Lanzado en los estertores de 2009, el 3 ª. Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH 3) ganó cuerpo en el debate público sólo al comienzo de este año. Atacado en los grandes medios de comunicación por todos los frentes, el punto neurálgico del plan fue, indiscutiblemente, la idea de crear una «Comisión de la Verdad» […]
Lanzado en los estertores de 2009, el 3 ª. Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH 3) ganó cuerpo en el debate público sólo al comienzo de este año. Atacado en los grandes medios de comunicación por todos los frentes, el punto neurálgico del plan fue, indiscutiblemente, la idea de crear una «Comisión de la Verdad» para investigar y explicar los crímenes cometidos por agentes de la dictadura que duró desde 1964 hasta 1985.
En una extensa entrevista con el Correio da Cidadanía, el periodista y ex militante del «Ala Vermelha»(1), Alípio Freire apunta a Nelson Jobim, Ministro de Defensa, como nefasto defensor de los interesados en ocultar parte de la historia de las Fuerzas Armadas. Además de recordar sus articulaciones para ocupar su actual cargo, recuerda que Jobim, en primer lugar, es un la Constitución, y que en las discusiones del plan, pasó por encima de los tres poderes de gobierno, lo que culminó con la supresión del término «represión política «del texto del plan.
En cuanto al PNDH 3, refiere que es un importante instrumento de profundización de la democracia nacional, no sólo en cuanto a arrojar luces sobre el pasado, sino también en lo que concierne a las luchas actuales por un Brasil igualitario. Y sobre los intentos de bloquear el debate, señala que todas las entidades involucradas están apoyando, en primer lugar, la existencia del plan, para después tratar de discutirlo con la sociedad. A modo de ejemplo, Alípio habla de la propia iglesia católica, contraria al aborto, pero a favor de la plena instauración del PNDH 3.
A continuación puede consultarse la entrevista completa.
Correo Ciudadanía: ¿Qué piensa usted del Plan Nacional de Derechos Humanos 3, anunciado por el Gobierno a finales de 2009?
Alípio Freire: En primer lugar, me parece muy bueno, con muchas cosas que han sido reivindicadas por varios sectores de nuestra sociedad. Este plan es más completo que los dos anteriores, pues también se trata de contemplar los derechos y las necesidades económicas y sociales. Por lo tanto, veo un gran avance.
Por cierto, el proceso se lleva a cabo con representantes de diversos sectores de la sociedad civil, de los derechos humanos, las mujeres, los negros, los homosexuales, los movimientos organizados de los trabajadores, será fantástico si podemos aprobarlo.
Pero hay un capítulo que generó la crisis creada por el Sr. Jobim, que es la cuestión de juicio y la responsabilidad de los torturadores de la dictadura. Este es el gran tema de la actitud de Jobim, al final del año pasado.
CC: En el caso específico de la creación de una Comisión de la Verdad para tratar de establecer los crímenes de la dictadura, ¿cuál es su opinión?
AF: Este es el sabor del mes. Es esencial que tengamos una comisión, que originalmente era de la Verdad y la Justicia. Pero en las negociaciones de Jobim con el presidente, Jobim ya había eliminado la palabra justicia. La palabra es lo de menos, porque, obviamente, si buscamos la verdad, el resultado tiene que ser la justicia. Sin embargo, lo importante para ellos fue retirar la dichosa palabra.
En el plan, la cuestión fundamental para ellos es la lucha armada. En relación a la lucha armada, quiero decir lo siguiente (de hecho, yo y otros fuimos procesados por la lucha armada): en los sistemas jurídicos de la colonia y el imperio, había una cláusula que decía que cualquier patrón que asesinara a sus esclavos lo hacía en defensa propia. El grande Luiz Gama invirtió la ecuación: cada esclavo que matara a su patrón lo hacía en defensa propia. En relación con la dictadura y la reacción armada, también estoy con Luiz Gama, mientras ellos continúan con la hora legal de la colonia y el imperio. Desean volver a reeditar algo que viene de la esclavitud.
