Recomiendo:
0

Carta abierta de la clase dominante a la clase dominada

Clase dominante: «No te queremos politizado ni ideologizado»

Fuentes: Rebelión

No sabes cuánto agradecemos que sigas permaneciendo en el lugar que nosotros mismos hemos diseñado y elegido para ti. 1 Nos gusta tanto saber que no te atraen la política ni la ideología y que solo te causan indiferencia o repulsión. Nosotros nacimos para apropiarnos de la política y de la ideología para defender nuestros […]

No sabes cuánto agradecemos que sigas permaneciendo en el lugar que nosotros mismos hemos diseñado y elegido para ti.

1

Nos gusta tanto saber que no te atraen la política ni la ideología y que solo te causan indiferencia o repulsión.

Nosotros nacimos para apropiarnos de la política y de la ideología para defender nuestros intereses, principalmente, y de paso hacerte creer que defendemos los tuyos.

2

Nos gusta tanto saber que sueñas despierto en ser como uno de los nuestros, con poder e influencia.

Sabes bien que nunca estarás donde estamos nosotros, pero te damos para soñar al comprar la lotería o al ver una película o telenovela.

3

Nos gusta tanto saber que crees que estás en un lugar superior al que está más debajo de ti y que tengas incluso el valor de pisotearlo.

Siéntete importante mientras puedas, que nosotros de vez en cuando te haremos saber lo pequeño que eres frente a nosotros, si es que tu intención es alguna vez incomodarnos.

4

Nos gusta tanto saber que te hace feliz el mostrar a tu alrededor las llaves de tu auto especial o mostrar la tecnología de última generación.

Tu felicidad es nuestra mayor felicidad. Mientras compres todos nuestros productos de lujo menos problemas te daremos. Nos satisface mucho que puedas inflar tu ego con la compra de nuestros productos «estrella» y que se los restriegues a los que están más abajo que tú.

5

Nos gusta tanto saber que te hace feliz mostrar ropa de «marca» o que tus amigos sepan que has comprado algo de «mucho valor».

Mientras te entretenga inflar tu ego todo estará a nuestro favor. Es mucho más importante tenerte entretenido con «marcas» y objetos de «mucho valor» que tenerte pensando en nosotros.

6

Nos gusta tanto saber que te entretienen de manera ideal los partidos de fútbol, las películas, telenovelas, música, juegos en línea, programas idiotas de televisión o las famosas «redes sociales» de Internet, o qué se yo.

Mientras más alejado y aislado estés, más oportunidades habrá para que no se te ocurra pensar y quieras poner en tela de juicio todos nuestros privilegios obtenidos gracias al sudor de tu frente.

7

Nos gusta tanto saber que aún sigues creyendo que puedes algún día ganar el premio gordo de la lotería.

No te desanimes, sigue intentándolo. Mientras más compres la lotería más oportunidades tendrás de sacarte el premio gordo. Ya ves, de vez en cuando te regalamos un «ejemplo» de «perseverancia», sacado de cualquier parte, para que no pierdas nunca el sueño de ser algún día más superior a otros y más cerca de nosotros.


8

Nos gusta tanto saber que aún crees que la clase política gobernante es la que detenta todo el «Poder» y que de ella dependen todos los cambios políticos o estructurales.

Recuerda bien que mientras menos estemos en el ojo de la crítica más libertad tendremos para seguir creciendo. Los niños deben ocupar su tiempo en jugar y estar permanentemente entretenidos; los mayordomos deben administrar bien la casa de los dueños, saben bien que su paga no es un par de caramelos como los tuyos.

9

Nos gusta tanto saber que estarías dispuesto a ir a la guerra para defender lo que te hemos puesto desde muy temprano en tu pobre psiquis: el amor a la «Patria».

Como toda familia debemos cuidar nuestra casa. No podemos permitir que un vecino se quiera hacer el listo. Pero si nosotros queremos hacernos los listos no te preocupes, siempre habrá una excusa para que vayas a luchar por la «Patria». La «Patria» es tu casa aunque sepas bien que no posees casi nada, más que tu pequeño espacio para que puedas jugar y entretenerte. No querrás perder tus juegos y entretenciones, ¿verdad?

