OO. de Asturias. Pombo, con alguna ayuda de Urbano, nos contó de viva voz sus experiencias al lado del Che de una manera entrañable, salpicándolas de anécdotas, con una cercanía impensable en esas personas a las que la Historia les ha reservado su pequeño lugar. Resulta agradable verles ahora en la pantalla interpretados por actores.
Nota a modo de acertijo: Para aquellos que ya vieron la película o van a ir a verla y para seguir con el juego de los secundarios, propongo tres preguntas: ¿tiene frase Raúl Arévalo? ¿Qué papel interpreta el protagonista de C.R.A.Z.Y.? ¿Es uno de los guerrilleros el actor cubano que representó en España una obra de teatro con Lolita?