Pero digo que todos los que reaccionaron, no importa por qué medios, contra un régimen que pasó por encima de nuestra Constitución, que ejerció la violencia como parte de su programa (porque sin ella no habría llegado al poder) y que al llegar al poder, montó un proyecto de subordinación al gran capital internacional, es decir, de la venta del Brasil, basado en la concentración del ingreso y en la expropiación de la clase obrera, lo hicieron legítimamente.
Siendo así, como en el imperio, estaría junto a los esclavos, como Luiz Gama, y ahora sigo pensando lo mismo. Ellos no tuvieron el menor prurito de utilizar la violencia más extrema. Y esta violencia fue la misma para los que hicieron y para los que no hicieron la lucha armada. El diputado Rubén Paiva, por ejemplo, está desaparecido hasta hoy. Lo que hicieron, desde el comienzo de la dictadura, en contra del Comité Central del PCB, que se opuso a la salida armada de la izquierda, fue terrible. Hoy sabemos que David Capistrano fue descuartizado. Se sabe también de dos ejecuciones con la corona de Cristo, aquel torniquete que aprieta la cabeza hasta estallar. Conozco dos casos así, el la Aurora María do Nascimento Furtado, Lola, en Río de Janeiro, y Aldo de Sá Brito, en Belo Horizonte.
Aunque prefiero los métodos menos violentos, contra el tirano toda rebelión es legítima. Quien instaló la violencia en el país fueron ellos. Pero no sólo los militares, es importante de ver eso. La articulación del golpe de Estado, observábamos, fue hecha fundamentalmente por las grandes empresas, la gran industria, los bancos. Gente como Magalhães Pinto, Carlos Lacerda, Adhemar de Barros, todos civiles aliados con el gobierno de los EE.UU., a través de su embajador Lincoln Gordon y otros contactos, los sectores de la derecha ideológica y todos aquéllos que fueron formados en la ideología de la Doctrina de Seguridad Nacional en la Escuela Superior de Guerra, tanto civiles como militares; también la parte hegemónica de la alta cúpula de la Iglesia católica, o sea el Vaticano, y no los cristianos brasileños de Brasil, muy por el contrario, pues muchos de ellos fueron asesinados, siendo, por tanto, un problema de la institución y no de la religión. En un primero momento, tuvimos la oposición de dos personas fantásticas de la iglesia: la Madre Cristina en Sao Paulo y el profesor Helio Pellegrino en Río de Janeiro y, por supuesto, la alta cúpula de las fuerzas armadas en su mayoría.
No es cierto que el corte sea entre los militares de un lado y los civiles de otro. Así como tuvimos civiles en el golpe, muchos militares estaban en contra del golpe, como los legalistas, los constitucionalistas, (y ese es el papel del ejército, defender nuestra Constitución y las fronteras), los nacionalistas e izquierdistas. Tanto que es inm enso el número de militares que fueron expulsados de las Fuerzas Armadas. El capitán Carlos Lamarca es un caso conocido, pero no el único.
Así que creo que el debate tiene que dejar muy claro que el golpe del 64 es una revancha. La mayoría de las clases dominantes, la élite económica, estaba en contra de un proyecto que apuntaba al desarrollo nacional con distribución del ingreso, y las reformas de base (2) muestran que buscaban además otros patrones de mayor independencia en las relaciones internacionales con otros países.
CC: ¿Cómo encara entonces la crisis que se ha desarrollado en el gobierno, entre los militares y los ministros vinculados a la esfera de los derechos humanos? ¿La conciliación con el interés de las Fuerzas Armadas, retirándose el término «represión política» fue aceptable?
AF: En primer lugar, no acepto ninguna solución en la que se intente nivelar a los torturadores con los rebeldes que resistieron la dictadura, y ahí no importan los medios de esa resistencia. Eso siempre se intentó, y, afortunadamente, la izquierda brasileña no asume eso, incluir todos en el mismo saco, como si todos los involucrado en la lucha armada fueran lo mismo. Ya dije lo que pienso de eso.
