La muerte de algunas personas, en algunos casos en trágicas consecuencias, ha abierto un debate social sobre el rastro que pueden dejar en Internet y sobre la utilización que de ellos se puede hacer. ¿Qué sucede con el perfil de una persona en una red social tras su muerte?, ¿qué ocurre con el correo electrónico […]
La muerte de algunas personas, en algunos casos en trágicas consecuencias, ha abierto un debate social sobre el rastro que pueden dejar en Internet y sobre la utilización que de ellos se puede hacer.
¿Qué sucede con el perfil de una persona en una red social tras su muerte?, ¿qué ocurre con el correo electrónico personal?, ¿y con los blogs escritos para ser difundidos y leídos por Internet? Las preguntas pueden parecer complicadas, pero las empresas que gestionan este tipo de tecnologías tienen previstas estas situaciones.
En el caso de la joven española desaparecida en Sevilla, Tuenti ha cerrado, a petición de la Fiscalía, su perfil y el de alguno de los adolescentes relacionados con el suceso, pero las peticiones de cancelación de cuentas de personas de fallecidos comienzan a ser habituales.
En Estados Unidos, Facebook ha tenido que enfrentarse a las reclamaciones de la hermana del fallecido periodista William Bemister, que denunciaba que esta red social se negaba a cerrar su perfil en Internet.
El rastro digital
Cuando alguien muere su blog sigue en la Red, se puede seguir leyendo lo que el fallecido escribió en vida, pero también siguen ahí sus cuentas en redes sociales virtuales, su correo electrónico y cualquier otra información que el usuario haya dejado en el ciberespacio.
Facebook asegura que la política de su empresa es mantener las páginas del perfil de los fallecidos «de forma especial y conmemorativa durante un periodo de tiempo determinado, eliminando cierta información sensible» y permitiendo el acceso a la página sólo a los amigos que ya estaban confirmados por el usuario en el momento de su muerte.
Sin embargo, el director de Internacionalización de la compañía, Javier Oliván, ha afirmado que Facebook ofrece también a los familiares cercanos la solicitud para cerrar completamente la cuenta del fallecido.
Aparentemente resulta fácil, porque el representante de esta empresa explica que se trata de rellenar un formulario, pero éste solo se encuentra disponible a través de una dirección de Internet: www.facebook.com/help/contact.php?show_form=deceased.
Cancelación del perfil
En la red social española Tuenti los familiares directos también pueden notificar el fallecimiento de un usuario a la empresa y solicitar la cancelación del perfil.
Aunque Tuenti «es una empresa muy joven y las peticiones de cancelación por fallecimiento han sido casos excepcionales, sólo es necesario la acreditación del parentesco o contacto directo del solicitante y de la acreditación de su muerte«, ha asegurado el director de comunicación de Tuenti, Ícaro Moyano.
En este caso, Moyano ha recalcado que el cierre de una cuenta en Tuenti supone el borrado automático de «todos los datos, imágenes y cualquier tipo de información que apareciera del usuario» en esta red social para proteger la privacidad del propietario de la cuenta.
Correo
Las cuentas de correo parecen más fáciles de cancelar; Hotmail se cierra automáticamente a los 30 días de inactividad y Yahoo! advierte en su política que la cuenta se cancelará tras un periodo de inactividad «no razonable».
La cancelación de la cuenta de Google, que va asociada al usuario de correo de GMail y al perfil y la redacción de la bitácora personal de Blogger, entre otros, conlleva un proceso administrativo más largo.
La empresa electrónica requiere los datos del solicitante, algún tipo de documento que acredite el parentesco o el poder legal, la dirección de correo del individuo fallecido y el encabezado completo de un correo electrónico que el solicitante haya recibido desde la cuenta de GMail en cuestión.
http://www.madridpress.com/noticia/85714/borrar-internet-rastro-digital-deja-persona-morir.html