En este artículo la autora analiza la última medida de Bolsonaro, destinada a comprar votos entre la población más empobrecida de Brasil.
Mientras el número de personas por debajo del nivel de la pobreza y en pobreza extrema crece en Brasil y las encuestas reflejan que hasta ahora el ex presidente Lula da Silva puntea en las encuestas de cara a las elecciones, el ultraderechista mandatario Jair Bolsonaro destina más de ocho mil millones de dólares en bonos y subsidios tratando de revertir la tendencia ciudadana de cara a las elecciones presidenciales del 2 de octubre.
El número de personas en situación de pobreza en las 22 mayores metrópolis brasileñas saltó a un récord de 19,8 millones de personas en 2021, el mayor nivel desde que en 2012 se empezaron a analizar los datos, según un estudio de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUCRS), el Observatorio de las Metrópolis y la Red de Observatorios de la Deuda Social en América Latina (RedOdsal).
Mientras, este martes, durante un debate en la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), Lula, favorito para imponerse en las elecciones de octubre, acusó al actual presidente, Jair Bolsonaro, de realizar la mayor distribución de dinero en historia en vísperas de unas elecciones, con el fin de “comprar votos”.
“Vamos a presentarnos a unas elecciones viendo a uno de los opositores, ni hablar del nombre, haciendo el mayor reparto de dinero que ha visto una campaña política desde el fin del Imperio. No hay precedente en la historia de Brasil de alguien que, faltando 57 días para las elecciones, decide repartir 50 mil millones de reales (casi 10 mil millones de dólares) en un beneficio que sólo dura hasta diciembre”, dijo Lula.
Lula se refería a varios beneficios aprobados por el gobierno de Bolsonaro en vísperas de las elecciones, como el Auxílio Brasil por valor de 600 reales (117 dólares), la duplicación del Auxílio Gás y la creación de un bono de mil reales (194 dólares) para camioneros. Además, dispuso asistencia para taxistas, transferencia de fondos para evitar aumentos de precios en el transporte público, subsidios para el etanol y refuerzo de fondos en el programa de adquisición y donación de alimentos.
El costo total del paquete se estima oficialmente en más de 41mil millones de reales (unos ocho mil millones de dólares). El efecto fiscal para el país será abrumador, y el ministerio de Economía lo llamó plan kamikaze y «bomba fiscal». A Lula le preocupa si «la gente aceptará la retirada del beneficio» tras las elecciones y señaló que «la sociedad debe estar atenta porque la señal del comportamiento de alguien para ganar unas elecciones no es fácil».
30% vive en pobreza o extrema pobreza
El estudio muestra un aumento de 3,8 millones de personas en situación de pobreza el año pasado respecto a 2020. Los 19,8 millones de personas en situación de pobreza en las grandes ciudades brasileñas representan el 23,7% de toda la población que vive allí, cifra también récord. Prácticamente uno de cada cuatro habitantes.
Asimismo, el total de personas en extrema pobreza en las regiones metropolitanas de Brasil llegó a los 5,3 millones, equivalente al 6,3% de la población de estas metrópolis y que representa un aumento de 1,6 millones respecto a 2020.
Los motivos del aumento de la pobreza son atribuidos al fin del auxilio de emergencia, concedido por el gobierno a los más pobres para enfrentar la pandemia, el aumento de la inflación y la lenta retomada del mercado de trabajo. «La crisis ya veía preparándose. Estábamos en una situación muy mala, y encima, vino la pandemia», explicó André Salata, profesor de Ciencias Sociales de la PUCRS.
El boletín utilizó los criterios del Banco Mundial para definir los parámetros de pobreza y extrema pobreza. En valores convertidos a reales, la línea de pobreza fue establecida en menos de 465 reales (91 dólares) mensuales por cápita, mientras que la de extrema pobreza fue para los que ganaban menos de 160 reales (31 dólares) mensuales por cápita.
Las regiones metropolitanas con mayores tasas de pobreza son Manaus (41,8%) y Sao Luis (40,1%), las únicas que superaron el 40%, mientras que las menores fueron Florianópolis (9,9%) y Porto Alegre (11,4%).
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien aspirará a la reelección en octubre, participó de un almuerzo con los banqueros más importantes del país y aseguró que con un triunfo de su principal contrincante y favorito, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, Brasil se sumaría «al trencito de Cuba, Venezuela, Argentina, Chile y Colombia».
En plena campaña electoral, Bolsonaro pidió a los principales banqueros del país que eviten apoyar a Lula y repudió una iniciativa de sectores de la sociedad civil para firmar un manifiesto en defensa de la democracia. «Durante el gobierno de Lula y los 14 años del PT (Partido de los Trabajadores) había soborno para todo, sin excepción. ¿Quieren eso de vuelta? Lula dijo que hará el doble en caso de volver, y si lo eligen estaremos con el trencito de Cuba, Venezuela, Argentina, Chile y Colombia», afirmó.