Así, la solución para aquellos que violaron los derechos humanos, aunque no todos han leído el decreto, para mí es inaceptable, un retroceso. El más grave es lo que hizo Jobim: a la vez atropelló al Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
¿Cómo? En primer lugar, la propuesta formulada por el ministro Paulo Vannucchi fue firmada y apoyada por varios otros ministros, casi todos, y fue enviada al Presidente, que la transformó en un proyecto para ser evaluado, discutido y votado en el Congreso Nacional, o sea, primero el Ejecutivo, después el Legislativo. Y ahí está la cuestión de la Ley de Amnistía, que debe ser juzgada en el Supremo Tribunal. Por lo tanto, los tres poderes de la República. Él y los representantes de las tres armas, por lo que se dice, según dicen, habría preparado sus cartas de renuncia, conspirando en ausencia del presidente (porque estaba de viaje, por eso se trata de una conspiración) para impedir algo que no pasaba aún de ser un proyecto. Ellos no aceptan ni siquiera discutir el proyecto.
Sin embargo, no hay nada que esperar del Dr. Nelson Jobim. Su primer gran éxito fue adulterar el texto de la Constitución (3). Incluso llegó a escribir sobre el asunto. Este señor llevó a cabo un fraude sobre la Constitución. En segundo lugar, es una persona que no tuvo el menor pudor o escrúpulo con sus pares, para generar una crisis artificial que terminó en un accidente aéreo, matando a 200 personas para alcanzar su objetivo, el puesto de ministro. ¿ Y para qué? Para privatizar los aeropuertos brasileños. Se inmiscuye en esta cuestión del Pré-sal (4), principalmente para conseguir un concepto de defensa y una nueva Ley de Seguridad Nacional, semejante a aquélla que los movimientos populares, las fuerzas de la izquierda y la clase trabajadora brasileña consiguieron derribar en los años 80. Es posible verificar todo esto, inclusive puede encontrar esta información en el Internet.
Volvería la vieja doctrina de seguridad nacional, donde las Fuerzas Armadas, en lugar de tener como misión garantizar nuestras fronteras y la Constitución, harían el papel de policía interna, vigilando a los supuestos enemigos internos. ¿Y quiénes son los enemigos internos? Todos los que están en desacuerdo con el dominio del capital, o que están de acuerdo, pero que desean avances en el ámbito de los derechos humanos. Creo que una persona de esas, que defrauda a la Constitución y crea una situación que termina en el extremo de un desastre aéreo (5), para que él y su grupo se beneficien, deja de ser un problema político. Se convierte en un problema, de aquéllos antiguos y extremadamente conservadores representantes de la sociedad, cuyas acciones son las de un bandido en toda la regla. Ningún ciudadano brasileño serio puede permanecer en silencio y aceptar eso.
CC: ¿Considera válida, en ese sentido, la revisión de la Ley de Amnistía, según el principio de que la amnistía no podría ser extensiva a los militares, debido a que sus crímenes no habrían sido políticos?
AF: Nadie está proponiendo la revisión de la Ley de Amnistía. Esto es algo que la prensa y la derecha están generando. El documento no propone nada de revisión de esa legislación, sobre todo porque hay argumentaciones brillantes sobre esa cuestión, como la del Dr. Fabio Konder Comparato, que sostienen que la mencionada ley no amnistía de ningún modo a torturadores y responsables de tortura. Esa es también una manera de engañar a la opinión pública; nadie quiere esa revisión. Procesos como el de la familia Teles están siendo encaminados en ese sentido. Por otra parte, sería una locura que el Congreso, con la composición actual, con la corrupción generalizada, desee votar una revisión de la Ley de Amnistía. La legislación que existe es esa, y vamos a profundizarla y a ponerla en práctica. Sólo eso .
CC: ¿Cree usted que el plan de derechos humanos es también una forma de descargo de consciencia del PT, que durante sus siete años en el poder no atendió las demandas populares de los que lo eligieron?
AF: Son tres cosas diferentes: el PT, el gobierno de Lula y el lulismo. Son tres ámbitos diferentes para entender lo que está sucediendo. El gobierno de Lula se destaca por una composición casi esquizofrénica. Por un lado, hay ministros como Tarso Genro, Paulo Vannuchhi, Temporão… Del otro lado, Stephanes. Hemos visto que también subió al gobierno para defender la concentración de tierras, afirmando que existe un prejuicio en contra de la agroindustria… ¡ Ellos mandan hace 500 años en Brasil, estamos como estamos, y el tipo habla de prejuicio!