10

Nos gusta tanto saber que dentro de tu conciencia sigues creyendo que la policía y los militares están para defenderte y cuidar aquello que se llama «Patria».

Lamentablemente dentro de nuestra casa no pueden haber niños que se den el lujo de comportarse como adultos. Pueden soñar o jugar a ser adultos, pero comportarse o hacer cosas de adultos no está permitido. Por lo que siempre habrá una mano con un garrote para que sepas bien cuál sigue siendo tu lugar.

11

Nos gusta tanto saber que en tu lugar de trabajo puedes darte el lujo de humillar a los que están más abajo; y tú, en cambio, chupar las medias de tu superior.

Tanto tenemos que ni siquiera entre nosotros podríamos humillar a uno de los nuestros. Somos como una gran familia y no existe aquello de «humillar» ni «chupar medias», ya que no existen entre nosotros superiores ni inferiores. Existe el respeto, como en toda gran familia. Claro que, si alguien se «descuida» y se hace «pequeño», no habrá más remedio que atenerse a la «ley del más fuerte».

12

Nos gusta tanto saber que siglo tras siglo sigues creyendo en un tal «Dios», que te hizo a su «imagen y semejanza» y que sueles denominarlo como el «señor creador» de todo a tu alrededor.

Suele ser muy gracioso que les inculques a tus hijos desde temprana edad la creencia en un tal «viejito pascuero», «papá noel» o «santa Claus» y que si se portan bien les hará un bonito regalo. Pues bien, eres tan pequeño para nosotros que también te hemos inculcado la creencia en un tal «Dios». Y si te portas bien tendrás el cielo ganado.

13

Nos gusta tanto saber que generación tras generación sigues creyendo en el producto estrella de nuestro sistema de producción capitalista: la Democracia.

Increíble cómo sigues comprando nuestro producto estrella de la mano de nuestros representantes que supuestamente están dizque para «representarte».

Te vemos cada cierto tiempo fielmente asistiendo a la fiesta de la Democracia: las elecciones. Sabes en el fondo que no va a cambiar nada significativo en tu vida, pero igual terminas validando con tu voto secreto el actual statu quo con la esperanza de que pueda al fin cambiar en algo tu patética vida.

¿Qué haríamos nosotros sin los Grandes Medios de Difusión Masiva? ¿Qué sería de nosotros si no pudiéramos reinventar los juegos y entretenciones de nuestros niños? ¿Qué niño no ha soñado con llegar a ser adulto?

La fiesta de la Democracia siempre será el juego de los adultos para que los niños cada cierto tiempo se sientan adultos sin llegar a serlo. Claro que siempre habrá un niño malcriado que quiera sentirse adulto después de la fiesta. Para esos también tenemos su lugar: la habitación de los castigos; sin televisión ni juegos. Para que aprendan a estar en el lugar que les corresponde como niños.

Por lo tanto haznos caso. No te queremos politizado ni ideologizado. Recuerda que la política y la ideología no son para los niños, son para la gente grande como nosotros. ¿Por qué crees que nunca hablamos de política e ideología contigo? Es más, te hacemos creer que no somos políticos ni usamos ideologías. Ya sabes la razón, ¿no? ¿No te han enseñado que nunca te debes meter en las conversaciones de los adultos? Pues ten mucho cuidado porque ya sabes: está el garrote y está la habitación del castigo. Lo mejor que puedes hacer, o seguir haciendo, es ser un niño normal: jugar y entretenerte junto a tus pares, jugar a ser adulto como al «papá y la mamá»… Pero no te preocupes, cada cierto tiempo te daremos el privilegio de jugar con los adultos, vestidos de niño y con comportamiento infantil. ¿Nos vas a decir que cada cierto tiempo los adultos no se visten ni comportan como niños para poder atraerte y puedas jugar a ser adulto? ¿Nunca se han acercado a ti, de vez en cuando, con regalitos insignificantes para poder celebrar a lo grande la fiesta de la Democracia?

Gracias por seguir siendo como eres. Un completo idiota.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR