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En torno a La revolución cubana, de Francisco López Segura (El Viejo Topo, Barcelona, 2010)

Contribuyendo al debate sobre el futuro de la isla revolucionaria (V)

Fuentes: Rebelión

El tercer capítulo de La revolución cubana lleva por título «Propuestas de cambio, escenarios y alternativas». Es el plato fuerte del ensayo. Está dividido en siete apartados. En la «Introducción», FLS recuerda que hace ahora cinco años, el 17 de noviembre de 2005, Fidel Castro abrió las temáticas de la reversibilidad del socialismo en Cuba […]

El tercer capítulo de La revolución cubana lleva por título «Propuestas de cambio, escenarios y alternativas». Es el plato fuerte del ensayo. Está dividido en siete apartados. En la «Introducción», FLS recuerda que hace ahora cinco años, el 17 de noviembre de 2005, Fidel Castro abrió las temáticas de la reversibilidad del socialismo en Cuba y la posibilidad de derrota de la Revolución por errores propios. Poco después, en sus conversaciones con Ignacio Ramonet, Castro concretaba algo más su diagnóstico: «si no conseguimos poner fin a muchos vicios: mucho robo, muchos desvíos y muchas fuentes de suministro de dinero de los nuevos ricos».

Transitando por la misma senda, el autor resume los temas centrales y recurrentes de los discursos de Raúl Castro [RC] desde que asumió el poder, así sus razonables (y valientes) tesis anexas: 1. Llamamientos al pueblo cubano para que formule propuestas de cambio sin pérdida de finalidades socialistas. 2. Insistencia en la necesidad de mejorar el nivel de vida de la ciudadanía mediante el aumento de la producción y los servicios. 3. Perseguir el objetivo de «lograr que el salario recupere su papel y el nivel de vida de cada cual esté en relación directa con los ingresos que recibe legalmente». 4. Enfatizar la urgencia de hacer más productiva la agricultura y anunciar la distribución en usufructo de las tierras ociosas. 5. Necesidad de reducción del Estado y mayor eficiencia en la gestión del gobierno. 6. Ningún temor a las discrepancias en el seno de la Revolución y, con ello, alejamiento de la unanimidad ficticia. 7. Si existe un único partido, como es el caso, «este tiene que ser más democrático que ningún otro». 8. Necesidad de que los cuadros dirigentes informen sistemáticamente sobre lo que les compete «con realismo, de forma diáfana, crítica y autocrítica». En síntesis: política comunista realista sin retórica vacía en el puesto de mando; sal y abonos veraces en tierra socialista. No es ahora FLS quien comenta.

FLS recuerda a continuación que RC, en su discurso del 26 de julio de 2007, se refirió a la necesidad de hacer cambios conceptuales, de trabajar con sentido creativo, sin parálisis o preconcepciones, de cuestionar todo «lo que hacemos para hacerlo mejor, con el fin de aumentar la producción agrícola y alcanzar los objetivos de la Revolución». Medio años después, en su discurso de 28 de diciembre de 2007, RC se refirió al amplio movimiento de consulta con la población a partir de su intervención de 26 de julio, al tiempo que añadía: «como ya hemos mencionado, en amplios sectores de la población existe la percepción de que las medidas adoptadas hasta ahora son escasas y que los cambios se producen con mucha lentitud». El Presidente cubano, con modestia, con prudencia, ha pedido paciencia a la ciudadanía en varias ocasiones.

FLS cita por extenso otro importante discurso de RC, de 5 de abril de 2010, ante el IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas: «La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella depende la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social». Estas fueron sus palabras iniciales; añadió: «Sin una economía sólida y dinámica, sin eliminar gastos superfluos y el derroche, no se podrá avanzar en la elevación del nivel de vida de la población, ni será posible mantener y mejorar los elevados niveles alcanzados en la educación y la salud que gratuitamente se garantizan a todos los ciudadanos». Más adelante RC señaló: «No ignoro que algunos compañeros a veces se desesperan, deseando cambios inmediatos en múltiples esferas. Naturalmente me refiero ahora a aquellos que lo hacen sin la intención de prestarse al juego del enemigo. Comprendemos esas inquietudes que por lo general se originan en el desconocimiento de la magnitud de la tarea que tenemos por delante, la profundidad y complejidad de las interrelaciones entre los diferentes factores del funcionamiento de la sociedad que deberán modificarse». Sin parálisis pero trabajando con cuidado. Hay que «evitar que por apresuramiento o improvisación, tratando de solucionar un problema», se cause otro mayor.

