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Cinismo, nihilismo y ética

Fuentes: Rebelión

Actualmente hay muchos que dicen que el cinismo [1] y el nihilismo [2] (se observa que a estas corrientes filosóficas se les da una intención no acorde con sus ideas) están tan difundidos entre la población, que es una actitud normalizada el egoísmo y la comodidad del «no se puede hacer nada», actitud que no […]

Actualmente hay muchos que dicen que el cinismo [1] y el nihilismo [2] (se observa que a estas corrientes filosóficas se les da una intención no acorde con sus ideas) están tan difundidos entre la población, que es una actitud normalizada el egoísmo y la comodidad del «no se puede hacer nada», actitud que no solo no escandaliza, sino que resulta esperable y valorada como inteligente.

Decir que la estructura del sistema de producción capitalista no puede ser nunca nihilista porque la amoralidad impera en cada uno de sus actos, y unir cinismo y modo de producción o condiciones del mismo nos lleva a la misma conclusión. Otra cosa es reconocer una situación social en la que la ideología única esta no solo difundida entre la población, sino integrada en la misma, configurando no un mundo sin ética [3], sino un mundo con una ética que no gusta a algunos.

Por tanto, seguir dando vueltas a temas como ideologías (cada clase social con la suya, supuestamente) y alienación, hace girar en el mismo circulo, cuando deberíamos estar hablando de antropología, de una ciencia mucho más amplia que la restringida economía que, aun utilizando algo la sociología, determina rígidamente el hecho humano. Esta determinación no permite explicar por que la ideología de una clase minoritaria es asumida por toda la población, ni por que la alienación se transforma en alineación.

Reconociendo que los actos de los que detentan poder no son neutros, cabe preguntarse el por qué de la oposición entre ética y política, dado que lo bueno y lo malo lo son con respecto a un código de normas generalmente aceptadas y que el desarrollo social/político (práctica) no es posible sin una interiorización individual (teoría).

La ética universalista y naturalista defendida por demócratas y liberales, propicia y disculpa los actos rechazables y reconocidos como malos por la generalidad, escudándose en el carácter miserable de la naturaleza humana aduciendo de que los humanos detentan el privilegio de tener ¿genética y predeterminada? la dualidad de la pugna entre visceralidad y razón, lo insociable egoísta y lo sociable, así como que lo que aúna y enfrenta a los humanos es el interés, entendido este como expresión del egoísmo común e intrínseco a todos. Este tipo de ética solo trata de la huida de la responsabilidad que todo individuo tiene por sus actos.

Esta defensa de lo que es, no es neutra, es una defensa de lo establecido, en la que sus defensores cuestionan e invalidan la mirada sobre su modelo y sobre su ética, esa mirada efectuada desde la filosofía y ciencias políticas, desde otra ética, porque dicen, esta impone en su discurso la primacía de cómo debería vivir el sujeto y qué tipo de gobierno debería tener, por lo que no es realista. Lo cierto es que da miedo porque es una mirada contraria a la imposición de una realidad que no es aceptada, una mirada que se aparta de la legitimación del poder y el egoísmo acumulador, resaltando para ello la importancia de la mirada antropológica para el estudio del poder, pero también del individuo.

Entramos, por tanto, en el mundo de la dialéctica individuo/sujeto, en el de los desarrollos de las relaciones entre individuo y sociedad, en el que hay que entender que el poder y la dominación, pero también la sumisión, se ejerce desde una normalidad que es dada por la interiorización de la ética de la tribu [4], como sujeto, como parte integrante de una sociedad dada dentro de un sistema dado, y se teoriza/interioriza como individuo que no puede dejar de ser responsable de sus actos, individuo que no puede escapar a dicho responsabilidad escudándose en las relaciones o circunstancia que le rodean.

Tribu es identidad, identificación de componente ideológico/social, visible de forma innegable cuando los nacionalismo chocan (siempre el Otro es el mal), incrementándose dicha visibilidad de la unidad y la conciencia común (no de clase) de pertenencia subjetiva y objetiva a la tribu [5]. Este incremento en la identificación tribal no solo es cuantitativo (visibilidad), sino cualitativo (identidad).