De esa forma, creo que las distintas áreas, con Lula siempre en el centro, negociando y manteniendo el control, desarrollan aquéllas cuestiones que les parecen más adecuadas. Vannucchi y Tarso siempre han trabajado en la promoción de los derechos humanos, desde el primer momento de sus esfuerzos. Así que no es el Lulismo, el Presidente en sentido estricto, o el PT. Es principalmente una iniciativa de Pablo y de otras fuerzas del PT que están o no para apoyarlo. De hecho, tuvieron la virtud, junto con otros ministerios, de transformar el debate de la represión en los años de dictadura, y la cuestión de los muertos y desaparecidos, en particular, en un asunto de la sociedad. Y el asunto ha salido del guetto. Primero la idea del ministro Genro, de establecer una Comisión de Amnistía, similar a las Caravanas de Amnistía Internacional, saliendo de Brasilia, siendo que allá sólo repercutían bellaquerías del tipo «dictablanda» o «beca-dictadura» como algunos decían. Eso repercutía y era lo que la sociedad sabía de ese debate, a través de lo que se decía en «el sur maravilla» (6).
Si en una ciudad como Sao Paulo, este asunto se diluye con otros, en una ciudad menor una caravana de Amnistía es «el» tema, que todos empiezan a discutir. Cuando Paulo se va a poner las placas en los lugares donde cayeron las personas de la resistencia, en las escuelas, en los sindicatos que tuvieron a sus miembros asesinados, también se está transmitiendo un conocimiento al público sobre este episodio de la historia de Brasil, con el gobierno asumiendo el tema como política de gobierno y de Estado. En este sentido, entre otros, las medidas de Genro y Vannucchi son excelentes, poniendo en la calles un programa que la derecha siempre ha tratado de poner en el ghetto y que la izquierda no había logrado convertir en un debate público.
CC: ¿El plan no corre, sin embargo, el riesgo de convertirse en una pieza electoral del gobierno, por su carácter de profundización de la democracia?
AF: Creo que no. Quien está tratando de sacar provecho electoral de eso es la derecha. Y el objetivo es la virtual candidata Dilma. El tipo de material que ha circulado contra ella lo demuestra. No hay nada contra mí, que fui del Ala Vermelha, o en contra de Manuel Cyrillo, que fue de la ALN, por ejemplo. Es contra Dilma.
En cierto sentido, es divertido, porque cuanto más golpean, y sin argumentos, más se discute. Quien trata de tomar ventaja de esto es la ultra-derecha o algunos sectores del PSDB. No hablo de las bases del partido, del ciudadano común que vota por ellos.
No vamos a abordar la cuestión como partidaria o electoral, sino como la profundización de la democracia en el Brasil. Y aquí nos encontramos con cualquiera que defienda los principios y las medidas del plan.
CC: ¿Qué piensa usted de las corrientes que se disgustaron con los puntos específicos, tales como la Iglesia Católica en la cuestión sobre el aborto? ¿ Se podría decir que tales intereses perjudican la discusión, careciendo de una visión más amplia de lo que está en juego?
AF: Hubo incluso un debate sobre este tema en el Sindicato de Periodistas. Yo, personalmente, estoy a favor del aborto, el matrimonio homosexual, como está en el plan, pero entiendo que otros compañer@s puedan pensar de manera diferente. Creo, sin embargo, que esta controversia debe hacerse durante los debates y, por último, en la votación en el Congreso, que es el instrumento oficial para ello. Para la sociedad, estamos defendiendo el plan en bloque. En concreto, sólo la cuestión de la Comisión de la Verdad, por ser el principal objetivo de los ataques, teniendo en cuenta todos los debates absolutamente legítimos, como parte de la construcción de la democracia. Es natural que en nuestro campo haya desacuerdos. No estoy de acuerdo con sectores de la iglesia que son nuestros compañeros. Pero lo que necesitamos es saber llevar y discutir estas cosas en el momento y la forma correcta.