FLS señala que existen ya medidas concretas adoptadas durante la etapa de RC acordes con lo planteado en sus discursos y tomando pie en lo expresado por la población: reducción de organismos del Estado mediante fusiones; reparto de tierras en usufructo; autorización de uso e importación de productos como teléfonos celulares; autorización de ciertas actividades empresariales privadas de carácter menor; eliminación de gratuidades y de proyectos antieconómicos; ampliación del ejercicio del trabajo por cuenta propia. Las discusiones promovidas por RC, en opinión de FLS, se orientan a transformar el sistema «y a superar el descontento, la indolencia, la apatía, la ineficiencia administrativa y varias formas de corrupción que se han estado desarrollando con fuerza en las dos últimas décadas». Diversos sucesos negativos han afectado recientemente a la Revolución. FLS recuerda algunos de ellos: muerte de 26 pacientes en el Hospital Psiquiátrico de la Habana; destitución en marzo del 2009 de cuadros de alto nivel del gobierno (el Ministro de Relaciones Exteriores: Felipe Pérez Roque; el vicepresidente Carlos Lage); tratamiento dado, en una fuerte campaña mediática contra el gobierno de Cuba a principios de 2010, «a la muerte en huelga de hambre del preso Orlando Zapata y a la huelga de hambre de Guillermo Fariñas».

Pasa FLS a tratar temas de transición y transformación política. El estudio sobre transiciones hacia la democracia capitalista tiene dos vertientes señala. Aquellos casos, como España y Portugal, que transitaron de dictaduras capitalistas a democracias capitalistas, y aquellos otros, como Rusia y los países del Este, que pasaron del socialismo al capitalismo. «Ni la singularidad histórica de aquellos procesos, ni tampoco su tipicidad sociológica nos ayudan para vislumbrar un «proceso de transición» en Cuba», señala justamente FLS.

Cuba podría enfrentarse en el futuro próximo a varios escenarios. Son cinco los señalados por FLS: su transformación hacia el socialismo del siglo XXI, que no se define; inmovilismo; modelo de socialismo similar al chino o vietnamita; derrumbe e implosión al estilo de la Unión Soviética y los países del bloque del Este o, incluso, mediante una sublevación interna; derrocamiento por vía de una invasión militar de Estados Unidos. Para FLS, «los escenarios más probables son el 1, 2 y 3 y los menos probables el 4 y el 5″, aunque, en su opinión, no puede descartarse una invasión norteamericana». La tesis que defiende FLS es que de «adoptarse las reformas que propongo en este libro y otras similares», podría cristalizar el primer el escenario». Por el contrario, si no se avanza en la dirección propuesta, los escenarios más posibles «serían el 2 y el 3 e incluso el 4 al producirse la ausencia y desaparición del liderazgo histórico».

«Rasgos del nuevo modelo económico» es el título del siguiente apartado. En el plano económico, transcurridas las transformaciones organizativas y normativas propias de la reforma económica en sus dos etapas -julio de 1993-otoño de 1994; desde esta fecha hasta el año 2000, «en que una nueva recentralización dio lugar a la reversibilidad de algunos aspectos de estas transformaciones»-, teniendo en cuenta además la voluntad de cambio expresada por RC en varios discursos, «se podría configurar un modelo en el que la inversión extranjera, conjuntamente con la liberación y desarrollo de las fuerzas productivas internas, tienda a crear una estructura económica donde la propiedad social no sea monopolio del Estado, aunque la presencia de éste como agente regulador siga teniendo plena vigencia». El objetivo central de este modelo sería solucionar en el corto y mediano plazo los problemas de mayor envergadura. Los siguientes en opinión de FLS: crisis de liquidez, déficit de viviendas, elevados niveles de desempleo y subempleo, deficiencias en la agricultura, existencia de doble moneda, y el hecho de que los salarios reales de los cubanos «no tienen suficiente valor para cubrir sus necesidades diarias».