Esta identificación antropológica con lo establecido no es estática, sino que se ve fortalecida continuamente por la creación de opinión, integrando en la ética tribal los intereses del momento (vivimos por encima de nuestras posibilidades, Venezuela es un peligro para la democracia, votar fuera de lo serio, PPSOE, crea inseguridad, no podemos subsistir sin el mercado, etc.), mintiendo descaradamente a fin de justificar y legitimar acciones como el robo de lo público y la corrupción campante cometidos por los poderosos, pero también la multitud de crímenes de estado y la criminalización de movimientos sociales y otros gobiernos que se aparten de sus intereses.

Ética de la tribu que normaliza el que las elites y el empresariado, incluido el Estado, parasite a la población y que medren chupando todo lo que pueden, incumpliendo las normas y leyes que ellos mismos impusieron. Otra cosa es que el parasitado, que ya tiene interiorizada dicha ética, envidie y desee parasitar y tener poder a su vez, pero guste o no, la realidad es esta.

Hablando de poder, se decía ingenuamente hace unos años que, la contestación y la solución al problema del poder radicaba en la toma del mismo (poder político), y que la toma del mismo, aun con todas las dificultades, sacrificios y dolor que conlleva tal acción, bastaba para cambiarlo todo; los hechos históricos demostraron que se pudo tomar el poder político, también el económico fue centralizado, e incluso de la cultura, pero la ética ya existente permaneció, antes, durante y después, con lo que las revoluciones básicamente servían para cambiar El Poder antiguo, por El Poder nuevo, ya que la ética de la tribu permaneció intocada.

La libertad no es factible liberando, hace falta entender que la domesticación, la sumisión y la gobernación de la población se consigue por procesos de abstracción (sería muy difícil mantener a largo plazo un sistema utilizando únicamente la violencia física) en los que el lenguaje es de suma importancia al enlazar hechos con argumentos y, por tanto, a dar un enfoque intencionado, posibilitando formalizar unas costumbres, una cultura, ya que lleva y conlleva una intención, un interés, una justificación y una perpetuación, siendo esta situación antropológica no neutra, lo que posibilita que acabe imponiéndose el pensamiento único vigente como ética de la tribu actual, por lo que la erradicación del poder actual pasará irremediablemente por la construcción de un nuevo lenguaje, cultura, por otra ética de la tribu.

Es más; ninguna revolución, ninguna toma del Estado cambiará los males del capitalismo, menos lo destruirá, sin la labor previa de cambiar su ética, por esa otra ética.

Notas

[1] Cinico=perro: Escuela Cínica, fundada en Grecia por Antístenes durante la segunda mitad del siglo IV a. C. y cuyo mayor representante fue Diógenes de Sinope. Los cínicos criticaban el orden establecido y la moral de su época mediante sátiras contra la corrupción y los vicios de la sociedad griega de su tiempo, practicando una actitud irreverente contra las leyes establecidas, las convenciones sociales, desprecio a las normas, las instituciones, las costumbres y todo lo que representa una atadura para el hombre.

[2] El nihilismo sostiene que la vida carece de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco, siendo considerado crítica social, política y cultural a los valores, costumbres y creencias de una sociedad. Iván Turgueniev en su novela Padres e hijos dice: «Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe». El filósofo Gorgias, posiblemente el primer nihilista afirmaba: «Nada existe, si algo existe no es cognoscible por el hombre; si fuese cognoscible, no sería comunicable».

[3] Êthicós: Es correcto diferenciar êthos = carácter, de ethos, que significa costumbre, ya que según los filólogos ética viene del primero. La ética tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo consciente, no como mero espectador, sino desde la responsabilidad individual, diferenciando si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo. Se suele definir la ética como el arte de vivir, el saber vivir, por lo tanto el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo). La ética se relaciona con la antropología, y por tanto, con todas las ciencias que estudian del comportamiento humano.

[4] La ética de la tribu es todo el aprendizaje, tradición, domesticación, gobernación, sumisión, cultura transmitida en cualquiera de sus formas, que marcan antropológicamente al sujeto, pero que el individuo responsable de sus actos, interioriza y repite. En la abstracción tribu se horizontaliza una humanidad que antropológicamente bebe de lo mismo, en la que la pirámide social es innegable y no abstracta, pero en la que la ética de la tribu, aunque emane en gran medida de las élites, es asumida, integrada y reproducida por casi todos.

[5] La conciencia de pertenencia se va ampliando desde la familia, a pueblo, ciudad, región, país, continente, sistema cultural/económico: occidente, economía de mercado, etc.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.