De hecho, me parece muy mal que en vez de ir sobre la cuestión de la verdad, el presidente diga que se opone al aborto. Nadie cuestionaba el aborto. Está jugando a la división de nuestro ejército. Ellos que se dividan allá, con Jobim. Estas son contradicciones que tienen un lugar justo en el bloque que trata de profundizar la democracia en Brasil, tratando de hacer de éste un país igualitario. No hay libertad sin igualdad, sin igualdad, se trata sólo de libertad de explotación, del más fuerte sobre el más débil. Por lo tanto, este bloque que apoya el plan, incluso los católicos, está defendiendo el plan en conjunto. Nuestras diferencias, que no se producen ahora, se pueden discutir después, cuando el plan exista.
No veo ningún problema en ver a los representantes de la Iglesia diciendo que no pueden firmar el plan por uno u otro punto. No hay problema, nadie es enemigo de nadie, pues cada quien está dando cumplimiento al mandato del sector que representa. Personalmente, nos gustaría que fuera diferente, pero somos conscientes de lo que representan. De hecho, si los políticos cumplieran los mandatos para los que son designados, el país sería diferente. No estoy de acuerdo con su concepto, pero no con la posición, sabiendo que el universo que representan. Y están siendo muy maleables al retirar del centro del debate el tema del aborto, que incluso el Presidente ha puesto en medio –y no debería hacerlo–. Esa es una visión de divisionista, no agrega, por el contario, debilita.
CC: En relación a la cobertura de los medios, en realidad, los medios de comunicación masivos, parece que sólo hay puntos negativos y abiertos a la crítica en el Plan…
AF: (risas) Los grandes medios de comunicación y las grandes empresas está jugando el papel que siempre han tenido. Esta articulación es la misma composición del 64: la derecha de los militares, los más atrasados entre ellos, aquéllos religiosos que todo el mundo sabe que son personas con una visión extremadamente residual de la Iglesia Católica y a los que fueron a buscar para que hablaran, y los medios de comunicación comerciales, que habla en nombre de los grandes sectores de comercio, la industria, ahora todos fusionados en una sola cosa.
Es decir, se continúa apostando en lo que hay de más atrasado. La cuestión no es estar a favor o en contra del aborto, por ejemplo. Los medios de comunicación están a favor de la ganancia antes que todo. Prueba de ello es que si tomamos a su brillante Ustra (testigo de la causa), sus testimonios, vemos que es chantaje puro sobre sus cabezas. Entrega a todo el mundo, diciendo: «o ustedes me cuidan, o entrego a todo mundo, no voy a «bailar» solo». Por lo tanto, tienen la cola presa, históricamente hablando, tienen su proyecto y sus ganancias y privilegios a defender. Y los grandes medios de comunicación comerciales de Brasil son la institución más desmoralizada del país, no el Congreso. Tome una revista como Veja: aunque tenga influencia en diversos sectores, del mismo modo varios fraudes políticos también tienen cierta influencia. En términos de desmoralización, que hoy en día es muy extensa, los medios de comunicación es la institución más desmoralizada.
No estuvo clara, por ejemplo, la presentación de cartas de renuncia a Lula en 21/12… También está el caso de la grabación del supuesto micrófono sobre Gilmar Mendes (presidente del Supremo Tribunal Federal) y Demóstenes Torres… De todos modos, eso allí fue plantado o filtrado por el Sr. Jobim intencionalmente. Lo que es inaceptable es una reunión entre el ministro de Defensa y presidente del Tribunal Supremo en diciembre. No creo que hayan querido derrocar al presidente, pero querían dar un golpe al Ministro de Derechos Humanos.
CC: Usted acaba de decir que el golpe del 64 fue una revancha. ¿Qué piensa de los sectores que tachan todo este debate sobre el castigo de los criminales de la dictadura como venganza o revanchismo?
AF: Para finalizar, vamos a dejar claro, esto no es una venganza. Eso sería si fuéramos a aplicar a ellos lo que hicieron en esos años, llevándolos a cárceles secretas, dejándolos incomunicados, durante el tiempo que definiéramos, haciéndolos desaparecer para la familia y la sociedad, enseguida haciendo denuncias en aquella opereta que fueron los juicios en los tribunales de guerra. No queremos eso, queremos un proceso legal, donde tengan el más pleno derecho a la defensa, con un proceso completamente claro y público.