Son 23 los rasgos que configuran ese nuevo modelo económico propuesto por FLS. Algunos de los más destacados: reanudar la reforma económica que se detuvo alrededor de 2000. «Esto significa adoptar cambios constitucionales y jurídicos con el fin de: facilitar aún más la inversión extranjera; descentralizar; dar mayor libertad a las empresas estatales; y diversificar el comercio internacional»; desarrollar nuevas formas de autogestión económica (empresas familiares, trabajo por cuenta propia, cooperativismo), especialmente en la agricultura y los servicios; planificación y control democráticos de la producción en todos los centros de producción y servicios de acuerdo a sus intereses y en coordinación con las prioridades municipales y nacionales; incremento del sector mixto en la mayoría de los sectores de la economía: «desarrollo de un empresariado nacional capaz de establecer empresas mixtas con el Estado al igual que el empresariado extranjero y a partir de su capacidad de ofertar capital, tecnología y mercados»; incremento del número de trabajadores por cuenta propia e igualmente de su importancia en el conjunto de la economía; empleo creciente de mecanismos de mercado -no necesariamente, advierte FLS, de «economía de mercado»- a nivel empresarial, «con el consiguiente desarrollo de un sistema empresarial estatal, mixto y privado, conforme a criterios de una mayor eficiencia y de preservar los servicios públicos fundamentales»; establecer un régimen salarial basado en el principio de «igual retribución a igual trabajo y que reconozca las diferencias de cualificación, productividad y condiciones de trabajo»; eliminar la libreta de abastecimiento y «otorgar subvenciones directas y selectivas a las personas de bajos ingresos bajo el control de los órganos locales del Poder Popular»; creación de una nueva cultura económica «que ubique en el centro de los análisis económicos la rentabilidad y la eficiencia»; distribuir entre los trabajadores un tanto por ciento de las ganancias de la empresa en la que trabajan; liberación total «en el mercado interno de todos los productos de la agricultura y de la pesca»; liberación del alquiler entre nacionales «sin aplicar impuestos para aliviar la falta de viviendas y elaborar una legislación adecuada que proteja al propietario de la vivienda y al inquilino»; libre compra-venta de casas entre nacionales cubanos residiendo en Cuba pagando un impuesto razonable.

Para superar el estancamiento actual en el crecimiento del PIB y la crisis de liquidez mediante el desarrollo de estas medidas económicas, señala FLS, «es indispensable alcanzar niveles sostenibles de crecimiento económico. Para lograr esto, es necesario constituir y desarrollar un mercado interno que logre articularse suficientemente con el internacional y con las ramas diversas de la economía cubana.»

¿Qué escenarios favorecerían la consolidación del modelo? Los siguientes en opinión del autor: 1. Flexibilización del bloqueo de EE.UU. y establecimiento de relaciones diplomáticas plenas con USA. 2. Incremento de la «disponibilidad de petróleo en la Isla como resultado del aumento de la producción nacional y de los acuerdos con Venezuela». 3. Aumento acelerado de la inversión extranjera y constitución de empresas mixtas. 4. Obtención de nuevos créditos del capital público y privado. 5. Se renegocia la deuda externa sobre nuevas bases flexibles, a eso ha hecho referencia recientemente Atilio Borón [1], «y se logra destrabar créditos en terceros países mediante la venta de títulos de la deuda cubana en el mercado secundario». 6. Incremento en el mercado internacional de los precios de los productos cubanos tradicionales -azúcar, níquel, tabaco-, logrando «nuevas asociaciones ventajosas para la venta de los nuevos productos de la biotecnología y la industria farmacéutica. 7. La venta de los servicios profesionales se mantiene un ritmo ascendente «sin afectarse la atención a la población en Cuba en dichas áreas». 8. La producción agroalimentaria destinada al consumo «alcanza niveles óptimos». Y, para cerrar la lista de deseos, «no se producen en los próximos años catástrofes climáticas y epidemias». FLS señala estos escenarios sin pronunciarse sobre su probabilidad y sin apuntar, no es el momento claro está, las vías que facilitarían su consecución. Por ejemplo, ¿es probable que Estados Unidos flexibilice el bloqueo a Cuba en los próximos años? No lo parece de entrada. El incremento del precio de los productos cubanos tradicionales, ¿es un simple deseo o existe alguna perspectiva económica documentada de ello? ¿Se podrá renegociar la deuda cubana con éxito? ¿Cómo?

Entre las alternativas del gobierno cubano que propiciarían el desarrollo del modelo defendiendo, favorecido «por los escenarios antes mencionados», FLS señala las siguientes: continuar aceleradamente el desarrollo de la reforma económica dándole mayor énfasis a su dimensión productiva; adoptar pasos que favorezcan la solución del problema de la deuda, así como las relaciones con organismos financieros internacionales; adoptar un régimen fiscal racional y progresivo, basado en estudios de las ganancias reales de las empresas e individuos contribuyentes; mientras exista la doble moneda, incorporar rápidamente «a la economía que funciona en divisas a aquellos sectores y trabajadores que son más productivos»; elaborar una legislación sobre la propiedad que acorde con las nuevas realidades facilite su compra-venta, circulación e intercambio.

FLS señala que ya existen propuestas detalladas formuladas por diversos economistas cubanos que presentan recomendaciones sobre los temas claves a solucionar: «acciones a adoptar para eliminar la dualidad monetaria; la redefinición de las bases materiales de acumulación; fórmulas de reinserción de Cuba en la economía internacional y en sus cadenas distributivas; y otras maneras de reestructurar la economía cubana a partir de los logros y dificultades de su estrategia actual que ya hemos analizado». «Ajuste sin des-socialización» es el título del próximo apartado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.