Un próximo levantamiento indígena y popular no debería descartar la idea de que sus bases se movilicen también hacia la sede del Pachakutik en Quito para bañar y ortigar a su dirigencia, asambleístas y asesores – que al igual que cualquiera otro partido de la “clase política” – han caído en repugnantes actos de corrupción, delincuencia política, oportunismo y derechización, que arrastraron al fango al que dice ser “el brazo político de la Conaie”.
La idea no resulta ser tan descabellada si las bases del movimiento indígena del Ecuador – como en sus mejores tiempos – exigen una verdadera rendición de cuentas y evalúan lo ocurrido en Pachakutik desde que asumió la Coordinación Nacional el expresidente de Conaie, el Kichwa amazónico Marlon Santi, y desde que por arrastre ingresaron a la Asamblea Nacional 27 asambleístas, que si se investiga minuciosamente a todos, sin excepción, se comprobará que han actuado con deshonestidad, a favor de sus mezquinos intereses y en contra de los intereses de las bases del movimiento indígena y del país.
La oscilación política de Pachakutik entre el “correísmo”, el “lassismo” y hasta el “nebotismo” –todas tendencias políticas de derecha – han sido demasiado evidentes y sirven de pretexto en estos últimos años para enmascarar una serie de acciones inmorales de sus legisladores y dirigentes; al tiempo que las bases del movimiento ven estos comportamientos con absurda tolerancia, irresponsabilidad y pasividad; siendo que dichas bases se expresan mejor, con más coherencia y resultados en las calles que en las instituciones del Estado burgués y las instancias de una falsa representación democrática: llámese Asamblea Nacional, prefecturas, alcaldías y otros gobiernos seccionales, a los que acceden como candidatos, tras intensas pujas y “negociaciones”, que no están libres de corrupción, amarres y compadrazgos.
¿Cómo se explica que la esposa de Marlon Santi (coordinador nacional del movimiento) Miriam Cisneros, sea parlamentaria andina hasta el 2024 y no se sepa si tenía calificación para esa representación, ¿cuánto gana y qué hace en ese organismo de integración andina? Igualmente, cómo se explica que Pachakutik tenga como asambleísta a Ricardo Vanegas un cuadro de la derecha en sus filas que defiende, junto a otros compañeros, frontalmente y sin vergüenza al banquero presidente en el juicio político, o que en la campaña presidencial de 2021 la dirigencia haya buscado para binomio de Yaku Pérez a Larissa Marangoni, quien en redes sociales declaró su afinidad con las privatizaciones de las empresas del Estado, pidió la cárcel para los dirigentes indígenas que participaron en el levantamiento de octubre de 2019 y ha dicho también que “Si el Ecuador no está en capacidad de proteger las Islas Galápagos, debería ser entregado a otro país que sí lo haría”. Incluso se habría buscado para candidato a vicepresidente al empresario guayaquileño de derecha, Francisco Tabacchi, actual gobernador de la provincia del Guayas.
Los lasos de Pachakutik con el sector de la derecha, agrupado en CREO, se remontan más allá de la solidaridad expresada por la ex asambleísta Lourdes Tibán a favor del banquero Guillermo Lasso, quien en las elecciones de 2017 denunció un presunto fraude electoral en su contra. Recuérdese que Auki Tituaña, que salió de Pachakutik, fue binomio del banquero Lasso en las elecciones de 2012, o que junto a Marcelino Chumpí soñaban con llenar papeleta como candidatos a la vicepresidencia con el partido socialcristiano.
Más cercana en el tiempo es la relación de Pachakutik con el gobierno de Lenin Moreno y los “Ruptura de los 25”, en especial con la exministra de gobierno, María Paula Romo, que continua impune frente a las víctimas de la represión que causó en octubre de 2019, y por último el velado apoyo de Leonidas Iza Salazar, actual presidente de la Conaie, al candidato presidencial correista Andrés Arauz en detrimento del candidato oficial de Pachakutik. Iza apoyó esta opción de la derecha neokeynesiana, contrarrevolucionaria y ciudadana, a pesar de conocer que el gobierno de Correa por más de una década persiguió, criminalizó, judicializó y reprimió las luchas de las Nacionalidades y Pueblos y de las organizaciones populares del Ecuador, desde Dayuma a Nankints.
En aparente conciliación las tendencias lassistas y correistas de la dirigencia de Pachakutik y la Conaie acordaron, no sin arreglos de por medio, auspiciar al vergonzoso radiodifusor Jorge Yunda (cercano a Correa) para volver a la alcaldía de Quito, pese a que fuera acusado de actos corrupción y por los que lleva un grillete electrónico.
Pachakutik arrió y pisoteó definitivamente la wipala, perdiendo la opción histórica de llegar a ser gobierno en próximas elecciones, con el pacto concretado con el gobierno de Lasso que llevó a Guadalupe Llori, en mayo de 2021, a la presidencia de la Asamblea Nacional; cuya vergonzosa servidumbre al gobierno neoliberal concluyó con la expulsión de Llori de la jefatura legislativa en medio de denuncias de corrupción y un desempeño menos que mediocre y traidor al interés popular.
En ese nefasto período legislativo, Rosa Cerda, asambleísta de Pachakutik por la provincia de Napo emitió en una reunión con sus partidarios, una controvertida apología a favor del: “si roben, roben bien, justifiquen bien pero no se dejen ver… compañeros…”.
El 22 de marzo de 2022 el banquero Lasso, en esa danza de corruptos y corruptores, acusó de “ladrones y corruptos” a los asambleístas de Pachakutik: Rosa Cerda, Gisela Molina, Edgar Quezada, Celestino Chumpí y Cristian Yucailla, quienes habrían solicitado al gobierno beneficios económicos a cambio de votos a favor del proyecto privatizador de “Atracción de Inversiones”.
Tras la filtración de un audio el asambleísta por el Cañar, Joel Abad, fue acusado de pedir el pago de diezmos a sus colaboradores, con menos notoriedad otros asambleístas, entre ellos el “independiente” Bruno Segovia abusan laboralmente de sus asistentes, exigiendo el pago de gastos de alimentación, hospedaje y subsistencia cuando se requiere su movilización a provincias, aplicándose despidos intempestivos cuando no se atienden algunos requerimientos o se contradicen sus caprichosos mandatos. Con similar falta de ética y sin que le cubra su fuero de inmunidad parlamentaria, el ex jefe de bloque de Pachakutik, Rafael Lucero, recibió una condena de 15 días de prisión por violencia intrafamiliar, sicológica y patrimonial en contra de su ex conviviente e hija menor de edad.
Con iguales carencias y mediocridad otros legisladores de Pachakutik que ingresaron por arrastre y no por sus propios méritos a la Asamblea, o que simplemente acompañaban en las fotos a Yaku Pérez durante la campaña electoral llegan a coincidir en forma espeluznante con el decreto ejecutivo de tenencia y porte de armas autorizado por el banquero Lasso, cuya medida era vieja aspiración de Jaime Nebot, Cynthia Viteri y el socialcristianismo; olvidándose la prioridad de proteger los derechos humanos y uniéndose al “consenso” de las clases dominantes y su visión sobre la violencia delincuencial e inseguridad socioeconómica que provocan ellos.
Julio Guerrero, alcalde electo de Pindal, que asumirá en mayo, sostuvo sin remordimientos, hace algunos días, que la Ley permite a los alcaldes tomar hasta el 30% del costo de una obra, revelando el convencimiento de este y una gran mayoría de candidatos de que ganar una elección popular sirve para beneficio propio.
La fiscalía general investiga a Froilán Aldaz ex alcalde de las Naves en la provincia de Bolívar y su hija por presuntos nexos con el narcotráfico, al igual que a otros candidatos de Pachakutik en la amazonía, que participaron en las pasadas elecciones.
Todos estos actos y otros más constituyen la vergüenza, la inconsecuencia y la traición a la lucha popular de hombres y mujeres del campo y la ciudad, a la sangre de decenas de jóvenes indígenas o no, militantes o no del movimiento que han caído en los levantamientos bajo las balas de la represión y el terrorismo de Estado.
En este lamentable y somero contexto de oportunismo, corrupción y decadencia de la dirigencia, asambleístas y asesores de Pachakutik, hace poquísimos días se filtró un nuevo audio – como a quién se le duerme el diablo – que puso al descubierto lo dicho y aceptado pública y mediáticamente por la subcoordinadora Nacional de Pachakutik, Cecilia Velasque:
“…a mí no me van a venir a ofrecer de “pasa café”. A mí me dan ministerio completo o nada. Bien o mal, pero va con algo bueno, no por hueso. ¿Sí o no compañeros? Yo le dije clarito cuando vino a exponer el anterior Jiménez estaba diciendo las veces: “ah, es que Pachakutik queremos gobernar, pero salgan a una rueda de prensa”. Okey, listo, ¿qué ministerio? No, ¿qué ministerio? “Ah, pero usted ha sido brava”, no soy brava, ¿qué ministerio? “¿usted que plantea?”, Agricultura, Bienestar Social y Obras Públicas nada más. No quiero nada más…”
Y como en política las coincidencias no existen, casi al mismo tiempo, el martes 11 de abril de 2023, el banquero Guillermo Lasso le ha dicho a la CNN que la oposición “objetivamente no tienen los votos ahora” para su censura y destitución.
Para complementar, el petizo Mario Ruiz, actual jefe de bloque de Pachakutik, ya anunció que “no le harán el juego al correísmo”, mostrando con ello que con sus votos salvarán una vez más al banquero Lasso y que se concretó un nuevo acto de corrupción que más tarde o más temprano saldrá a la luz. Ruiz participó activamente en el reparto burocrático cuando Guadalupe Llori se alzó con la presidencia de la Asamblea, cuando fallaron los repartos se auto declaró del ala “rebelde” de Pachakutik, se acercó a la dirigencia de la Conaie, y se declaró amiguis del correísmo y los socialcristianos, y todo indica que votó a favor de la destitución de la presidenta de la Asamblea su ex coidearia y socia Guadalupe Llori.
Lo cierto es que la mediocre como alevosa deslealtad de quienes supuestamente representan a las bases de Pachakutik en la Asamblea Nacional saben que no pueden exponerse a la “muerte cruzada” porque nunca regresarían por sus propios méritos a los privilegios y las canonjías de asambleístas, así digan ahora que son “la segunda fuerza política” de la politiquería nacional.
La dirigencia corrupta de Pachakutik ya hizo todo lo que debía en provincias para asegurarse de que Cecilia Velasque gane la coordinación nacional o en su defecto llegue Jorge Herrera, socio de la misma estrategia, con la cual tratarán de impedir que acceda Guillermo Churuchumbi del ala correista. Es posible que se repartan el poder o que lleguen a “acuerdos” como en torno a Yunda siguiendo los consejos de Rosa Cerda y las recomendaciones de Cecilia Velasque, pero lamentablemente las bases del movimiento no sabrán ¿qué hicieron los dirigentes, lacayos y esbirros del entorno con los 409 mil dólares que recibió Pachakutik del Fondo Partidario Permanente que entregó el CNE, por cierto, presidido por Diana Atamaint, de los registros de Pachakutik. ¿Qué se hizo con los fondos destinados a una tal Escuela Política de Cuadros, que no se encuentra por ninguna parte?
Ante esta situación las bases del movimiento indígena y popular deben salir una vez más por sus fueros de dignidad y de honestidad, fijados por los principios ancestrales del “Ama Shua, Ama Llulla, Ama Killa” (No robar, No mentir y No ser ocioso), para aplicar la justicia indígena, con agua y ortiga, a dirigentes, asesores y asambleístas que le hacen el juego al poder y a sus estrategias de división, cooptación, clientelismo, oportunismo, delincuencia política y corrupción en la que han sumido al Pachakutik hábiles estrategas, sociólogos, agentes e infiltrados que trabajan para los sectores sociales dominantes, el imperio y sus prioridades geopolíticas en el continente; que tratan de controlar la insatisfacción social y la organización popular que se expresa con mucho poder y determinación en las comunidades, calles, plazas y carreteras del país frente a un Ecuador desgarrado por el hambre, el desempleo, la migración, la delincuencia organizada, los carteles de la lumpen burguesía; cuya opción no parece ser otra que la militarización y la policialización represiva de las infames condiciones socioeconómicas que soportamos los ecuatorianos.
¡Es hora del Pachakutik de los invisibles!
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