El mandatario de ultraderecha calificó a Lula como un «empleado que robó en una empresa y no merece ser recontratado», aunque omitió que no existen procesos contra el exsindicalista, quien marcha primero en las encuestas de intención de voto.
Bolsonaro también se negó a firmar una carta que ya suscribieron más de 700 mil personas en contra de sus amenazas de fraude, campaña que organiza la Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo. La Federación de bancos respaldó la iniciativa junto con otra poderosa entidad, la federación de industrias de Sao Paulo.
Datos aterradores
La pobreza alcanza al 23,7% de la población brasileña en las ciudades comprendidas en la investigación, que si bien han aumentado su población nunca habían registrado en los últimos diez años un porcentaje superior al 20%. En 2020 la cifra de pobreza era de 16 millones de personas: en menos de doce meses un total de 3,8 millones de brasileños pasaron a ser pobres, gracias al gobierno de Bolsonaro.
El salto de la pobreza en 2021, afirman los investigadores, está relacionado a la recuperación incompleta del mercado laboral, una disparada de la inflación y el «retiro abrupto» de la ayuda de emergencia para sectores sumergidos a principios del año pasado.
Las regiones metropolitanas con mayores tasas de pobreza fueron Manaos (41,8%) y Gran San Luis, en el estado de Maranhao (40,1%), mientras que las cifras más bajas se registraron en Florianópolis (9,9%) y Porto Alegre (11,4%). En el caso de pobreza extrema, las peores cifras están en Recife (13%) y Salvador (12,2%).
La mayor urbe brasileña, Sao Paulo, registró un aumento significativo de la pobreza: pasó de dos millones en 2014 a 3,9 millones en 2021, lo que en términos porcentuales implicó que pasó de 9,5% de la población paulista al 17,8% entre esos años. La pobreza extrema en Sao Paulo saltó de 381,4 mil personas en 2014 a un millón 30 mil en 2021 (del 1,8% a 4,7% del total de la población).
«La cantidad de personas en extrema pobreza en Sao Paulo es aterradora. Llegó a más de un millón y en 2014 la cifra era menos de 400 mil. Por supuesto, la población está aumentando, pero es un salto muy grande. Ejemplifica la crisis social”. Señala Folha de Sao Paulo
680 mil muertos por Covid
Brasil superó las 680.000 muertes a causa de la COVID-19, tras registrar 170 decesos por la pandemia en las últimas 24 horas y totalizar 680.166 fallecimientos en lo que va de la crisis sanitaria en el país. Se registraron además 17.409 contagios en el último día, para un total de 34.035.780 positivos.
Con estos datos, Brasil se confirma como el segundo país con mayor número de muertes por la enfermedad, detrás de Estados Unidos, y el tercero en cantidad de contagios, después de ese país americano y la India. El estado más afectado de Brasil es Sao Paulo (sureste), el más poblado del país con 46 millones de habitantes, que registra 173.346 muertos y 5.950.313 casos positivos detectados.
El promedio diario de muertes se encuentra arriba de las 200 desde inicios de julio y este lunes se ubicó en 207, mientras que el de contagios es de 25.688.
Inflación
El mercado financiero brasileño redujo de 7,15% a 7,11% su previsión de inflación para este año, la sexta reducción semanal consecutiva, al tiempo que la modificó de 5,33% a 5,36% para 2023, divulgó el Banco Central de Brasil.
La meta oficial es de una inflación de 3,50% en 2022 y de 3,25% en 2023, en ambos casos con 1,5 puntos porcentuales de margen de tolerancia. Respecto al Producto Interno Bruto (PIB), los analistas del mercado elevaron la previsión de crecimiento de 1,97% a 1,98% este año y la mantuvieron en 0,40% para el próximo.
Por lo que toca al mercado de cambio de la moneda brasileña, que en la actualidad se cotiza en 5,13 reales por dólar, la estimación se situó en 5,20 unidades por divisa estadounidense, tanto a fin de año como el venidero.
A su vez, la proyección de la balanza comercial (exportaciones e importaciones) se ubicó en 68.030 millones de dólares en 2022 y en 60.000 millones de dólares en 2023. La previsión para la entrada de inversiones extranjeras directas en Brasil se situó en 57.200 millones de dólares en 2022 y en 61.000 millones de dólares para 2023.
Lula fue categórico: «Brasil atraviesa una crisis de credibilidad, de gobernabilidad, de falta de armonía entre el Estado a través del gobierno y las instituciones». Bolsonaro no tiene vergüenza alguna de vaciar las arcas del Estado para poder imponerse en las elecciones, repartiendo dádivas, tratando de revertir la realidad que expresan las encuestas, donde Lula le lleva, por ahora, gran ventaja.
Juraima Almeida es investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
Fuente: https://estrategia.la/2022/08/09/con-20-millones-de-pobres-urbanos-bolsonaro-decide-comprar-votos/
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