Aquello fue el terror de Estado en el Brasil. Los peores terroristas fueron ellos. Sobre todo porque ningún proceso de la dictadura terminó en condena por terrorismo. Esta palabra sirve a las políticas aplicadas por el Sr. Bush, a las que Obama tratará de añadir glamour para continuarlas. Nadie fue acusado o condenado por terrorismo. Y si no juzgamos a los terroristas, es decir, a los agentes del Estado y civiles organizados por la ultra-derecha, que tenían una relación promiscua con agentes del Estado, con comunicación con los ministros, con la Falange Patria Nueva y el CCC (7), continuaremos teniendo tortura en nuestro país, como en las periferias de las grandes ciudades, en el campo y las masacres rurales… Si recordamos que en mayo de 2006, cerca de 490 personas fueron asesinadas en seis días por agentes del Estado, ni más ni menos, para vengarse de la ofensiva del PCC (8), es una cosa terrible. ¡ Es casi la misma cantidad de todos los asesinados durante la dictadura!
Por eso, diversos movimientos y organizaciones de los barrios están luchando por el 3er. Plan Nacional de Derechos Humanos, y han tratado de participar en todas nuestras batallas. Por lo tanto, este objetivo no es sólo nuestro, de los que quieren esclarecer el pasado. Incluso porque memoria sin presente ni futuro es nostalgia o narcisismo. Lo que buscamos exactamente es saber cómo se construye un país y se convierte lo que tenemos en un lugar decente. Cómo ampliar derechos y crear isonomía(9). Por eso es importante referirnos al pasado, como un arma de lucha.
Gabriel Brito es periodista.
Traducción: César Ortega (www.espora.org/jra).
Notas [AF y CO]:
(1) Organización política clandestina, de matriz marxista-leninista (maoísta), surgido en Brasil en 1966 como resultado de una rama del Partido Comunista de Brasil (Pro-Beijing). El «Ala Vermelha» formó parte de la fase denominada «lucha armada» y «guerrilla urbana» de los años 1960-1970. Mientras se mantiene la convicción de que no habrá una transición pacífica hacia el socialismo, en la segunda mitad de 1969 (después de haber sido duramente golpeado por las bajas de ese año -en mayo y agosto- y darse cuenta de la matanza a la que sucumbirían), suspendió sus acciones armadas y orientó su labor a la organización popular, especialmente de la clase obrera en los grandes centros industriales del país, donde la organización propuso (al lado de la Convergencia Socialista -organización semilegal de inspiración trotskista) la creación de Partido de los Trabajadores- PT. En 1983, la organización se disuelve en São Paulo, y posteriormente pasa por varias rupturas en otros estados. Alípio Freire fue militante del Ala Vermelha de 1967 a 1983, en São Paulo, siendo detenido entre agosto de 1969 hasta octubre de 1974, pasando entonces a formar parte de su Departamento Regional en São Paulo y su Dirección Nacional.
(2) Las reformas de base consistieron en un conjunto de reformas generadas por los movimientos y la izquierda en los años 1950 a 1964, e impulsadas por el presidente João Goulart – Jango- como programa de gobierno. De corte nacionalista, las reformas configuraban un proyecto de desarrollo capitalista autónomo (con respecto al gran capital internacional), basado en la expansión del mercado interno (y la distribución del ingreso). Entre otras medidas, proponía la realización de una reforma agraria; una reforma política -que incluía el derecho de voto a los analfabetos; una reforma laboral- incluido el derecho a fundar sindicatos y centrales sindicales, hasta entonces prohibidas por ley en el Brasil; la creación de tasas de impuesto a las grandes fortunas; el control de las remesas de las utilidades de las empresas extranjeras que operaban; el desarrollo de la investigación nacional y la tecnología; un cálculo para el salario mínimo capaz de mantener dignamente una familia de trabajadores, educación pública, universal y gratuita a todos los niveles, etc. Al asumir estas banderas, el presidente João Goulart, cuya toma de posesión ya había sido cuestionada por la derecha y los sectores más reaccionarios de los militares y la Iglesia Católica, despierta la furia de sus opositores, que acaban por llevar a cabo el golpe de estado en la noche del 31 de marzo de 1964, implantando una dictadura cívico-militar que se prolongará hasta 1989. El presidente Goulart pertenecía al Partido Laborista Brasileiro (PTB), y contaba con el apoyo de diversas fuerzas de la izquierda, el más importante de los cuales, el Partido Comunista de Brasil, de orientación pro-soviético. Las fuerzas golpistas intentaban dar un golpe de ese tipo contra los sucesivos gobiernos desde 1954.
