He estado ojeando el Público de hoy (por el sábado 29) . En la página 12 viene una entrevista con «Bifo». En la primera de las destacadas se entresaca la frase. «Olvidemos la democracia, porque no hay ninguna posibilidad de restaurarla». Justo en la página de información siguiente, la 14 -la 13 es un anuncio- […]
He estado ojeando el Público de hoy (por el sábado 29) . En la página 12 viene una entrevista con «Bifo». En la primera de las destacadas se entresaca la frase. «Olvidemos la democracia, porque no hay ninguna posibilidad de restaurarla». Justo en la página de información siguiente, la 14 -la 13 es un anuncio- una noticia a toda página cuyo rótulo es «Los egipcios conquistan las calles a pesar de la represión». Y en la portada del periódico dice «Egipto en llamas». Tras leer las destacadas he dejado la entrevista del famoso «Bifo». No es que no me gusten -no me gustan- quienes hacen alarde de nombres de índole doméstica, y confunden el mundo público con el privado, en un exhibicionismo impúdico de clase poderosa; es que no me gusta el cinismo, ni cuando prescinde del humor y se envuelve en celofán serio. Me da que lo que pasa en el norte de África viene a fastidiarles a algunos el prêt à porter de la temporada 2011/2012, previamente diseñado, para conferencias y libros, en primavera verano del 2010. Desde luego, los estudios científicos del año pasado daban para eso: no hay nada, no se puede nada, déjense de pensar posibilidades alternativas -frase del infierno de Dante-. Pero también se puede decidir como deciden ahora los de aquí cerquita -¿os acordçais de cuando Tarik Alí no hace tres años, al reflexionar sobre Morales, sobre Chávez, etc decía, ¿cómo es posible que en el mundo árabe no haya de eso?-, que lo que hay, el infierno, está para que nos lo quitemos de encima y demostrar así y de paso que la ciencia solo pronostica el pasado -¡malditos condicionales contrafácticos!, habría que recomendar al FMI que los prohibiera, y enviase casco azules, en nombre de la ciencia adonde las gentes se los pusieran por montera-.
En fin que sólo para las clases medias con el riñón protegido, el infierno es algo inamovible. Como escribía Pasolini –Divina Mímesis– en el infierno de las clases medias el único castigo es estar.
Fdo.: Un veteromaxista, línea lucha de clases
Nota:
[1] Amador Fernández-Savater, «Entrevista a Franco Berardi, Bifo». Público, 29 de enero de 2011, p. 12.
[2] Traducción de Giulia Adinolfi.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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