(3) El actual ministro de Defensa, el Dr. Nelson Jobim, formaba parte del comité de redacción de la Constitución de 1988 (que se encuentra en vigor hoy en Brasil, y que marca los últimos días de la dictadura). En esa calidad, adulteró términos que habían sido aprobado por la Asamblea Constituyente. Las manipulaciones realizadas por el Dr. Jobim, garantizó derechos al gran capital internacional, que los constituyentes le habían negado.
(4) Pré-sal: Capa de aceite puro. En Brasil se ha descubierto recientemente un enorme depósito de pré-sal (en el sureste), cuya explotación está siendo disputada por las grandes empresas multinacionales del ramo. Cabe señalar que a principios de 1950 se fundó la empresa del monopolio estatal de petróleo «Petrobrás», quien sería responsable de estudiar todo el petróleo en el país. Actualmente se ha concretado la privatización de algunas funciones de Petrobrás. El texto de la entrevista se refiere a la participación del Dr. Jobim con algunas de las empresas internacionales que deseen explotar este depósito, quienes habrían dado dinero a este personaje para que influyera a su favor.
(5) Desastre aéreo de Ustica. A lo largo del período republicano en el Brasil, el Estado tuvo siempre tres ministerios militares: el Ministerio del Ejército, el Ministerio de Marina, y el Ministerio de Aeronáutica – cada uno ocupado por un militar de su arma. La Constitución de 1988 – en vigor hoy- acabó con los tres ministerios, creando el Ministerio de Defensa, de conformidad con la Carta, sólo puede ser ocupados por civiles. En julio de 2007, el ministro de la Defensa era el Dr. Waldir Pires – un civil que se destacó por su lucha contra la dictadura y, como ministro, bloqueó siempre los intentos de privatización de los aeropuertos brasileños. En julio de 2007, la derecha civil y militar (con el apoyo de los medios de comunicación comerciales) creó una crisis artificial en el funcionamiento de los aeropuertos brasileños, que se extendió por varias semanas, culminando en el accidente de un Airbus de TAM, matando a cerca de 200 personas entre pasajeros y tripulación (no hubo sobrevivientes). La crisis fue provocada para derribar al ministro Valdir Pires, y sustituirlo por el Dr. Nelson Jobim. (6) El entrevistado se refiere con ironía a algunos estados del sur de Brasil (en especial Río y Sao Paulo), donde la mayor concentración de la riqueza y de ricos, que establecen el tono en la política y la cultura, en la moda, que son el «deber ser» cuando se ve el mando político a la distancia y en las regiones más pobres del Brasil.
(7) Comando de Caza a los Comunistas, organización paramilitar de extrema derecha y clandestina que, durante la dictadura, trabajaba en colaboración con el aparato represivo. Corresponde a la «Triple A» en la Argentina, y varios otros comandos de ese tipo en América Latina, como la Brigada Ramona Parra y tantas otras.
(8) Una de las más importantes, de las muchas organizaciones del llamado crimen organizado, surgidas a fines de los años 1970 y principios de 1980. En Brasil, el crimen organizado es una creación del período de la dictadura. El PCC actúa fundamentalmente en el Estado de Sao Paulo. (9) En castellano, la igualdad. «Miembros de los órganos que se rigen por la misma ley.» » En el lenguaje jurídico, cuando reivindicamos ISONOMÍA, significa exigir la universalidad de la ley. Esto es, que valga y sea aplicada por igual a todos los ciudadanos, independientemente de su clase, etnia, género, credo, etc.» (AF)